viernes, 27 de junio de 2014

Prólogo de "Al ritmo de jazz" (2012)

Autor: Pablo L. Crespo Vargas
Prólogo del poemario: Al ritmo de Jazz de Isidro A. Vargas Martínez
Publicado en Juana Díaz, editorial Antillas, 2012

A modo de prólogo

A Ritmo de Jazz es la séptima creación literaria del autor, Isidro A. Vargas Martínez, lajeño y ponceño por adopción; quién es pintor aficionado y trabajó como catedrático de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Ponce, en las áreas de economía, empresas y mercadeo; pero sobre todo es amante de la vida, la poesía y como ha de esperarse del Jazz tropical.

La obra fue revisada por el Dr. José Víctor Madera, profesor adscrito al Departamento de Español en la referida institución universitaria.

Entre las características que podemos apreciar del autor y que están impregnadas en su poemario está su creencia en Dios, la existencia del ser humano como ente armonioso de la creación, la importancia de la mujer, la naturaleza y el amor por su Patria.

El Jazz como estilo musical es representativo de nuestra herencia caribeña, la cual entremezcla diversidad de grupos étnicos que a su vez integran variedad de ritmos musicales que ayudan a crear notas melodiosas de gran gusto y que están a la altura de los poemas presentados en esta obra.

Sin embargo, el Jazz que nuestro autor nos presenta representa mucho más. El canto y el ritmo son sinónimos de cultura, de universalidad y de armonía no solo entre los instrumentos que se encargas de producirla, sino que son representativos del amor que debe existir en nuestra sociedad y que el autor busca promover para encanto de nuestro Creador.

Palabras como paz, amor, esperanza, fe, belleza nos llegan a nuestras mentes, algunas pronunciadas en estos cantos poéticos, otras motivadas por su interpretación; que nos transportan a conocer el gran valor que este ser humano tiene por la belleza espiritual y natural de nuestro mundo.

Para él, la sociedad es esencial, pero dentro de ella la naturaleza tiene su espacio, no solo por la belleza que de esta emana, sino por su importancia para mantener la avenencia de un ambiente lleno de amor.

La mujer, como ser representativo de la creación, también es de gran importancia. No solo por ser madre, sino por constituir los más esmerados rasgos del Todo Poderoso.

La Patria es otro tema evocado. Presentado desde una perspectiva única del que ha trascendido a la búsqueda de una filosofía universal; ya que nuestro autor se enorgullece de mostrarse desde su ser, un yo muy íntimo, que demuestra sus orígenes en un lugar llamado Ancones, que es parte de un pueblo que lo vio crecer: Lajas, y que luego fue adoptado por otro muy particular, Ponce; todos enmarcados en una Isla Antillana: Puerto Rico. Pero no se detiene allí, sino que su Patria cruza fronteras y abarca a toda la cuenca Caribeña y a esa comunidad Latinoamericana que al igual que el Jazz es sinónimo de ritmo y calor humano.


lunes, 9 de junio de 2014

África: Un continente por conocer en Puerto Rico

Autor: Pablo L. Crespo Vargas
Versión revisada de artículo publicado por FUNESPA, 19 de marzo de 2013
Última actualización: 21 de marzo de 2019

ÁFRICA: UN CONTINENTE POR CONOCER EN PUERTO RICO

Una de las peculiaridades dentro del conocimiento colectivo puertorriqueño es la ignorancia que tenemos sobre el continente africano y todas las aportaciones etnoculturales provenientes de esta zona que han sido fundamentales en nuestro desarrollo como sociedad caribeña y antillana. El hecho de que la abolición de la esclavitud hubiera ocurrido hace 146 años (22 de marzo de 1873), no ha limitado los prejuicios que la sociedad de manera general desarrolló sobre la población afrodecendiente, que durante los 364 años anteriores había sido deshumanizada por la trata negrera, creando una serie de mitos que aún perduran y que pocas veces se clarifican. Entre esos mitos, el que posiblemente fue el de mayor ímpetu, indica que los africanos provenientes de los territorios al sur del Sahara eran salvajes e incivilizados; por lo cual, no tenían capacidad para crear sociedades políticamente organizadas y, mucho menos, para poder determinar su propio destino.

La realidad fue otra; ya que anterior a la llegada de los europeos al África Negra, diversos grupos poblacionales de esta región habían desarrollado estructuras sociales y económicas, suficientemente organizadas para la creación de entes políticos, comparables con los reinos e imperios que en Europa se desarrollaron. Aunque la mayoría de estos estados políticos habían recibido la influencia del mundo islámico, su estructura era básicamente nativa. De hecho, algunos de estos reinos, se originaron mucho antes del contacto con el mundo árabe.

Imperios, reinos y grupos de poder del África Occidental (siglos IX-XIX).
Fuente del mapa: http://exploringafrica.matrix.msu.edu


















Un ejemplo fue el reino, más adelante imperio, de Ghana, el cual comienza a estructurarse antes del siglo IX (la tradición oral, nos lleva al periodo anterior al siglo IV d.C.). Este reino, al establecer contacto con la civilización árabe, por medio de intercambio comercial, en un principio, y luego por los misioneros islámicos, llevó a que su élite gobernante, se nutriera de conocimientos y aspectos tecnológicos procedentes del mundo árabe que ayudaron a la formación de un estado, con pretensiones expansionistas. En su cénit, en el siglo XI, según el geógrafo e historiador hispanóarabe Al-Bakri, la estructura imperial de Ghana podía movilizar 200,000 hombres al campo de batalla, cifra impresionante para esa época. Este impero comenzó a decaer con las incursiones militares de los almorávide, fundamentalistas islámicos del noroeste de África, los cuales llegaron a la zona, aproximadamente, para el año 1076. Luego de la caída de Ghana, surgieron los reinos e imperios de Malí (siglos XIII- XVI) y Shongai (siglos XV- XVI), ambos en lo que había sido el territorio ghanés.

Hacia el centro de la zona del Sahara, circundante al lago Chad, en el siglo VI, se inició el desarrollo de la llamada civilización Sai y el impero de Kanem (apróx. 700-1386). Luego de su disolución, varios reinos independientes se forman hasta la llegada de la fuerzas imperialistas europeas en el siglo XIX. Hacia el suroeste de Kanen, ocupando partes del actual territorio de Nigeria, Niger, Camerún y Chad, se estableció el reino o impero de Bornú (1380-1893), al igual que otros reinos sucumbió a los avances europeos.

Vista de murallas de la ciudadela del Gran Zimbawe desde
el interior de la ciudadela. Foto de Jan Derk (1997).

















Fuera de la influencia musulmana y excluyendo los diversos reinos o monarquías cristianas que se desarrollaron en Eritrea y Abisinia (hoy día Etiopía), las cuales se dieron entre los siglos XIII al XX, mucho más al sur, se dieron dos formaciones políticas poco conocidas: el reino de Mapungubwe (siglo XIII) y el del Gran Zimbawe (siglos XIII-XV), ambos en la región suroriental de África. Estos estados establecieron sus centros de poder en ciudades construidas alrededor de una fortaleza o ciudadela de piedra, la cual se ha conservado hasta nuestros días. Estas ciudadelas tenían murallas, que podían alcanzar, en el caso del Gran Zimbawe, los once metros de altura y una extensión que sobrepasaba los 250 metros. Su capacidad poblacional era de 200 a 300 residentes, que podía incluir a la élite gobernante y a los altos puestos militares. En el área externa a las murallas se desarrolló un gran centro comercial donde se intercambiaban productos provenientes de tierras tan lejanas como China. A la llegada de los portugueses a la zona, en el sigo XVI, las ciudadelas ya habían sido abandonadas.

El denominador común, en las formaciones político-territoriales que hemos presentados, fue el domino de rutas comerciales y de intercambio que propiciaron el enriquecimiento económico, tecnológico y de conocimiento de la élite gobernante de cada región, que para mantener su hegemonía formaron estructuras político-sociales avanzadas, a las que existían a su alrededor. Con la llegada de los europeos al sur del Sahara, la dinámica entre estos y los diversos reinos existentes, promovieron la creación de nuevas organizaciones políticas y sociales, destinadas a suplir una de las mayores necesidades del expansionismo europeo a partir del siglo XVI: la trata humana para fines económicos, en otras palabras, la esclavitud.

Algunas referencias de la historiografía caribeña sobre el tema africano

Alegría, Ricardo E.: Descubrimiento, conquista y colonización de Puerto Rico: 1493-1599 [1969], reimpresión, San Juan, Colección de Estudios Puertorriqueños, 1992.

Álvarez Nazario, Manuel: El elemento afronegroide en el español de Puerto Rico: Contribución al estudio del negro en América, 2da ed. revisada y aumentada, San Juan, Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1974.

Bachiller y Morales, Antonio: Los negros, Barcelona, Gorgas y Co., 1880.

Deive, Carlos E.: La esclavitud del negro en Santo Domingo, Santo Domingo, Museo del Hombre Dominicano, 1980, 2 tomos.

Díaz Soler, Luis M.: Historia de la esclavitud negra en Puerto Rico, 3ra ed., Río Piedras: Editorial Universitaria, 1970.

Larrazábal Blanco, Carlos: Los negros y la esclavitud en Santo Domingo, Santo Domingo, J.D. Postigo, 1967.

Moscoso, Francisco: “El alzamiento de los esclavos biohoes en puerto Rico, 1564-1569”, Revista del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, San Juan, núm. 9, 1989, págs. 85-94.

_____: “Formas de resistencia de los esclavos en Puerto Rico: Siglos XVI-XVIII”, América Negra, Pontificia Universidad Javerina, Bogotá, núm. 10, diciembre 1995, págs. 31-48.

Nieves Mejías,Mirta I.: Por la encendida calle antillana: las culturas étnicas de los africanos esclavizados que fueron traídos al Caribe durante el siglo XVI, San Juan, Taller Gráfico Puerto, 2010.

Sued Badillo, Jalil y Ángel López Cantos: Puerto Rico negro, Río Piedras, Editorial Cultural, 1986.

Sued Badillo, Jalil: “La primera rebelión de esclavos negros en Puerto Rico y en América”, Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña, núm. 86, octubre-diciembre 1984, págs. 5-9.