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miércoles, 9 de julio de 2014

Ponencia: Lajas, gestando cultura por senderos histórico

Lajas, gestando cultura por senderos históricos
Autor: Pablo L. Crespo Vargas
Ponencia efectuada en la Plaza Artesanal del pueblo de Lajas para la presentación del libro: Lajas, desde los amerindios hasta el siglo XIX: Historia, sociedad y cultura de un pueblo, 12 de abril de 2014.
El territorio que hoy día conocemos como Lajas es uno lleno de vivencias históricas, culturales y sociales que, aunque en un momento dejadas al olvido, hoy son presentadas ante ustedes como muestra de la grandiosidad de nuestra tierra y su gente. En ocasiones buscamos con desespero una narrativa épica que nos describa, deseando una Iliada o una Odisea para mayor orgullo propio. No obstante, esto nos lleva a obviar, que al igual que los antiguos griegos, nosotros tuvimos que forjar nuestro destino en la interacción con nuestro medio ambiente: uno lleno de costas, mangles, una laguna, que nombramos Cartagena, una Sierra Bermeja, que es la región más antigua de Puerto Rico con sobre 200 millones de años, nuestra colindancia con las Lomas de Santa Marta y un valle inmenso, que es la esperanza alimenticia de nuestra sociedad para un futuro cercano; no debemos olvidar que dentro de ese medio ambiente también aplica la interacción entre los distintos grupos poblacionales que por sus características se distinguen.
Nuestra historia no es solamente la de un pueblo en su macro, sino que debemos observar como la aportación de todos esos individuos, una gran mayoría de ellos de manera anónima, fueron creando las condiciones idóneas para la formación del lajeño contemporáneo. Es por ello que promovemos el estudio de la genealogía, la historia de nuestras familias y su desarrollo evolutivo a través del tiempo.
Nos podemos preguntar: ¿Qué ventajas trae esto? El enorgullecernos de nuestras raíces por medio del conocimiento que adquirimos al estudiar nuestra historia, familiar o regional, nos ayudará a comprender quienes somos y hacia dónde vamos. En otras palabras, estamos fortaleciendo nuestra autoestima como individuos y como pueblo.
Nuestra obra, la que hoy presentamos, no es la primera que se escribe sobre Lajas. Ese honor lo tiene Mario F. Pagán con Historia de Lajas: 1883-1983, obra escrita para el centenario del establecimiento del Municipio. Desde su publicación tuve contacto con ella, y hasta podría decir que fue uno de las motivaciones que me llevaron a ser historiador. Años después, en 1986, el que hoy día es nuestro maestro de ceremonia, el Dr. José Luis Vargas, escribió un libro que suplementaba la información ya presentada por Mario F. Pagán, esta nueva publicación fue titulada, Lajas: Notas para su historia. A estas dos obras debo incluir el folleto de Ángel “Gueo” Sepúlveda, que fue impreso en el 2006 y que fue titulado: Breve historia de Lajas.
Ahora bien, como lajeño orgulloso de sus raíces y con la espina de ser historiador deseaba aportar mi grano de arena. En el 1996 fui parte de un curso de español de la Dra. Lidia Padovani de Ortiz, en ese momento no supe que nuestro amor por Lajas nos unirían como colaboradores. Ella ya tenía un estudio elaborado sobre la fundación del pueblo y las familias que contribuyeron a este proceso, presentado como tesis en el Centro de Estudios Avanzados para 1981. Debo indicar que este era un trabajo digno de ser publicado. Lamentablemente no ocurrió. Sin embargo, todas estas aportaciones me sirvieron de base y de guía para comenzar un proceso de investigación sobre los aspectos no cubiertos con anterioridad.
Los lajeños tenemos uno de los acervos culturales e históricos de mayor importancia en el área suroeste: por ejemplo, la entrada dentro del conocimiento histórico de nuestra raíz indígena, Lajas como centro taíno, que quedó en el olvido porque los estudios arqueológicos fueron engavetados pero que hoy salen a luz pública y en un futuro serán base para otra publicación. La importancia de las diversas migraciones, entre ellas, los corsos y los canarios que tanto enriquecieron nuestra formación, es otro tema que ha quedado en el olvido y que rescatamos para orgullo lajeño. La aportación de lajeños en las luchas de sublevación de San Germán contra el régimen colonial que dirigía la Isla desde la ciudad de Puerto Rico, hoy día San Juan, esto en el siglo XVIII, es otro tema no mencionado en la historiografía oficial. En el siglo XIX, Lajas fue refugio y lugar de escape para dos de los grandes pensadores, abolicionistas y separatistas puertorriqueños, Ramón Emeterio Betances y Segundo Ruiz Belvis. A su vez, Lajas vivió en sangre propia el tiempo que hoy día conocemos como los compontes o año terrible, donde los contrarios al gobierno colonial eran perseguidos y atropellados por las autoridades de la forma más vil posible. Finalizamos la obra, con otra innovación, un estudio que presenta a Lajas al momento de la entrada de las fuerzas estadounidenses y el efecto que este acontecimiento provocó. Primeramente, con un choque cultural y segundo, con la oportunidad de presentar los productos locales en la Exposición Agrícola e Industrial de Filadelfia en 1899.
Lo interesante en todo esto es que este proyecto es el inicio de un proceso donde los lajeños se podrán reencontrar con su historia, una historia que no es olvidada pero si subestimada, pero desde hoy todos la llevaremos presente, será orgullo de nuestra identidad y cuando alguien pregunte de dónde somos contestaremos con beneplácito que somos lajeños y a su vez los invitaremos a que pasen por Lajas, porque Lajas es la Capital Cultural del Sur Oeste de Puerto Rico. Gracias.

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