JOSÉ VASCONCELOS EN LA VEGA
Por
Jesús Méndez Jiminián
“Saber leer es saber andar. Saber escribir
es saber ascender”.
José Martí (1853-1895)
A
mi apreciado amigo José C. Novas y a mi
prima Julia en Nueva Jersey
En junio de 1926 el destacado intelectual y político mexicano José
Vasconcelos visitó por primera vez la República Dominicana. Su visita fue todo un
acontecimiento en el gobierno del General Horacio Vásquez (1924-1930). Su
anfitrión principal fue el entonces Ministro
de Justicia e Instrucción Pública del gobierno de Vásquez, Licenciado Rafael Estrella
Ureña (1882-1945).
Vasconcelos antes de pisar
tierras dominicanas había estado en la vecina isla de Puerto Rico, en
actividades similares a las que desarrolló en nuestro país. Su principal
objetivo entonces, era dar a conocer la
que sería en su prolífica carrera como escritor, su principal obra filosófica, La
Raza Cósmica. Pero, además, poner en conocimiento del pueblo dominicano su labor como educador, y sobre
todo, la gestión que llevó a cabo en su natal México como Rector de la UNAM, y
como Secretario de Educación tras el triunfo de la Revolución Mexicana (1910).
En su primera visita a la República Dominicana, en 1926,
Vasconcelos estuvo en La Romana, San
Pedro de Macorís, Santo Domingo, La Vega, Santiago y Puerto Plata. Y, regresaría por segunda ocasión a Ciudad Trujillo, en
enero del 1947, invitado por la Universidad de Santo Domingo, cuyo rector era entonces Julio Ortega Frier. Ambas visitas tuvieron
motivos distintos, tanto en lo político como en lo cultural.
De José María Albino Vasconcelos Calderón (Oaxaca, 27 de
febrero de 1882- ciudad de México, 30 de junio del 1959), es importante destacar,
que además de educador y político era abogado, escritor, filósofo y funcionario
público. Entre sus funciones públicas, además de las indicadas anteriormente,
es preciso señalar que fue director de
la Biblioteca Nacional de México (1940-1946); miembro de la Academia Mexicana
de la Lengua y del Colegio Nacional. Se gradúo de derecho en el 1907 y figuró
entre los fundadores del llamado Ateneo de la Juventud Mexicana luego conocido
con el nombre de Ateneo de México, junto a una pléyade de destacadas figuras de
la educación y la cultura como Antonio Caso, Amado Nervo, el humanista
dominicano Pedro Henríquez Ureña, entre otros. “Vasconcelos
y la generación del Ateneo sientan las bases para una ambiciosa recuperación de
lo nacional mexicano y de lo latinoamericano como una identidad que, además de
real, fuera viable en el futuro, y sobre todo que no dependiera de lo
extranjero para un progreso sostenido…’’.
A los veinticinco años
de edad, Vasconcelos se unió a la campaña presidencial, en el 1909, de Francisco
I. Madero, quien se enfrentó en las elecciones de 1910 a Porfirio Díaz. Elecciones
que mediante serias denuncias de fraude
electoral dieron el triunfo al futuro dictador Díaz, lo que provocó mediante
una convocatoria de rebeldía nacional de parte de Madero a la llamada Revolución
de 1910.
(1)
“Es de este primer periodo de vida pública de
Vasconcelos - se ha dicho - del que ha surgido, como una suerte de leyenda, la
idea de que fue él quien acuñó el lema más
célebre del maderismo: “Sufragio efectivo, No Reelección” (…) El genio de
Vasconcelos (en el campo de la política mexicana, n. de j.m.j.) radicó,
sin embargo, en haber rescatado esa
frase’’ usada por
figuras mexicanas en contra del dictador Porfirio Díaz, y luego empleada por don
Benito Juárez, en 1871.
A
partir de entonces Vasconcelos se
convertirá en un exiliado por antonomasia de su patria, con idas y venidas de
acuerdo a la coyuntura política, pero también siendo encarcelado varias veces
por sus actividades de corte político.
Luego
de la proclamación del Plan Agua Prieta en México, en 1920, Vasconcelos es
designado primer rector de la Universidad Nacional de México, en el gobierno
provisional de Adolfo de la Huerta, y ocupa tales funciones desde el 9 de junio
de 1920 hasta el 12 de octubre de 1921; es durante este periodo, en el que
Vasconcelos propone que se incluya en el escudo de la UNAM el lema: “Por
mi raza hablará el espíritu”.
A su llegada a la alta casa de estudios, Vasconcelos dirige sus primeras
palabras, entre las que cabe indicar estas: “Yo no vengo a
trabajar por la Universidad, sino a pedir a la Universidad que trabaje por el
pueblo”.
“Tras reorganizar la estructura de la Universidad
Nacional, Vasconcelos fue nombrado Secretario de Instrucción Pública, y desde
esa posición inició su ambicioso proyecto de difusión cultural en el país, con
programa de instrucción popular, edición de libros y promoción del arte y la
cultura. El objetivo era integrar a México de manera más amplia en las grandes
transformaciones que siguieron al fin de la Primera Guerra Mundial. Vasconcelos,
un personaje carismático y capaz de entusiasmar a sus colaboradores, hizo de
los maestros rurales un ejército de paz
y de cada profesor, según su propia metáfora de raíz católica, inspirada
en el sacrificio de los misioneros del periodo colonial, un “apóstol de la educación”.
Al trabajo de los maestros rurales sumó el apoyo, nunca antes visto en México,
de la educación masiva de algunas de las más grandes obras del pensamiento
europeo y occidental, que fueron distribuidas por todos los rincones del país
en lo que Vasconcelos no dudó de calificar como Misiones Culturales’’.
De
sus grandes aciertos culturales y humanísticos surgieron en México expresiones
artísticas, y por supuesto, grandes artistas de la pintura, muralistas como:
Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, entre otros. Y
mantuvo relaciones a nivel internacional con figuras de renombre como Gabriela
Mistral, y el político peruano Víctor Raúl Haya de la Torre.
(2)
De
manera, pues, que ese fue el José Vasconcelos que vino en aquel mes de junio de
1926 a visitar a La Vega, y que en menos de tres años, más tarde, se convirtió,
en 1929, en candidato a la presidencia de México, enfrentándose en una campaña
desigual al oficialista Pascual Ortiz Rubio.
El
entonces corresponsal del periódico santiagués El Diario, en La Vega, Eugenio del Orbe
C. anunciaba el día 11 de junio de 1926, página 3, a través de ese medio que, “El
eminente Vasconcelos vendrá a La Vega”. Y, detallaba la información de esta
manera: “El Comité Pro-recepción José Vasconcelos se reunió anoche (10 de
junio 1926) en los salones del Casino Central para tratar los actos que se
celebrarán en esta Vega Real, con motivo de la llegada de este eminente humanista: José Vasconcelos. Las
diferentes comisiones están integradas por distinguidos intelectuales de esta
ciudad, y bajo la cooperación de la sociedad “Amor al Estudio”, “La Progresista” y “Casino Central”. Con tal
motivo nuestro distinguido, culto e inteligente joven amigo, señor Don Ramón
María Calderón, Presidente del Casino Central, ha salido en el día de hoy para
la ciudad de las Torres Cristalinas (se refería a Santo Domingo, n. de J.m.j.)
en diligencias al respecto. La Vega – sigue diciendo la nota- que siempre ha
demostrado ser una población culta, se prepara debidamente a recibir al ilustre
Vasconcelos’’.
(Viernes 11 de junio de 1926, Año XXIV, Núm. 10, 206).
En
su obra “Cuatro visiones de Santo Domingo”, compilada por el intelectual mocano Julio
Jaime Julia aparece la siguiente descripción que nos brinda Vasconcelos al
llegar a las costas dominicanas procedente de Puerto Rico, el 10 de junio de
1926: “El barco atracó el muelle de La Romana. Una entrada bien protegida,
costas ligeramente elevadas, campo verde, palmeras y casas de madera, colores
vivos, automóviles, buenos pavimentos, gente con vestidos ligeros y muy
aseadas… En esta tierra había una banda de música y grupo de comisionados
particulares’’.(Véase
en: Vasconcelos, Arasguitain, Inman y
Ugarte, compilación de Julio Jaime Julia. Mediabyte, S.A., primera edición,
Santo Domingo, R.D., 2000, p.11).
Más
adelante, dice Vasconcelos en la citada obra, lo siguiente: “En
cada pueblo nos recibía el Ayuntamiento y formaba la escuela con sus niños
vestidos de limpio… llegamos a San Pedro de Macorís… “Me siento feliz –dijo- en
la patria dominicana; pero traigo todavía en el corazón la espina de Puerto
Rico y brindo por los hombres que allá luchan por la independencia”. (p.12)
(3)
Posteriormente
a su conferencia en San Pedro de Macorís, en el Ayuntamiento, Vasconcelos
estuvo en Santo Domingo unos días (del 11 al 13 de junio, 1926) y en su primera conferencia, estuvo presente el
presidente Horacio Vásquez y todo su gabinete. Fue presentado en la capital
dominicana en el Teatro Municipal por el destacado intelectual dominicano Don
Federico Henríquez y Carvajal. Y, dio
una conferencia el domingo 13 de junio en horas de la mañana, en la Casa de
España, donde un serio conflicto provocó la
presencia de Vasconcelos con uno de los presentes, que lo acusó de
ser ‘’enemigo
de Rey de España’’.
Al
finalizar esta actividad Vasconcelos se dirigió a La Vega en compañía del
licenciado Rafael Estrella Ureña, Francisco Prats Ramírez, Vicente Tolentino R.
y su compatriota, que residía en el país, el general Guadalupe Vásquez, entre otros.
El
entonces corresponsal del periódico santiagués El Diario, en La Vega, Eugenio del Orbe
C. anunciaba el día 11 de junio de 1926, página 3, a través de ese medio que, “El
eminente Vasconcelos vendrá a La Vega”. Y, detallaba la información de esta
manera: “El Comité Pro-recepción José Vasconcelos se reunió anoche (10 de
junio 1926) en los salones del Casino Central para tratar los actos que se
celebrarán en esta Vega Real, con motivo de la llegada de este eminente humanista: José Vasconcelos. Las
diferentes comisiones están integradas por distinguidos intelectuales de esta
ciudad, y bajo la cooperación de la sociedad “Amor al Estudio”, “La Progresista” y “Casino Central”. Con tal
motivo nuestro distinguido, culto e inteligente joven amigo, señor Don Ramón
María Calderón, Presidente del Casino Central, ha salido en el día de hoy para
la ciudad de las Torres Cristalinas (se refería a Santo Domingo, n. de J.m.j.)
en diligencias al respecto. La Vega – sigue diciendo la nota- que siempre ha
demostrado ser una población culta, se prepara debidamente a recibir al ilustre
Vasconcelos’’.
(Viernes 11 de junio de 1926, Año XXIV, Núm. 10, 206).
En
su obra “Cuatro visiones de Santo Domingo”, compilada por el intelectual mocano Julio
Jaime Julia aparece la siguiente descripción que nos brinda Vasconcelos al
llegar a las costas dominicanas procedente de Puerto Rico, el 10 de junio de
1926: “El barco atracó el muelle de La Romana. Una entrada bien protegida,
costas ligeramente elevadas, campo verde, palmeras y casas de madera, colores
vivos, automóviles, buenos pavimentos, gente con vestidos ligeros y muy
aseadas… En esta tierra había una banda de música y grupo de comisionados
particulares’’.(Véase
en: Vasconcelos, Arasguitain, Inman y
Ugarte, compilación de Julio Jaime Julia. Mediabyte, S.A., primera edición,
Santo Domingo, R.D., 2000, p.11).
(4)
Más
adelante, dice Vasconcelos en la citada obra, lo siguiente: “En
cada pueblo nos recibía el Ayuntamiento y formaba la escuela con sus niños
vestidos de limpio… llegamos a San Pedro de Macorís… “Me siento feliz –dijo- en
la patria dominicana; pero traigo todavía en el corazón la espina de Puerto
Rico y brindo por los hombres que allá luchan por la independencia”. (p.12)
Posteriormente
a su conferencia en San Pedro de Macorís, en el Ayuntamiento, Vasconcelos
estuvo en Santo Domingo unos días (del 11 al 13 de junio, 1926) y en su primera conferencia, estuvo presente el
presidente Horacio Vásquez y todo su gabinete. Fue presentado en la capital
dominicana en el Teatro Municipal por el destacado intelectual dominicano Don
Federico Henríquez y Carvajal. Y, dio
una conferencia el domingo 13 de junio en horas de la mañana, en la Casa de
España, donde un serio conflicto provocó la presencia de Vasconcelos con uno de los
presentes, que lo acusó de ser ‘’enemigo
de Rey de España’’.
Al
finalizar esta actividad Vasconcelos se dirigió a La Vega en compañía del
licenciado Rafael Estrella Ureña, Francisco Prats Ramírez, Vicente Tolentino R.
y su compatriota, que residía en el país, el general Guadalupe Vásquez, entre otros.
¿Cuál
fue la impresión de Vasconcelos a su paso por algunos pueblos del Cibao, su
gente y otros temas antes de llegar a La Vega?
Dejemos
que sea el ilustre huésped quien nos describa las imágenes siguientes de aquel inolvidable
viaje camino al Cibao:
“Las poblados relucen, la gente va vestida de
limpio y los que salían a recibirnos –dice- dejaban en nuestros autos ramos de
flores… Los niños recitaban bien; los hombres hablan con despejo; y las mujeres
saben de memoria tiradas enteras del verso… en todo dominicano hay escondido un
poeta. La escuela primaria también ha hecho notables progresos en los últimos
años; todos los pueblos poseen edificio escolar y maestros. El problema de la
pobreza se podía olvidar con un generoso resurgimiento de la pequeña industria
agrícola…’’ en el
Cibao. (Ibid).
La tarde del domingo, 13 de junio del 1926,
llegó a La Vega desde Santo Domingo, el Ilustre José Vasconcelos a acompañado
del licenciado Rafael Estrella
Ureña y los demás integrantes de la comitiva.
Fueron recibidos por las principales autoridades veganas, así como por directivos de
instituciones culturales y educativas. ‘’El
Ayuntamiento –dijo luego Vasconcelos de sus notas- nos dio la bienvenida… ‘’. (p. 21, en Cuatro visiones de Santo Domingo…).
(5)
Pero,
antes de llegar a la culta Vega Real,
Vasconcelos pudo contemplar como lo hizo
Martí en una de sus visitas aquí, parte del
ubérrimo valle; con estas
palabras emotivas quedarían para siempre las impresiones al respecto del sabio azteca:
‘’Todo aquel valle es como un parque decorado en derrededor (sic) con la vista distante de la montañas: intensa
fragancia en un ambiente diáfano’’. (p.22).
¿Qué
otra impresión nos da Vasconcelos de
este inolvidable viaje por el Cibao en su histórica visita a La Vega?
“La recepción que se nos hizo- comenta- a la
entrada de La Vega fue conmovedora. La población se asienta engreída
de su esplendida belleza. Por una
especie de ley geográfica, en esta región
alta, que es la más fría de la isla predomina la raza blanca y se encuentra
a menudo el tipo hermosísimo de la criolla iberoamericana’’. (Ibid).
La
mujer vegana dejó impresionado a Vasconcelos por su belleza. Agregando algo más respecto al tema
de la raza en el Cibao, especialmente en sus mujeres, Vasconcelos nos comenta: ‘’…como
en todo país de raza mezclada, se encuentran allí (en La Vega de j.m.j.) todos los tipos, desde el muy
voluptuoso de ojazos negros y cintura flexible, hasta la rubia un poco tostada, pero de silueta ondulante y fina’’. (Ibid)
Y agrega luego:
“La Vega se veía magnífica en medio del aquel
valle florido, con sus nuevas casas y sus calles limpias y la ancha plaza (es
decir, donde hoy está el parque Duarte, la catedral y sus alrededores, n. de j.m.j.)
llena de gente endomingada
Los niños – prosigue Vasconcelos- formaban militarmente; grupos de niñas
vestidas de blanco a- potaban ramos de flores… Después de cambiar saludos y de prometer que
volveríamos esa misma noche, seguimos para Santiago de los Caballeros’’. (p.23).
(6)
VASCONCELOS
EN EL TEATRO LA PROGRESISTA
Después de los saludos efusivos a los munícipes de
Santiago, y de una breve estadía, fugaz podríamos llamarla, de Vasconcelos en
Santiago de los Caballeros aquel domingo 13 de junio de 1926, al caer la tarde
y bien entrada la noche, se produjo su segunda visita ese mismo día a la cuidad
de La Vega.
Desde
las páginas del periódico santiagués EL DIARIO, dirigido por el destacado
intelectual Ramón Emilio Jiménez, aparece la siguiente nota informativa previo
a la conferencia de Vasconcelos aquella noche en el Teatro de La Progresista,
en La Vega:
“Para acceder a la cortés invitación que le
hiciera el culto pueblo vegano- dice la nota-, que anhelaba fervientemente
escuchar la autorizada palabra del
insigne Dr. José de Vasconcelos, éste acordó dar una conferencia en aquella
localidad, después de la retreta (en el parque Duarte de Santiago, n.de j.m.j.)
que le fue dedicada anoche y de la recepción que tenía preparada la sociedad
Club Santiago.
A las 9:15 (p.m) salió el ilustre humanista,
acompañado de Secretario Estrella Ureña, de su admirado compatriota el Gral.
Guadalupe Sánchez y de los jóvenes intelectuales Francisco Prats Ramírez,
Cristian Lugo, Licdo. José R. Cordero, Emilio A. Morel, Vicente Tolentino R.,
M. Morillo y R. Emilio Jiménez.
El teatro La Progresista estaba lleno de selecto
público (todavía pasadas la 10 de la noche de aquel día, n. de j.m.j.) ávido de
escuchar al apóstol. Hizo la presentación el Licdo. Elías Brache, leyendo unas
bien escritas y mejor pensadas palabras acerca de las ideas de su presentado, y
muy aplaudido.
El Dr. Vasconcelos se puso de pie y tras un
hermoso, sentido y elocuente exordio, lleno de la satisfacción que lo domina
con motivo de la hermosa acogida que le ha hecho el pueblo dominicano, hablo
durante cerca de una hora sobre uno de los aspectos de su gran obra de
reformación social:
la influencia de la arquitectura en el espíritu de nuestra raza, tema
interesantísimo, tratado con la maestría con que sabe él tocar todas las cuestiones que
caen bajo el dominio de su pluma.
(7)
El público le tributó una estruendosa ovación y momentos después la
intelectualidad vegana le ofreció un
Champagne d ‘ Honneur por órgano del alto poeta y afamado cuentista Fabio A.
Fiallo, quien tocó con sus hermosas palabras la fibra de sentimiento
patriótico. El Dr. Vasconcelos, estaba visiblemente fatigado y se limitó a dar
sencillamente las gracias. Luego hablaron sucesivamente el Gobernador Cordero
(se refiere a Teófilo Cordero, n. de j.m.j.), el Licdo. Estrella Ureña, con su
elocuencia acostumbrada ambos, y el culto (y) joven escritor Cristian Lugo, de
la briosa juventud intelectual El Paladión, regresando todos a esta ciudad (Santiago
de Los Caballeros, n. de j.m.j.), cerca de las dos de la madrugada’’ del lunes 14 de junio del 1926.
Así
finalizaba la segunda histórica visita del sabio mexicano José Vasconcelos a la
cuidad de La Vega, el domingo 13 de junio del 1926, hacen ya casi 90 años.
Edgewater, Nueva Jersey, USA.