Presentación del poemario:
Desde las puertas de mi casa
Por Cybell Batista Baco
Nota del editor: Escrito preparado por la prof. Batista para la presentación del poemario de Alfredo Morales Nieves, "Desde las puertas de mi casa" realizada el 18 de abril de 2016 en el Casino de Mayagüez.
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Nos encontramos hoy ante la presentación de esta obra mayagüezana. Un tributo a los mayagüezanos que ya no existen, los que estamos y lo que están por nacer. Es un honor poder expresar mis impresiones del poemario, compartir mi experiencia al sumergirme en sus palabras. No podía ser otra noche como la de hoy, dónde se rinde tributo a un gran poeta, residente de Mayagüez quien al igual que Alfredo caminó las calles del pueblo, nuestro José de Diego.
Este poemario estuvo
guardado durante 20 años, ya el poeta nos explicará las razones. Pienso que
todo tiene su tiempo, todo ocurre en el momento preciso, sin dudas. Cuando
llega a mis manos para descubrirlo, esperaba leer sentimientos del autor sin
más, expresiones y vivencias del otro. Pero no fue así, quizás porque soy
mayagüezana, porque también caminé las calles que evoca el texto, porque me vi
de niña caminando junto a mi madre, escuchando sus memorias. Contándome sobre
los teatros, la escuela superior, las tiendas, los edificios. Al igual que su
autor he visto el derrumbe de edificios históricos, casas, y con ello el
derrumbe de nuestra historia.
Mientras se lee nos vamos
adentrando en las calles, la eternidad de la ciudad. Las calles, testigos mudos
y fríos para algunos, pero vivos y reveladores para otros. Me veo caminando
junto a Alfredo el niño, siendo niña también al leer sus versos. La infancia es
el lugar de la memoria y el mito. Cortázar define la infancia como el momento
en que se encuentra las cosas que nos asombran siempre. Es el mundo donde el
escritor puede habitar por momentos y hacer lo que no podía hacer desde niño:
entender.
El poema Paris me lleva a
las puertas de la casa de mis abuelos en la calle Dr. Escabi, punto de reunión
familiar, donde jugaba con mis primos, donde veía las fotografías de mi madre y
sus hermanas. Mientras escuchaba anécdotas de su juventud, me contaban del
teatro Riera, de la vida social, el desarrollo económico que florecía en ese
tiempo. Lo veía escapar como la gaviota del poema, decir adiós nos cuesta,
duele. El Ensanche Martínez me hizo reflexionar acerca de la vida
universitaria, son miles los estudiantes que habitan nuestro pueblo todos los
años, Mayagüez no puede desprenderse de los estudiantes. Nuestros huéspedes
salen de la ciudad, pero la ciudad siempre se queda en ellos. Las Puertas
mayagüezanas nos presentan la estampa emigratoria que siempre aportó a nuestro
pueblo, recibimos seres humanos de distintos entornos culturales y los hacemos
nuestros. La cubana, la madrileña, vecinas incondicionales que merecen ser
recordadas. Lamento la pérdida de muchas estructuras, edificios impresionantes,
de valor incalculable derribados sin piedad, sin valorizarlos. Ya no podemos
reconstruirlos, pero está en nuestras manos conservar lo que nos queda.
Este texto nos abre las
puertas a la intimidad del autor y de la ciudad, transmite su espíritu, su
esencia. Las imágenes nos ayudan a valorar el tiempo, la ciudad perdida, nos
traslada a la época y nos hace testigos de su historia. Se inmortaliza, se
congela para siempre las camas de pilares, las lluvias y truenos de las tardes
mayagüezanas. Antes del terremoto y luego del terremoto nuestra ciudad evidencia
su metamorfosis. Combinar las palabras con la fotografía conspira para la
intelección de los lectores. Excelente recurso poético.
Invita a la conservación, al
rescate del pueblo. Urge protección, protección que se merece como patrimonio
cultural. Cada casa, cada balcón, cada rincón merece un respeto. Pues en cada
lugar se narra la vida de nuestros ancestros, cada casa derrumbada o abandonada
borra nuestra historia, en el poemario se describe un Mayagüez desangrado,
herido a muerte. Nos toca rescatarlo, nos toca demandar su conservación. Esta
es la razón del poemario dar a conocer el valor histórico y cultural de nuestro
Mayagüez porque no se puede apreciar lo que no se conoce.
Una excelente pieza escrita de la profesora Cybell Batista Estoy de acuerdo con ella totalmente. Todo tiene su tiempo para que sea efectivo y valorado. A veces tenemos las cosas frente a nosotros y no nos damos cuenta lo valioso que son. Tus escritos son pura poesia que sale del alma. Felicidades.
ResponderBorrarGracias Edgar por tus comentarios.
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