Coloqueo ICP 7ma temporada, 1ra parte
septiembre a diciembre de 2025
Coloqueo ICP 7ma temporada, 1ra parte
septiembre a diciembre de 2025
Cuando occidente luchaba por mantener el tráfico de drogas: la Guerra del Opio
Pablo L. Crespo Vargas
El 17 de junio de 1971, el presidente
estadounidense Richard Nixon declaró la guerra en contra del comercio ilegal de
las drogas. Esto implicó la movilización de los recursos necesarios del
gobierno federal, desde donde se estableció una política dirigida a controlar
todo intercambio comercial y uso relacionado con las drogas ilegales. Los
Estados Unidos como potencia hegemónica en el mundo occidental pudo atraer a
sus aliados a esta lucha, aunque las formas en que se atiende el problema en
otros países —aliados y no aliados— es diversa. Sobre ese tema y las políticas
estadounidenses respecto a la llamada guerra contra las drogas se podrían
escribir por buen rato. No obstante, reseñaremos cuando occidente, en este caso
dirigidos por Inglaterra, defendieron el comercio de substancias adictivas y el
consumo excesivo de estas, ya que representaba una fuente de ingresos rentables
y continuas.
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Imagen: Batalla de Chin-Kiang-Foo, 21 de julio de 1842. Cuadro de Richard Simkin, parte de la colección militar de Anne S. K. Brown, Brown University Library. |
Las Guerras del Opio fueron dos conflictos donde
potencias occidentales impusieron el comercio de drogas, que anterior a la
guerra eran ilegales, como parte de sus estrategias para el dominio comercial
sobre el Imperio chino. La primera guerra ocurrió entre 1839 a 1842. La segunda
fue entre 1856 y 1860. Ambos conflictos fueron parte del proceso de expansión
imperial de las potencias europeas y países como los Estados Unidos dieron su
apoyo a ellas.
Debemos aclarar, que el conflicto surgió de las
pretensiones británicas de controlar todo el comercio chino de manera que fuera
ventajoso para sus intereses. China exportaba a Europa y a los Estados Unidos
té, seda y porcelana, entre otros bienes. El pago debía ser en moneda
(usualmente plata), acción que iba en contra de los intereses capitalistas de
occidente; no obstante, el contrabando de opio hacia China representó una
oportunidad al Imperio británico —y aliados— para tomar ventaja económica de
estas transacciones y así comenzar a pagar con esta sustancia. El opio como
droga adictiva, al igual que hoy día, representó un problema social al gobierno
chino, quienes prohibieron su consumo desde 1729, aunque los edictos en contra
del opio se repiten en 1799, 1814 y 1831, ya que estos no causaban un efecto favorable
a las pretensiones imperiales chinas. Se debe indicar que de manera primaria el
opio era utilizado como medicamento, específicamente como anestesia. Sin
embargo, su mezcla con tabaco, para ser fumado, se convirtió en todo un
problema social por ser altamente adictivo.
Las prohibiciones chinas tuvieron el mismo efecto
que las actuales tienen sobre nuestra población: un aumento al tráfico ilegal,
el cual representó cuantiosas ganancias —según algunos estimados: sobre 400% de
ganancia— a los comerciantes británicos y estadounidenses, entre otros. Desde
el punto de vista norteamericano se afianzó el llamado Old China Trade,
el cual consistió en abrir las rutas comerciales entre los Estados Unidos y el
Imperio chino. El potencial comercial de los estadounidenses se consolidó tan
temprano como en 1803, siendo el país con mayor número de buques que llegaban a
las costas chinas tanto para comercio legal como ilegal. Dos de los
estadounidenses que se enriquecieron en este mercado fueron Warren Delano Jr.
(abuelo de Franklin D. Roosevelt), y Francis Blackwell Forbes (la fortuna de
esta familia se dio a costa del comercio oriental).
La crisis provocada por el opio en China llegó a
tales magnitudes que el emperador Daoguang, de la dinastía Qing, ordenó el que
se interviniera en contra de los contrabandistas. Se inició un proceso, que hoy
día llamaríamos de mano dura, contra los traficantes internos y se llegó a casi
eliminar el problema para 1837. Claro, occidente no deseaba que su lucrativo
comercio terminara y se afincó más al contrabando. En 1839, las autoridades
chinas toman nuevas medidas, entre ella el envío de un comunicado a la reina
Victoria solicitando su intervención con los comerciantes ingleses. Esta misiva
nunca llegó a la soberana —aunque fue publicada en los periódicos londinenses—,
pero la situación en los puertos chinos se agravó al punto que se incautaron
sobre 1,400 toneladas de opio en los almacenes occidentales de la ciudad de
Cantón. Las autoridades occidentales protestaron, pero los chinos bloquearon
los puertos para evitar más entrada de opio. La tensión se agravó cuando unos
marineros británicos asesinaron a un local y los funcionarios chinos no
pudieron llevar a la justicia a los individuos acusados, dado a la protección
que les dieron las autoridades británicas. Luego un cañonero británico dispara
contra embarcaciones chinas que se encargaban de mantener el bloqueo en la
bahía del actual Hong Kong. A continuación, la flota británica comienza una
ofensiva contra las fuerzas imperiales y las derrotan, imponiendo por la fuerza
la entrada del opio a territorio gobernado por los Qing en 1842.
Años luego, en 1856, las autoridades imperiales chinas, que habían continuado su política en contra del comercio ilegal de opio, entraron a una embarcación británica, donde arrestaron a un grupo de traficantes chinos que se habían escondido allí. Esto provocó un nuevo enfrentamiento. Nuevamente, la superioridad tecnológica occidental se impuso y se continuó con la entrada de opio a los puertos chinos.
Nota editorial: La versión original de este artículo se publicó el 29 de junio de 2024 en El Post Antillano.
Homero, la caída de Wilusa y el desarrollo de la historia: una reflexión
Pablo L. Crespo
Vargas
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Homero y su lazarillo Obra del pintor francés William-Adolphe Bouguereau (1874) |
En la actualidad,
la figura de Homero, aunque algunos estudiosos dudan de su existencia, se sitúa
en el siglo VIII a.C. Aparentemente, él fue un aedo, o sea, un artista que
cantaba las historias épicas del pasado. También se piensa que fue un
prisionero o hijo de prisionero, por lo cual era considerado un homérida —de
allí puede derivar su nombre y abonar a la teoría de su inexistencia, aunque
podría ser que su nombre derivara en el término—. Los homéridas tenían la
función de mantener las tradiciones orales vivas y se encargaban de
memorizarlas y propagarlas. Esto nos explica que Homero, o quien fuera, pudo
ser el que recopilara la información para componer tanto la Ilíada como la
Odisea con la idea de preservarla.
No existe evidencia de un autor, cuyo nombre sea Homero, que haya firmado estas obras. De hecho, las copias más antiguas —en papiro— que se han preservado de estos poemas son del siglo II a.C., aunque se tiene conocimiento histórico de que en el siglo VI a.C. ya se declamaban en los festivales atenienses. No obstante, se debe señalar que la escritura en el mundo griego ya existía desde anterior al siglo XX a.C. con la escritura lineal A (jeroglífico cretense) y la escritura lineal B (jeroglífico minoico) del siglo XV al XII a.C. Estos modos de escritura eran de uso práctico o utilitarios (para uso administrativo, no literario). No es hasta el siglo IX que se comienza a adoptar el alfabeto fenicio y un siglo después —siglo VIII— ya se estaba desarrollando el alfabeto griego, favorables para su uso narrativo —literario—. El alfabeto griego continuó evolucionando hasta llegar a nuestros días con el alfabeto latino moderno. Por lo que vemos, en tiempos de Homero ya existía o se estaba desarrollando una codificación escrita adaptada a la redacción de estas historias, pero, no debemos olvidar que, según la tradición, Homero era ciego.
En todo caso, Homero
recopiló información solamente de los últimos dos meses de la guerra y del
viaje de regreso de Odiseo, uno de los personajes del conflicto. El resto de la
historia, que casi todos atribuimos a Homero, se conoce por otros narradores o
escritores y por la gran cantidad de obra artística que este hecho generó. La
mitificación de los conflictos comerciales y de luchas de poder no es algo
extraño, hoy día, en pleno siglo XXI se sigue haciendo y se sigue construyendo.
No necesariamente es algo adrede o de mala intención, sino que nuestra
naturaleza humana nos lleva a resaltar —para legitimar o valorizar— lo que
creemos, y más, cuando la distancia y falta de evidencia favorece esto.
En el caso de
Homero, este simplemente recopiló la tradición oral existente en su medio
ambiente. Hoy, reconocemos que la tradición oral tiene dos importantes
elementos, la identidad cultural y la memoria colectiva, ambos presentan una
cosmovisión única para un grupo poblacional. En el caso de Homero fue el origen
del mundo griego. La tradición oral, aunque no puede considerarse propiamente
algo histórico, si sirve de base para conocer el pensamiento y los imaginarios.
Por otro lado, que nos dice que estas leyendas nacieron en el vacío o en una
imaginación sin nada en ella. La guerra de Troya —la caída de Wilusa— es solo
una representación de una serie de conflictos que se dieron por el predominio
de la región y que ya están siendo estudiados gracias a la gran cantidad de tablillas
cuneiformes con el lenguaje hitita que están siendo encontradas y traducidas
desde la segunda mitad del siglo XX. Arqueológicamente hablando, también existe
la evidencia de estos conflictos.
Para finalizar, aunque se considera a Heródoto el padre de la historia por sus relatos sobre la humanidad que él conocía, no fue el primero de ellos. Anterior a él existieron los llamados logógrafos: Janto de Lidia, Cadmo de Mileto y Helánico de Lesbos, entre otros historiadores. En el caso de Homero, aunque su aportación fue más folclórica que histórica, nos dio una de las primeras miradas interpretativas sobre lo que estaba pasando al final de la edad de bronce en el Mediterráneo oriental. Ahora, la pregunta es: ¿podrá ser considerado el primer historiador?
Nota: La versión original de este ensayo fue publicado en El Post Antillano el 10 de agosto de 2024.
Preámbulo a Curas, parroquias y libros sacramentales. Breves noticias para la historia eclesiástica del sur de Puerto Rico.
Eli D. Oquendo Rodríguez
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En el año 2011,
se publicó en la Revista Horizontes de la
Pontificia Universidad Católica un artículo titulado “Los libros
parroquiales de Arecibo: un espejo de la sociedad colonial, 1735-1749”. El
escrito buscaba analizar temas de la sociedad colonial sugeridos en el libro de
bautismos. Por ejemplo, el origen de los pobladores, la importancia dada a la
casta militar, la presencia y comercio de esclavos, la prevalencia del
matrimonio legítimo sobre el amancebamiento, el mestizaje, las prácticas
asociadas al sacramento del bautismo y la agricultura de subsistencia, entre
otros. Recurriendo a las observaciones de los cronistas del siglo XVIII y a los
datos extraídos del libro se logró sumar una pieza más al complejo rompecabezas
de la sociedad arecibeña en aquella centuria. Este escrito se publicó, por
segunda vez, en una compilación de artículos que recientemente vio la luz. De
aquel ejercicio algo quedó claro y es que los libros parroquiales son, sin
duda, fuente inagotable de información. Una mente curiosa que los ausculte y la
formulación de preguntas bien dirigidas harían que se viera muy beneficiada la
historia social, demográfica, religiosa, del pensamiento y hasta de la vida
cotidiana.
Recurriendo a
ese tipo de fuente, en tiempos recientes, se trabajaron dos artículos que
recogen otros temas sugeridos por tales libros. En uno se examinan los
testamentos en los libros de entierros de la parroquia San Juan Bautista y San
Ramón de Juana Díaz. Se seleccionaron los primeros tres libros de entierros que
abarcan un período de más de cincuenta años entre 1787 y 1843. Este pone
atención en las disposiciones de carácter religioso señaladas por los difuntos:
misas, ceremonias, tipos de entierros, legados piadosos y devociones
preferidas. El segundo artículo se centra en la identificación del clero
(secular y regular) que sirvió en las capillas y parroquias fundadas en el sur
de la Isla desde el siglo XVI. La capilla de San Blas en Coamo es la más antigua y data del último tercio de
aquella centuria. Nuestra Señora de
Guadalupe en Ponce también inició como capilla el siglo siguiente. Para
ambos pueblos se pudo identificar religiosos atendiendo a la feligresía de
ambas parroquias desde la década de 1660. Predicaban, decían misa y
administraban sacramentos: San Antonio
Abad en Guayama, Nuestra Señora del
Rosario en Yauco, San Ramón en
Juana Díaz y el Patriarca San José en
Peñuelas surgen a lo largo del siglo XVIII. San Benito de Abad en Patillas, San
Joaquín en Adjuntas, la Inmaculada
Concepción en Guayanilla son de la primera mitad del siglo XIX. Las
parroquias Santiago Apóstol en Santa
Isabel, Nuestra Señora de la Monserrate
en Salinas y San Pedro Apóstol en
Arroyo datan de 1850 en adelante.
La
identificación de los sacerdotes que administraron estas parroquias sirvió para
considerar algunas ideas sobre su educación, la labor ministerial y otras
obligaciones, sus estilos de vida, cualidades y retos que debieron enfrentar. Y
la identificación no sólo constituyó en señalar quien estaba laborando en la
parroquia en tal o cual momento. Este trabajo consistió en aportar, en la
medida de lo posible, datos biográficos a fin de conocer la persona un poco
más. La historia la construyen personas reales, con virtudes y defectos, y
cuando se está consciente de ello se aprecian mejor sus aciertos y no se es tan
severo con sus errores.
La Guerra de Ucrania y su extensión al Sudán
Pablo L.
Crespo Vargas
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Localización de Sudán Imagen de Dinamik en Wikimedia Commons 24 de enero 2010 |
La guerra
de Ucrania se expandió a un nivel internacional y no es precisamente en Europa,
donde, en el peor de los casos, pudiera desencadenar una escalada que
terminaría con un conflicto mayor o hasta una guerra nuclear. En los primeros
meses del 2024 salieron reportes independientes y de diversas agencias de
noticia internacionales tales como The Economist (Londres), Lemonde (París),
Wall Street Journal (New York) y Firstpot (India), entre otras, sobre fuerzas
especiales ucranianas operando en Sudán y Siria como parte del esfuerzo de Kiev
por desalentar la presencia rusa en estos países. Fuentes independientes como
Bellingcat (colectivo internacional independiente de investigadores y
periodistas establecido en Londres) aseguraron que fuerzas militares ucranianas
se encontraban activos en una especie de “caza” de efectivos rusos de la
empresa militar privada (PMC – Private Military Company) Wagner operando en los
dos países mencionados.
El grupo
Wagner fue, originalmente, una organización mercenaria que daba servicios al
gobierno ruso y a sus aliados. La organización surgió durante la intervención
rusa en Ucrania de 2014 y se fue afianzando con poder y riquezas según
participaron en operativos en beneficio del gobierno de Vladimir Putin,
presidente ruso. Luego del intento de rebelión de Wagner, en junio de 2023, y
de la muerte de su cuerpo directivo en agosto del mismo año, el gobierno ruso
tomó control de la organización, aunque en Occidente se sospechaba que siempre
lo tuvo. En la actualidad Wagner es parte de la estructura militar rusa; no
obstante, se debe mencionar que sus operaciones en el extranjero fueron base
para su enriquecimiento y formación. Entre estas intervenciones ha estado el
apoyo al gobierno oficial sirio desde el 2015 y operaciones en diversos países
africanos: Sudán, Malí, Mozambique, Burkina Faso, Libia, Madagascar y República
Centroafricana.
En el caso
de Sudán, país con una población actual aproximada de 50 millones, vive desde
1983 en un estado constante de guerras civiles que han provocado, según los
estimados más altos, sobre 2.7 millones de muertes y 10 millones de desplazados
(números combinados de todos los conflictos internos). Estas cifras demuestran una
crisis humanitaria, donde los mayores afectados son los ciudadanos comunes,
quienes sufren las masacres, la hambruna, las epidemias y cuanto otro
sufrimiento provocan las ansias de poder.
El estado
de guerra civil actual en Sudán, comenzado en abril de 2023, enfrenta a dos
facciones militares: las Fuerzas Armadas de Sudán (FAS) —fuerzas militares
gubernamentales— y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), milicias que en algún
momento estuvieron aliados o en colaboración con el gobierno durante la guerra
de Darfur. Sobre el conflicto en Darfur, este es uno de carácter étnico entre
poblaciones de descendencia árabe y negras nativas, básicamente por el control
de recursos. El gobierno sudanés estuvo del lado de la población árabe
argumentando que las intenciones de la población negra eran de separarse.
Recordemos que, en 2011, el Sur de Sudán se separó como entidad independiente,
siendo las discrepancias étnico-religiosas las principales para que se diera.
Regresando
al estado de guerra civil sudanés, dentro de los aliados de la FAR se incluye
al grupo Wagner, quien ha suministrado entrenamiento y apoyo directo de combate,
lo que implica la llegada de militares rusos y mercenarios extranjeros al
conflicto. Por otro lado, las fuerzas especiales ucranianas también se desplegaron
en el país. Al menos, desde septiembre de 2023 se han confirmado movimientos de
ambos grupos y ataques de los ucranianos sobre elementos de Wagner, que
incluyen el uso de drones y la captura de un mercenario ruso. La situación no
se queda allí y se complica. El gobierno ruso, desde mayo de 2024, ha estado en
conversaciones con el gobierno sudanés para ampliar sus operaciones en el Mar
Rojo con el establecimiento de una base de logística naval al norte de Puerto
Sudán. Esto ampliaría el campo de acción
y movilidad de los rusos en una zona altamente conflictiva. En beneficio a las
autoridades de Sudán, Moscú estaría suministrando equipo y armamento al
gobierno local. En esta misma línea, analistas internacionales estiman que Rusia,
como parte de los acuerdos, moverá los elementos de Wagner fuera de Sudán y los
reubicará en la zona de guerra de Ucrania. Esto le dará espacio al gobierno y a
la FAS a poder consolidar su poder. Ahora bien, existe una gran contradicción
en todo esto que está ocurriendo o por lo menos es lo que se puede ver desde
Occidente, ya que las relaciones entre Sudán y Ucrania también se han
estrechado en los últimos dos años, al punto que se han intercambiado ayuda
militar y en agosto del 2023 se había acordado el establecimiento de una
embajada ucraniana en Khartoum, capital del país.
Al momento
de escribir estas líneas (julio de 2024), las autoridades oficiales de Sudán se
han reubicado en Puerto Sudán y Khartoum es zona de combates donde la FAR
mantiene un predominio. A parte de las fuentes ya mencionadas, hemos revisado
partes de prensa y análisis de las siguientes procedencias: Aljazeera (Qatar),
United Nation News, New York Times y BBC.
Nota
editorial: Artículo original publicado el 3 de julio de 2024 en El Post
Antillano. La versión en Akelarre fue modificada para adecuarla al tiempo
transcurrido desde que salió el artículo de manera original.
Formas de sociedad en la historia
Francisco Moscoso
(Fragmento
del libro Indios y negros en la conquista española de Puerto Rico, siglo XVI:
libres y esclavos, Lajas: Editorial Akelarre, 2025, pp. 7-13)
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En
una etapa avanzada de la sociedad tribal se generó el excedente de producción.
En otras palabras, especialmente mediante la agricultura y el desarrollo de
técnicas de cultivo e irrigación, complementado por un nivel tecnológico
neolítico que proporcionó una ferretería de instrumentos de piedra pulida, la
sociedad tuvo la capacidad de crear abastecimientos regulares y reservas de
sustento alimenticio variado que superaron las limitaciones del quehacer
cotidiano de trabajo para la sobrevivencia estricta.
Las
nuevas circunstancias de la historia fueron analizadas con profundidad por el
arqueólogo V. Gordon Childe. En su libro Qué sucedió en la historia, Childe
lo conceptualizó con atino como la Revolución Neolítica. Por entonces
comenzaron las construcciones de chozas y asentamientos en aldeas, con
jurisdicciones territoriales aledañas consideradas vitales para la tribu. Ese
terreno de desarrollo mayor de las fuerzas productivas hizo posible que unos
segmentos de la sociedad se separaran de las faenas de la producción directa
que antes compartían en conjunto. Surgieron los guerreros defensores y se
destacaron algunos por sus destrezas y valentía. Otros se distinguieron como
conocedores de las propiedades de las plantas medicinales y alucinógenas e
intérpretes de los espíritus de la naturaleza. Y algunos linajes eran
relacionados (realmente o transmitido por leyenda cultural) con la antigüedad
de donde derivaban su identidad étnica. Las distinciones de prestigios fueron
la antesala histórica de las diferenciaciones sociales privilegiadas.
En
aquellos contextos históricos la gente tenía concepciones primitivas y
mágico-religiosas de la vida y la naturaleza. Entonces el conocimiento
científico era muy escaso y atribuían a los elementos de la naturaleza y a
algunos individuos poderes misteriosos. Esas fueron las semillas del
surgimiento histórico de la estratificación social y de la jefatura.
Con
los cacicazgos se produjo la transición de la sociedad tribal-comunal a la
sociedad de clases sociales y estado incipientes. Desde las civilizaciones
posteriores en adelante la historia registra una sucesión de diferentes
sociedades de clases y estados consolidados. En términos generales, las
sociedades han pertenecido a los contextos del tributarismo, esclavismo,
feudalismo, capitalismo, socialismo y/o comunismo. Así mismo se han dado muchos
casos de sociedades mixtas, con combinaciones de las formas anteriores. Sobre
las definiciones y caracterizaciones de cada una de estas formas hay una
historiografía abundante, con interpretaciones diversas y debates.
Ese
es el esquema general de formas de sociedad que se han sucedido en la historia
desde el pasado remoto hasta nuestros días. En términos de desarrollo de
fuerzas y capacidades productivas pueden considerarse etapas (con fases
particulares) de sociedad en la historia. A esa sucesión general podemos
asociar un claro desarrollo tecnológico y científico progresivo. Ello se
demuestra desde los inicios de la sociedad humana equipada con instrumentos
rústicos de piedra y madera hasta la revolución electrónica y cibernética del
tiempo en que escribimos; proceso de incesantes cambios e innovaciones. Pero no
se puede decir lo mismo en cuanto al contenido social de las sociedades que,
por ser constituidas en divisiones de clases lo que han legado son diferentes
formas de explotación del trabajo y opresiones de todo tipo. Ciertamente, es
una gran paradoja y frustración terrible en el andar de la historia.
Se
observa, a su vez, que la historia es un proceso de movimientos y desarrollos
multilineales de las sociedades. No todos los pueblos han pasado por el esquema
general de etapas. Todo depende de los ritmos y condiciones dispares de
desenvolvimiento en cada lugar, por un lado. Y a las circunstancias en que unos
pueblos, con niveles de vida y contextos históricos distintos han entrado en
contacto o en procesos de conquista o subordinación unos respecto a otros.
Al considerar lo sucedido con indios y negros en la conquista española en el siglo XVI, tengamos presente dos escenarios compuestos de contextualización concreta: (1) el trasfondo de las sociedades de África de donde provenían los “negros”, el de las sociedades de América indígena, y el de las sociedades de Europa, y España y Portugal, más en particular, por ser las dos potencias conquistadoras iniciales; y (2) la caracterización del entrecruzamiento de estas sociedades de contextos bien diferentes en el proceso de conquista y colonización que se desplego desde 1492 y a lo largo del siglo XVI.
Comentarios a Haití: un pueblo atrapado por el hombre
Pablo L. Crespo Vargas
Haití: un pueblo atrapado por el hombre es la más reciente obra del
historiador Miguel Ángel Virella Espinosa. Esta está compuesta por cuatro
ensayos que recorren diversos aspectos de la historia del pueblo haitiano desde
su formación dentro del sistema esclavista internacional, anterior a la
Revolución Haitiana, hasta las repercusiones raciales que tiene que vivir esta
población, aún hoy en el siglo XXI, y que fueron presentadas en el análisis que
el profesor Virella realiza sobre la llamada Masacre de Perejil. El doctor
Virella busca concientizar sobre los estereotipos y la concepción racista y de
discriminación que se tiene sobre los haitianos, especialmente cuando estas
vienen de otros caribeños.
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Regresando a los ensayos del doctor Virella, estos presentan diversos temas
tales como el racismo, el sincretismo religioso, las luchas abolicionistas, los
conflictos políticos, tanto locales como internacionales, y el intervencionismo
imperialista en el Caribe, entre otros. El primer ensayo analiza la Revolución
Haitiana desde sus raíces con el sistema esclavista y las luchas de poderes
entre grupos poblacionales. El segundo ensayo trabaja el intervencionismo
extranjero en Haití, recalcando el caso de Mole Saint Nicolas, enclave
geográficamente estratégico para el establecimiento de una base naval. Fueron
varias las naciones que se interesaron por este puerto, pero el que más presión
realizó fue el gobierno estadounidense, aunque no lograron adquirirlo. Interesante
entender las movidas que se dieron, la reacción del gobierno haitiano, con
algunas personalidades dispuestas a entregar su tierra y otros defendiendo la
soberanía del país —algo que vemos muy seguido en el Puerto Rico actual. El
tercer ensayo continúa presentando los intereses del expansionismo militar de
los Estados Unidos, quienes ocupan Haití en 1914 y llevan a que esta invasión
provoque ciertas movidas que repercutieron tanto fuera como dentro del país. El
último ensayo, el autor nos lleva a la Masacre de Perejil en 1937 y nos sumerge
a las dinámicas fronterizas entre dominicanos y haitianos y los efectos para
ambos pueblos.
En fin, Virella Espinosa quiere que analicemos sin prejuicios la historia
haitiana para poder entender la esencia caribeña que hay en ella y, aunque nos
guste o no, representa parte de nuestras vivencias como pueblo.
Miguel Ángel Virella Espinosa es un estudioso de la Cultura Negra y sus aportaciones al Mundo Moderno. En la actualidad se desempeña como profesor de Historia de Puerto Rico en la Universidad Interamericana, Recinto de Bayamón. Su formación académica se da en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, la Universidad de Nueva York y la Universidad Interamericana de Puerto Rico. De esta última obtuvo el grado de Doctor en Filosofía con especialidad en Historia de América. Al momento, está trabajando en el análisis del quehacer cultural de Arturo A. Schomburg para una futura publicación.
La versión original de este artículo fue publicado por El Post Antillano el 3 de agosto de 2024.
La isla de la Mona en el proceso de conquista
Pablo L. Crespo
Vargas
En abril de 2024,
el Dr. Francisco Moscoso publicó el libro La Isla de la Mona en la conquista
española de Puerto Rico. Esta obra se suma a una serie de publicaciones de
este autor sobre el tema de la conquista y colonización en Puerto Rico.
También, complementa la obra del Dr. Ovidio Dávila, Arqueología de la Isla
de Mona de 2003; y los trabajos que se han publicado en revistas
profesionales sobre el tema, como por ejemplo el ensayo de Walter A. Cardona
Bonet, “Los Caciques de la Mona”, Hereditas, Revista de Genealogía
Puertorriqueña, Vol. 21, Número 2, 2020, pp. 10-26.
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Sobre el
contenido, Moscoso nos dirige por el recorrido histórico de esta isla durante
el primer cuarto del siglo XVI. En ese tiempo, la Mona representó un puente
geográfico entre La Española y San Juan Bautista (eventualmente reconocido como
Puerto Rico). Para el autor, su objetivo es presentar la “función de apoyo
material que desempeñó la Isla de la Mona para los conquistadores españoles”
[p. 4]. Al comenzar la conquista, la isla —y su cacicazgo— fue otorgado en
encomienda a Bartolomé Colón de 1511 a 1514. No obstante, en 1515, pasó a manos
de la Corona, convirtiéndose en una Hacienda Real. Dentro de lo que esto
representó, la población indígena no podía ser removida y debían quedarse como
jornaleros de las labores que allí se dieran: “Así pues, el pequeño cacicazgo
de la Isla de la Mona se transformó en Real Hacienda al servicio y negocio del
gobierno colonial: estación de abastecimiento del básico pan casabe” [p. 20].
Pero, el casabe no sería el único producto que sería exportado, dado a que se
elaborarían hamacas. Sobre estas y su importancia comercial en el proceso de
conquista y colonización se destacan varias páginas [27-31]. Otros temas
tratados son la cotidianidad que se vivía en la Mona, posibles proyectos que
tenían los colonizadores y hasta se da una explicación de cómo se compensaba o
pagaba a los indígenas. En este último caso debemos indicar que la indemnización
se hacía a partir de suministrarles piezas de vestir —una muestra clara del
choque cultural y la poca empatía hacia la población local—.
El autor también
presenta a los protagonistas de esta historia, tanto indígenas como
colonizadores. Muchos de ellos nombrados en los documentos de la Real Hacienda
y que Moscoso nos presenta en tablas o narraciones. Demos dos ejemplos; primero,
el cuadro 3, donde se describe narrativamente una pequeña aldea de, al menos,
ocho bohíos, con los nombres de sus principales: un cacique o líder llamado
Camillas, un capitán o nitaíno llamado Andrés Carahaguan y hasta un naboria de
nombre Pedro Hayoroa, entre otros; y cada uno de ellos a cargo de un bohío [p.
45-46]. Segundo, en el cuadro 4, Moscoso nos nombra 128 indígenas con su pago
por las tareas realizadas: el que más, el cacique, recibe hasta un jubón de
damasco como parte de varias piezas; y los que menos, naborías comunes, una
camisa [pp. 48-54].
La Isla de la
Mona en la conquista española de Puerto Rico nos presenta parte de nuestra historia, una de la
que poco se habla, pero que está allí. La Mona, como punto central entre dos
Antillas, que por siglos han estado hermandadas, y que hoy, con esta narración
nos hace ver las dificultades de la vida que pasaron los aborígenes de esta
zona.
Por último, y como dato técnico, el ensayo está dividido en 15 apartados temáticos, unas 90 páginas, con 19 imágenes y varias tablas con información referente. La versión comercial es en carpeta blanda, mientras que existe una edición especial en carpeta dura, la cual se puede conseguir en línea.
La versión original de este artículo fue publicada el 6 de julio de 2024 en El Post Antillano.
Lajas y los compontes
Pablo L. Crespo Vargas
(artículo publicado en El Post Antillano el 13 de abril de 2024 - artículo actualizado con los datos de Palacio González el 27 de junio de 2025)
Lajas se
establece como municipio independiente en 1883; precisamente en un momento de
crisis económica, acentuado por el monopolio de los comerciantes peninsulares
sobre la economía local. Es en este periodo que surgen grupos de criollos
liberales que se organizan para contrarrestar el predominio de los peninsulares.
Entre las medidas que tomaron estaba el boicotear los negocios de comerciantes
españoles y de quienes apoyaran al gobierno colonial; entre estas
asociaciones estaban las que se conocieron como “La Boicotizadora”, “La Torre
del Viejo” y “Los Secos”. Mientras esto ocurría, los partidarios del
autonomismo puertorriqueño se fueron organizando y creando distintas
agrupaciones que representaban el pensamiento liberal de la época. Lajas no fue
la excepción, Lidio Cruz Monclova lo identifica como uno de los 49 municipios
donde se lograron constituir organizaciones de este fin.
En marzo de
1887, se reúnen los liberales en la ciudad de Ponce en una asamblea donde se estableció
el Partido Autonomista Puertorriqueño. Los representantes del área suroeste en
la asamblea de autonomistas de Ponce fueron: el Dr. Félix Tió Malaret por
Sabana Grande; Dr. Pedro Malaret y Ulises López por San Germán; y el Dr. Luis
Aguerrevere por Cabo Rojo, este último, de origen venezolano, eventualmente fue
nombrado médico de beneficencia en Lajas. Junto a la delegación sangermeña, se
integró Francisco Feliú y Toro, cuya familia se había establecido en Lajas. Propiamente
de Lajas, no hubo representante, aunque como ya vimos que sí se constituyó un
grupo a favor. Jaime Frank Paganacci establece que una de las razones para que
no hubiera representantes lajeños en Ponce era la falta de un pensamiento
político maduro en el recién creado municipio.
Luego de la
asamblea autonomista, los ánimos entre liberales y el poder colonial
aumentaron. Romualdo Palacio González, gobernador de la Isla desde el 23 de
marzo de 1887, viendo posibles repercusiones negativas hacia la soberanía
española en la colonia, orquesta una política de represión que inició en agosto
de ese mismo año y que fue conocida como los
compontes. No es hasta octubre que se comienza a sentir en Lajas la
represión que tuvieron a cargo el capitán Fernández de Castro y los tenientes
José Sánchez Candal y Nemesio Ibern Cuesta.
El primer
incidente que ocurre en Lajas fue el allanamiento de la residencia de Francisco
Antongiorgi, sangermeño y ciudadano francés, por sus padres, quien tenía una
finca en el barrio de Santa Rosa. Al momento de ocurrir la intervención,
Antongiorgi se encontraba en San Germán; al conocer que las autoridades lo
buscaban se presentó al cuartel de la guardia civil. Allí es detenido y
encarcelado, dejado en libertad al día siguiente. Las posibles razones para que
las autoridades intervinieran con Antongiorgi fueron dos circunstancias vistas
como sospechosas por la guardia civil: (1) la gran cantidad de personas que lo visitaban
en su residencia en el barrio Santa Rosa, y (2) el estigma que se tenía sobre
extranjeros, especialmente franceses, a quienes se les ligaba con pensamientos
políticos de corte liberal.
A Francisco
Antongiorgi no se le encontró causa que lo relacionara al movimiento
subversivo, no obstante, la guardia civil continuó en su afán de detener y
humillar a toda persona relacionada con las ideas liberales. Entre los
supuestos conspiradores, residentes o con propiedades en Lajas, estaban:
Francisco María Farías, Juan Antonio Farías, José Antonio Sanabria, José
Dolores Landrau, Eustaquio Balzac, Tomás Balzac, Rafael L. Ronda y Francisco
Vélez Pagán. Se tiene constancia de algunos de los abusos que se perpetraron
contra estos liberales. Por ejemplo, Francisco María Farías fue torturado, al
igual que Francisco Vélez Pagán, aunque este último también fue azotado; José
Dolores Landrau, periodista de profesión, fue golpeado tan fuerte que sufrió
dislocación de una de sus extremidades, como si esto fuera poco, tuvo que
caminar encadenado desde Lajas hasta San Germán.
Los abusos del
gobernador Palacio González fueron tantos, que las quejas de algunos
puertorriqueños llegaron hasta España, provocando que Palacio González fuera
destituido de su cargo en noviembre de 1887. Lamentablemente, y como ya Jaime
Frank Paganacci había comentado, el sentido de lealtad de algunos lajeños era
tal, que sin mirar las atrocidades que se habían cometido aún abogaban ante la
propia Reina Regente para que el gobernador Palacio González no fuera removido
de su puesto. Los incondicionales lajeños fueron Pedro Ascaso, Augusto Caimaré,
Leoncio Portela, Vicente Tomey, José Noriega, Juan Costa, Celestino García,
José Rodríguez, Laureano Rodríguez, Domingo Almodóvar, Luis Almodóvar y Benito
Crespo, quienes tuvieron la arrogancia de indicar sobre Palacio González que
este era un “dignísimo patricio y bravo y celoso militar que había descubierto
la horrible, tenebrosa y jamás oída conjuración tendente a destruir el Imperio español
en estas apartadas regiones”.
Fragmento
editado del libro de Pablo L. Crespo Vargas, Lajas, desde los amerindios hasta
el siglo XIX: historia, cultura y sociedad de un pueblo (Lajas: Surcando la
Historia, Inc., 2014).
Referencias:
Alcalá Perálvarez, Juan M. “Romualdo Palacio, el General Componte”. En https://juanmalcala.es/getafe/el-general-componte/ publicado el 15 y 16 de junio de 2012 (artículo en dos partes), consultado el 27 de junio de 2025.
Archivo Histórico Nacional
(Madrid), Ultramar, leg. 5125
Cruz Monclova,
Lidio. Historia del año 1887. Río
Piedras: Editorial Universitaria, 1970.
Frank Paganacci,
Jaime. “El componte en mi región”, en Mario F. Pagán, Historia de Lajas: 1883-1983.
Mayagüez: Negrón Martín, 1983.
Pagán, Mario F. Historia de Lajas: 1883-1983. Mayagüez: Negrón Martín, 1983.
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Imagen de Romualdo Palacio González Obtenida en Wikimedia Commons |
Algunos datos sobre
el general Romualdo Palacio González
·
Nace en Málaga (España) el 8 de febrero de 1827 y muere
en Getafe (España) el 7 de septiembre de 1908.
·
Participó entre 1859 a 1860 en la Guerra de África (guerra
hispano-marroquí).
·
En 1868, participó en la Revolución Gloriosa en contra de
la reina Isabel II.
·
Se destacó en las guerras Carlistas del 1869 a 1876.
·
Gobernador de Puerto Rico de enero a noviembre de 1887. Los
abusos y atropellos que realizó en los llamados compontes promovieron su destitución.
·
En 1892 fue nombrado director general de la Guardia Civil.
·
En 1906 se retira de la vida pública.
Prefacio al poemario «Reminiscencias»
Yamil Aponte
Padilla
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Deseo agradecer
al Dr. Pablo L. Crespo Vargas por sus atenciones y su disponibilidad para la
publicación de este texto, mi primer poemario. De igual manera, valoro el apoyo
de mi familia y de ese círculo muy cerrado de amistades, gente verdadera y
genuina.
Espero que puedan
sentir desde lo más profundo cada palabra, cada verso y que el hablante lírico
les toque el alma y recorra por todos sus sentidos. Que cada verso llegue hasta
lo más profundo de la piel.
Fragmento del libro «Nicolás Fajardo en la conquista española de Puerto Rico, siglo XVI»
Francisco Moscoso
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Nota de introducción
Con la documentación disponible es difícil y resulta
incompleto intentar hacer una biografía de los conquistadores españoles de
Puerto Rico, en general. De muchos, lo que tenemos son datos fragmentados y
lagunas entre años. No hay más remedio que juntar los pedazos de información
que por lo menos nos puedan dar una idea de sus andanzas. Tal es el caso de
Nicolás Fajardo.
Inicios de la colonización
La conquista española de Puerto Rico se llevó a cabo,
efectivamente, entre 1508 y 1521. Para entonces todos los cacicazgos de los
taínos, habitantes indígenas de la isla, habían sido subordinados o
aniquilados. En ese periodo la capital colonial era la Villa de Caparra, a la
que llamaron indistintamente Ciudad de Puerto Rico. Desde su segundo viaje a
América en 1493 el almirante Cristóbal Colón cambió el nombre nativo de la
isla, Boriquén, al que marcaba la dominación imperialista: Isla de San Juan
Bautista.
El puerto Rico se refería a la bahía de San Juan,
aludiendo a la riqueza de oro advertida en sus cercanías por el capitán Juan
Ponce de León, quien estuvo al mando de la conquista en sus comienzos. Después
del proceso de mudanza a la Isleta situada a la entrada de la bahía y fundación
allí de la nueva capital en 1522, con el tiempo se trastocaron los nombres:
ciudad de San Juan e Isla de Puerto Rico. En algunos documentos de aquellos
años la isla se identificó también como San Juan de Boriquén. A pesar de todo,
los puertorriqueños se siguen refiriendo a Puerto Rico igualmente con el
vocablo modificado de Borínquen; y como sinónimo de puertorriqueños, boricua.
Durante esos años la actividad económica principal fue la
minería del oro. La subsistencia estuvo basada en la agricultura, aprovechando
la zapata agrícola taína previa, y la ganadería, de nueva introducción; y en
menor escala la pesca. Los españoles impusieron un régimen de trabajo mixto: la
Encomienda o repartimiento de indios declarados «vasallos libres» de la Corona,
efectuado mediante la estructura social cacical, subordinada mediante pactos
y/o la fuerza; y la esclavitud, como castigo a los indios rebeldes.
Uno de los métodos de la conquista fue el de las cabalgadas. Estos eran ataques encabezados por grupos de caballería contra caciques y territorios rebeldes o por dominar. Aldeas eran incendiadas y conucos, o campos de cultivo eran arrasados. En la refriega de horror y destrucción indios e indias, especialmente mujeres, niños y niñas fueron capturados y esclavizados. En ese escenario es donde primero aparece documentado Fajardo.
Ponce de León: intento de colonización de la Florida
Pablo L. Crespo Vargas
El primer europeo en pisar de manera oficial, luego de comenzado la llamada empresa colombina en 1492, territorio continental del actual Estados Unidos, fue Juan Ponce de León, quien salió de las costas de San Germán, en Puerto Rico, un 13 de marzo de 1513, en busca, según la leyenda, de una fuente de la juventud. Ponce de León llegó a la península de la Florida en 1513. Aunque el mito nos habla de la fuente de la juventud, la realidad es que Ponce de León, en 1512, recibió una cédula real para ir a explorar y colonizar las islas de Bimini (actual zona occidental de Bahamas). Recordemos, que al igual que los demás conquistadores del momento, Ponce de León tenía el mandato de seguir explorando y colonizando nuevas tierras. Esta cédula nos demuestra la confianza que la Corona tuvo en la figura de Ponce de León, ya que anterior a ser considerado, Bartolomé Colón había solicitado esta empresa. Las diferencias de la familia Colón con Fernando de Aragón y la postura de Ponce de León a favor del monarca, dieron a este último una ventaja.
Antes de continuar, se debe señalar que, según Garcilaso de la Vega, un esclavista, cazador de nativos, Diego de Miruelo, por accidente había llegado a la península de la Florida, aproximadamente entre 1510 a 1511, mientras se encontraba en una de sus correrías por las Bahamas. Esto reforzó la idea de emprender una expedición a la zona.
Regresando a la expedición de Ponce de León, esta consistió en tres embarcaciones y unos 65 hombres (algunas fuentes hablan de 200). El 2 de abril de 1513 avistan las costas continentales atlánticas y al día siguiente desembarca en un lugar que desconocemos, pero que algunos localizan al norte del actual Daytona Beach. Los exploradores continuaron su exploración hacia el sur de la península y luego bordearon parte de la costa occidental, ya en el actual Golfo de México. Ponce de León regresa a Puerto Rico y decide ir a Castilla para asegurar sus derechos sobre las nuevas tierras.
En el ir y venir de los acontecimientos, no es hasta el 1521 que Ponce de León tiene la oportunidad de zarpar nuevamente hacia la Florida. Se debe mencionar que, en el tiempo transcurrido entre el primer viaje y el segundo, la península de Florida fue visitada por cazadores de nativos con el motivo de esclavizarlos, dado a la necesidad de mano de obra para el funcionamiento del sistema económico colonial y a la justificación de que el nativo salvaje era caníbal.
Este segundo viaje fue todo un desastre para el conquistador de Boriquén. Ponce de León zarpa el 20 de febrero de 1521 con dos embarcaciones y unos 200 acompañantes. Tan pronto llegan a la Florida comienzan el proceso de establecer un asentamiento, pero los nativos, cansados de las continuas correrías de los cazadores castellanos, la embisten contra el nuevo grupo de invasores. En uno de los enfrentamientos, Ponce de León es herido con una flecha. Dentro del mito se habla de que esta estaba envenenada como si una flecha regular no pudiera ser la causa de una infección que lleve a la muerte al herido, tal como pasó con el primer gobernador de San Juan Bautista (hoy Puerto Rico). Los conquistadores tuvieron que regresar a Cuba y en julio del mismo año Ponce de León muere.
Imagen: Grabado de 1885 representando la llegada de Juan Ponce de León a la Florida en Hezekiah Butterworth, Poems for Christmas, Easter, and New Year’s, Boston: Estes and Lauriat, 1885.
Referencias:
Burset Flores, Luis. La vida en Puerto Rico en el siglo XVI. Santo Domingo, 2020.
Fuson, Robert H. Juan Ponce de Leon and the Spanish Discovery of Puerto Rico and Florida. Blacksburg: McDonald and Woodward, 2000.
Herrera, Antonio de. Descripción de las Indias Occidentales. Madrid: Oficina Real de Nicolás Rodríguez Franco, 1730.
Tió, Aurelio. Nuevas fuentes para la historia de Puerto Rico. San Germán: Universidad Interamericana, 1961.
Tuner, Samuel. “Juan Ponce de Leon and the Discovery of Florida Reconsidered”, Florida Historical Quartely, vol. 92, n. 1, art. 3.
Artículo publicado originalmente en El Post Antillano, 10 de febrero de 2024.
Las artes mágicas. Entre la ignorancia y la maldad.
Teresita Soto Falto
Crespo Vargas, Pablo
L. (2025) Brujería y hechicería en el
Caribe Hispano, siglo XVII. Ponce Puerto Rico: Casa Paoli, Centro de
Investigaciones Folklóricas de Puerto Rico, Inc.
Los temas y la práctica de la brujería y la hechicería han tenido larga vida en nuestra cultura caribeña y americana. Por ignorancia hemos llegado a pensar que es en estas tierras, de manos de los negros esclavizados provenientes de África que nos llegan la magia, los sortilegios, los hechizos y la brujería. Nada más alejado de la verdad. El libro del doctor Pablo Crespo Vargas que iremos comentando da cuenta de que esas creencias esotéricas vienen también en los barcos, no solo españoles, sino ingleses, portugueses, franceses, en fin europeos, que llegaron a las costas insulares y continentales a fines del siglo XV. Ya Cervantes había hablado sobre el tema en la primera parte de su famoso Don Quijote en 1605: “Aunque bien sé que no hay hechizos en el mundo que puedan mover y forzar la voluntad, como algunos simples piensan, que es libre nuestro albedrío y no hay yerba ni encanto que le fuerce…” (Don Quijote de la Mancha, Edición del IV Centenario, R.A.E. p.203)
El doctor Pablo Crespo Vargas nos va llevando, a través
de veintiún ensayos – unos académicos, otros que han sido ponencias en
congresos y seminarios y otros, al final, que se han publicado en periódicos y
fuentes cibernéticas – a los procesos inquisitoriales a los que eran sometidos
los individuos, especialmente mujeres, en el Caribe hispano por la práctica de
las artes mágicas, especialmente las de la hechicería y la brujería.
La tesis que prueban estos trabajos es que “la brujería
en el Caribe hispano del siglo XVII fue una reacción o estado de resistencia de
los grupos de mayor marginación ante el poder social y religioso del gobierno
colonial” (59-60). Ante la hechicería, como pueden ser los conjuros, los
sortilegios para conseguir el amor o la buena suerte o para mejorar la salud,
las autoridades eran más indulgentes, aun cuando igualmente las
castigaban.
La lectura del texto nos lleva a conocer los nombres y
las vidas de muchas de aquellas mujeres racializadas y marginadas que vieron en la práctica de la
hechicería un medio para sustentar la vida. Algunas reincidían en sus conductas
o comenzaban prácticas más oscuras que las enfrentaban a castigos como los
azotes, el potro, la cárcel o el destierro. Las historias de Bárbola de
Albornoz, de Barquisimeto, de Ana de Mena, de San Juan de Puerto Rico y de
Paula de Eguíluz, una de las brujas principales de Cartagena de Indias, nacida
en Santo Domingo, merecen sus escritos individuales. Se levantan sus figuras y
las de otras muchas mujeres desde los archivos históricos donde dormían para
que, revividas sus historias, conozcamos aquel mundo extraño, lejano y
misterioso.
Como dato estremecedor, el autor señala que en Europa, entre
1450 y 1750, se procesaron unas 100,000 personas en lo que se conoce como Caza
de las Brujas. De ellas se ejecutaron entre cincuenta a sesenta mil individuos.
Países como Alemania (25,000), Polonia y Lituania (10,000), Suiza (5,000),
Francia (4,000), representan las estadísticas mayores. En el caso de España se
ejecutaron solo 35 mujeres (que siempre son muchas) por brujería. Aun así, la
leyenda negra se encargó de estigmatizar al país como el que tenía la mayor
práctica inquisitorial en Europa (182). En América hispana, los casos se resolvían
mayormente con 200 azotes y destierros, aunque algunas veces el tribunal se
hacía de la vista larga y las condenadas se quedaban en el país.
Notaremos que en los ensayos se manejan datos recurrentes
o historias a las que ya se ha aludido en los trabajos académicos. Esto ocurre
porque como decíamos al comienzo, tenemos delante la recopilación de veintiún
escritos sobre el tema a lo largo de algunos años. No es de sorprender entonces
que advirtamos repeticiones que resultan fundamentales y que están ampliadas o
vistas desde otra perspectiva analítica.
Los ensayos están precedidos por imágenes tomadas de los
archivos de Internet, de pinturas – como la de John William Waterhouse (El
Círculo Mágico, 1886) o el Capricho número 68 de Francisco de Goya con una
imagen que representa el vuelo de las brujas - , grabados, mapas que ambientan, enmarcan y a veces
anuncian el tema que se va a desarrollar. La portada del texto, muy hermosa (El
aquelarre de las brujas, de Franks Francken el Joven, de 1606) es la mejor
carta de presentación de un texto necesario e indispensable en nuestra
historiografía.
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La restauración de los judíos y los iranios de Ciro el Grande
Pablo L. Crespo Vargas
Los enfrentamientos bélicos entre los gobiernos de Irán e Israel, durrante el 2024, me llevaron a pensar en una de las primeras interacciones entre iranios (persas) y judíos, la cual ocurrió en el año 538 a.C., cuando Ciro el Grande, rey de los persas, conquistó la ciudad de Babilonia y a su paso destruyó el reino o imperio neobabilónico, que en ese momento era gobernado por Nabonido. Con la caída de este monarca, los judíos (del antiguo reino de Judá) pudieron regresar a Jerusalén, comenzar a reconstruir su templo y establecer un estado vasallo que sirvió de frontera con el reino egipcio en ese momento. Eventualmente los persas conquistaron Egipto y todo ese territorio se mantuvo fiel a la dinastía aqueménida —fundada por Ciro— hasta la llegada y conquista de Alejandro Magno de Macedonia en el 332 a.C.
El cautiverio de los judíos en Babilonia comenzó aproximadamente para el año 588 a.C., cuando Nabucodonosor II conquistó el reino de Judá y destruyó la ciudad de Jerusalén. Como era costumbre en aquellos tiempos, el rey vencedor se llevaba como su botín de guerra las riquezas principales, esto incluía los recursos humanos más preciados, entre ellos guerreros, artesanos, herreros y hasta magistrados. Usualmente, los estratos bajos de la sociedad eran dejados en el territorio conquistado, ya que no significaban ganancia más allá de los tributos a los que fueron asignados.
Anterior a todo esto, desde cerca del 1020 a.C., se había constituido el reino de Israel con Saúl como su primer monarca. Su sucesor fue David, quien a su vez fue seguido por Salomón, su hijo. Luego de la muerte de Salomón el reino se dividió en dos entidades separadas: Israel, en el norte, y Judá, en el sur. Cada una de estas divisiones tuvo su propio monarca. El reino de Israel duró hasta aproximadamente el año 721 a.C., cuando fue absorvido por los asirios. Al pasar el tiempo, los asirios fueron derrotados por el nuevo imperio babilónico y esto implicó que los territorios del pueblo de Israel terminaran en manos de la nueva potencia.
Con el advenimiento de Ciro al poder en Persia y su rebelión en contra de los medos, pueblo iranio que en ese momento mantenía la hegemonía de la región del actual Irán, se establece lo que hasta ese momento histórico fue el mayor imperio organizado del planeta. Ciro, aunque era zoroastrista —religión antigua, que basa su doctrina en las enseñanzas de Zoroastro y que tiene un alto sentido filosófico dualista—, fue considerado por los judíos como un ungido de su dios por haber realizado los edictos de restauración del pueblo judío, que implicaron que estos regresaran a su tierra y reconstruyeran el Templo.
Debemos recalcar que los elamitas, otro pueblo de la antigüedad que ocupó el suroeste del actual Irán, no era un pueblo iranio, sino de origen semita. Los iranios —no confundir con los iraníes, que son los actuales ciudadanos de Irán, aunque la mayoría es de origen iranio— son un conjunto de grupos étnicos con un inicio común, entre ellos están los persas, los pastunes, los kurdos y los partos. Estos pueblos se autodenominaban arios (de allí lo de iranios). No es hasta mediados del siglo XIX que se consideró a los arios como una categoría racial, y de la cual surgía el hombre blanco, según lo especificó el filósofo Arthur Gobineau, autor del libro titulado “Sobre las desigualdades de las razas humanas”. Esta obra fue pilar en el surgimiento del racismo moderno.
Imagen: “La travesía de los prisioneros”, obra de James Tissot, c. 1896-1902. Actualmente se encuentra en el Museo Judío de New York.
Artículo publicado en El Post Antillano el 20 de abril de 2024.
Coloqueo ICP 6ta temporada 2da parte
febrero a junio 2025
Enlaces a los vídeos en Youtube de Coloqueos ICP, programa de difusión cultural, que se transmite a través del FB Live del Instituto de Cultura Puertorriqueña y se utiliza la plataforma Zoom. Para ver el listado y los vídeos de los Coloqueos anteriores visite los siguientes enlaces: Coloqueos 1-36 (36 episodios), Coloqueos 37-85 (49 episodios), Coloqueos 86-111 (26 episodios), Coloqueos 112-132 (21 episodios), Coloqueos 133-160 (28 episodios), Coloqueos 161-201 (41 episodios), Coloqueos 202-239 (38 episodios), Coloqueos 240-273(34 episodios), Coloqueos 274-311 (38 episodios), Coloqueos 312-347 (36 episodios), Coloqueos 348-375 (28 episodios), Coloqueos 476-424 (49 episodios) y Coloqueos 425-466).
Coloqueo n. 466: Conferencia sobre José Celso Barbosa y Alcalá, un encuentro con la historia. Evento coordinado por la Academia de la Historia de San Germán. Invitados: Gloria Tapia, Norma Feliberti, Cristobal Santiago, César Salcedo, Edwin Fragoso y Carlos Rivera Vélez (lunes, 16 de junio). https://youtu.be/XWYBv8R8ndQ
Coloqueo n. 465: Presentación del poemario «Reminiscencias» y discusión sobre qué es la poesía con Dr. Yamil Aponte (jueves, 12 de junio). https://youtu.be/CHFhVIW2LK8
Coloqueo n. 464: Ecos de Poesía #3 con Hamid Galib (miércoles, 11 de junio). https://youtu.be/hl4mh23GzNM
Coloqueo n. 463: Conversatorio sobre la imagen del Jíbaro puertorriqueño con Alvin Alejandro Ortiz, Roberto Pérez Reyes y Pablo L. Crespo Vargas (lunes, 9 de junio). https://youtu.be/q6OnHlHe4Gs
Coloqueo n. 462: Entrevista a los jóvenes escritores Manuel A. Crespo Rodríguez y a Yamilex Carriegos (jueves, 5 de junio). https://youtu.be/6n1zP5mByIM
Coloqueo n. 461: Presentación de la obra literaria de Milagros Fernández Hernández, modera: Aida Mendoza (miércoles, 4 de junio). https://youtu.be/bag4J0ql-m8
Coloqueo n. 460: Presentación de «“La salsa no puede morir”, así dice Perignon» con Bella Martínez y Pedro Luis Morales Cortijo -Don Perignon- (martes, 3 de junio). https://youtu.be/bdB3KHroQ48
Coloqueo n. 459: Presentación de «Lo que la arrocera me enseñó» con Priscilla Mena, junto a Rayza Vidal (lunes, 2 de junio). https://youtu.be/GAMwVk5Id9E
Coloqueo n. 458: Conversatorio de delegación del PEN de PR como parte del Festival de Voces Caribeñas en Connecticut con Jaime Marzán y Nancy Santiago (jueves, 29 de mayo). https://youtu.be/Wlhv2RXN4fU
Coloqueo n. 457: Conferencia sobre la «Relación entre las voces nativas y la paleografía hispánica» con Luis Enrique Fernández (miércoles, 28 de mayo). https://youtu.be/_dyNAzmLOdI
Coloqueo n. 456: Presentación de «Memorias de la Costa» de Manuel Valdés Pizzini (martes, 27 de mayo). https://youtu.be/1LVMHN5f-H4
Coloqueo n. 455: Presentación de «Minimalismos» de Carlos J. Carrero Morales, junto a Nancy Santiago Capetillo (sábado, 24 de mayo). https://youtu.be/4ijs96PN4nc
Coloqueo n. 454: Presentación de «The Talon Princess» con J. C. Rose (miércoles, 21 de mayo). https://youtu.be/e0YRqHu4z9U?si=sd9CdVkFEbjccqSd
Coloqueo n. 453: Conferencia sobre «Historias de Mujeres Puertorriqueñas Negras: presencia e invisibilidad». Evento coordinado por la Academia de la Historia de San Germán. Conferenciante: Rosario Méndez Panedas (lunes, 19 de mayo). https://youtu.be/amRYNNDRARE
Coloqueo n. 452: Entrevista al artista Guillermo Figueroa con Raimundo Figueroa (lunes, 19 de mayo). https://youtu.be/NaT9WO-uUaE
Coloqueo n. 451: Conversatorio sobre la trayectoria del dramaturgo José Luis Ramos Escobar con Roberto Ramos Perea e Ismanuel Rodríguez (miércoles, 15 de mayo). https://youtu.be/hmK5F8GH4Kw
Coloqueo n. 450: Presentación de «Glosas: Decimario» de William Pérez Vega; modera, Rubis Camacho (lunes. 12 de mayo). https://youtu.be/LtWPMer-B4A
Coloqueo n. 449: Preámbulo al Día Internacional de los Museos con Ángel F. Candelario Cáliz (lunes, 12 de mayo). https://youtu.be/-ur1RxPu428
Coloqueo n. 448: Presentación del libro José Celso Barbosa y Alcalá: un encuentro con la historia con Gloria Tapia et. al. (sábado, 10 de mayo). https://youtu.be/5fbwOTT89bA
Coloqueo n. 447: Entrevista a Rafael Osuba de El Quixote Festival, autor y gestor literario (miércoles, 7 de mayo). https://youtu.be/pgJMDmUIw5o
Coloqueo n. 446: Presentación del libro «No hay mediocres en la Luna» con Mary Ely Marrero Pérez, Sonia Enid Núñez, Rosalina Benjamín Burk, Sylvette Cabrera, Ileana Jacoba García Leiva, Suzy Tomas y María Inés Iacometti (lunes, 5 de mayo). https://youtu.be/IjaNzE4hWeA
Coloqueo n. 445: Presentación de «Voces entre líneas» y «Aroma a salitre» con Miguel A. Crespo (lunes, 5 de mayo). https://youtu.be/NM7itRXSCcg
Coloqueo n. 444: Presentación de «Crisol de almas: Voces del mundo contra el racismo, la xenofobia y la aporofobia» con Patricia Schaefer Roder et al (lunes, 28 de abril). https://youtu.be/3GNrgqqw_bs
Coloqueo n. 443: Presentación de la Revista Magisterio de la Asociación de Maestros de Puerto Rico «Museología y educación» (jueves, 24 de abril). https://youtu.be/4s2-9UCLRl8
Coloqueo n. 442: Brujería y hechicería en el Caribe hispano, siglo XVII con Pablo L. Crespo Vargas, coordina la Academia de la Historia de San Germán (lunes, 21 de abril). https://youtu.be/v4i_GGyRbVs
Coloqueo n. 441: Presentación del libro de cuentos «Sajorí» de Ramón A. González Arango-López; modera, Carlos I. Hernández (martes, 15 de abril). https://youtu.be/EpgGQ6YsvqM
Coloqueo n. 440: «Un lugar para nosotros» con Raimundo Figueroa, Eduardo Lalo y María del Mar Caragol Rivera (lunes, 14 de abril). https://youtu.be/R8BoVcx_QR8
Coloqueo n. 439: «Ecos de Poesía» con Misael Pérez y Hamid Galib (jueves, 10 de abril). https://youtu.be/unS0qcuBp1M
Coloqueo n. 438: Presentación de la novela «Marina con almendrones» con Patricia Schaefer Roder (martes, 8 de abril). https://youtu.be/qsbaNVm8mf0
Coloqueo n. 437: La vida en Puerto Rico en el siglo XVIII con Luis R. Burset Flores. Actividad coordinada por la Academia de la Historia de San Germán (lunes, 7 de abril). https://youtu.be/PkiigdbgMnY
Coloqueo n. 436: Presentación del libro «Constitución de un Jíbaro», autor: Alvin Alejandro Ortiz; modera: Roberto Pérez Reyes (miércoles, 2 de abril). https://youtu.be/SFFPGfjm4Jo?si=WxhWfsE7gRxhH_Cr
Coloqueo n. 435: Celebración del 6to Convite del «Guiso de Letras… Entre Letras» con Mary Ely Marrero, María Inés Iacometti, Robin Prieto, Suzy Tomas, José Reyes, María Soledad, Liz Colman y Margreth Jiménez Marín. Auspicio y coordinación de Lamaruca y Arte Poética Latinoamericana (martes, 1 de abril). https://youtu.be/B6oa60b_tRY
Coloqueo n. 434: Presentación del libro de cuentos «La muerte del aire»; autora: Natalia Victoria Galindo; modera : Betty Díaz (martes, 25 de marzo). https://youtu.be/UZ6LitrH4L0
Coloqueo n. 433: Preámbulo al Festival del Libro 100x35 en Plaza Caribe, 29 y 30 de marzo de 2025, con Jomar Maldonado (lunes, 24 de marzo). https://youtu.be/PgsWFc05eYw
Coloqueo n. 432: «Ecos de Poesía» con Luis Enrique Romero, Hamid Galib y Misael Pérez (martes, 18 de marzo). https://youtu.be/9vcpdAZ8134
Coloqueo n. 431: La fundación de Yauco con Dr. Jerry Torres Santiago; evento coordinado por la Academia de la Historia de San Germán (lunes, 17 de marzo). https://youtu.be/Uzh0IWiSZg0
Coloqueo n. 430: Presentación del libro «Tres historias de amor y una sin sentido» de Noel Colón González (jueves, 13 de marzo). https://youtu.be/VNvNveg6lVE
Coloqueo n. 429: Pablo Ubarri: Cacique Mayor con Rafael Torrech San Inocencio (martes, 11 de marzo). https://youtu.be/wYHJKq8G0ac
Coloqueo n. 428: Diario del Caribe: Promoción de las letras y la cultura con Misael Pérez (miércoles, 5 de marzo). https://youtu.be/1Hc4TxVXQjY
Coloqueo n. 427: Preámbulo al 7mo Festival de ParguerArte con Nancy Mercado (lunes, 3 de marzo). https://youtu.be/w8nyB5BbzUE
Coloqueo n. 426: «Nuestro Rincón de Lectura»: hablando de blogs y cultura con Lizette Martínez y Sheila Sanchez (martes, 25 de febrero). https://youtu.be/iZ5vdVwgQqM
Coloqueo n. 425: Patrones migratorios de los puertorriqueños: Hawái y Florida con Dr. Juan Hernández Cruz (lunes, 17 de febrero). https://youtu.be/emLytNoxt9o