Prólogo a la tercera edición de Voces libertarias
Por Juan
José Baldrich
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Después
de un intenso conflicto sindical con la Federación Regional de los
Trabajadores, iniciado en 1899, la Federación Libre de Trabajadores (FLT) se
consolidó para 1905, junto con el Partido Socialista fundado en 1915, en el
sector dominante del movimiento obrero durante las décadas subsiguientes.[1]
Las
uniones por oficio, con sus fuertes reivindicaciones económicas, se
convirtieron en el modelo dominante de organización sindical sin callar
totalmente otras tendencias ideológicas dentro de la clase obrera.[2] En este sentido, Voces libertarias hace bien al apuntar que el "anarquismo no fue un ideal hegemónico" y "no podemos hablar de órganos sindicales
dirigidos por individuos adheridos a dicho ideario". No obstante, el movimiento
libertario contaba con un "grupo limitado de individuos dentro de la ascendente
clase obrera" aglutinada en la Federación Libre de Trabajadores y el Partido
Socialista.
Así
pues, tanto los dirigentes del partido como los del sindicato privilegiaban
unas corrientes mientras subordinaban otras. Las vidas de muchos obreros
recogen esas mismas tendencias. De hecho, poca gente mantiene una trayectoria
ideológica inalterada a lo largo de sus vidas. La mayor parte se mueve entre
visiones del mundo diferentes pero que generalmente guardan afinidades. De este
modo, Ramón Romero Rosa ocupó un destacado lugar, en los albores del movimiento
obrero, en calidad de miembro fundador de la Federación Regional en 1898 y de
la FLT en 1899. Poco después, en 1904, se convirtió en delegado a la Cámara por
la Unión de Puerto Rico, volviendo a ser reelecto en el 1906 a pesar de que el
acuerdo entre el brazo político de la FLT y los unionistas se había disuelto.[3]
El
prolongado compromiso de Emiliano Ramos Santiago con la causa obrera y el
rastro histórico que dejó sirve para examinar la hegemonía del binomio FLT y
Partido sobre las corrientes anarquistas subyacentes que Voces Libertarias
documenta. Ramos, nació en 1875 y murió en 1935, en Cayey.[4] Ya para 1898, era algo más que soldado de línea en el incipiente movimiento
obrero. Las autoridades lo arrestaron en compañía de Santiago Iglesias y otros
después de haberse unido a la Federación Regional y pasado a constituir parte
del grupo editorial de Ensayo Obrero.[5]
Su
rastro documental durante la primera década del siglo XX es escaso. Para 1912,
Ramos, ahora residente de Nueva York, se desempeñaba como un tabaquero que
asumió el liderato de las gestiones para lograr que la Cigar Makers
International Union reconociera una unión con matrícula de hispanohablantes.
Después de varias reuniones, el grupo convocado desistió de los esfuerzos.[6] Durante esos años se unió, con otros tabaqueros como Ventura Mijón, al grupo
anarquista que publicaba Cultura Proletaria bajo de dirección de Pedro
Esteve y a la muerte de éste con su sucesor, Marcelino García.[7] La experiencia de Ramos sostiene el argumento de Voces libertarias que
examina como los tabaqueros se constituyeron en cantera para las corrientes
anarquistas.
El
triunfo de la Revolución Bolchevique en 1917 tuvo un impacto extraordinario en
los grupos socialistas. Ramos, ya de regreso a Puerto Rico, participa del aura
que irradia la revolución cuando, en 1919, en unión con Antonio Palau y José M.
Alicea, se convierte en portavoz del Grupo Soviet de Bayamón. Poco después,
éstos se constituyeron en participantes activos del nuevo periódico El
Comunista para promover el Comunismo Anarquista adelantando los principios
de fraternidad y armonía.[8] No obstante, un artículo del periódico, consciente de proximidad de Ramos a
posturas anarquistas, lo embroma para que discuta con el cerebro de Eliseo
Reclus.[9]
Cónsono
con la línea editorial de la publicación, ofreció en Cayey, una conferencia,
junto Luis Barrera, en la que denunció la pena de muerte que sufrió el
libertario Francisco Ferrer y Guardia y, a su vez, defendió el comunismo.[10] Manteniendo su línea de pensamiento anarquista, durante 1922 y 1923 realizó
colectas en Cayey para sufragar el fondo de defensa de Nicolo Sacco y Barolomeo
Vanzetti.[11]
Los
ideales políticos también marcaron su vida íntima. Emiliano, quien era conocido
por su firme defensa del amor libre como otros tantos anarquistas, inició una
relación de esta naturaleza con María López que se prolongó hasta su muerte.[12] Fruto de esa relación, nacieron tres hijos.
La
hija mayor nació aproximadamente en 1920 y llevó el nombre de Armonía para
destacar como el anarquismo, en la ausencia del Estado, era capaz de lograr el
fin homónimo a través de acuerdos constituidos en total libertad entre personas
y grupos sociales.[13] Liberto, nacido más o menos un año después, recibió su nombre para que
recordara la libertad que habían ganado sus ancestros, una vez esclavos.[14] Finalmente Palmira, quién nació para 1927, se llamó así en memoria de la ciudad
del mismo nombre en Siria cuyos habitantes se sublevaron contra los romanos en
270 d.n.e. La ciudad adquirió un carácter legendario entre anarquistas y
socialistas como símbolo de la libertad.[15]
Si
bien la intimidad del núcleo familiar le permitió a Ramos vivir sus ideales de
manera clara, el entorno obrero en donde se desenvolvía, como señala Voces
libertarias, era, en el mejor de los casos, tolerante de sus posturas
anarquistas. Su pluma mantuvo, durante años, la relación con Cultura
Proletaria que le publicó una temprana denuncia, muy vigorosa, del gobierno
cubano que presidió Gerardo Machado (1924-1933). El artículo, de un marcado
carácter clasista, criticaba a Machado por encontrarse "...aplastando a los
trabajadores, obligándolos a permanecer doblados sobre el yunque, produciendo
para los señores de la Banca y el patronato industrial".[16]
Consciente
de la base frágil del anarquismo local, recurrió a medios más alejados de la
clase obrera, para también delatar el gobierno de Machado. Una de estas
intervenciones reduce la argumentación clasista dando mayor énfasis a la
pérdida de las libertades individuales y los derechos ciudadanos para mantener
el tono con la línea editorial de la publicación. A modo de ejemplo, Ramos
señaló que el machadato termina por agarrotar las libertades ciudadanas cuando encarcela
sin formación de proceso ni causa.[17]
Paralelamente
con estos escritos, Ramos se fue integrando a la vida política de Cayey desde
la tribuna de la política local. Su anarquismo ya no interactuó con los
bolcheviques pero sí con el Partido Socialista. Así pues, compartió la tribuna
del Primero de Mayo de 1926 con Demetrio Guzmán. En el 1928, se volvió a
dirigir a los asistentes del Primero con Guzmán y Luis Barrera.[18]
Voces
libertarias señala consistentemente que los tabaqueros
constituyeron una de las bases más importantes que nutrieron las corrientes
socialistas y anarquistas. No obstante, en la medida en que los innumerables
chinchales y las grandes fábricas del Trust del tabaco fueron cerrando por la
mecanización de la manufactura de cigarros y por la creciente predilección por
el cigarrillo a costa del cigarro, los tabaqueros fueron desapareciendo,
privando la rica tradición socialista y libertaria de una de sus bases más
importantes.[19]
De
igual manera que Bernardo Vega sufrió el cambio en Nueva York, Emiliano, de
manera muy distinta, lo vivió en Cayey. Poco a poco fue convirtiéndose en
rentista con casas en la barriada de Coquí, en los barrios de Toíta y Matón
Arriba, en las calles principales de Lucía Vázquez y Núñez Romeu, y finalmente
una casa en la calle Salvador Brau del vecindario de clase media llamado
Ensanche Mendoza. Se convirtió, además, en un pequeño empresario con una
panadería en la Calle de la Palma y, también, una ferretería en la barriada de
San Thomas. Al año de su muerte, el Departamento de Hacienda valoró sus
propiedades en $8,700, excluyendo la panadería.[20]
Los
cambios en sus condiciones de vida lo transformaron de tabaquero a un pequeño
capitalista. Su movilidad ascendente no puede interpretarse exclusivamente en
términos de su acceso, para usar a Max Weber, a una capacidad para la
adquisición de bienes duraderos de consumo, a la capacidad para el ahorro sino
que también implicó un cambio en sus relaciones sociales, en particular, con
sus panaderos y dependientes de ferretería.[21] Estas relaciones sociales podían dar pie al conflicto que, en efecto, afloró de
manera pública en la huelga simultánea "en solicitud de un aumento de salario" en
cuatro de las panaderías de Cayey, la suya incluida.[22]
Con
la virtual desaparición de los tabaqueros, Voces libertarias puntualiza
que la articulación del discurso anarquista pasó a otras manos para tratarse en
otros trabajos e investigaciones. El libro, en su epílogo, sugiere algunas de
ellas. En fin, este volumen es uno de los escasos trabajos, con una excelente
investigación basada en fuentes primarias, que examina las corrientes
anarquistas dentro de la clase obrera.
[1]. Félix Córdova Iturregui, Ante
la frontera del infierno: El impacto social de las huelgas azucareras y
portuarias de 1905 (San Juan: Huracán, 2007), 148-149. Ángel G. Quintero
Rivera, "El Partido Socialista y la lucha política triangular de las
primeras décadas bajo la dominación norteamericana," Revista de
Ciencias Sociales 19, núm. 1 (1975): 55 en http://rcsdigital.homestead.com/XIX‑1‑1975.html
[2]. Ángel G. Quintero Rivera,
"La clase obrera y el proceso político de Puerto Rico," Revista de
Ciencias Sociales 20, núm. 1 (1976): 17-19 en
http://rcsdigital.homestead.com/XX‑1.html
[3]. Gervasio L. García, Historia
crítica, historia sin coartadas (Río Piedras: Huracán, 1985), 77. Bolívar
Pagán, Historia de los partidos políticos puertorriqueños (1898-1956),
vol. 1 (San Juan: s.e., 1972), 118, 124.
[4]. Tulio Alvelo, "Emiliano
Ramos Santiago (1875-1935)," Colección de Liberto Ramos López.
[5]. Kirwin R. Shaffer, Black flag Boricuas:
Anarchism, antiauthoritarianism, and the left in Puerto Rico, 1897-1921
(Urbana: University of Illinois Press, 2013), 34.
[6]. Bernardo Vega, Memorias de
Bernardo Vega, 3 ed. rev. editado por
César Andreu Iglesias. (Río
Piedras: Huracán, 1984), 123.
[7]. Vega, Memorias de Bernardo Vega, 32.
Paul Avrich, Anarchist voices: An oral history of anarchism in America
(Princeton: Princeton University Press, 1995), 390.
[8]. Anivecto Alpino, ")Porqué somos comunistas?," El Comunista, 28 de agosto de
1920, 2.
[9]. Anivecto Alpino,
"Bromeando con algunos liders (sic) del movimiento obrero en
Pto-Rico," El Comunista, 10 de julio de 1920, 2.
[10]. Juan C. Velázquez,
"Conferencia anarquista", Archivo General
de Puerto Rico (AGPR), Policía, Novedades, Cayey, 12 de octubre de 1920, 4-5.
Un consejo de guerra encontró a Ferrer culpable por haber instigado, en 1909,
unos acontecimientos violentos en Cataluña. La ejecución del pedagogo
anarquista desató una ola de protestas en Europa y las Américas. Vea Avrich, Anarchist
voices, 191.
[11]. Sacco-Vanzetti Defense Committee, Financial
report from the date of organization, May 5, 1920, to July 31, 1925 Boston:
Century Press, 1925), 48, 50, 71. Los tribunales de
Massachusetts sentenciaron a muerte a Sacco y Vanzetti por robo y asesinato
cometidos en 1920. Después de múltiples apelaciones, los dos anarquistas
sufrieron la pena impuesta no si antes haber levantado una marea de
indignación. Vea
Avrich, Anarchist voices, 87-88.
[12]. Eileen J. Suárez Findlay, Imposing
decency: The politics of sexuality and race in Puerto Rico, 1870-1920
(Durham: Duke University Press, 1999), 151-152.
[13]. Voces libertarias
destaca la importancia de este principio. Para la centralidad
del concepto vea Peter Kropotkin, "Anarchism," en The
Encyclopaedia Britannica, 1910 en
https://www.marxists.org/reference/archive/kropotkin‑peter/1910/britannica.htm
[14]. Liberto Ramos, entrevista del
autor, Cayey, 12 de agosto de 1989. Las fechas de nacimiento son estimados a
partir de U.S. Bureau of the Census, "Special Census of Puerto Rico,"
Municipalidad de Cayey, "Social and Population Schedule", 1935,
distrito 1, pág. 6, líneas 13-15.
[15]. Jerome R. Mintz, The anarchists of Casas
Viejas (Bloomington: Indiana University Press, 2004), 14.
[16]. Emiliano Ramos, "De
Puerto Rico," Cultura Proletaria, 18 de febrero de 1928, 3.
[17]. Emiliano Ramos, APor cuenta agena@ (sic), La
Linterna, s.f. de 1928, 11. Este artículo polemiza con un artículo previo
de la revista y critica a los dirigentes de la misma. En una nota, el director
añadió, irritado, que “Si bien la forma un tanto agresiva y poco cortés
utilizada por el firmante del trabajo precedente nos autorizaba a negarle
hospitalidad en nuestras columnas, hemos querido probarle la imparcialidad e
independencia de carácter de La Linterna”.
[18]. "Mitin socialista," AGPR, Policía, Novedades, Cayey, 2 de
mayo de 1926, 280. "Meeting obrero," 1 de mayo de 1928, AGPR,
Policía, Novedades, Cayey, 1 de mayo de 1928, 93.
[19]. Juan José Baldrich, "El
género y la descomposición del oficio de tabaquero en Puerto Rico, 1899J1934,"
en Cayey: Miradas históricas, perspectivas contemporáneas, editado por
Isar Godreau and Vionex Marti (Cayey: Instituto de Investigaciones
Interdisciplinarias, 2009), 12-42.
[20]. Reparto de Contribuciones,
AGPR, Departamento de Hacienda, Negociado de Contribuciones sobre la Propiedad,
Cayey, 1936, recibos 1771-1779.
[21]. Max Weber, Economy and society editado
por Claus Roth, Guenther y Wittich, vol. 1 (Berkeley: University of California
Press, 1978), 303-304.
[22]. "Huelga en cuatro
panaderías," AGPR, Policía, Novedades, Cayey, 2 de agosto de 1932, 63.
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