lunes, 6 de octubre de 2025

Entrevista a Clara Román-Odio sobre Memorias de mi espíritu

Entrevista a Clara Román-Odio sobre Memorias de mi espíritu

Pablo L. Crespo Vargas

El pasado 12 de noviembre de 2024 tuve la grata experiencia de entrevistar a la Dra. Clara Román-Odio para el programa de Coloqueo del Instituto de Cultura Puertorriqueña sobre su libro “Memorias de mi Espíritu”. Romásn-Odio es profesora emérita del Kenyon College en Gambier, Ohio. En esta institución universitaria impartió cursos de literatura latinoamericana, español y otros relacionados con los estudios latinos. Román-Odio es autora de una variedad de obras literarias y académicas, e investigadora del espiritismo como fenómeno histórico y cultural. Sobre este último tema destaca su obra “Mujeres espiritistas en Puerto Rico (1880-1920)”, la cual fue premiada por el PEN de Puerto Rico con el Premio Nacional de Ensayo y recibió el Segundo Premio de trabajos de Investigación y Crítica del Instituto de Literatura Puertorriqueña para obras publicadas en 2022.

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Pablo L. Crespo Vargas (PLCV): ¿Cómo surge la idea de escribir “Memorias de mi Espíritu”?

Clara Román-Odio (CRO): Bueno, acababa de terminar un proyecto de investigación académica sobre las pioneras del Espiritismo en Puerto Rico. Parte de esa investigación histórica se centró en un análisis de las obras primarias de las pioneras. Para interpretarlas, analicé el contexto político-social de la isla durante la transición colonial, para identificar las dinámicas del poder dominante en estas narrativas sociales, y también estudié el Espiritismo. Leí los libros de Allan Kardec, el codificador de la doctrina espírita; de León Denis, un extraordinario escritor francés que consolidó el movimiento espiritista; de Gabriel Delanne, ingeniero de la época que investigó el asunto de la inmortalidad del alma y la reencarnación. Y también leí a escritores contemporáneos que conocen muy de cerca el Espiritismo, como son el doctor puertorriqueño Pablo Serrano y el profesor venezolano Jon Aizpúrua, todo esto para entender, con mayor profundidad, la filosofía moral, ética, espírita de nuestras pioneras; filosofía que afirma: la igualdad entre el hombre y la mujer, la justicia social y la responsabilidad personal en la transformación de la conciencia. Además, me serví de la historia oral para determinar el impacto del Espiritismo en Puerto Rico contemporáneo. Así que, entrevisté a mujeres directoras o activas en centros e institutos espíritas que todavía me ofrecen generosamente sus recursos y conocimientos. Lo que sucedió es que este estudio del Espiritismo me ofreció un marco conceptual diferente para abordar mis propias experiencias espirituales y entenderme mejor. Entre otras cosas, entendí que la experiencia espírita era parte de mí desde niña. No lo sabía. No podía nombrarla ni integrarla plenamente a mi personalidad. Pero, armada con este conocimiento, decidí pasarlas al papel como una manera de pensar sobre ellas. Entendí que sería algo beneficioso para mí y tal vez para mis hijas.

PLCV: ¿Qué relación puedes indicar que hubo entre “Memorias de mi Espíritu” y “Mujeres espiritistas en Puerto Rico”?

CRO: Bueno, la investigación académica, que resultó en la publicación de “Mujeres espiritistas en Puerto Rico (1880-1920)” y en una colección digital (https://espiritistaspr.kenyoncip.org/) que contiene cerca de 3,000 páginas digitalizadas, entrevistas y análisis histórico y textual, me permitió interpretar mis propias experiencias espirituales, que hoy día considero propiamente espíritas. De “Mujeres espiritistas en Puerto Rico” nace el ímpetu de escribir “Memorias de mi Espíritu”.

PLCV: ¿Cómo fue el proceso de redacción de esta obra?

CRO: Ah, fue muy interesante. Comencé a escribirla el 1ro de enero de 2022. Pensé que, después de haber trabajado tanto en el proyecto académico, me tomaría un tiempo para mí. Disfruto mucho la lectura y la escritura. Acababa de jubilarme y tenía tiempo disponible para hacer lo que quisiera. Las experiencias que narro en “Memorias de mi Espíritu” estaban guardadas en el fondo de mi conciencia. Las había guardado allí, algunas de ellas por décadas, sin entenderlas realmente porque se trataba de fenómenos espirituales en general poco conocidos o malentendidos como: el desdoblamiento, la doble vista, la clarividencia, irradiaciones energéticas e interacciones espontáneas entre lo que León Denis llama “la humanidad visible y la invisible”. Pasé siete meses escribiendo y leyendo sin pensar que las iba a compartir ampliamente y, al cabo de esos siete meses, me caí para atrás de dos escalones en mi propia casa. Fue un accidente catastrófico. Me rompí la tibia, la fíbula y el codo derecho. Me hicieron cirugía bastante seria para reconstruir la pierna, experiencia que cuento en la Memoria 25 porque mi Espíritu protector me la anunció. La recuperación fue lenta y muy dolorosa, pero la inmovilidad y el dolor físico me condujeron al presente, al único tiempo en el que encontraba consuelo, porque solo allí coexistimos con el Amor y la abundancia de Dios. En aquella dolorosa inmovilidad en el balcón de nuestra casa, me senté a escuchar la naturaleza. El canto del bosque me penetró. Creció en mí otra idea del tiempo. Dejaron de importarme el pasado y el futuro, los compromisos y los deberes. Estar presente y fluir delicadamente con el universo, era lo único importante. Estar en el aquí y ahora era estar con Dios. Leía poco y no escribía nada, excepto algunos breves textos. Durante este tiempo se gestaron grandes cambios dentro de mí: fluidez espiritual, un entendimiento más profundo de lo que somos, encuentros con mi cuerpo energético, experiencias de oquedad, unidad, agradecimiento, alegría. Las memorias que había escrito hasta el momento abordaban mi pasado de juventud y temprana adultez. Las nuevas memorias, se centraban en el tiempo presente y reflexivo. Empecé a leer más. Retomé la lectura para curarme yo misma del dolor físico y emocional. Y leí mucho, mucho, sobre todo a León Denis, un escritor cautivante que me fascina. También empecé a meditar con mayor regularidad, dos veces al día, una hora por la mañana y media por la noche, práctica de la oración silente que había comenzado hacía doce años, pero que ahora retomé más deliberadamente. Así que, me estacioné en el presente y me dejé guiar mucho más por la intuición. Por eso te digo que el proceso de escritura fue interesante.

PLCV: ¿Cómo te sentiste al terminar de redactarla? ¿al publicarla?

CRO: Me sentí un poco incierta. Nunca había escrito memorias, ni escritura creativa, excepto poesía cuando era adolescente, algo que muchos hacemos. Pasó tal vez un año o más antes de que una amiga del pueblo de Hatillo me convenciera de que debía publicarlas porque somos muchos los que tenemos experiencias así, pero no todos tenemos las herramientas para entenderlas o hacer buen servicio de ellas. Otra parte interesante del proceso fue que, mientras escribía y pensaba sobre estas memorias, entendía que yo era un cuerpo en posesión de un Espíritu. El estudio, el paso del tiempo y las experiencias mismas que finalmente empecé a entender, me enseñaron que en realidad soy un Espíritu, dueño de la vida actual, de las anteriores y de las futuras. Permanece el título, “Memorias de mi Espíritu”, porque era mi concepción de ese momento. Además, aunque he tenido muchas experiencias como estas que no incluyo en el libro, cuando llegué a la Memoria 31, supe intuitivamente que ahí terminaban las memorias. Mucho me había enseñado el proceso de escribirlas. Y una mirada retrospectiva me llevó a la parte II del libro, que titulo “Ideas para discernir. Estas ideas emergieron una vez terminé las memorias. Son una especie de síntesis, guiada por una pregunta. Yo ofrecí mi respuesta. Y espero que los lectores ofrezcan las suyas. Publicarlas me dio mucha alegría porque reunir estas memorias espirituales, que han abarcado toda mi vida, produjo en mí un proceso de integración personal y humana: de integración conmigo misma y con los otros. Porque hay mucho que nos une y hay que detenerse y hallarlo. ¿Qué nos une? Nos une una misma naturaleza, un mismo espíritu, un mismo proceso de evolución, la misma ley del Amor y de la Justicia, un mismo libre albedrío, la misma necesidad de ejercitar nuestra voluntad y nuestro esfuerzo, la misma ley del trabajo, la causa y el efecto de nuestras acciones. Una vez hallamos lo que nos une, nos liberamos de lo superfluo y lo casual. Así que, además de ser muy personal esto que narro, entendí que era también para todos.

PLCV: ¿Cuál ha sido la reacción de tus familiares, amigos y público general sobre esta obra? ¿La reacción de otros compañeros académicos?

CRO: Ha sido hermosa, sorprendentemente conmovedora, pero muy distinta a la que recibí cuando publiqué “Mujeres espiritistas en Puerto Rico”. “Mujeres espiritistas” sorprendió al público porque la mayoría no sabía que estas mujeres existían. Este libro fue un rescate de las obras primarias de estas pioneras espiritistas y una explicación de cómo su fuerza espiritual y política desafió la fibra misma de la sociedad puertorriqueña. “Mujeres espiritistas” fue un libro aplaudido, premiado, agradecido por su valor académico y espiritual. “Memorias de mi Espíritu” se ha comentado en voz baja, en privado. He recibido innumerables mensajes de texto y correos electrónicos conmovedores. Los amigos y familia me han llamado aparte, para contarme lo que el libro les ha dado: una cierta lucidez, una oportunidad de pausar y pensar, nuevas preguntas. Hay quienes lo han leído más de una vez. Las reseñas son íntimas, pero no han pasado mucho al espacio público. He visto una foto de un segmento del libro en Facebook con un comentario que nos hace pensar. Me han invitado a presentarlo en varios institutos de cultura espírita, en librerías, en conferencias. Creo que la acogida ha sido muy buena, pero distinta porque el contenido es distinto.

PLCV: ¿Como autora académica, y desde el punto de vista desde el plano académico, ¿cómo te sientes al haber realizado un cambio, por llamarlo de alguna forma, metodológico?

CRO: Bueno, yo fui una académica que disfrutó mucho de la academia y sus posibilidades de contribuir tanto en la docencia como en la investigación. Disfruté mucho el campo teórico, las metodologías de análisis textual e ideológico y las interacciones humanas en estos campos del saber. Me encantó ayudar a formar mentes jóvenes, con ansias de aprender y cambiar el mundo. Pero cuando me jubilé, fue como si me hubieran puesto en un campo abierto, lleno de brisas y sol. Escribir fuera del ámbito académico y sin la necesidad de probarse en el mundo es simplemente encantador: como volver a la infancia, pero siendo más sabios. Entregados a la experiencia pura, sin mayores riesgos, empezamos a conocer mejor el tiempo: porque mientras trabajamos vivimos por décadas bajo una estructura temporal estricta. Y ahora el tiempo se nos vuelve una sencilla oportunidad de “saber estar”. Dentro de esa libertad, se aprende a distinguir entre saberes. Hay un saber que se puede medir matemáticamente (es decir, la distancia entre la Tierra y la Luna). Hay otro saber al que se llega por el camino de la experiencia pura: una experiencia más reflexiva y sentida. Este cambio metodológico ha sido un regalo.

PLCV: Algunos de los términos que mencionas en el libro pueden traer confusión por la manera que se interpretan de manera general, quisiéramos que nos presentaras tu definición de ellos:

CRO: Bueno, las mejores definiciones de estos términos las encontré en el Libro Segundo, capítulo VIII de “El libro de los Espíritus” publicado en 1857, en París. Este libro contiene los principios de la doctrina Espírita, según la enseñanza impartida por los Espíritus superiores a Allan Kardec, con la ayuda de diversos médiums. El profesor Hippolyte Denizard Rivail, conocido por el seudónimo Allan Kardec, recopiló y organizó este contenido. El capítulo VIII del libro segundo se titula “Emancipación del alma” y aborda el dormir y los sueños, el sonambulismo, las visitas espíritas, el éxtasis y la doble vista. Son todas facultades del alma. Te resumo.

a. Desdoblamiento significa separación o fraccionamiento. En el contexto espiritista es cuando los lazos que unen el Espíritu al cuerpo se relajan y el Espíritu, libre de la densidad corporal, recorre el espacio y entra en relación más directa con otros Espíritus. (ítem 401). Ello explica, por ejemplo, las visitas espíritas que he tenido con mis abuelas por décadas y con otros seres, que narro en Memorias.

b. La doble vista se define en “El Libro de los Espíritus” como “la vista del alma” (ítem 447). A veces el cuerpo se encuentra en un estado particular que le permite al Espíritu ver lo que otros no pueden ver con los ojos del cuerpo. En la mayoría de los casos, la doble vista es espontánea. ¿Qué ve el Espíritu? En mi caso, me he visto yo misma, con mi esposo, milenios de años atrás. También me he visto en los corredores de un monasterio sirviendo en un convento. Son experiencias que vine a entender una vez estudié el Espiritismo.

c. Clarividencia significa percibir cosas lejanas, no perceptibles por el ojo corporal y también se refiere tener la facultad de adivinar el porvenir. Según Allan Kardec, el alma puede experimentar una especie de “clarividencia ilimitada” que se extiende hasta los lugares más distantes, nunca vistos, e incluso hasta otros mundos. Estos son recuerdos de acontecimientos vividos en la existencia presente o en las anteriores”. También puede darse la clarividencia durante la vigilia.

d. La telepatía es un encuentro de pensamientos o sensaciones entre dos personas que se encuentran distantes una de la otra, sin la intervención de los sentidos o de agentes físicos. En la Memoria 11 “De la dulce telepatía” narro una comunicación telepática.

e. En cuanto a la irradiación bioenergética, en términos generales, se refiere al flujo y transformación de energía en los sistemas vivos, a nivel celular, molecular. Estrictamente hablando, no me refiero a la ciencia bioenergética, sino a la práctica que se conoce como la terapia Reiki. Es un tipo de terapia energética en la que se canaliza la “energía vital universal” hacia el paciente a través de un flujo de nuestra energía vital y nuestra intención. El reiki se originó de los monjes budistas. “Rei” significa “espíritu universal” y “ki” significa “energía vital”. Entonces, por medio de la elevación del pensamiento, la oración, y la intención, esa energía vital en nosotros se activa y se comparte con los otros. En la Memoria 31 “De encuentros con mi cuerpo de luz” abordo algunas de mis experiencias con la irradiación bioenergética.

PLCV: ¿A qué te refieres cuando dices que los sueños reflejan la emancipación del alma?

CRO: Bueno, emancipación significa liberación, autonomía, soltarse. Como señalé antes, usualmente durante el sueño, los lazos que unen el Espíritu al cuerpo se relajan. Y como el cuerpo, en este estado, ya no tiene necesidad de él, el Espíritu se emancipa y goza de más facultades que durante la vigilia. Por ejemplo, conserva el recuerdo del pasado y a veces prevé el porvenir; puede entrar en comunicación con los otros Espíritus, ya sea en este mundo o en otro.

PLCV: ¿Qué es el espiritismo?

CRO: El Espiritismo es un movimiento filosófico que nació en Francia en 1857 y que investiga la manifestación de inteligencias incorpóreas que se autodenominaron Espíritus. Estas investigaciones demostraron que el ser humano sobrevive a la muerte de su cuerpo físico, que su alma o Espíritu pasa a una dimensión no física paralela a la nuestra y que desde esa dimensión espiritual se manifiestan entre nosotros. Otros investigadores contemporáneos que no son espiritistas, pero que abordan el tema de las vidas pasadas, han corroborado principios espíritas. Pienso, por ejemplo, en el doctor canadiense en medicina, Ian Stevenson, que investigó los casos de niños que recuerdan espontáneamente vidas anteriores, hablan idiomas que no podían haber aprendido en esta vida, o revelan lugares y familiares de vidas anteriores. También pienso en el psiquiatra Brian Weiss que, mediante la regresión hipnótica, se encontró con las vidas anteriores de su paciente Catherine. El trabajo que reporta el doctor Michael Newton en su libro “El viaje de las almas: Casos de la vida entre vidas” es importantísimo. A través de regresiones hipnóticas profundas de sus pacientes, Newton documentó lo que vieron y sintieron sus pacientes en sus periodos entre vidas: entre la muerte y el renacimiento, incluyendo lo que experimentan cuando la vida del cuerpo se termina y el alma accede a planos superiores de existencia. Su trabajo también verifica la verdad sobre los guías espirituales y explica cómo las almas perciben el mundo espiritual. Esta investigación, que le tomó décadas, afirma principios de la doctrina espírita, como la reencarnación, los diferentes niveles de las almas, la selección y planificación de la nueva vida y de un nuevo cuerpo, etc. Más recientemente, las experiencias cercanas a la muerte de millones de individuos han confirmado la realidad de la dimensión espiritual. Una de las más interesantes para mí es la del neurocirujano de Harvard, Eber Alexander, porque después de haber perdido, por una infección de meningitis, la neocorteza, que es la región de la corteza cerebral responsable del lenguaje, la imaginación o la capacidad de abstracción, Alexander ve e interactúa con otros seres y otros mundos en esa dimensión espiritual; mundos que él llama: el Inframundo, la Puerta y el Núcleo o Corazón del universo. Esa experiencia lo convenció de la imposibilidad de argumentar, desde un punto de vista médico, que esto que su conciencia experimentó era el resultado de una fantasía. O, dicho de otro modo, lo convenció de la realidad de la vida después de la muerte. Así que, estas investigaciones contemporáneas continúan sustentando principios que constituyen la doctrina espírita, como (1) la existencia de Dios, (2) la preexistencia y sobrevivencia del Espíritu, (3) la reencarnación, (4) la evolución universal de las almas y (5) la mediumnidad

PLCV: ¿A qué te refieres cuando dices y cito: “la experiencia espírita es una parte natural e intrínseca de la condición humana, cuya capacidad de transformación, personal y social, está al alcance de todos nosotros”?

CRO: Bueno, cuando tenía 17 años tuve una experiencia de desdoblamiento semiconsciente que me enseñó que estamos hechos de más de una sustancia. La envoltura material o el cuerpo físico es temporal, instrumento de conocimiento y trabajo que se renueva continuamente hasta que, a la hora de la muerte, se abandona. La otra envoltura, el cuerpo energético (que los espiritistas llaman periespíritu), constituye el lazo entre el Espíritu y la materia que permite la interrelación con el mundo circundante y, cuando pasamos a la dimensión espiritual, es el cuerpo energético del Espíritu. Entonces, el Espíritu, que somos, es el principio inteligente imponderable, poseedor del pensamiento, la memoria, las emociones, la voluntad y la conciencia. En mi caso, he tenido experiencias espontáneas de visitas espíritas o encuentros, en la dimensión espiritual, con mis dos abuelas, con mi espíritu protector y con otros seres. He vivido estas experiencias a lo largo de varias décadas. Hoy día pienso que fueron necesarias para mí como Espíritu y para los otros involucrados y que por eso las viví. Digo que la experiencia espírita es una parte natural e intrínseca de la condición humana, porque el ser humano es Espíritu: un centro imperecedero de fuerza y de vida. Y ese Espíritu, que todos nosotros somos, que existía antes que naciéramos y existirá después que abandonemos el cuerpo, evoluciona hacia estados cada vez mejores, más iluminados, es decir, se perfecciona. Entonces, si aceptamos la premisa que el ser humano es Espíritu, con un cuerpo material o sin él, nuestras facultades de percepción espiritual, así como nuestra capacidad de transformación y evolución, deberían estar al alcance de todos.

PLCV: La obra tiene dos partes, “Memorias” e “Ideas para discernir”, ¿qué te llevó a hacer esta división?

CRO: Bueno, cuando escribía las memorias, no sabía cuándo iba a terminar, hasta que llegué a la Memoria 31, “De encuentros con mi cuerpo de luz”. Tal vez por intuición supe, que ahí terminaban las memorias. La parte II del libro, que titulé “Ideas para discernir”, fueron ideas que emergieron inmediatamente después que terminé las memorias. Son una especie de síntesis guiada por una pregunta. Yo ofrecí mis respuestas. Y pensé que les sería útil a los lectores ofrecer las suyas.

PLCV: Nos gustaría que nos explicaras cada una de las imágenes de la portada. ¿Quiénes son? ¿Dónde están?

CRO: Sí claro. Escogí cuatro fotografías. La primera es de mi pueblo, San Sebastián, y es una foto que se tomó en 1909. La escogí porque identifica el espacio tiempo de la vida de mis abuelas, mis raíces materiales y espirituales y de dónde provengo y soy. La segunda foto a la izquierda es una fotografía mía en la Playa Punta Borinquén, en Aguadilla, P.R. Acaba de cumplir diecisiete años, cuando tuve una experiencia espírita que me marcó para siempre, como señalé. Al lado de esa imagen, hay una foto de mi abuela materna, Mamá Carmen, conmigo de seis años. Mamá Carmen fue una mujer excepcional, de una entereza enorme, que vivió y alimentó a sus 11 hijos de las artes de la aguja. Abuela vivió en nuestra casa hasta que cumplí seis años y aunque tuvo que mudarse para ayudar a su hija menor, me enseñó mucho porque en realidad nunca me dejó. Me ha visitado muchas veces en mis sueños. Escribo una hermosa memoria sobre nuestras aventuras en el libro. La foto a mano derecha es de mi abuela paterna, la señora Clara Cardona Cardona, mujer ilustre de mi pueblo San Sebastián, asambleísta municipal por doce años y espiritista por cerca de 40. Mamá Clara era una mujer planeta, de esas que alumbran el mundo con su fuerza y energía. Le debo mucho a Mamá Clara porque a través de mis encuentros con su Espíritu he aprendido lecciones del alma que me han enderezado el rumbo e iluminado la conciencia. Por ella, he aprendido a mirar la vida como un regalo pasajero que nos adorna y nos impulsa a conocer y a utilizar nuestras potencialidades mucho mejor. Les dediqué el libro a mis dos abuelas porque ambas, en sus modos muy particulares de Ser, me guiaron con amorosa lucidez en la dimensión espiritual.

PLCV: Para finalizar, y si puedes comentar, ¿Qué otros proyectos vienen por ahí?

CRO: Bueno, empezamos recientemente la traducción al inglés de “Memorias de mi Espíritu”. Eso me ocupará lo que resta del año, la primavera y parte del verano. Una vez terminemos, tal vez empiece a escribir un diario largo para los nietos, porque voy a ser abuela y quizás sea una buena idea dejarles una historia de sus raíces, para que tengan un punto de partida para empezar el camino de conocerse mejor y entender quiénes son.

PLCV: Con esto cerramos esta entrevista y agradezco a la Dra. Clara Román-Odio el tiempo y la gentileza de compartir su experiencia con nosotros. Le deseamos el mayor de los éxitos y la felicitamos por todo este caudal, producto de sus investigaciones y reflexiones, que nos deja como parte del acervo histórico, cultural y literario puertorriqueño. 

Nota: La edición original de esta entrevista fue publicada en El Post Antillano el 25 de enero de 2025.