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viernes, 12 de abril de 2019

Ponencia introductoria al conversatorio sobre el segundo gobernador del ELA: Roberto Sánchez Vilella (1964-1968)


Ponencia introductoria al conversatorio sobre el segundo gobernador del Estado Libre Asociado: Roberto Sánchez Vilella (1964-1968), 15 de febrero de 2014 en el Centro Cultural de Lajas “Anastasio Ruiz”, cuyos panelistas fueron: Zaimy Rodríguez Sánchez, Luis Nietzche Cruz y Luis Miguel Santaliz Villabella

Autor: Pablo L. Crespo Vargas

El progreso que hemos vivido, que vivimos y que seguiremos viviendo, es un continuo cambio que responde a nuestras mayores aspiraciones como individuos y como colectividad, para alcanzar niveles superiores. Es una constante creación de oportunidades para más altas conquistas. Es un proceso que no termina. Es un estilo de vida de retos continuos a la imaginación y a la voluntad de superación de los puertorriqueños. Para el logro del mejor disfrute de la vida que el hombre puertorriqueño requiere, es necesario que el Estado Libre Asociado se siga utilizando como instrumento eficaz. Instrumento que permita y estimule a todos los puertorriqueños a aportar, en la medida de sus potencialidades, a la gran obra de la sociedad puertorriqueña…

Roberto Sánchez Vilella, 2 de enero de 1965.

Breve biografía sobre Roberto Sánchez Vilella
Roberto Sánchez Vilella, foto obtenida de
Academic Dictionaries and Encyclopedias
Roberto Sánchez Vilella, fue el segundo gobernador del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Nació el 19 de febrero de 1913 en la ciudad de Mayagüez. A los cinco años, su familia decide mudarse a Ponce, donde cursa sus primeros estudios. Completó una licenciatura en Ingeniería en Ohio State University en 1934. De regreso a Puerto Rico, comienza labores públicas como inspector del Proyecto Garzas, dedicado a llevar electricidad al área montañosa de nuestra isla. En 1941, dirigió el capítulo de Ponce del Colegio de Ingenieros y agrimensores de Puerto Rico, también fue profesor en la Universidad de Puerto Rico. Como servidor público trabajó como subcomisionado del Departamento del Interior (que luego fue llamado Departamento de Obras Públicas) en el 1941, administrador de la ciudad capital, en 1945, y ayudante especial del senador Luis Muñoz Marín en 1946. En 1947, incursiona en el sector privado, al estar a cargo de la construcción del Hotel Caribe Hilton. En 1951, fue secretario de la Asamblea Constituyente y, en 1964, fue miembro de la Comisión Conjunta sobre el Estatus. Bajo la gobernación de Luis Muñoz Marín fue Secretario Ejecutivo y Secretario de Obras Públicas (1951-1959), luego pasó a ser Secretario de Estado (1952-1964). En 1964 fue electo gobernador de Puerto Rico.

Tras una serie de diferencias con parte del liderato del Partido Popular Democrático (PPD), no fue nominado para un segundo término. Esto lo llevó a crear y postularse por el Partido del Pueblo, acción que aún hoy día, dentro de algunos sectores, es considerada la razón principal para la derrota del PPD en las elecciones de 1968. En 1972, corrió para representante por acumulación y aunque obtuvo sobre 100,000 votos, una decisión del Tribunal del Tribunal Supremo de Puerto Rico invalidó su elección, dando paso a que uno de los representantes del Partido Independentista Puertorriqueño asumiera ese escaño. Después de 1972 fue parte de la facultad de la escuela de administración pública de la Universidad de Puerto Rico y comentarista radial. En enero de 1997 fue diagnosticado con un cáncer hepático, del cual murió el 25 de marzo de ese año.

Debemos mencionar que Roberto Sánchez Vilella es recordado y reconocido por su eficiencia administrativa, honestidad, valentía política e integridad personal.

Lamentablemente, la figura de Roberto Sánchez Vilella no ha sido reconocida con la importancia que tiene. En palabras de Igdalia Fuentes Sánchez se indica que: “Aquí hablan de los gobernadores, y hasta los libros en la escuela, pero se omiten a Roberto Sánchez Vilella”.

Introducción a los temas del conversatorio:

Desarrollo socioeconómico:
La sociedad puertorriqueña al momento de la gobernación de Roberto Sánchez Vilella vivía una etapa de procesos de industrialización, que implicó un cambio en los patrones socioeconómicos de nuestra Isla. Con el desarrollo industrial, la economía agrícola pasó a un segundo plano y la emigración, tanto interna como externa, fue un factor que tuvo que ser considerado por el equipo de trabajo de esta administración. El gobernador, Roberto Sánchez Vilella, promovió una legislación dirigida a reformas sociales, que pudieran ser vistas como medidas visionarias, ya que modificaron el perfil de la sociedad puertorriqueña actual.  Entre ellas estuvo la creación de la Comisión de Derechos Civiles, el desarrollo de la Autoridad de Carreteras (le debemos dar énfasis al expreso que conecta a los municipios de Ponce y Mayagüez), la creación de reformas agrícolas dirigida a retomar los incentivos a la producción de este campo, la formación de la Compañía de Desarrollo Cooperativo, el transporte colectivo (Autoridad Metropolitana de Autobuses), construcción de hospitales y centros de salud.

Educación
Con un aumento poblacional, que rondó el medio millón de habitantes entre principio de la década de los 50 y el periodo de gobernación de Roberto Sánchez Vilella, era necesaria una serie de reformas educativas dirigidas a preparar a las nuevas generaciones para enfrentar los retos de estos cambios.  Dado a este factor, la administración de Sánchez Vilella enfatizó tanto en la educación pública como en la universitaria. Sobre la reforma universitaria, conocida como Ley 1 de 1967, o Ley de la Universidad, se promocionó la creación de un Sistema Universitario (en la administración Sánchez Vilella se establecieron los recintos de Cayey y Arecibo).  En ella se promueve el financiamiento estatal, la preparación de personas capacitadas y la integración de jóvenes a la fuerza laboral.

En cuanto a la educación pública, se nombra al que en ese momento era el subsecretario de Instrucción Pública, el Dr. Ángel Quintero Alfaro, quien ya había promocionado una serie de reformas en la anterior administración, donde se enfatizaba mejorar los diversos programas ya desarrollados. Entre estos estaban los Centros de Currículo, los Programas de Distritos Guías, las escuelas ejemplares, programa de escuelas especiales para estudiantes talentosos, y programas para, lo que hoy día llamamos, estudiantes especiales. Bajo la dirección de Quintero Alfaro se desarrollaron programas de enseñanza individualizada, las escuelas sin grado, escuelas modelos y el intercambio de maestros con programas educacionales en los Estados Unidos. También se desarrollaron los Centros de Educación y Trabajo o Escuelas Vocacionales.

Según palabras del Dr. Alfonso López Yusto: “Los maestros y administradores escolares de PR no recuerdan otro periodo con mayor admiración que los años de Quintero en el Departamento (…) se sintió inspiración para trabajar en las escuelas, se introdujeron muchas innovaciones, los maestros recibieron aumento de salarios, mejores condiciones de trabajo y ayudas para perfeccionar su preparación académica”

Política administrativa y fiscal
La administración de Roberto Sánchez Vilella estableció varias reformas administrativas dirigida a mejorar el funcionamiento de las esferas de gobierno ante la opinión pública, a la vez que se dirigió a fortalecer las finanzas gubernamentales. Entre estas medidas estaba la creación de un código de ética a la rama ejecutiva, acompañado de la publicación de Función y acción de la Rama Ejecutiva, en ella se buscaba presentar una imagen incorruptible del Servidor Público. También se trabajó en la formación del Fideicomiso de Conservación, se legisló para un impuesto a las ganancias del capital, y la creación de la Administración de Compensaciones por Accidentes de Automóviles (ACAA).

Política internacional
Durante la gobernación de Roberto Sánchez Vilella se vivían momentos angustiosos, tanto en el Caribe como en todo el planeta. La Guerra Fría, pasaba por un momento de transición entre la crisis de misiles de Cuba en el 1962 hasta el inicio del llamado “detente”, donde los bloques de poder, el soviético y el estadounidense, se apertrecharon de grandes cantidades de armamento nuclear, creando una carrera armamentista entre los bandos. En 1965 se da la invasión estadounidense a República Dominicana con la excusa de eliminar la supuesta amenaza comunista. A todo esto, Puerto Rico se mantuvo enmarcado en un problema de estatus, que se pretendió resolver con un plebiscito en 1967. 

Tres citas, de Roberto Sánchez Vilella, que nos han llamado la atención y que deben ser presentadas para reflexión de todos:
  • No debe aplicar en Puerto Rico ley alguna sin el consentimiento específico de los puertorriqueños
  • Digo nación, pues creo que es tiempo de que reconozcamos que lo somos, no por virtud de riquezas, ni de poderío militar, ni aún por virtud de tener representación en organizaciones internacionales. Puerto Rico es nación por virtud de sus hombres y mujeres, por virtud de sentirnos uno, por los lazos de lengua y de historia común que nos unen en experiencias e ideales”.
  • Mientras más ligero se elimine la dependencia en el presupuesto del gobierno federal, mejor será para PR”.


domingo, 13 de marzo de 2016

Prólogo de libro sobre Sociedad Amigos de Puerto Rico

Prólogo de la obra La Sociedad de Amigos del País de Puerto Rico: Su historia natural (2015), Lucas Mattei, Ph.D.

Autora del prólogo: 
Raquel Rosario Rivera, Ph.D. 
Académica de Número 
Academia Puertorriqueña de la Historia

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Las Sociedades Económicas de Amigos del País fueron un fiel reflejo del Reformismo Ilustrado en Europa. Con la primera Sociedad creada en Suiza, la Societé des Sciences Utiles de Zurich, en 1747, seguida por la de Brest, Francia, con el nombre de Societé d’Agriculture, Arts Commerce de Bretagne en 1757, la Societé d’ Agriculture, de París, en 1761; y por la Society of Dublin en Irlanda y la Societé de Berne, Suiza, fundadas ambas en 1762, se comenzó a desarrollar un cambio en la forma de pensar, actuar y buscar soluciones a los problemas más apremiantes del momento. Estas primeras Sociedades, dieron un impulso a la creación de otras en distintas ciudades europeas y americanas, muchas de las cuales aún perduran.

La difusión de las Sociedades Económicas de Amigos del País en España se dio a partir del último cuarto del siglo XVIII, con el impulso que diera el Primer Ministro de Hacienda, Pedro Rodríguez y Pérez, Conde de Campomanes, en época de Carlos III. La Sociedad Económica Bascongada, creada en 1774 fue la primera y tuvo como fin impulsar conocimientos útiles y el desarrollo económico de la provincia. A partir de su establecimiento se empezaron a promover la creación de otras en toda la Península.

Con éstas Sociedades los Ilustrados pretendían desarrollar y difundir la industria, el comercio, la agricultura, la ciencia y la cultura en todos los ciudadanos. Fue así que se creó la segunda Sociedad en el Escorial, de manos de la Corona, con la firma de una Cédula del 9 de noviembre de 1775, por el Rey Carlos III cuyo nombre fue Real Sociedad Económica Matritense.

Lo efectivo, práctico y positivo en la creación de estas Corporaciones tuvo su manifiesto en los territorios Ultramarinos llegando a fundarse Sociedades en Santiago y La Habana en Cuba; Nueva España, Mompox en Colombia, Lima, Quito y Guatemala, entre otras.

Este preámbulo nos sirve para resaltar el maravilloso trabajo que presenta el Dr. Lucas Mattei Rodríguez, sobre la Sociedad Económica de Amigos del País de Puerto Rico.

Nunca antes se había realizado un estudio tan minucioso que reflejara todos los intentos de crear una Sociedad Económica en la isla de Puerto Rico, su desarrollo, su funcionamiento y promociones económicas y culturales.

El Dr. Mattei escudriña sus orígenes auscultando su desarrollo embriónico y las personalidades envueltas en ese proceso entre ellas la figura del ilustre obispo Juan Bautista Zengotita. Ante la situación que estaba padeciendo España y las constantes guerras napoleónicas, que estaban afectando el mundo caribeño, no podía ser menos el intento de crear elementos propulsores de una economía que pudiera dar sostén a la Isla, ante la pérdida de los ingresos del Situado Mejicano. Nos demuestra Mattei, las propuestas realizadas por nuestro primer Diputado a Cortes, Ramón Power y Giralt, en promover un progreso económico para la Isla. Presenta el arribo de la figura más trascendental en la Historia Económica de Puerto Rico de las primeras décadas del siglo XIX, el intendente Alejandro Ramírez y Blanco, promovido por el propio Power al reconocer sus extraordinarias cualidades como economista.

En este trabajo el Dr. Mattei Rodríguez examina cada acción realizada por Ramírez, vista a través de las Actas de la Sociedad Económica durante el periodo de su incumbencia como primer Intendente de la Isla desde febrero de 1813 hasta mayo de 1816.

Mattei explica sabiamente, como la Sociedad Económica de Amigos del País de Puerto Rico, comenzó a formarse por las clases privilegiadas de la Capital que, al estar inmersas en las nuevas ideas de la Ilustración, tenían interés en desarrollar nuevos métodos de cultivos, establecer nuevas industrias y sobretodo promover la educación en todos los niveles.

Una aportación significativa de este trabajo es la Relación de Socios que presenta el Dr. Mattei como parte de sus Apéndices donde demuestra un amplio espectro social, de los que forjaron la mentalidad puertorriqueña de aquel momento. Esta Corporación no sólo la formaron los socios de la Capital, sino que provenían de los cuatro puntos cardinales de la Isla, lo que permitió mayor convergencia y participación de personas con mentalidades e ideas diversas. Describe el autor datos importantes de los Socios como el año de incorporación, lugar de residencia y oficio. Resalta la presencia de Funcionarios de Gobierno, Empleados de la Administración, Militares, Vice Cónsules y Juristas. Destaca la participación del Cabildo Eclesiástico, el Clero y las Órdenes Religiosas. Hace evidente la presencia de una burguesía que centraba su vida en el comercio y el desarrollo económico de la Capital, de los pueblos limítrofes e incluso de los más lejanos de la Isla. Pero también muestra como se tenía en cuenta a las clases trabajadoras como los campesinos y artesanos.

Para los Ilustrados la educación era un pilar fundamental e indispensable en la creación de una estructura que elevaría el nivel de vida material y moral de la población. Fue esto lo que marcó, en gran medida, la trayectoria de la Sociedad Económica con proyectos encaminados a establecer Escuelas, Academias y Cátedras.

Cita Mattei en su trabajo, unas expresiones del Dr. José María Vargas, dentista de profesión y educador por excelencia, quien luego de residir por varios años en la Isla, fue además Presidente de Venezuela. Expone Vargas que:

…el motor fundamental de toda sociedad es la educación... la escuela debe ser el lugar donde el niño ha de adquirir el acertado desarrollo de su razón, la dirección de sus costumbres, el amor a la ocupación, el justo aprecio de lo sólido y útil, el desdén del falso brillo, del ruinoso lujo y de las preocupaciones insensatas, la dulzura de su carácter, y las demás virtudes, que han de ser algún día la felicidad y el ornato de su patria.

Estas expresiones de Vargas, son el mejor reflejo del más importante rol que asumió la Sociedad Económica de Amigos del País en Puerto Rico.

El otro campo de actuación de la Sociedad Económica de Amigos del País fue el fomento de la economía, con mayor énfasis en la agricultura. Una nueva población estaba llegando a la Isla impulsada por los efectos de las revoluciones hispanoamericanas, que la Corona promovía se quedasen trayendo capitales para el fomento de la misma. Más fuerza tuvo dicho interés al promover la llegada de personas mediante los atractivos que tuvo la Real Cédula de Gracias de 1815. Estas medidas fueron muy bien utilizadas por la Sociedad Económica que buscó aprovechar las circunstancias para adelantar el progreso de la Isla.

La promoción de conocimientos agronómicos, la redacción de Memorias, la implantación de mejoras técnicas y el impulso en la utilización de nuevas máquinas que ayudarían al florecimiento agrícola fueron parte de las iniciativas de la Corporación. Esto sumado al fomento de nuevos cultivos, la distribución de semillas y la educación agrícola a través de Cartillas Rústicas. El autor nos explica las distintas acciones promovidas por la Corporación aún en momentos de estrechez económica.

Hace referencia a cómo se entremezclan los fines de la Sociedad Económica con los del campo político. Se puede apreciar lo efectivas que fueron las medidas tomadas por la Sociedad en los periodos Constitucionales, por las libertades que permeaban en esos momentos.

Fue la Sociedad Económica de Amigos del País un ente clarificador, promotor de nuevas ideas e industrias y creador de Escuelas y Cátedras. Propulsor de medios informativos como Periódicos, Cartillas y Memorias y lo más importante, una entidad transformadora y forjadora de mentalidades con el objetivo de crear un mejor país con la esperanza de un mejor futuro.


martes, 22 de diciembre de 2015

Libro: La Sociedad de Amigos del País de Puerto Rico

Libro: La Sociedad Económica de Amigos del País: Su historia natural de Lucas Mattei Rodríguez

Por Pablo L. Crespo Vargas

El Dr. Lucas Mattei Rodríguez, profesor de historia de la Universidad Interamericana, Recinto de Ponce, acaba de publicar la obra titulada, La Sociedad Económica de Amigos del País: Su historia natural, versión ampliada y revisada de su tesis doctoral, que presenta de manera sencilla un análisis sobre el desarrollo de esta Institución dedicada al desarrollo económico de la Isla. Curiosamente, esta obra llega en un momento de crisis económica en nuestro país, muy parecida a la que se vivía a principios del siglo XIX, lo cual nos lleva a pensar que su lectura podría servir para darnos luz ante la incertidumbre que se vive día a día. El análisis del Dr. Mattei Rodríguez nos invita a comprender, repensar y reevaluar nuestra situación de pueblo tanto en el pasado como en el presente. A continuación, dejamos la lectura de la presentación que se da del libro en su contraportada:

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La Sociedad Económica de Amigos del País de Puerto Rico tuvo como fin el progreso de la Isla a través de formulación de iniciativas y la creación de proyectos encaminados a fomentar el desarrollo económico, la circulación de las luces y conocimientos, la introducción y adopción de métodos educativos, agrícolas, industriales y comerciales orientados al engrandecimiento de la patria. Su influencia en la vida política y económica durante el siglo XIX trazaron senderos imborrables. Aun cuando sus homólogas en América y en la Península enfrentaban un gran declive durante el periodo revolucionario, la Sociedad Económica de Puerto Rico desempeño un importante papel en la elaboración de estrategias para lograr el aprovechamiento del momento y el desarrollo de posibilidades. Había otras instituciones sectoriales, como el Ayuntamiento, Cabildo Eclesiástico, Intendencia y Diputación Provincial, que velaban por los intereses de sus respectivas organizaciones: en cambio la Sociedad Económica de Amigos del País, que congregaba a importantes personalidades de la burguesía industrial, agrícola y comercial, a altos funcionarios, militares, religiosos y a la distinguida élite intelectual puertorriqueña, logró que todos convergieran y comprendieran, mucho antes que el gobierno y las fuerzas políticas, hacia donde debía ir la Isla y cuál era la visión de país que les correspondía desarrollar.


La Sociedad Económica de Amigos del País de Puerto Rico estuvo siempre consciente de su papel dirigente en la sociedad. Si muy significativas fueron las propuestas presentadas y los proyectos que lograron encaminarse, más importante parece ser el papel que las deliberaciones internas tuvieron en la toma de conciencia de la élite y la burguesía puertorriqueña; esta Institución se constituyó en punto de encuentro, de discusión y de aportación de ideas y personas para el desarrollo de la vida civil y política de Puerto Rico. Fue un ente unificador de intereses y tendencias para elaborar un proyecto de país.