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domingo, 3 de mayo de 2020

Los inicios de la Guerra de Abril de 1965

Los inicios de la Guerra de Abril de 1965
Por Jesús Méndez Jiminián (1960-2015)

Nota editorial: Jesús Méndez Jiminián (QEPD) fue uno de los primeros colaboradores del proyecto de  Akelarre. Entre sus publicaciones tiene nueve libros y ocho artículos. Jesús Méndez Jiminián fue un internacionalita, estudioso del antillanismo y seguidor de las ideas hostosianas. Para la familia de Akelarre fue un honor haber conocido a este gigante de las letras dominicanas. La entrada que aquí presentamos es un fragmento de su libro El gobierno constitucional y revolucionario del presidente Caamaño.   
 
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La Guerra de Abril de 1965 en opinión de no pocos estudiosos de la historia dominicana, constituye el principal acontecimiento del siglo XX en Santo Domingo. Sin embargo, resulta paradójico que existan, hasta hoy, muy pocas publicaciones sobre este trascendental hecho del que pronto habrán de cumplirse los primeros 50 años (en el 2015 se cumplieron los 50 años – nota editorial).

El 25 de septiembre de 1963, de forma abrupta e ilegítima, diferentes sectores de la vida dominicana respaldados por militares golpistas, apoyados a su vez por sectores de poder de los Estados Unidos de Norteamérica, “derivados por apetitos más bien económicos que políticos”, pusieron fin al primer ensayo democrático que nos dábamos los dominicanos y las dominicanas dirigido por un demócrata convencido como el profesor Juan Bosch, quien resultó electo abrumadoramente el 20 de diciembre de 1962 como presidente de la República, después de más de tres décadas de una dictadura, la más férrea de América Latina entonces, encabezada por el sátrapa Rafael L. Trujillo.

De la caída del gobierno constitucional y democrático de Bosch hasta el inicio de la Guerra Patria, transcurrieron diecinueve meses para que el pueblo dominicano tomara conciencia de que debía luchar con ganas y lleno de heroísmo, y poder así reivindicar la democracia perdida, y, reclamar a viva voz y con las armas en las manos la vuelta a la constitucionalidad y al orden, sobre todo. El 24 de abril de 1965 marcó el inicio de la gesta. Militares constitucionalistas dieron un Golpe de estado al régimen corrupto y de facto de Donald Reid Cabral y el triunvirato, lo que provocó que aquel día, en cuestión de minutos, una buena parte de la población de la capital dominicana se lanzara a las calles a “celebrar” tal acontecimiento, que incluso para muchos, entre ellos algunos militares constitucionalistas, resultó ser una sorpresa.

De nada valieron las mentiras de Reid Cabral y las fuerzas “leales” a su régimen ilegítimo, cuando anunciaron aquel día 24 de abril al país, que tenían el “control” absoluto de la situación, a través de la radio y de la televisión. El Embajador norteamericano William Tapley Bennett se encontraba en esos momentos ausente, y algunos funcionarios de su embajada, entre ellos el encargado de negocios, señor William Connett, estaban convencidos de que aquella rebelión sería pronto aplastada. Mayor fue la sorpresa para ellos cuando a la mañana del día siguiente, 25 de abril, los constitucionalistas aprovecharon la “inmovilidad de los generales de San Isidro y la “confianza” de la embajada norteamericana para golpear primero y tomar posesión del Palacio Nacional”. La noticia del arresto y la renuncia de Reid Cabral era acogida con mucha preocupación por Wessin y De Los Santos (…) Así, en las primeras horas del veinticinco, De Los Santos envió al coronel Pedro Bartolomé Benoit a negociar una “conclusión” con oficiales “constitucionalistas” en el Palacio Nacional. (pp. 72-73 en la Revolución de Abril y Puerto Rico de Walter Bonilla. Editora Cole, Santo Domingo, 2001).

Una vez en el Palacio Nacional, “Benoit fue recibido por el teniente coronel Miguel Ángel Hernando Ramírez, quien estaba momentáneamente a cargo del gobierno (de los constitucionalistas, n. de j. m. j.), explicándole al “intermediario” de San Isidro que el levantamiento tenía el propósito inmediato de restaurar en el poder a Juan Bosch. En cambio, Benoit le propuso la formación de una “junta provisional” y el “compromiso” de celebrar elecciones futuras. El movimiento constitucionalista no aceptó las condiciones”, ya que, según algunos historiadores, esto “empañaría” los principios por los que ellos habían provocado la revuelta . Aquel domingo, 25 de abril de1965, en la tarde, ya se tenía la noticia de que el Congreso Nacional se había reunido y, a instancias de Juan Bosch que se encontraba exiliado en Puerto Rico, había votado para que Rafael Molina Ureña  ocupara la Presidencia provisional, y quien admitió que sólo ansiaba el retorno de Bosch al poder. Esa misma tarde, se produjeron intensos bombardeos  al Palacio Nacional por órdenes de Wessin y Wessin y De Los Santos, “quebrándose así la oportunidad de pactar”. (p.74, ob. cit.).

Ante la compleja y rápida situación que se estaba produciendo en aquellos momentos, y en vista de que algunos dirigentes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) que dirigía Bosch, se habían acercado a la embajada norteamericana a conversar con el señor Connett, solicitándole su “mediación”, éste envío a sus superiores, en Washington, un telegrama en el que brevemente explicaba los acontecimientos dominicanos; y, entre otras cosas, señalaba que el “retorno de Bosch… es, contrario al interés de los Estados Unidos…”. (Ibid).

En sus conversaciones con los dirigentes del PRD y algunos militares constitucionalistas que acudieron a la Embajada, el señor Connett les dijo, específicamente a estos últimos, que debían de rendirse y pasar a formar parte de una “junta militar” con los de San Isidro. Tal propuesta fue rechazada. Entre los militares constitucionalistas estuvieron presentes los coroneles Hernando Ramírez y Francisco A. Caamaño Deñó.

El antiguo embajador en Santo Domingo, John Bartlow Martin, al referirse a los primeros sucesos de la Guerra de Abril en su obra El Destino Dominicano, indica que Donald Reid Cabral era de opinión “que la conspiración estaba programada para finales de mayo o principios de junio, pero los caudillos rebeldes (en alusión a los constitucionalistas, n. de j. m. j.) han dicho después que estaba preparada para el lunes siguiente, 26 de abril. La visita de Rivera Cuesta - agrega - (al campamento militar 27 de Febrero, para contrarrestar algunos oficiales acusados de conspirar contra él, n. de j. m. j.) hizo estallar prematuramente la conspiración”. Llamó a un ayudante suyo, el capitán Mario Peña Taveras, y le ordenó que arrestase a los conspiradores. En cambio, el capitán Peña Taveras, que era uno de los conspiradores, arrestó a Rivera Cuesta y se apoderó del campamento. Esto era el comienzo del levantamiento militar. Aquella tarde del sábado - prosigue -, 24 de abril, Peña Gómez, del PRD, antiguo locutor de radio, acompañado por unos pocos amigos civiles y militares fue a Radio Santo Domingo (en realidad era Radio Comercial del Señor José A. Brea Peña, dirigente del PRD), hizo una barricada en el estudio, declaró el derrocamiento de Reid e invitó al pueblo a que se echase a las calles y proclamase la revolución de Bosch. (p. 611 en En Destino Dominicano, Editora de Santo Domingo, S. A., Santo Domingo, Rep. Dominicana, 1975).

Más adelante, y aunque sin citar fuente alguna, John Bartlow Martin dice, que la CIA tenía informes de que militantes de la izquierda revolucionaria, que él llamó “castro-comunistas”, estaban entregando armas a la gente en las calles. Dice que eran “miles de fusiles”.

“El lunes por la mañana (es decir, el 26 de abril, n. de j. m. j.) a las cinco y media, los aviones del general De Los Santos comenzaron a bombardear y ametrallar el Puente Duarte (...). Las tropas del general Wessin…, intentarían cruzar el Puente Duarte y entrar en la Capital. Ante tales eventos, “Connett” informó algo inexplicablemente - dice Bartlow Martin -, que los generales Wessin y De Los Santos habían pedido tropas de los Estados Unidos y se les había dicho que no la esperasen, pero Connett dijo, también, que había una amenaza seria de golpe comunista, y opinaba que tal vez fuese necesario una demostración de fuerza norteamericana, aunque no de momento, sino más adelante. Un poco después - agrega - informó de que la Embajada estaba avisando a los norteamericanos  para que se preparasen para evacuar”. (p. 615, ob. cit.).

Más adelante, en su obra, Bartlow Martin apunta que: “A las doce y media del lunes, 26 de abril, el secretario Rusk, el subsecretario Ball, Thomas Mann (ahora subsecretario de Asuntos Económicos), Jack Hood Vaughn (que había sustituido a Mann como secretario ayudante para América Latina) y el embajador Bennett, fueron a la Casa Blanca y presentaron el confuso problema (dominicano, n. de j. m. j.) al presidente Johnson. El presidente dijo a Bennett - anota Bartlow Martin – que volviese inmediatamente a Santo Domingo y que le informase constantemente”.  (Ibid).

Además, “En Washington el embajador de Uruguay ante la OEA llamó al secretario ayudante Vaughn y sugirió que el Comité Internacional de Paz fuese informado (de los sucesos dominicanos, que justo el martes 27 de abril  habían tomado un nuevo giro, n. de j. m. j.), Vaughn accedió (…) Vaughn y un funcionario de la Casa Blanca hablaron de ponerse en contacto con Juan Bosch y lo hicieron pronto”, dice Bartlow Martin. (p. 617); quien luego da este detalle: “El embajador Bennett llegó a Santo Domingo a las 12:40 de la noche de aquel día, martes, 27 de abril, un día importantísimo”. (Ibid).

¿Por qué era importante aquel 27 de abril de 1965? Lo primero que debemos señalar es, que justo ese día los aviones de San Isidro continuaron “ametrallando y bombardeando” la ciudad de Santo Domingo, y pese a ello los militares constitucionalistas y un grupo de civiles había impedido su avance en los ataques del Puente Duarte.

Además, tras la salida de la embajada, “… los jefes militares, incluido Caamaño… volvieron a luchar junto al pueblo”. Después de la reunión en la Embajada, “Caamaño surgió como el jefe máximo de los rebeldes en Santo Domingo, dice Martin (p. 619). Las balaceras de aquel día fueron en aumento en diferentes puntos de la capital. Y, al día siguiente, 28 de abril , que quedaría marcado en la historia dominicana como un día funesto, se produciría en horas de la tarde, el desembarco de las primeras tropas yanquis de ocupación. Mientras esto sucedía en suelo dominicano, en Washington, el presidente Lyndon B. Johnson convocaba a la Casa Blanca ese 28 de abril, a los jefes del Congreso y momentos después de concluida esa reunión, comunicaba a través de la radio y la televisión al pueblo norteamericano su decisión de invadir militarmente a un país pequeño e indefenso como la República Dominicana, con cuarenta y dos mil marines, bajo el infeliz alegato de que habían “norteamericanos” en peligro”.

¿Dónde estaba entonces la llamada neutralidad yanqui en el conflicto?

Hacían exactamente en aquellos días de la Guerra de Abril, que 310 años atrás los antiguos amos de los norteamericanos, los ingleses, con Penn y Venables invadían a Santo Domingo, en otro de los más funestos episodios imperiales.

El bautizo yanqui a Wessin y Wessin y sus tropas, vino después del desembarco de los primeros marines, es decir, el 29 de abril, cuando “el jefe de la fuerza de guardia de los Estados Unidos pidió permiso para aterrizar, con su propio avión, en San Isidro”, dice Bartlow Martin, p. 622. A este evento imperial el pueblo dominicano levantado en armas y dirigido por el coronel Caamaño metralletas en manos, arreciaban el fuego contra los invasores y sus aliados criollos.

Notas al calce:
1. En su obra Golpe y Revolución, el licenciado Víctor Grimaldi apunta, que “Wessin y Wessin comandaba los elementos de la Fuerza Aérea pro-Reid; ordena ametrallar la ciudad mientras señalaba que aparentemente las fuerzas pro-Bosch estaban comandadas por el capitán Mario Peña Taveras…”. (p. 116, según publicación del 27 de abril de 1965 en The New York Times. En Golpe y Revolución, CPEP, Santo Domingo, 2008).

2. Instalado en la presidencia, Molina Ureña emitió una serie de decretos, entre ellos “una amnistía general para todos los prisioneros políticos que se opusieran al Golpe de Estado del 25 de septiembre de 1963; y otro, en el que “todos los ciudadanos que fueron arbitrariamente expulsados de la República están libres de retornar a su patria”. (pp. 118-119, ob. cit.).

3. “Los ataques de los aviones que tenían su base sobre San Isidro produjeron unas 50 bajas mortales y aproximadamente 100 heridos - apunta Grimaldi - hasta el día 26, mientras que la Marina de los Estados Unidos se preparaba para sacar del país a los ciudadanos norteamericanos y otros extranjeros”. (Ibid).

4. En un “Sumario de Publicaciones de la CIA” del 28 de abril de 1965, dice Grimaldi que se incluyeron “dos informes del día 26 de abril”. Uno de ellos anota que “grupos bien organizados de comunistas y extremistas apoyaban a los rebeldes y evidentemente controlaban la mayoría de las armas pasadas a los civiles”. Y en otra parte, con marcado interés de desprestigiar la revuelta, señala que en tales momentos “la extrema izquierda parecía mejor organizada que el partido de Bosch o los militares pro-Bosch”. (p. 119, ob. cit.). A las 9:30 a.m. del 26 de abril de 1965, en una cronología de los sucesos de la guerra, la embajada norteamericana informaba a través de Connett, que “la posición de Wessin y De Los Santos se está debilitando. Solamente la intervención de los Estados Unidos - dice – puede prevenir el retorno de Bosch… La embajada cree hay un serio peligro de toma del poder por los comunistas y apoya la creación de una junta militar que celebre elecciones en Septiembre (1965)”. (p.120).

5. “Las tropas del general Elías Wessin y Wessin y de otras ramas aliadas (CEFA, Marina y Fuerza Aérea, más cazadores de montaña del ejército), habían fracasado en su intento del día anterior, martes 27 de abril, por aplastar a las fuerzas militares y civiles armados constitucionalistas”, algo que fue reconocido por Johnson, quien según sus propias palabras dijo que, “Había habido un desplome en liderazgo y las fuerzas regulares estaban casi tan desalentadas como estaban los líderes rebeldes”, el día anterior. (p. 134 en Golpe y Revolución).

6. “La deserción del presidente provisional José Rafael Molina Ureña y de otros líderes del PRD, uno de los cuales diría a la Embajada de Estados Unidos que la victoria de la revolución sería de los izquierdistas, selló el destino de la lucha constitucionalista cuando en la tarde de este día 28 de abril Estados Unidos decidió invadir el país”. (p. 133 en Golpe y Revolución de Víctor Grimaldi…).

jueves, 1 de febrero de 2018

Prólogo al libro La mujer dominicana en Puerto Rico

Prólogo al libro La mujer dominicana en Puerto Rico: Su integración al campo profesional (1961-1975).
Por Migdalia Núñez

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El libro de la Dra. Santa Pérez Nivar, La mujer dominicana en Puerto Rico: Su integración al campo profesional (1961-1975), aporta significativamente a la historiografía moderna, integrando aspectos sobre el impacto de la educación científica de la mujer que plantea Eugenio María de Hostos y las vivencias de las mujeres entrevistadas en su investigación. Hostos, quien creía en la importancia de la educación de las féminas, pensaba que la primera base de los fines contenidos era la educación científica de la mujer. Consideraba que educando a la mujer se adquiría la verdad y que la función de una mujer educada es difundir los principios eternos de la ciencia contenidos en la verdad. Estos principios de Hostos impactaron las vidas de las mujeres dominicanas. La investigación presenta a Salomé Ureña, quien, influenciada por Hostos, desarrolla cambios innovadores y trascendentales en la educación de la mujer quisqueyana.

Vemos en esta obra la realidad de muchas mujeres dominicanas. Entre ellas: las grandes luchas para educarse y profesionalizarse. La exposición de la autora muestra los aspectos más relevantes de la mujer profesional dominicana y sus aportaciones al país que las recibió. Las vivencias propias de la autora muestran el ejemplo de la realidad que vivieron y su deseo de superación y logros significativos en el país receptor.

Este libro describe las razones por las cuales emigraron las mujeres dominicanas a Puerto Rico. Presenta a las mujeres exiliadas que llegaron a Puerto Rico por la situación política que imperaba en su país. También describe otras razones de índole económico, social y cultural. Ya sea la causa, estas mujeres emigraron a Puerto Rico en las décadas que comprende el estudio y la gran mayoría finalizó estudios profesionales o técnicos, ejerciendo como parte de la fuerza laboral puertorriqueña.

Es por esto. que una de las aportaciones más valiosas de esta obra es el trabajo biográfico de mujeres destacadas en diversas funciones en Puerto Rico. El mismo resalta la diversidad de funciones que estas mujeres realizaron aportando de manera significativa a la vida social, cultural, política y económica de Puerto Rico. Sus luchas en la búsqueda de la igualdad en derechos, abrió oportunidades de desarrollo para las futuras generaciones de mujeres dominicanas en Puerto Rico. La obra muestra la diversidad en oficios y trabajos que desempeñaron, siempre buscando oportunidades para superarse.

Otra aportación valiosa son las entrevistas a mujeres dominicanas profesionales en Puerto Rico que se han destacado en diversos campos. A través de la tradición oral se pudo reconstruir parte de esta historia. Estas entrevistas ofrecen información valiosa que muestra el deseo de superación, el esfuerzo y la dedicación para ayudar a sus familias. Se muestra además su inmenso valor para desarrollarse dentro de una sociedad que limitaba su esfuerzo por superarse.

La obra hace una invitación a futuros historiadores para unir todos estos elementos presentados y realizar de ellos investigaciones que pueden traer nuevas aportaciones dando lugar a estudiar el legado de estas mujeres.

domingo, 11 de enero de 2015

Prólogo: Martí en Federico García Godoy

Autor: Pablo L. Crespo Vargas

Prólogo escrito para el libro: Martí en Federico García Godoy: Aportes a la última guerra de independencia cubana de Jesús Méndez Jiminián, Editorial Akelarre, 2014, 73 páginas.  Para adquirir por amazon

José Martí es la figura más emblemática de la historiografía cubana, y una de las principales tres en el ámbito antillano.[1]  No solamente es recordado por su incansable lucha en contra del régimen opresor colonial, lo que lo llevó a la creación del Partido Revolucionario Cubano y la unificación de los principales comandantes y dirigentes de la guerra de 1868, entre ellos a Antonio Maceo y a Máximo Gómez, para lo que luego sería la Guerra del 95.

No obstante, José Martí fue mucho más que el ser político, que motivaba a los cubanos a luchar por su libertad, también fue un prolífero escritor. Su obra, enmarcada en el más profundo sentido analítico, es muestra de su ideario, el cual nos presenta, la verdadera cualidad de este ser, un gran pensador y filósofo. Lo complementaba con una excelentísima oratoria

José Martí era universal, un modernista que desde muy joven escribía; para su lamento, su deseo de ver una Cuba libre, que lo llevó a vivir en el exilio, aunque esto no lo desalentó en su afán por promover la independencia de su patria.

Otro exiliado fue don Federico García Godoy, cuya familia en 1870 llega a la ciudad de Santo Domingo procedente de Santiago de Cuba, de allí pasan a Puerto Plata. Federico, que llega como un adolescente a suelo dominicano, comienza a desarrollarse como escritor y humanista, con un ideario que lo llevó a promover el conocimiento en distintos ámbitos del saber. Llega a vivir en Santiago de los Caballeros y luego se radica oficialmente en La Vega.

Es allí donde José Martí y Federico García Godoy se encuentran. Para Martí, García Godoy era un intelectual cubano que debía conocer, aparte de tenerlo como parte de su grupo de apoyo en el exilio. Ambos seres, en su medida, eran luchadores cubanos que amaban a su patria.

El análisis que el profesor Jesús Méndez Jiminián nos presenta sobre estos dos personajes, cuyas vidas pueden ser vistas como paralelas, nos lleva a profundizar en la importancia de la conexión antillana, a la que ambos individuos respondías, y a la cual, otros héroes históricos de la región como Juan Pablo Duarte y Eugenio María de Hostos, fueron partícipes.





[1] Las tres grandes figuras históricas de las Antillas Mayores fueron José Martí por Cuba, Juan Pablo Duarte por la República Dominicana y Eugenio María de Hostos por Puerto Rico.

jueves, 21 de agosto de 2014

Presentación libro sobre Caamaño

Autora: Milady Tejeda

HISTORIADOR DOMINICANO PONE EN CIRCULACIÓN LIBRO SOBRE CAAMAÑO

Perth Amboy, NJ .- En el marco del concurrido Festival Dominicano que cada año por estos días celebra esta ciudad de Nueva Jersey, el historiador JESÚS MÉNDEZ JIMINIÁN puso a circular su más reciente obra titulada EL GOBIERNO CONSTITUCIONAL Y REVOLUCIONARIO DEL PRESIDENTE CAAMAÑO.

Cientos y cientos de personas que participaron del Festival los días 15, 16, y 17 de este mes de agosto, desfilaron por la mesa que a tales fines contenía esta y más de una docena de las obras publicadas por Méndez Jiminián, quien en lo que va de año ya totaliza unos quince libros publicados y nueve en el presente año 2014.

La obra recientemente publicada por Méndez Jiminián resalta las virtudes cívicas, militares y humanas del Coronel Caamaño, así como de su gobierno revolucionario de apenas cuatro meses en medio de la Guerra Patria de 1965, en el que él mostró su apego irrestricto a la institucionalidad, buscando reponer en la presidencia de la República Dominicana al depuesto presidente Profesor Juan Bosch, derrocado por militares golpistas, la CIA, sectores de la iglesia y la oligarquía dominicana y otros más, el 25 de septiembre de 1963.

El libro de Méndez Jiminián sobre el Gobierno en Armas del Presidente Caamaño, quien en medio de una ocupación militar norteamericana de 42 mil marines, mostró su valentía y coraje dando ejemplo a miles y miles de compatriotas para que tomaran las armas y pusieran en alto con su lucha la soberanía y la dignidad de los dominicanos y dominicanas, da a conocer sus ejecutorias, y también, la búsqueda de consenso con amplios sectores nacionales y extranjeros para la salida de las tropas de ocupación y la vuelta a la democracia, así como el surgimiento de un Francis Caamaño revolucionario de carne y hueso.

Esta obra de unas 134 páginas nos muestra fotografías, algunas de ellas muy poco conocidas, en la que vemos diversas facetas del Coronel Caamaño y que le fueron cedidas al autor por el comandante Claudio Caamaño y la Fundación Caamaño. La valoración de esta obra por parte del público asistente a este Festival fue de gran acogida. La misma fue impresa en Carolina del Sur, Estados Unidos, a través de la editora puertorriqueña Akelarre de Lajas y tiene prólogo del destacado historiador José C. Novas, quien reside en los Estados Unidos. Asimismo, el autor agradece en ella a personalidades e instituciones que apoyaron esta interesante investigación, entre ellas: a la Fundación Caamaño, a la Biblioteca de Nueva York, al señor Amado Padrón de la centenaria entidad cultural de Santiago, Alianza Cibaeña, entre otros.




    

lunes, 17 de marzo de 2014

Presentación del libro: "Mañana te escribiré otra vez", de Minou Tavárez Mirabal

Autor: Jesús Méndez Jiminían

MINOU TAVAREZ MIRABAL PRESENTA SU NUEVO LIBRO
  
Perth Amboy, N.J. – Cientos de personas se dieron cita éste 8 de marzo en la celebración del Día Internacional de la Mujer en esta ciudad del estado jardín, para conocer el nuevo libro de la congresista dominicana y ex-vicecanciller de su país, Minou Tavárez Mirabal, titulado “Mañana te escribiré otra vez” en la Edward J. Patten Elementary School.

El hermoso y emotivo acto que arrancó prolongados aplausos y lágrimas contó con la presencia de las principales autoridades educativas, culturales, políticas y empresariales, entre ellas, la alcaldesa de Perth Amboy Wilda Díaz, el vice-cónsul dominicano en Nueva York Nelson Pimentel, la superintendente de educación doctora Vivian Rodríguez, la presidenta de la Unión de Maestros del distrito escolar Dianne Crawford, la señora Obdulia Gónzalez presidenta de la Junta de Educación y otros honorables miembros, así como del doctor Néstor Collazo director de la High School.

Las palabras de bienvenida al acto dedicado a la memoria de Dedé Mirabal recientemente fallecida en Santo Domingo y hermana sobreviviente de las Heroínas dominicanas Patria, Minerva y María Teresa que fueron salvajemente asesinadas por orden del dictador Rafael L. Trujillo, el 25 de Noviembre de 1960, estuvieron a cargo de la doctora Dulce Rodríguez, dominicana, y directora de la Edward J. Patten. Y, las palabras centrales de dicho acto y de presentación de Minou Tavárez Mirabal, fueron expresadas por Milady Tejeda organizadora del acto junto a la doctora Rodríguez, y que preside la fundación sin fines de lucro Proyecto Cultura y Sociedad, y es actualmente miembro de la Junta de Educación de Perth Amboy.

En su magistral disertación como presentación a su nuevo libro, “Mañana te escribiré otra vez”, la diputada Tavárez Mirabal hizo un pormenorizado y cronológico recuento de las emotivas cartas que se escribieron sus padres, Minerva Mirabal y Manolo Tavárez Justo, desde los inicios de su noviazgo hasta sus años de lucha revolucionaria contra la tiranía trujillista (1930 – 1961), en la que sufrieron junto a familiares y amigos suyos acoso, persecución, cárcel, torturas y, finalmente la muerte de su madre, Minerva, asesinada junto a sus tías de manera cruel y bárbara por matones del trujillato.

Un documental sobre las Hermanas Mirabal fue presentado al público asistente, así como fragmentos de la película “En Tiempos de las Mariposas”. La autora de “Mañana te escribiré otra vez”, colección de lujo, autografió ejemplares que fueron adquiridos por algunos asistentes, se tomó fotografías con muchos de ellos, que le manifestaron cariño y admiración, y también recibió una hermosa placa de reconocimiento por parte de las principales organizadoras de la actividad Milady Tejeda y Dulce Rodríguez.


Todo culminó con un íntimo almuerzo a la honorable invitada, diputada Minou Tavárez Mirabal.

Minou Tavárez Mirabal se dirige al público. Observa Milady Tejeda, presidenta de Proyecto Cultura y Sociedad

lunes, 24 de febrero de 2014

Duarte en Federico García Godoy

Autor: Jesús Méndez Jiminián

DUARTE EN FEDERICO GARCÍA GODOY

"Duarte no vacila un instante. Corre desalado a ofrecer a su patria en armas lo único que le queda: su nombre y su vida..."

Federico García Godoy (1857-1924)

A raíz de celebrarse en el país el primer Centenario del Natalicio del padre - fundador de la dominicanidad, en 1913, don Federico García Godoy escribió un brillante ensayo titulado "Duarte", que aparecería en el año 1916 en su obra "De aquí y de allá", publicada en la ciudad de Santo Domingo, en la tipografía "El Progreso", cuyo propietario era el señor Emiliano Espinal.

Retrato en óleo de Juan Pablo Duarte, realizado
por Abelardo Rodríguez Urdaneta, 1892.
Ese ensayo, escrito poco antes de episodios dolorosos, que García Godoy al referirse a los de la Ocupación Militar Norteamericana (1916-1924), llamó "acerbísimos dolores que desgarran el corazón de la patria..." era, sin dudas, una respuesta patriótica en medio de tan infelices sucesos a aquel bochornoso acto de los norteamericanos.

En medio de tan amargos y dolorosos sucesos, decía García Godoy, que la figura excelsa de Juan Pablo Duarte aparecía fulgurante, única, sin paralelo... adscrito a un ideal de amor patrio ilimitado, sin la más leve mezcla de intereses mezquinos, sin claudicaciones y sin máculas.

Con gran acierto, a seguidas, salieron de la brillante pluma de don Federico García Godoy, estas líneas sobre la figura del patricio:

"Tiene todo el valor representativo de un héroe... Aunque se le confirieran elevados grados militares no fue nunca un guerrero. En un momento tan crítico, el más pavoroso sin duda de la historia de su pueblo, tuvo la conciencia de un supremo deber de redención colectiva que se le imponía, y lo cumplió resueltamente presto a todos los holocaustos. Alimentó la llama de su fe patriótica, ofrendándole sin el más leve titubeo, con la serenidad y decisión de quien cumple un deber rudimentario, cuanto el hombre considera de más precio en la vida: amores, bienes de fortuna, ambiciones de poder y gloria...".

Entre Duarte y su medio, apunta más adelante García Godoy, debieron de existir "conexiones muy intimas... En el solo se ve lo mejor, lo óptimo que podía dar de si una colectividad ignorante y plena de preocupaciones como era la sociedad dominicana de su tiempo".

Y luego García Godoy refiriéndose a los sentimientos de Duarte para con sus compatriotas, señala lo siguiente:

"En ningún corazón vibraron con tal ímpetu los dolores y las angustias de la inmensa mayoría de sus compatriotas. Duarte vio, sintió el mal, y con mirada perspicaz, preñada de adivinaciones, se dedicó a buscar y a aplicar el remedio. La patria... casi moribunda, tendía en pavoroso desconsuelo los brazos al espacio obscuro, mudo-como la esfinge, sin que nadie pudiese brindarle consuelo en tan horrible desamparo".

Uno de los principales detalles que sobre aquel joven de ideas iluminadas y verdaderamente revolucionarias, que era Juan Pablo Duarte nos lo apunta García Godoy en su ensayo, es el de su viaje a Europa, donde pudo - dice - "recorrer pueblos que disfrutaban de plena libertad, que fulgían en el en el pináculo  de la civilización”, y así logra comparar esto con el suyo ocupado por los ha Manos desde hacíamos de una década entonces.

La labor secreta, silenciosa de Juan Pablo Duarte a través de la fundación de la sociedad patriótica "La Trinitaria", sin dudas, muestra la fe de él y de sus correlegionarios "en la emancipación del país".

Al referirse a este trascendental paso de Duarte, para consumar nuestra independencia como nación, García Godoy apunta sobre la creación de "La Trinitaria", que a través de ella "comenzaba la labor redentora..., labor de verdaderos carbonarios, gestación fecunda en la sombra..., que, cuando surgió en la superficie, cuando hizo irrupción desbordante en plena luz, fue para dar de si, como jugoso fruto, un nuevo organismo nacional, una república capaz de realizar determinadas finalidades de luminosa vida democrática".

Y señala más adelante don Federico García Godoy, que cumplida esta misión, el patricio "solo pudo gozar breves instantes de su empeño magnifico y trascendental de redención y de gloria".

"El eximio patricio - anota García Godoy refiriéndose a Duarte - en la hora de congoja pudo decir, como otro insigne libertador de pueblos "que había arado en el mar”… de una república cimentada en una organización jurídica enteramente propicia al gradual y metódico desenvolvimiento de una vida democrática, fecunda y civilizadora, se había pasado, de un sopetón, a un régimen de tribu (el de Santana n. de j. m.j.)… al personalismo perturbador…” es decir, a ese personalismo que ensombrece y hace languidecer el desarrollo armónico de los pueblos.

Pero aun, hoy día muchos dominicanos perversos se burlan de las sagradas enseñanzas de Duarte, desfalcando el erario público, siendo cómplices y actores del narcotráfico; mancillando el honor de Duarte al poner en práctica su afán desmedido de lucrase, y dando la espalda al pueblo aquellos que una vez alzados con el poder se olvidan de los que sufren en carne y hueso abatidos por la miseria, logrando así poner la patria por debajo de sus insaciables apetencias personales.

Concluye don Federico García Godoy su homenaje a Duarte, sin lugar a dudas, el más ilustre de todos los dominicanos, con estas estremecedoras palabras:

''En ningún rincón de la tierra nativa se alza todavía, como elocuente y objetiva enseñanza de permanente alza moral, el bronce o el mármol escupido por el arte que sea perdurable símbolo de su gloria edificante y magnifica. El tiempo -finaliza -, demoledor implacable de nombradías usurpadas, aumenta cada día mas el prestigio de su personalidad preclara, nombrándola con ineclipsables refulgencias".

Duarte hoy mas que nunca se coloca más arriba, mucho más, de todas las miserias humanas. Su figura refulgencias seguirá iluminando la senda por donde habrán de transitar aquellos que buscan cada día levantar la dominicanidad con verdadero tesón, y orgullo.

El autor es miembro de la Cátedra José Martí en la UASD.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Perspectiva de la posesión espiritual en el vudú dominicano

Autor: Pablo L. Crespo Vargas
(Artículo originalmente publicado para Ahora Newspaper, 1 de noviembre de 2013)

Perspectiva de la posesión espiritual en el vudú dominicano
Libro de Geo Ripley nos lleva a través de los misterios vuduitas

Un encuentro con la psiquis de las culturas ancestrales que conforman el pueblo dominicano, visto a través de las ceremonias religiosas arraigadas en el culto tradicional del vudú, es la temática principal del libro Imágenes de Posesión Vudú dominicano del etnólogo y artista plástico Geo Ripley.

El autor nos presenta una descripción ilustrada y comentada sobre las creencias vudú dominicanas, dándole énfasis a la posesión ritual que se enmarca en esta fe; trabajo que nos inicia y a la vez nos motiva a continuar conociendo sobre esta singular religión.

El objetivo del autor es exponer al lector, de manera directa, las características de una ceremonia vudú, que no necesariamente es repetitiva en otras partes. Geo Ripley, nos adentra al mundo metafísico de los dogmas, surgidos del sincretismo centenario al que el Caribe fue expuesto durante los últimos 521 años y que hoy son reflejo de la idiosincrasia caribeña, donde la mezcla de genes y creencias crean el ambiente adecuado para la formación de la sociedad más heterogénea en el Planeta.

Al hablar de vudú dominicano y no del vudú como doctrina general, el autor, nos lleva a ver la existencia de ese elemento regionalista, que nunca es distinguido ni entendido por la población que no comparte estas creencias. De hecho, Geo Ripley, nos indica en sus comentarios, que dentro de los mismos creyentes existe desconocimiento de las tradiciones que en otras regiones se desarrollan, a su vez, se da el fenómeno evolutivo de la variación de creencias, aunque hace hincapié de que la fe en los llamados misterios del vudú aún perduran y que estos solo se acomodan a los cambios que vive la sociedad.

En el caso del vudú dominicano, este basa sus misterios en cuatro fuerzas, las primeras tres son representativas de unos seres animistas que han sido modificados al santoral cristiano. La cuarta fuerza es la que nos lleva a reconocer la marcada presencia de las creencias indígenas (taínas) en la formación de esta religión. El orden que Geo Ripley utiliza para presentarlas es el siguiente: la Radá (que abarca los misterios dulces), la Guedé (implica los misterios de la muerte), la Petró (se desarrollan a partir de los misterios del bosque y la foresta) y la Indígena (donde se manifiestan los misterios existentes en la Isla anterior a la llegada de los extranjeros).

Otro punto que la inmensa mayoría de los occidentales desconocen es la afirmación que se da en la lectura sobre los aspectos monoteístas de la religión vudú y como esta, dentro de su proceso evolutivo, enmarcó la espiritualidad animista de los esclavos procedentes del África en el contexto cristiano. Un ejemplo demostrativo es la figura de Papá Bondié, que representa el Gran poder de Dios. Otro es la Virgen de la Altagracia, madre espiritual del pueblo dominicano, que es utilizada en las ceremonias a favor del Radá.

La obra de Ripley, más que un análisis sobre el vudú, es la presentación de lo que son sus ritos y creencias de manera visual, ya que se utilizan más de 170 ilustraciones, la inmensa mayoría, fotos a color, tomadas en los rituales, y que nos muestran detalladamente cada uno de los elementos que el autor desea expresar.

El vudú surge en el territorio que conformaba el antiguo reino de Dahomey en el occidente de África, hoy las República de Benín y Togo. Vudú viene de vodun, palabra que significa espíritu. Es una creencia sincrética que combina elementos del catolicismo y de religiones tribales africanas. El culto se basa en la veneración de un gran número de espíritus llamados loa, identificados con dioses o ancestros deificados.

El vudú llega a República Dominicana con la invasión haitiana de 1822 sin embargo, va tomando su propia identidad al sumársele a la raíz africana las creencias hispano-tainas del dominicano.

Los creyentes dominicanos, por lo regular no tienen templos y los rituales se llevan a cabo frente a altares colocados en la casa del practicante. No se realizan sacrificios de animales, excepto en raras excepciones; ni existe un sacerdocio organizado. Sus practicantes son identificados como espiritistas, no como vuduitas. 

En el vudú dominicano una entidad, espíritu o “misterio” cuando es mujer se llama Metresa. Cuando es hombre se llama Luá.  Los sacerdotes (hungan) y sacerdotisas (mambó) son los samanes de las comunidades en que residen, teniendo como misión aconsejar, sanar y proteger a los fieles.

El vudú no solo se practica en La Española, sino que existen comunidades de fieles en Trinidad, Brasil, Cuba y Luisiana.

El vudú fue transbordado al Caribe durante los procesos de colonización y conquista de Haití por los franceses, quienes trajeron esclavos adquiridos en el antiguo reino de Dahomey para cultivar las ricas plantaciones azucareras. Es una de las creencias que menos se conocen y entienden en las sociedades occidentales; al extremo, de ser catalogada, por muchos, una religión prohibida, llena de demonios y hasta anti-cristiana. No obstante, la realidad es que el desconocimiento nos lleva a juzgar de manera peyorativa esta devoción, que ya es parte de la idiosincrasia caribeña.

Es por ello, que la labor investigativa sobre el tema por parte de antropólogos, sociólogos, etnólogos, culturólogos e historiadores es de vital importancia. Son sus estudios y eventuales ponencias las que nos describen y nos llevan a conocer la realidad del vudú. Una religión que ha matizado una vertiente caribeña y antillana que se ha propagado por el continente, pero que aún es un misterio para muchos.

El vudú, creencia afrocaribeña, tiene su sitial, en la gama de religiones que han adoptado el Caribe como su hogar; entre ellas: la santería, el kali mai, el palo monte (también conocido como palo mayombe, palo congo), el rastafari, el obeah y el winti. Todas ellas, transformadas por el sincretismo que solo se da en una región donde el mestizaje no solo se dio en los genes sino que se manifiesta en la cultura.

El multifacético, Geo Ripley, nació en Caracas, Venezuela, hijo de padres dominicanos exiliados de la tiranía trujillista en 1950. Desde su infancia demostró cualidades excepcionales para la pintura y el dibujo. Su obra, Inspiración, basada en pintura precolombina, le obtuvo a los 17 años, un segundo premio en un concurso de dibujo. Inspiración es considera la ruptura con los cánones establecidos por la pictórica tradicional y el inicio de la revolución modernista de la pintura nacional dominicana.

Se graduó de profesor de artes plásticas en la Universidad Autónoma de Santo Domingo e hizo su post grado en la Academia de Bellas Artes de Roma. Ripley integra en su pictórica elementos mágicos y simbólicos de las culturas africanas, precolombinas, antillanas y latinoamericanas. Ripley utiliza, en opinión de expertos, el arte como rito de iniciación. La genialidad del artista lo llevó a ser uno de los primeros en Latinoamericana en utilizar la instalación y el performance en su obra.

En 1970 creó MANTRAM, esculto-pintura sonora que significa la segunda gran ruptura en la plástica dominicana y lo consagra como Padre de la Pictorica Moderna Dominicana. 

Ripley se consagra en la pictórica mundial al revolucionar los esquemas formales de la Bienal de París en 1980 al crear y recrear un ambiente mágico con base al vudú dominicano.

El doctor Ripley ha sido docente de las universidades Autónoma de Santo Domingo (UASD), APEC y profesor invitado de la universidad Simón Bolívar de Caracas, Venezuela y del Proyecto Acces de la Universidad Buena Vista, Estados Unidos. En la actualidad trabaja en la Secretaria de Estado de Cultura en Santo Domingo.

Las inquietudes intelectuales de Ripley lo llevaron más allá del ámbito pictórico incursionando en diversas áreas del conocimiento humano como lo son la investigación histórica, la cultura, la etnografía y la arqueología.

En la actualidad, Geo Ripley está considerado uno de los principales expertos del continente en la cultura afrocaribeña. Lleva varios años trabajando en la integración de la cultura caribeña desde la perspectiva etno-cultural-religiosa

“El Caribe vibra al ritmo de tambores y cadencias rítmicas; se integra en una sola alma que lleva en su cuerpo sangre taína, negra y europea”, asegura Ripley.

martes, 21 de enero de 2014

Juan Pablo Duarte y la independencia dominicana

Autora: Milady Tejeda

JUAN PABLO DUARTE Y LA INDEPENDENCIA DOMINICANA

La independencia dominicana tuvo un largo proceso de maduración hasta la llegada del 27 de Febrero de 1844. Tardó veintitrés años en gestarse, luego de producirse la Independencia Efímera llevada a cabo por el licenciado José Núñez de Cáceres en Diciembre de 1821, y tras producirse más tarde la ocupación haitiana al país a inicios de 1822, liderada por el general Jean Pierre Boyer.

Juan Pablo Duarte nació el 26 de enero de 1813 en Santo Domingo de Guzmán. Su padre era el comerciante español don Juan José Duarte. Su madre era la criolla doña Manuela Díez, nativa del Seybo.

Duarte (1813-1876), fue siempre coherente con su prédica revolucionaria desde muy joven. Para hacer realidad la creación de la República Dominicana fundó con tan sólo veinticinco años, junto a otros jóvenes, la sociedad secreta La Trinitaria; vendió todos los bienes patrimoniales de su familia y padeció el exilio, hasta morir en la miseria.

Los nombres de los que componían esta sociedad patriótica, además de Duarte, era: José María Serra, Juan Isidro Pérez, Jacinto de la Concha, Féliz María Ruiz, Felipe Alfau, Benito González, Pedro Alejandrino Pina y Juan Nepomuceno Ravelo. Los nueve fundadores hicieron un juramento el 16 de julio de 1838 para crear la República Dominicana, que nació la noche del 27 de Febrero de 1844 como nación libre e independiente.

Hoy, a casi 170 años, los dominicanos y las dominicanas con orgullo podemos decir: ¡Viva la República Dominicana!

¡Gloria eterna a Juan Pablo Duarte, el más puro y grande de todos los dominicanos!

Perth Amboy, New Jersey
     Diciembre, 2013





jueves, 10 de octubre de 2013

Sobre Juan Pablo Duarte y la Patria Dominicana


Historiador, Jesús Méndez Jiminián, dice que Duarte es el único padre de la Patria Dominicana


La Vega, República Dominicana.- El ingeniero e investigador de temas históricos, Jesús Méndez Jiminián, proclamó que por sus ideas liberales y revolucionarias, espíritu de sacrificio y de fe en la nación dominicana, Juan Pablo Duarte es el único Padre de la Patria. Señaló, que la idea de fundar la nación dominicana, crear su bandera, su escudo, su carta Constitutiva, entregar todos sus bienes y su propia vida por la Patria lo hacen merecedor de tal reconocimiento, incluso por aquellos que le adversaron. Sin quitar méritos ni valor a Matías Ramón Mella, a Francisco del Rosario Sánchez, y otros, Méndez Jiminián, dijo que Duarte fue puro como revolucionario, honesto y radical con los principios que dieron origen a nuestra Patria. “No transigió ni un ápice con las ideas y valores, principios que enarboló siempre y murió, tras el ultraje y la villanía que contra él cometieron sus enemigos, incluso algunos que en principio le siguieron”. Murió en la miseria después de darlo todo por la Patria. Argumentó, que los jóvenes de las presentes y futuras generaciones deben ver siempre en la figura de Juan Pablo Duarte el verdadero Padre de la dominicanidad; y que su desprendimiento y decoro son ilimitados. “Él deber ser nuestro mayor paradigma, ya que hoy los anti valores han arropado nuestra sociedad”, dijo. El ingeniero Méndez Jiminián hizo tales planteamientos al dictar una conferencia, este jueves, 10 de octubre, ante decenas de estudiantes y profesores del Colegio Agustiniano de La Vega, que se encuentran celebrando su Feria del Libro, y los 50 años de su fundación; lo que hacen a esta prestigiosa institución un verdadero símbolo de la educación y la cultura vegana, y del país.