jueves, 30 de junio de 2022

Presentación libro de Lajas, desde los amerindios hasta el siglo XIX: Historia, sociedad y cultura de un pueblo

Presentación libro de Lajas, desde los amerindios hasta el siglo XIX: Historia, sociedad y cultura de un pueblo

Presentador: Dr. Francisco Moscoso 
Catedrático, Departamento de Historia (retirado a partir de 2019)
Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Río Piedras
Lajas, Puerto Rico, 12 de abril de 2014

La historia local en la historiografía

Las historias municipales o de los pueblos locales, como la que presentamos, son el complemento de las historias de las naciones. Evidentemente, todo el quehacer de un pueblo en particular no se puede comprimir en un texto general de historia. Los textos de historia, necesariamente, tienen que resumir y sintetizar muchos datos y eventos. En ellos, usualmente se destacan más los pueblos que han tenido una importancia económica o política y los demás pueblos, incluyendo sus ciudadanos sobresalientes, son objeto de menciones o señalamientos muy específicos.

De ahí que, las historias de los pueblos suministran una cantera de información que escapan a los textos pero que, en su conjunto, son las que nutren y completan la historia de un país. La historia de Puerto Rico estaría incompleta sin la historia de Lajas, y la de cada municipalidad de la Isla.

Al examinar la historiografía, es decir, en el cuerpo de toda la producción histórica, y tomando por guía la Bibliografía Puertorriqueña por José Géigel, Zenón y Abelardo Morales Ferrer, obra premiada en la Exposición Regional de Puerto Rico, los autores identifican apenas dos libros que pudieran clasificarse bajo la categoría de historia de los pueblos en el siglo XIX: la más antigua es la del educador y periodista Ramón Marín, La Villa de Ponce considerada en tres distintas épocas. Estudio histórico, descriptivo y estadístico, hasta fines del año 1876 (1877); seguida por la del médico Dr. Cayetano Coll y Tosté, Crónicas de Arecibo. Apuntes históricos (1891).

Cuatro décadas más tarde, el primer Director del Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico, Antonio S. Pedreira, publicó en 1932 una monumental Bibliografía Puertorriqueña (1493-1930), de sobre 700 páginas. Dedicó un apartado a la Historia Local, con fichas bibliográficas de 39 pueblos, desde Adjuntas a Yauco. En realidad, se trata de una relación de algunos libros, albums, monografías, noticias, folletos, informes y documentos sobre los pueblos. De Lajas apenas hay una mención: el documento de la fundación del pueblo publicado en la Gaceta de Puerto Rico, el periódico oficial del gobierno español y que Coll y Tosté incluyó en el Boletín Histórico de Puerto Rico, Tomo II, 1915, pp. 291-292.

A mediados del siglo XX, uno de los primeros historiadores profesionales puertorriqueños, Generoso Morales Muñoz, dio un impulso a la historia local, con la publicación de sus obras, Fundación del pueblo de Cataño (1946), Fundación del pueblo de Lares (1946), Fundación del pueblo de Guadiana (Naranjito, 1948), entre otras. Desde la segunda mitad del siglo 20 en adelante, es que hemos visto una proliferación de historias locales en libros, ensayos, tesis de maestría y de doctorado, y artículos, de todos los pueblos, que sería muy largo enumerar y que tampoco es nuestro objetivo aquí. En ese conjunto historiográfico hay grandes e importantes aportaciones.

Pertinente a Lajas, en ese contexto que ubicamos la tesis de maestría de la historiadora Lydia Padovani de Ortiz, Proceso fundacional del pueblo de Lajas: 1821-1883 (1981); la obra del historiador lajeño Mario F. Pagán, Historia de Lajas: 1883-1983 (1983); y de José Luis Vargas, Lajas: Notas para su historia (1986); además, los artículos de Yuri A. Rojas, “Teodoro Jácome Pagán y Cancel” (1992); de Félix Lugo Nazario, “Lajas en el viaje de Betances: del autonomismo a la independencia” (1992); de César A. Feliú Irizarry, “Fundación del poblado de La Parguera de Lajas” (1994); de Arturo Grant Pardo, “Presencia de Lajas en la poesía de la Lola Rodríguez de Tío” (1994), de Lydia Padovani de Ortiz, “Lajas: Vida cultural (1995); y, el ensayo del historiador Pablo L. Crespo Vargas, “El ayuntamiento municipal de Lajas durante la crisis económica de 1883 a 1896” (1999), entre otros. Vale destacar que algunos de los artículos mencionados se publicaron en la Revista de la Sociedad Histórica de Lajas.

Lajas, no hay que señalarlo a los lajeños, es la cuna del importantísimo Valle de Lajas, territorio estratégico, aunque subutilizado de la agricultura de Puerto Rico. A lo largo de los años, el valle ha estado amenazado por los grandes intereses económicos y militares, o por la especulación de algunos propietarios y proyectos mal llamados “desarrollistas”. Cuando en la década 1990 el futuro del valle se vio bajo la amenaza de convertirlo en un enclave de antenas militares, que hubiese sido desastroso para la agricultura y para los habitantes de esta área, me sumé a las voces de protesta y, además de participar en una gran marcha en defensa de la tierra de producción, publique un artículo, “Nuestro vital Valle de Lajas”, en 1995, destacando la importancia del valle como patrimonio fundamental puertorriqueño. Esta es mi modesta aportación a la historiografía de Lajas.

La primera vez que supe de Lajas fue cuando niño. Mi padre, el ingeniero agrónomo y horticultor Carlos G. Moscoso, trabajó en la Estación Experimental Agrícola, de la Universidad de Puerto Rico. Durante algunos años dirigió la división de fincas de semillas y visitaba frecuentemente las subestaciones agrícolas por todo el país, incluyendo la de Lajas. Cuando emprendía esos viajes, saliendo de San Juan a las 5 de la madrugada, en casa siempre había expectativa porque regresara sano y salvo, y curiosidad, pues llegaba colocando en la mesa del comedor las muestras maravillosas de cuanto producto agrícola fructificaba en Lajas y en otras tierras. Ahora comparto la esperanza- que creo es la de los puertorriqueños en general- de que la buena cosecha de arroz de este tiempo se multiplique y diversifiquen los cultivos agrícolas para ayudar a encaminar la economía de Puerto Rico por senderos correctos de producción y de asegurar los suministros de alimento básico sin necesidad de importarlos y, por supuesto, poder comprarlos a mejores precios.

La nueva historia de Lajas

La obra Lajas, desde los amerindios hasta el siglo XIX: Historia, sociedad y cultura de un pueblo, de Pablo L. Crespo Vargas y Lydia Padovani de Ortiz, como se puede apreciar, se inserta en una tradición historiográfica que se viene elaborando y enriqueciendo cada vez más desde finales del siglo 20. Su nivel de investigación y estudio constituye una gran aportación a la profundización y problematización del conocimiento de la historia de Lajas, en particular, y su interconexión con la historia de Puerto Rico.

Lo primero que quiero destacar es su andamiaje de fuentes de información. Como historiadores profesionales, Crespo Vargas y Padovani de Ortiz han recurrido a las fuentes primarias documentales de cinco archivos: Archivo Histórico Municipal de San Germán, Archivo Municipal de Lajas, Archivo Parroquial de San Germán, Archivo Parroquial de Lajas, y Archivo Histórico Nacional (Madrid). Por haber sido un barrio de San Germán, como también lo fueron Cabo Rojo, Mayagüez, y otros lugares, mucha información del siglo XIX la obtuvieron explorando nueve legajos, libros de actas y otros documentos en el Archivo Histórico Municipal de San Germán. Los que han emprendido este tipo de investigación saben que se trata de una tarea ardua, paciente y de muchas horas de análisis de los datos acopiados.

Así mismo, los autores se han valido de diversas fuentes primarias impresas, desde el primer texto de historia de Puerto Rico del siglo XVIII por fray Iñigo Abbad y Lasierra, el voluminoso Informe del comisionado Henry K. Carroll, hecho en 1899 tras la Guerra Hispano Americana, entre otros. También se han apoyado en las fuentes secundarias, en la forma de decenas de libros y artículos realizados por otros autores desde diversos ámbitos de estudio. Su libro se nutre y reconoce mediante citas sobre varios temas, las aportaciones previas de las historias de Lajas, como la de Mario F. Pagán y otros mencionados antes. Esto, a su vez, constituye una cualidad ética y moral que debe distinguir todo trabajo intelectual.

El libro se compone de 6 capítulos, unos breves comentarios finales, 21 anejos de cuadros estadísticos, documentos y comunicaciones oficiales, y los datos sobre los autores. Precedido por una información básica de la geografía del área, como sugiere el título, el libro cubre desde los antecedentes de la antigüedad indígena hasta el contexto del fin de la dominación colonial española en 1898. En algún punto dedican un apartado para explicar los orígenes y significado del nombre de Lajas. Además, el texto es suplementado por diversas ilustraciones y dibujos, incluyendo la fotografía de doña Monserrate Toro, quizás, como indican ellos, la más antigua de lajeño alguno del año 1860.

La parte indígena recorre desde las primeras ocupaciones de los indios llamados “arcaicos”, es decir, los más antiguos, hasta la siguiente manifestación de nuevos pobladores arahuacos de nivel tribal y el desarrollo a la fase superior de los cacicazgos taínos, entre 4,000 antes de Cristo hasta el siglo XVI de la conquista española. A cada paso, los autores han procurado presentar evidencia arqueológica, sea en muestras de instrumentos o de cerámica, encontradas en Lajas. Igualmente, han documentado en lo posible, la ocupación de la zona bajo la temprana colonización española desde el siglo XVI al XVIII. Entre otros datos, han puntualizado la participación de Juan Canser (o Cansel), residente del sitio Los Llanos en la sublevación de los vecinos de Puerto Rico contra la autoridad tiránica de algunos gobernantes españoles, entre 1701 y 1712. Como ingrediente del proceso fundacional, más adelante en el siglo XVIII, identifican la adquisición de tierras por parte del hacendado Juan Miguel Jácome Pagán y su matrimonio con María Monserrate Cancel y Ortiz, en 1763, hija del alcalde de San Germán Juan Cancel. Sus descendientes, Teodoro Jácome Pagán y Cancel y su esposa Juana Antonia Nazario estaban establecidos en el barrio Sabana Yeguas a comienzos del siglo XIX.

El grueso del libro versa sobre el siglo de XIX. Entre los muchos temas tratados, el lector encontrará información documentada sobre las familias fundadoras; la población; la economía en sus ramos de agricultura de subsistencia y comercial (la producción de azúcar), y especialmente la ganadería; y la utilización de la tierra en cultivos y pastos. Del Archivo Histórico de San Germán, por ejemplo, citan unos datos interesantes sobre las siembras (de azúcar, arroz, maíz, batatas y otras), algunas técnicas de cultivo y su productividad a la altura de 1879.

Otros temas abordados son la educación, los caminos, la salud, el comercio y los mercados, la separación de San Germán y deslinde del territorio de Lajas; la formalización del municipio de Lajas (en 1883); las finanzas municipales; la iglesia y las fiestas patronales, destacando la de la Candelaria en febrero; las manifestaciones culturales; el azote de la epidemia de cólera en Lajas en 1856; la relación de Lajas con el episodio de la fuga de Betances y Ruiz Belvis en 1867 previo a la organización revolucionaria que desembocó en el Grito de Lares de 1868; la repercusión de la represión política de los “componentes”, o torturas y asesinatos perpetrados por el gobierno colonial español en 1887, contra los autonomistas, independentistas e incluso gente del pueblo sin afiliaciones políticas.

El libro termina con el tema de Lajas en la encrucijada histórica de la Guerra Hispano Americana y el cambio de mando de España a Estados Unidos en 1898 y 1899. A lo largo del libro, se discuten lo temas y los problemas y dificultades asociados a ellos, como, por ejemplo, el del establecimiento de escuelas y la contratación de maestros, o la construcción de los caminos, cuyo peso económico y labor recaía en los pobladores. En muchos sentidos, a veces con apoyo del gobierno, y las más de las veces, Lajas se hizo a sí mismo con el trabajo, esfuerzo y empeño de sus propios paisanos.

Felicitamos calurosamente al historiador Pablo L. Crespo Vargas y a la historiadora Lydia Padovani de Ortiz por su meticulosa labor de investigación y por obsequiarnos la obra Lajas, desde los amerindios hasta el siglo XIX, con la que se enriquece la historiografía local y la de todo Puerto Rico. Así mismo, aplaudimos el trabajo de apoyo y patrocinio de Surcando la Historia, Inc. y del Centro de Estudios e Investigaciones del Sur Oeste, que son muestra del empeño de sus paisanos de rescatar y transmitir a las nuevas generaciones su historia local que, como hemos subrayado, es parte de la de todo el país.

Les agradecemos infinitamente el privilegio de habernos invitado a presentar el libro y por la hospitalidad y cordialidad con que nos ha acogido el Municipio de Lajas. Tienen una nueva obra de historia de la cual pueden sentirse muy orgullosos.




lunes, 6 de junio de 2022

El Infierno de Dante y su influencia en el arte y el imaginario popular

El Infierno de Dante y su influencia en el arte y el imaginario popular
Lizette Martínez

Los condenados por simonía
Miniatura lombarda del siglo XV

Yo sabía que este libro tiene un gran valor en la literatura universal. También sabía que Dante ha influenciado a miles de autores y pensadores. Lo que no sabía es que leer La Divina Comedia es como recibir un suero de brea… Debería llamarse La horrorosa comedia porque leerla es un horror de primera.

Aún así, no me di por vencida y me auto impuse leer la primera parte, “El Infierno”, que es la más famosa. La segunda y tercera parte, El Purgatorio y el Paraíso, suenan tan filosóficas y pesadas que ni loca lo intento...

Lo que más me emocionó de esta empresa sísifa es que es una de las pocas veces en que puedo parear mi insípido entrenamiento corporativo con mis grandes pasiones: literatura y arte.

Mientras iba avanzando en la lectura, me percaté de todas las imágenes del infierno que conservamos en el ideario popular y en el arte que vienen directas del Infierno de Dante. Siendo una nerda literaria consumada, me dediqué a apuntar todas las descripciones del infierno que me gustaron y fui preparando una presentación con citas de Dante e imágenes del arte que las representaran.

¡Me encantó esta aventura literaria y artística! El maridaje perfecto para combatir el aburrimiento existencial y la tortura de leer La Divina Comedia. Por favor nadie se ofenda. Esta es solo mi opinión sincera.

Mientras más investigaba, más encontraba, así que tuve que detener ese alocado afán de plasmar todo sobre Dante y su influencia en el arte, porque la realidad es que es tan denso como el libro mismo. Todavía no termina Dante de parir descendientes en tanto a literatura, pensamiento, arte y cine. Han pasado 700 años desde que escribiera su opus magnus y todavía sigue dando frutos.

Les comparto algunos datos dantescos:

•Dante escribió su poema de 33 cantos en el vernáculo Toscano (1307-16) y no latín, el idioma oficial. Gracias en gran parte a Dante, el vernáculo se convirtió en italiano y pasó a ser el idioma oficial.

•Dante plasma la experiencia de vida de una sociedad en guerra entre güelfos y gibelinos, la época tumultuosa del Sacro Imperio Germano del s. xii y su doloroso exilio 1302-1321 bajo pena de muerte.

•Güelfos– sociedad comercial burguesa de las ciudades italianas, recibían el apoyo del Papa y lo defendían actuando independientes del Emperador.

•Güelfos blancos- por el Papa y la autonomía de las ciudades. Les perdonan el exilio.

•Güelfos negros- partidarios del Papa y la autonomía de las ciudades, pero de carácter y filosofía nacionalistas.

•Gibelinos– Partidario en Italia durante la Edad Media del predominio de los emperadores de Alemania sobre el del papado. Derrotan a los güelfos.

•Dante fue prior de Florencia, era blanco gibelino y no le perdonan el exilio por sus violentas cartas a Enrique VII.

•Reacción de la crítica– Los contemporáneos vieron un panfleto político de duras críticas a figuras prominentes y a la Iglesia misma.

•La Iglesia prohibió La Divina Comedia por 250 años…

•Marca un hito entre el fin de la Edad Media donde Dios era el centro del universo y atisba el Renacimiento donde el hombre será ya el centro del universo.

•Abunda en ataques directos a una serie de Papas en cuyas obras corruptas Dante acusa la decadencia de la institución eclesiástica. Dante se atreve a poner al Papa Bonifacio XIII en el infierno.

•Dante ataca a Florencia “Soberbia, envidia y lucro codicioso son los tres males de Florencia plaga” (p 89). Todavía existe una lucha entre Florencia y Ravenna por recuperar los restos mortales de Dante. El poeta está enterrado en Ravenna dónde vivió su exilio y terminó su obra. Allí murió y de ahí no volverá a Florencia dónde lo condenaron a muerte y lo maltrataron…

•La Comedia es una obra didáctica para evitar los horrores del infierno, lograr una vida equilibrada y gozar del Paraíso.

•Dante forjó para siempre las imágenes del infierno en el imaginario popular, arte, literatura y cine. Hasta tiene su propio adjetivo DANTESCO [escena, situación] Que causa espanto o impresiona y causa horror.

•El poeta romano Virgilio expresa que no hay censura que valga “Ten valor que nuestro paso a ninguno impedir le es permitido”.

•Esta obra hizo más daño a los enemigos de Dante que los propios militares y sus batallas. Escribir La Divina Comedia fue un gran acto de rebeldía, desde usar el vernáculo, hasta su contenido político y crítico de la Iglesia. No hay duda de que Dante era un genio adelantado a su época.

•Según la revisión “Dante en el mundo”, del municipio de Ravenna en 2016, existen 58 traducciones completas de la comedia en idiomas europeos, asiáticos, africanos y sudamericanos. Hay muchas más de solo el Infierno.

Podemos reconocer a Dante en el Fluffy de Harry Potter, en la serie “Lucifer” de Netflix, en la serie “Good Omens” de Amazon, en el Paradise Lost de Milton, en los cuadros de Brugher, El Bosco y Goya.

Durante mi extensa búsqueda, me percaté de que en el siglo XVII y XVIII el tema de Dante desaparece casi de la plástica. La ausencia de mujeres artistas que pintaran a Dante también me impactó. No es hasta el siglo XX que vemos a las mujeres pintando este escabroso tema infernal. Dos ejemplos son Ebba Holm y Fiona Hall.

La ausencia de mujeres artistas plasmando el infierno se explica en parte porque a las mujeres les tenían prohibido pintar los grandes temas históricos, religiosos, mitológicos y hasta los paisajes. Por siglos solo les permitían pintar flores… (puedes leer más sobre el tema en: La vida secreta del arte. 

Dante ganó la batalla aunque fue exiliado y nunca pudo regresar a Florencia, 700 años más tarde lo recordamos y su obra sigue dando frutos en ideas, libros, cómics, cuadros, esculturas, artistas callejeros, películas y más.

Los dejo con las propias descripciones de Dante sobre el Infierno:

Al lugar que te dije hemos llegado, do en pena está la multitud sombría, en quien la luz del bien hace apagado (Canto iii)

Almas que vivieron sin virtud en esta tierra

La mansión del llanto

Ciudad doliente

Abismo del tormento fiero

Ah, los que entraís, dejad toda Esperanza (inscrito en las puertas del Infierno)

Multitud sombría

Desnudo el cuerpo, mil gusanos se comían

Almas al borde, al lugar de toda luz privado

Doloroso oficio sin la Esperanza del Consuelo

Almas cuitadas, los tristes que el fuego ataca

Ora lloremos en la charca Negra y arrancándose trozos con los dientes

Cuántos arriba habrá dueños de imperio que aquí vendrán cual cerdos a porquera

El clamor espantoso oirás que mueve la Antigua turba de ánimas llorosas

Hombres fuimos, si hoy plantas lastimeras, más piadosa tu mano ser debía

Los suicidas son nudosos árboles donde hacen nido las arpías

Los centauros son guardianes contra los asesinos y pillos en río de sangre con lluvia de flechas (canto xii)

Rebaños muchos vi de almas desnudas todas llorando míseramente, sujetas a diversas penas crudas

Al fondo desnudos pecadores los demonios los fustigan

Los aduladores están sumergidos en la mierda

Los Garritrancas son demonios que vigilan a los condenados y pinchándolos con tridentes y horquillas para que no salgan del caldo hirviente. Sus nombres pintorescos demuestran el sentido del humor dantesco: Dragonazo, Jabato, Perrea, Duenducho, Alitronchado, Barbadiente y Malanalga.

Nota editorial: Para ver la entrada original con todas las ilustraciones que la autora expuso visitar el siguiente enlace: https://girlybooks.wordpress.com/2022/03/02/el-infierno-de-dante-y-su-influencia-en-el-arte-y-el-imaginario-popular/