martes, 24 de mayo de 2022

El rescate de Barbosa

El rescate de Barbosa
Dr. Néstor R. Duprey Salgado

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Prólogo a Daisy Flores Fernández, Barbosa en el tiempo, s.l., s.e., 2022.

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Resulta una de las paradojas de nuestro quehacer historiográfico el hecho de que la hegemonía electoral del movimiento anexionista en Puerto Rico no haya venido acompañada de un auge creciente de trabajos dirigidos a documentar la historia de dicho movimiento. Salvo trabajos dirigidos a documentar la vida del fundador del Partido Nuevo Progresista (PNP), Luis A. Ferre, memorias de dirigentes estadistas recientes, como es el caso de Carlos Romero Barceló y Pedro Rosselló González, y referencias al movimiento estadista en trabajos generales de historia política del Siglo XX, son pocos los trabajos dirigidos a historiar el nacimiento, desarrollo y auge de dicha corriente política.

Afortunadamente, una nueva cosecha de historiadores comienza a acercarse a la historia política rescatándola del olvido posmoderno y haciendo uso de la documentación disponible recientemente digitalizada, como son las hemerotecas, brindando nuevos acercamientos y en algunos casos inéditos, sobre el anexionismo puertorriqueño, al igual que previamente había ocurrido con sus homónimos cubanos y dominicanos. En esa línea de investigación se inscriben trabajos como los de Mario Ramos Meléndez y Edwin Fragoso, así como disertaciones en vías de publicación sobre la Coalición Republicana-Socialista de 1932-1940 y el Partido Estadista Republicano (PER).

De los posibles sujetos de investigación que implica el acercamiento al movimiento estadista puertorriqueño, quizás la figura mas intimidante es el doctor José Celso Barbosa, principal fundador del Partido Republicano Puertorriqueño (PRP) en 1899 y el principal dirigente de esa corriente electoral. El “padre del movimiento estadista puertorriqueño”, como lo llaman sus herederos políticos, contó con una temprana biografía producto de la pluma del doctor Antonio S. Pedreira, destacado intelectual de la década del ’30, promovida por su hija, la doctora Pilar Barbosa del Rosario, historiadora de méritos propios. La doctora Barbosa compiló una parte de los escritos de su padre y escribió varios trabajos dirigidos a documentar el desarrollo del liderato de Barbosa.

El Barbosa cuya hija Pilar documento es uno en contraposición a la figura de Luis Muñoz Rivera, su antagonista en tiempos de España y luego bajo la dominación norteamericana, y mas aun, es uno en contraposición a la figura hegemónica del hijo de Muñoz Rivera, Luis Muñoz Marín. El énfasis en que Barbosa, y no Muñoz Rivera, es el heredero del pensamiento y la práctica  política del padre fundador del autonomismo puertorriqueño, Román Baldorioty de Castro, y el énfasis en el desarrollo de su discurso en favor de la anexión frente a la opción de la independencia y la permanencia del régimen colonial, parecen mas dirigidas a brindar en aquel momento un sustento ideológico a los herederos políticos de Barbosa frente a la hegemonía intelectual del nuevo autonomismo representado por el Partido Popular Democrático y la era de Muñoz Marín.

Hoy, haciendo uso de las nuevas herramientas metodológicas de la historiografía y sustentados en la mirada teórica que brinda la historia de las ideas como espejo donde reflejar y deconstruir los discursos políticos podemos mirar sin condicionamientos coyunturales las figuras que le toco transitar el complejo escenario del cambio de metrópoli colonial que se produjo a raíz de la invasión estadounidense de 1898 y el fin de la dominación española en Puerto Rico.

El presente trabajo de la doctora Daisy Flores Fernández se inscribe dentro de esa corriente que estudia los lideratos políticos a través de nuevas miradas y que produce nuevas interpretaciones sobre su proyecto de sociedad y las repercusiones de su accionar político dentro del contexto del Puerto Rico de principios del Siglo XX y de una relación con un Estados Unidos de América en tránsito de república a imperio.

El libro que tenemos ante nosotros, basado en su disertación doctoral conducente al grado de doctora en Historia de las Américas de la Universidad Interamericana de Puerto Rico pero ampliado para proveer fuentes adicionales a la consideración del lector, presenta la figura del doctor José Celso Barbosa en ese contexto histórico del Puerto Rico entre siglos. Transitando entre el acercamiento biográfico y la historia de las ideas, la autora nos presenta la evolución del joven bayamonés que con esfuerzo se labra un porvenir que lo lleva a ser de los primeros puertorriqueños educados en los Estados Unidos de América.

A partir de su regreso a la isla, Barbosa se insertará en las corrientes políticas mas avanzadas que actuaban dentro del limitadísimo marco de acción legal que permitía el autoritarismo colonial español. El autonomismo puertorriqueño del Siglo XIX, lejos de ser una fuerza política conservadora como era su contraparte en Cuba, representaba el ala del republicanismo liberal criollo que contrario a la facción separatista acaudillada por el Dr. Ramón Emeterio Betances había decidido continuar su lucha por un programa de modernización económica, reivindicación de las libertades democráticas y en ensanchamiento al máximo de la participación de los hijos del país en el gobierno de sus asuntos. Dentro de esa corriente del liberalismo puertorriqueño, Barbosa se identificará con el sector republicano, que defendía la sustitución del orden monárquico por una república federal que garantizase la plenitud de libertades democráticas y sustituyera el orden económico cuasi feudal por un capitalismo modernizante.

Ese proyecto republicano bajo España llevará a Barbosa a enfrentarse a los intentos de unir la lucha autonomista a la suerte política de partidos monárquicos, lo que producirá la división autonomista de 1897 y el nacimiento de la primera arquitectura bipartita del universo electoral de Puerto Rico.

Cuando se mira la figura de José Celso Barbosa, es moneda de curso común en el discurso y el ejercicio de interpretación histórica señalar una “contradicción” entre el Barbosa autonomista bajo España y el Barbosa anexionista bajo el colonialismo norteamericano. Quizás la mayor contribución de la investigación de la doctora Flores es que lejos de presentar una discontinuidad en el pensamiento de Barbosa nos muestra con evidencia suficiente como en el dirigente bayamonés se produce una continuidad republicana en su discurso y práctica política.

El proyecto político del Barbosa que presenta la doctora Daisy Flores Fernández es hacer realidad una patria regional moderna y promotora de los valores liberales de la Ilustración dentro de un sistema republicano de gobierno que promueva la descentralización del poder del estado matriz en las comunidades que lo integran. Ese será el proyecto político de José Celso Barbosa bajo España y lo será dentro de la relación con los Estados Unidos. 

En este trabajo desfilan como fuentes primarias los escritos del doctor Barbosa en la prensa, particularmente en los periódicos que fundó: El País y El Tiempo. Además, se estudia el desempeño de Barbosa como funcionario público, tanto en el Secretariado de Instrucción Pública en el gabinete autonómico de 1898 como su paso por el Consejo Ejecutivo bajo la Ley Foraker y su corta participación como senador en el primer Senado electo en 1917. Además, se estudian en este trabajo las miradas de Barbosa sobre el modelo económico y el papel del cooperativismo, la educación, el movimiento obrero y la influencia que tuvo en Barbosa su condición de masón, aspectos no suficientemente estudiados en acercamientos previos a esta figura. Entre los temas que se abordan en esta investigación, resalta además de los anteriormente señalados la relación entre Barbosa y el Partido Republicano de los Estados Unidos (GOP por “Grand Old Party) así como el acercamiento de Barbosa al tema racial.

En fin, estamos ante una investigación que rescata para el Siglo XXI la figura del doctor José Celso Barbosa y expone mediante el estudio de su quehacer político las coordenadas de su visión de sociedad dentro del contexto ideológico del liberalismo republicano del siglo XIX, más allá de su postura sobre la relación entre Puerto Rico y las metrópolis coloniales española y estadounidense, respectivamente.

El valor de una buena investigación histórica es que brinda nuevas claves de interpretación para figuras instituciones y/o procesos. No cabe duda de que esta investigación de la doctora Daisy Flores Fernández así lo hace. Pero además abre nuevas pistas de investigación para acercamientos a aspectos particulares de la figura de Barbosa, así como de otros dirigentes del anexionismo puertorriqueño.

Una de las mayores satisfacciones que he tenido como académico ha sido dirigir esta disertación doctoral que hoy ampliada se presenta para aprovechamiento de los lectores y estudiosos en general. La amiga, estudiante y colega Daisy Flores Fernández presenta al país esta nueva mirada a la figura del doctor José Celso Barbosa y estamos seguros de que la misma aportará nuevas miradas y producirá nuevas interrogantes sobre esta figura y su paso por nuestra historia. Y es precisamente de eso de lo que se trate el arte y el oficio de historiar.

miércoles, 18 de mayo de 2022

Del macro al micro: historia militar puertorriqueña desde la Llave de las Indias hasta el barrio Borinquen en Aguadilla

Del macro al micro: historia militar puertorriqueña desde la Llave de las Indias hasta el barrio Borinquen en Aguadilla
Pablo L. Crespo Vargas

Breve ensayo utilizado como prólogo a la obra de Carlos J. Carrero Morales, Cuando los héroes no son tan héroes: militarización en Aguadilla, 1939-1941 (Lajas: Centro de Estudios e Investigaciones del Suroeste de Puerto Rico, 2022).

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La ubicación geográfica estratégica de Puerto Rico, desde muy temprano en su desarrollo histórico, fue de gran interés para las grandes potencias imperiales. España fue la primera que, buscando control de la entrada y salida a su imperio indiano, militarizó la Isla. Puerto Rico, aunque no era una parada determinada en la Flota de Indias, que se encargaba dos veces al año de transportar las riquezas destinadas a la península, tenía una importancia geográfica sin igual. Esta radicaba en dos puntos esenciales: como refugio a naves averiadas o sacadas del movimiento transatlántico o como puerto de operaciones desde donde monitorear el sistema de flotas español. Para los enemigos de la Corona española este segundo punto era de vital importancia.

Entre 1535 a 1539 se comienza la construcción de fortificaciones dirigidas a proteger la ciudad de Puerto Rico, ya que los ataques de piratas, corsarios e indios que se habían dado a través de toda la Isla amenazaban con intensificarse y, a su vez, con dejar vulnerable la posición castellana.

No ha de extrañarnos que desde muy temprano Puerto Rico fuera conocido como la Llave de las Indias. Razón que motivó a ingleses y holandeses a promover grandes empresas dirigidas a la conquista militar de la Isla. El inglés Francis Drake en 1595 realizó el primer gran intento que resultó en una desastrosa derrota para sus pretensiones. En 1598, otro inglés, George Clifford, Conde de Cumberland, logró apoderarse del bastión capitalino. Sin embargo, una epidemia de disentería evitó que la Isla pasara a ser parte de los dominios de Inglaterra. En 1625 fueron los holandeses, quienes comandados por Balduino Enrico (nombre castellanizado) quemaron la ciudad capital, aunque no la lograron conquistar.  

Otros grupos, como franceses, daneses y portugueses se aventuraron a sus costas, principalmente las alejadas de la capital, su intención, más que adquirir la Isla, era la búsqueda de algún botín. Durante los siglos 17 y 18, Puerto Rico fue el epicentro de las guerras corsarias caribeñas, donde se destacó el criollo Miguel Enríquez, entre otros empresarios locales del mar.

En 1797, como parte de los conflictos europeos, la Isla es nuevamente atacada. En esta ocasión una armada británica, dirigida por almirante Henry Harvey y una fuerza militar de sobre 6,000 efectivos comandados por el general Ralph Abercromby trata de tomar la ciudad de San Juan, sin éxito alguno.

Con las guerras de emancipación hispanoamericanas, Puerto Rico conservó su importancia militar y siguió siendo deseada por potencias mundiales y emergentes. Nuevamente, el Caribe se convirtió en zona de guerra corsaria y la Isla fue atacada en varias ocasiones: en Fajardo (1814, 1816, 1817), Guayanilla (1814), Aguadilla (1819), Ponce (1819), Humacao (1819), entre otros. En 1826, a España solo le quedaba en América las posesiones de Puerto Rico y Cuba.

El siglo 19 marcó la entrada a otro interesado en adquirir nuestra Isla por su posición geográfica: la República de los Estados Unidos. La nueva potencia americana demostró desde sus inicios una visión clara de lo que deseaba para el futuro: ser la principal potencia del hemisferio y estar entre las principales del mundo. Su momento llegó en 1898, no sin antes sabotear el que cualquier otra nación se le adelantara: Doctrina de Monroe, Congreso de Panamá, pseudo alianzas con España. De hecho, las alianzas con el gobierno español siempre terminaron favoreciendo a Washington: captura de la península de Florida y del pirata puertorriqueño Roberto Cofresí, quien, entre 1823 a 1825, fue uno de los piratas más activos de la cuenca caribeña.

La llegada de los Estados Unidos a la esfera de las potencias mundiales, demostrada con la victoria que obtuvieron sobre los españoles en 1898, y donde Puerto Rico fue un botín de guerra, llevó a que la Isla fuera parte vital en la geopolítica estadounidense en la cuenca caribeña.

La adquisición de la zona del canal de Panamá y la expansión militar sobre territorios caribeños por parte de los Estados Unidos, fueron causales para que la Isla fuera parte esencial en la planificación de la política internacional de este país.

Como parte de los esfuerzos estadounidenses de afincar su dominio en la región, y con el desarrollo de dos guerras mundiales, la militarización de Puerto Rico no se hizo esperar. No solamente las costas se militarizaron, sino que se estableció todo un complejo militar e industrial que nos marcó como pueblo.

La zona de Aguadilla, al igual que otras de aparente valor estratégico militar, fueron evaluadas para la construcción de complejos militares que servirían para defender no el territorio insular y caribeño, sino los intereses estadounidenses en la zona geográfica del Caribe, llamada por algunos ―aunque el concepto lo acuñó Alfred Mahan― el Mediterráneo Americano. La historiografía militar puertorriqueña se viene trabajando con mucho ahínco desde la década de 1980. No obstante, la mayoría de estas publicaciones se enfocan en aspectos macros de la historia militar.

La cantidad de trabajos que abordan las temáticas microhistóricas y sociales de la militarización en Puerto Rico son mínimas, aunque se debe indicar que sus aportaciones son muy valiosas, ya que presentan una visión que, en muchas ocasiones, se desconoce desde el oficialismo histórico.  A este grupo de historiadores se suma Carlos J. Carrero Morales, quien presenta un estudio sobre la militarización en Aguadilla en los años que precedieron la entrada de los Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial. En este sentido, Carrero Morales se concentra en analizar los conflictos sociales que se dieron en el barrio Borinquen de Aguadilla. También presenta la imagen que la historiografía oficial trata de ignorar: la de un pueblo que tuvo que lidiar con la presencia de entes extraños que dentro de la propaganda gubernamental venían a traer beneficios, pero que a la postre creó inestabilidad social e inseguridad a un sector de la población marginada del Municipio de Aguadilla.

La obra está dividida en 5 apartados principales. El primero de ellos presenta el contexto histórico de Aguadilla. Allí el autor resume la historia del municipio hasta la década de 1940. Continúa con un análisis historiográfico donde se presenta la imagen desarrollada por diversos investigadores y amantes de la historia sobre la zona. Dentro de este apartado se presentan diversas publicaciones o estudios que otros historiadores han realizado sobre la presencia militar en Aguadilla. El tercer apartado nos lleva a los años de 1930 y se describe a la sociedad desde su desarrollo demográfico, agrícola y urbano. En el cuarto apartado se analizan las situaciones delictivas ocurridas en el municipio entre 1930 y 1940. El autor aprovecha para presentar el estatus de la criminalidad en la zona. El quinto apartado pasa de lleno a la militarización de Aguadilla con varias preguntas que son esenciales en la investigación: ¿la militarización de la zona fue de beneficio para los ciudadanos? ¿qué tanto se afectaron los ciudadanos, los militares y el gobierno de Puerto Rico con estás políticas? Por último, debo señalar que el Dr. Carlos J. Carrero Morales nos deja un anejo muy interesante, que pudiera ayudar a otros investigadores: la transcripción de parte de la fuente primaria utilizada, específicamente los libros de novedades de la Policía de Puerto Rico. Documentación que puede ser analizada desde varias perspectivas y que ayudan al entendimiento que tenemos sobre la época.



domingo, 8 de mayo de 2022

Bolívar Pagán Lucca: la defensa de la estadidad por un socialista

Bolívar Pagán Lucca: la defensa de la estadidad por un socialista
Ramón J. Amador Vélez[1]

Resumen

Bolívar Pagán Lucca fue un hombre polifacético: abogado, escritor, historiador y político. Ocupó los puestos de senador, comisionado residente, tesorero de San Juan; presidente del Partido Socialista, vicepresidente del Senado y observador en la Junto Estatal de Elecciones. Durante toda su trayectoria política y literaria fue un arduo defensor de la estadidad de Puerto Rico y ferviente admirador de los Estados Unidos de América y de sus instituciones de gobierno.

Palabras claves

Socialista, estadidad, democracia, Estados Unidos de América, Partido Socialista, república, soberanía, libertad.

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De Puerto Rico han salido líderes políticos de gran envergadura. Entre las décadas de 1920 al 1930 hubo varios de ellos como Antonio Barceló, Luis Muñoz Marín, Rafael Martínez Nadal, Santiago Iglesias Pantín, Pedro Albizu Campos y José Tous Soto. Pero existen otras personalidades de la política puertorriqueña que no se han estudiado con la misma profundidad que las antes mencionadas; o incluso hay políticos, a quienes que no se le ha indagado sus vidas y obras concienzudamente. Uno de estos líderes es Bolívar Pagán Lucca. En esta exposición se abordará cómo un líder socialista era, a la vez, estadista.

Antes de comenzar a discutir la vida de Pagán Lucca es importante aclarar unos datos. A través de las últimas décadas se puede afirmar que, por espacio de sesenta años, que existe una incompatibilidad en ser defensor de la estadidad y del socialismo en Puerto Rico. Pero en este escrito, se tiene el propósito de ir presentando líderes del Partido Socialista[2] que eran estadistas.

Antes de exponer las ideas estadistas de Bolívar Pagán Lucca es necesario contextualizar cómo estaba el movimiento estadoísta en la Isla en las primeras tres décadas del siglo XX. Según Wilfredo Figueroa Díaz, los Estados Unidos de América no querían definir su posición respecto a Puerto Rico para el año 1900. De esta manera, la Corte Suprema estadounidense, en 1901, dictaminó que la Isla era parte de los Estados Unidos de América, pero que no era un territorio incorporado. Por tanto, al finalizar los primeros treinta años de la dominación estadounidense en Borinken, la estadidad estaba en la mente de los boricuas, pero las diversas opiniones de republicanos y unionistas provocaron una pérdida de fe en la estadidad. Además, “el Congreso se refirió a Puerto Rico como un territorio no-incorporado que pertenecía, pero no formaba parte de los Estados Unidos. Territorios ‘son aquellos territorios que el Congreso ha incorporado y ha hecho parte integral de los Estados Unidos’”.[3]

El primer partido estadista fue el Partido Republicano, fundado en una asamblea en San Juan, entre el 1 al 4 de julio de 1899, su primer presidente fue Gabriel Ferrer Hernández.[4] Dicha colectividad política juró lealtad a los Estados Unidos de América y el anhelo de la estadidad de la Isla. El dirigente republicano más destacado fue José Celso Barbosa Alcalá, médico de profesión y graduado en los Estados Unidos: “conocía perfectamente el sistema político y constitucional americano y estaba bien percatado del funcionamiento de la democracia en los Estados Unidos”. Creía que la estadidad era la mejor opción para la solucionar los problemas que tenía la sociedad puertorriqueña.[5] Otro partido que fue una agrupación estadista era el Partido Federal, fundado el 1 de octubre de 1899 dirigido por Luis Muñoz Rivera. La aspiración del partido era “la estadidad sin demoras, bajo el gobierno democrático de Estados Unidos”.[6] Por otra parte, Santiago Iglesias Pantín, líder máximo del movimiento obrero, fue defensor de la estadidad e influyó ese ideal en muchos de los líderes socialistas de la época.[7] Los partidos de la época, en su mayoría, aceptaron la ciudadanía estadounidense a los puertorriqueños en 1917.[8] El Partido Unión y el Partido Republicano (dirigido por Tous Soto) se unieron para crear la Alianza y defender el estatus autonómico de estado libre asociado. Los republicanos que no estaban de acuerdo con la alianza fundaron otra colectividad que defendieran la estadidad.[9] Pero, en 1928 se comenzó a desintegrar esa Alianza.[10]

Por último, el autor presenta lo siguiente:

“Durante los años 1930-1952, el movimiento estadista sufrió sus más escabrosos momentos. Los electores perdieron fe en los líderes y los partidos Republicano y Socialista se desintegraban con las luchas intestinas de sus maquinarias políticas. Paulatinamente perdían el poder adquirido en 1932-1936, producto de la unión de ambos partidos… los puertorriqueños le dieron la espalda a los líderes estadistas de 1940 en adelante”.[11]

Regresando con Bolívar Pagán Lucca, nace el 16 de mayo de 1897 en el municipio de Guayanilla, Puerto Rico. Sus padres fueron Emilio Pagán y Elsa Lucca. Sus estudios primarios los realizó en Adjuntas y luego se mudó a la ciudad de Ponce donde culminó la secundaria. Trabajó en algunos periódicos, luego de graduarse de escuela superior, algunos de ellos fueron El día de Ponce, Renacimiento y Puerto Rico Ilustrado. En 1919 se convierte en vicepresidente del Partido Socialista bajo la tutela del líder obrero Santiago Iglesias Pantín. En 1922 fue nombrado juez municipal de Fajardo. Fue tesorero de San Juan, senador, comisionado residente y administrador de San Juan. Contrajo segundas nupcias con Igualdad Iglesias, hija del fundador del Partido Socialista.[12] Desgraciadamente no hay muchos artículos sobre la vida y obra de Bolívar Pagán Lucca. Los más relevantes son el artículo presentado en un libro del Congreso de los Estados Unidos de América, que se menciona en la bibliografía del presente artículo, y la tesis de maestría de este servidor.

Luego de esta breve reseña biográfica, en estos momentos se discutirá el tema central de este ensayo: la defensa y visión de Bolívar Pagán acerca de la estadidad. Para el año 1951, cuando Bolívar Pagán Lucca estaba en su fin de su carrera política, dio un discurso a favor de la creación de la Constitución interna de Puerto Rico. Uno de los aspectos que señala el líder socialista es que el Partido Socialista de 1899[13] aceptaba la anexión, las instituciones estadounidenses y la estadidad para Puerto Rico. Su aspiración era que la Isla estuviera permanentemente unida con los Estados Unidos de América.[14] Pagán Lucca expresó que en toda su vida luchó por la estadidad. Él manifestó:

“Quien habla, modestamente tomó parte muy aactiva [sic], en la avanzada de los grupos opuestos. Clamé por la reforma autonómica y por la Estadidad, en Puerto Rico y en Wáshington [sic]. Durante unos treinta años de vida pública, en actitud constante e invariable, en libros, en folletos, en la prensa, en discursos en asambleas políticas y por las plazas y caminos de Puerto Rico, en el parlamento insular y en el Congreso de Wáshington, [sic] abogué por la unión permanente de Puerto Rico con Estados Unidos y por la reforma hacia el self-government y por la Estadidad”.[15]

De esta manera, el presidente socialista apoyó la estadidad a lo largo de toda su vida y por diversos medios. Una de sus visiones de la estadidad era ver esta como una forma de independencia. Él expresó:

“En Puerto Rico, otros defendimos la Estadidad, como otra forma de independencia, como parte de la nación independiente de los Estados Unidos de América, donde hay positiva garantía constitucional de un gobierno que tiene que ser republicano y democrático, con las garantías positivas de los esenciales derechos del hombre”. [16]

Por lo tanto, veía en la estadidad una forma de garantía de los derechos fundamentales de los ciudadanos. Por otra parte, y conforme al tema de su discurso, expresaba que la Constitución no iba en contra de la estadidad:

“No es hoy día de debate sobre la Independencia o la Estadidad… La Ley 600 del Congreso, que podemos rechazar o aceptar, no le hace daño a la aspiración de Independencia ni a la aspiración a la Estadidad”.[17]

Por otra parte, el senador socialista argumentaba que los estadistas no podían oponerse a la redacción de la Constitución estatal, ya que garantizaba el gobierno propio a Puerto Rico que era un paso hacia la estadidad. Un dato que expresa Pagán Lucca era que el gobierno propio que íbamos a tener con la Constitución debía ser “por patriotismo puertorriqueño”.[18] De esta manera, el líder socialista creía en el patriotismo de los puertorriqueños y en su identidad cultural y política. Esta postura patriótica es reiterada por el autor cuando comenta que “la constitución debe ser afirmación de la personalidad propia y de la capacidad cívica de nuestro pueblo. La constitución la debe concebir y forjar el pensamiento puertorriqueño”.[19] En otras palabras, el dirigente socialista argumentaba que la Constitución tenía que ser una “genuina expresión de nuestra voluntad”.[20]

Además, Bolívar Pagán expuso lo siguiente:

“No concibo que un partidario de la estadidad, como yo lo he sido siempre en línea invariable a través de treinta años de vida pública, no concibo que un estadista, repito, pueda oponerse a tal ley que autoriza a nuestro pueblo a hacer su propia constitución [sic], lo que ha sido siempre el primer paso tradicional para la admisión de un territorio a la estadidad”.[21]

En esta parte de su discurso, el orador recalca que a través de su carrera política había defendido el ideal de la estadidad. Además, hace hincapié que con la redacción de la Constitución podía permitir que la Isla fuese admitida como estado. Exponía que, con la redacción de la ley fundamental del país, los estadistas podían seguir luchando por la anexión de Puerto Rico hasta que el pueblo, en forma mayoritaria, escogiera la estadidad.[22] De esta forma, no había incompatibilidad entre la Constitución y la estadidad. Para atraer a ese voto estadista, parecer indicar esa intención, el excomisionado residente expresó:

“En unión a todo eso, la Ley [sic] mantiene flotando sobre Puerto Rico la bandera de Estados Unidos, que en cincuenta años la gran mayoría de los puertorriqueños hemos aprendido amarla como algo nuestro, bandera que, en todos los tiempos en Puerto Rico, incluyendo el período militar, fué [sic] garantía de los preciados derechos y libertades individuales del ciudadano y del hombre”.[23]

Por otra parte, Bolívar Pagán, haciendo alusión a las propuestas de los estadistas de otros tiempos, manifestó que:

“Tampoco sabían los propugnadores del Estado Federal si en ese nuevo Estado Federal, si en ese nuevo Estado dentro de la Unión Americana, iba a existir en la realidad y en la práctica una verdadera democracia, sin distinciones de clases o de razas, sin restricciones antidemocráticas y abusivas del sufragio del pueblo; o si sería un nuevo Estado de la Unión Federal donde estaría asegurado un gobierno democrático, con las prerrogativas del voto electoral extendido por igual a todas las razas y a todas las clases, con todas las garantías civiles y protección industrial y obrera a todos los ciudadanos, blancos y negros, pobres y ricos, bajo la legislación obrera y social que hiciera a todos partícipes de las bienandanzas del progreso y de la felicidad”.[24]

De esta manera, Pagán Lucca creía en una estadidad que trajera todos los principios democráticos a los puertorriqueños sin distinciones de razas o de clases sociales. Además, defendía en una anexión donde se garantizaba una ideología progresista que defendiera a las clases marginadas, podres y obreras de la Isla. De este modo, se distanciaba de la visión de muchos estadistas, identificados con el Partido Unión Republicana, que tenían una ideología conservadora.

En otra parte de su alocución, el exsenador expresó que el Partido Socialista tenía la independencia y la estadidad en sus soluciones al status de la Isla, pero él se inclinaba a la estadidad.[25] Además, en otro discurso, Pagán Lucca argumentaba que ningún líder obrero podía ignorar el problema del status político de Puerto Rico y mucho menos una agrupación política como el Partido Socialista.[26] Pagán establecía que veía difícil que Puerto Rico luchara por su independencia si los Estados Unidos de América no se la otorgaba. Además, el presidente socialista discutía que repúblicas, como Hawaii y Texas, escogieron voluntariamente ingresar a los Estados Unidos de América para luego convertirse en estados de la Unión Federal.[27] Es importante señalar que Bolívar Pagán no vio a la nación estadounidense como una imperialista y lo expresó con las siguientes palabras: “jamás puede ser culpable de un acto de imperialismo violento y de ambición de expansión o de dominio contra la voluntad de los pueblos”.[28]

Por otra parte, Pagán Lucca veía a los Estados Unidos de América como su nación.[29] De esta manera, se identificaba con dicho país. En un discurso dedicado a José Celso Barbosa también manifestó “nuestra nación los Estados Unidos de América”.[30] En otra disertación, Bolívar Pagán reafirma que su nación era los Estados Unidos de América con las siguientes palabras: “Nuestra nación, nuestra república, en nuestra única república de ayer, de ahora y de siempre, la República de los Estados Unidos de América”.[31] En otra alocución, también reafirma su posición de que los Estados Unidos de América era su nación.[32]

Por otro lado, Bolívar Pagán explicaba en un discurso sobre el proyecto de ley propuesto por el entonces comisionado residente Santiago Iglesias Pantín para incorporar a Puerto Rico a los Estados Unidos de América. Pagán Lucca argumentaba que esta ley estaba acorde con la ideología proestadounidense del Partido Unión Republicana y del Partido Socialista.[33] Añade el líder socialista que la estadidad o el territorio incorporado era “la suprema garantía de verdadera libertad, de paz, de bienestar y de felicidad para Puerto Rico y su pueblo está en nuestra vinculación permanente y digna con los Estados Unidos de América”.[34] De modo que Pagán Lucca enfatiza que la estadidad era la forma en que Puerto Rico podía lograr el bienestar social y económico. Por otra parte, el exsenador socialista establecía que con el territorio incorporado no era obligatorio que los puertorriqueños pagásemos los impuestos federales. Él argumentaba que en la Constitución federal no había ninguna cláusula que exigiera este requisito para los territorios incorporados. Establece que era el Congreso el que disponía las reglas para cada uno de los territorios. Dio de ejemplo a Hawái, que pagaron impuestos porque los hawaianos, voluntariamente, pidieron rendirlos porque tenían la capacidad económica para hacerlo. De esta manera, enfatiza que es el Congreso, en esto, tiene poderes únicos y pleno. No existe un patrón uniforme para incorporar a los territorios. Además, Bolívar Pagán cubre el grado de autonomía de Hawái, necesaria para la estadidad. Pagán culmina este segundo discurso del territorio incorporado con las siguientes palabras:

“Todos los puertorriqueños, los que amamos las instituciones americanas, los que anhelamos sinceramente la unión permanente y digna[35] con el pueblo de Estados Unidos, los que soñamos con la Estrella de la Estadidad, vamos a unirnos y cooperar con el Comisionado Residente”.[36]

En otro de sus discursos, el exsenador exponía que respetaba a los defensores de la independencia y de la estadidad porque ambos grupos se oponían al coloniaje perpetuo de la Isla. Por otra parte, establecía que el Partido Socialista:

“Siempre ha visto en la bandera americana la suprema garantía para la libertad del ciudadano y la democracia de este país, y en esto, sépalo o recuérdelo siempre todos los que militan en nuestra colectividad, el partido [sic] Socialista nunca ha variado su orientación y su norma política. El partido [sic] Socialista es un partido americano... Hemos creído siempre que la bandera americana es protección para nuestro pueblo y para las luchas obreras y sociales, aún para protestar y luchar contra los malos americanos. La bandera americana y las grandes instituciones que ella representan, no han sido culpables de tales atropellos e injusticias”.[37]

De esta forma, el presidente socialista enfatiza que su visión de la estadidad era una forma de garantizar los derechos de los trabajadores y de la democracia inclusive para protestar contra los malos estadounidenses. Además, establecía que el Partido Socialista estaba a favor del gobierno de los Estados Unidos de América en Puerto Rico.[38] Pagán Lucca recalca que el Partido Socialista, como colectividad de personas libres, luchaba por la soberanía y combatía la colonia perpetua. Además, afirma que esta colectividad nunca había variado su afirmación proamericana y de que Puerto Rico mantuviera su relación permanente con los Estados Unidos de América. Por último, expresa que “no puede realizar su ideal de soberanía si no es con el advenimiento de ese gran día cuando Puerto Rico pueda asumir todas las obligaciones y derechos de un Estado [sic] de los Estados Unidos”.[39]

Para 1941, Bolívar Pagán ofreció un discurso dedicado al líder estadista José Celso Barbosa.[40] En esta alocución, el líder socialista amplía su visión de la estadidad con las siguientes palabras:

“El gran ideal del Dr. Barbosa, [la estadidad] en estos tiempos, ha tomado nuevo vuelo saliéndose prácticamente de los bordes de la isla, y ha cruzado los siete mares, en lo que ello significa la federación de pueblos soberanos y libres bajo una sola gran bandera, bajo una misma soberanía general”.[41]

En otras palabras, defendía que, en la estadidad, Puerto Rico iba a seguir teniendo su soberanía e iba a ser libre dentro de la gran soberanía de los Estados Unidos de América. Hacía énfasis en la bandera porque esta representaba “la democracia la que inflama el ánimo de estadistas y guerreros”.[42] En otra parte de su exposición recalca los derechos sociales y obreros que se iban a adquirir por medio de la estadidad, pero enfatizando que Puerto Rico tenía que estar gobernado por los puertorriqueños:

“Lo que el pueblo de Puerto Rico quiere es ver de manera viva y palpable, en realidad tangible, la libertad de este país colectivamente, su soberanía y libertad, y ver ya su pan seguro todos los días, y ver también como posesión y patrimonio de su familia la tierra que se le ha ofrecido… El principal problema de Puerto Rico… es un problema de régimen y soberanía, de libertad colectiva de este pueblo, que al mismo tiempo entraña el derecho de todos los ciudadanos para disponer de los destinos de su tierra, para que Puerto Rico esté gobernado por los puertorriqueños, que aquí hay puertorriqueños de capacidad y virtudes para todos los cargos de gobierno.[43]

El excomisionado residente manifestaba que nadie podía honrar a José Celso Barbosa y Alcalá ni a Luis Muñoz Rivera, estandartes de la estadidad e independencia respectivamente, si dicen que el problema político de Puerto Rico no está en issue.[44] Pagán Lucca se lamentaba por los líderes que lucharon por la estadidad o por la independencia de la Isla. Personas que dedicaron sus vidas para luchar “para que nuestro pueblo disfrutara de su soberanía ya sea como pueblo independiente en el concierto de los pueblos libres del mundo o ya sea en una unión permanente con el pueblo de los Estados Unidos”. Por otra parte, acusó de hipócritas a los que antes defendían la estadidad o la independencia y en ese momento abandonaron esos ideales.[45]

Bolívar Pagán Lucca sigue abundando sobre su concepción de la estadidad:

“Un pueblo como el nuestro, que está unido al de Estados Unidos desde hace 48 años, que exprese francamente y sin reservas mentales, que desea continuar unido permanentemente al pueblo de los Estados Unidos, y que aspira algún día a ser un estado adicional con los 48 estados libres y soberanos que forman aquella gran república, eso no perjudica en nada la situación internacional de Estados Unidos”.[46]

De esta manera, el líder socialista sigue alabando a la república de los Estados Unidos de América. Es necesario resaltar que, como estadista, no tenía miedo en utilizar el concepto de república para referirse a dicha nación, ya que fue la primera en formarse. Además, enfatiza que los estados eran libres y soberanos. Por tanto, se puede deducir que Pagán Lucca creía que, con la estadidad, Puerto Rico iba a ser libre y soberano junto con los demás estados.

De otra parte, Bolívar Pagán Lucca le exige a los puertorriqueños lo siguiente:

“Urge que los puertorriqueños se pongan de pié [sic], como hombres dignos y conscientes de sus derechos, y desplieguen a los vientos la bandera de la soberanía de Puerto Rico, y se discuta la condición política de este pueblo y el derecho natural que tenemos a la aspiración gloriosa de nuestra libertad. Pongámonos en pié [sic] y en lucha los que queramos impedir que nuestro pueblo se consuma en luchas de clases que están fuera de lugar y de época en Puerto Rico, que queramos que nuestro pueblo viva en una fraternal armonía social, donde el capital y la riqueza no sea arma de explotación inicua, sino donde la riqueza y el capital comprendan en avance de las ideas modernas y colaboren debidamente para establecer un sistema elaborado de justicia social… Es indispensable el entendido cordial de aquellos grupos y hombres afines en la ideología salvadora de unión permanente de Puerto Rico con los Estados Unidos de América, de aquellos afines en los ideales de verdadera justicia social que puedan hacer de la justicia social una realidad práctica en Puerto Rico”.[47]

Por tanto, Pagán Lucca no temía en utilizar los términos libertad y soberanía al referirse a la estadidad. Tenía el pensamiento que con esta fórmula de status se lograría una verdadera soberanía y libertad para nuestra Isla. Además, hizo hincapié que, con la estadidad, Puerto Rico tendría una justicia social para todos los trabajadores.

Por otra parte, Bolívar Pagán argumentaba que los líderes populares deseaban la independencia “para acabar con la democracia en la vida de nuestro pueblo, como preparando de esa manera la dictadura, como se vé [sic], que algunos sueñan y ambicionan establecer en la Isla cuando venga si viene [sic] el día de la independencia insularcon [sic] la república tropical”.[48] Con estas palabras acusaba a los populares de propulsar la dictadura en Puerto Rico una vez que llegara, si es que llega, la independencia para la Isla.

En otro discurso, el presidente socialista glorifica la democracia de los Estados Unidos de América catalogándola como la “gran democracia” y la llama como “la gran república anglosajona”.[49] Por otra parte, Pagán Lucca manifestó que “Puerto Rico ha estado dispuesto y alerta para cumplir su deber fielmente, junto a nuestros conciudadanos del Norte y bajo la común bandera de las franjas y las estrellas”.[50] Nuevamente Pagán Lucca expresa que los Estados Unidos era su república. En este discurso, el exsenador socialista expone ampliamente por qué defendía la estadidad: 

“El representante del  pueblo puertorriqueño en Washington, [Bolívar Pagán] está también en récord ante Casa Blanca, ante el Congreso, y ante la opinión pública de Estados Unidos, reclamando aquello que es aspiración legítima de Puerto Rico, en el derecho supremo a determinar nosotros mismos nuestro destino por la voluntad libre de nuestro pueblo, y especialmente a través de la fórmula de gobierno que en su potestad y prerrogativas democráticas reclaman las mayorías del pueblo puertorriqueño, que es el reconocimiento del derecho de Puerto Rico disfrutando Puerto Rico su parte alícuota de la soberanía nacional, disfrutando Puerto Rico el gobierno propio completo, Puerto Rico para los puertorriqueños, viviendo la verdadera democracia bajo un gobierno insular responsable que libremente voten en las urnas los electores de Puerto Rico y viviendo la vida de la igualdad y la dignidad y con la pujanza y con la seguridad internacional, que todo ello es lo que significa el ser un Estado de la mejor república, de la más libre y más grande república, de la única república que siempre hemos querido para Puerto Rico, que es la República de los Estados Unidos de América”.[51]

De esta forma, Pagán Lucca afirma que, a través de la estadidad, Puerto Rico iba a estar gobernado por los mismos puertorriqueños[52] y que la única república que estos deseaban era la de los Estados Unidos de América. Además, líneas después, el comisionado residente explica desde cuándo estaba defendiendo la estadidad:

“Mi convicción, mis esfuerzos y campañas por la Estadidad, datan de muchos años. Es ideal amado, desde niño, desde cuando las primeras luces de la intuición política comenzaron a alumbrar mi espíritu. Es un ideal de toda mi vida, que ha cruzado por mi conciencia en una ruta vertical, sin desviaciones nunca, siempre invariable y firme”.[53]

El historiador Mario Ramos expone que Bolívar Pagán, al establecer el Instituto de Literatura Puertorriqueña, lo hizo porque sabía de la relevancia de la literatura para perpetuar la personalidad del país y “que la literatura es parte de la identidad de un pueblo”.[54]

Además, exhorta a todos los puertorriqueños a que decidan lo que quieran ser: si ser una colonia perpetua, con un gobierno con algún tipo de democracia, o escoger ser un país totalmente independiente o un estado de los Estados Unidos de América.[55] También, añade que los puertorriqueños son un pueblo con ansias democráticas, y que como el pueblo estadounidense, cree en la tradición de la democracia, son partidarios de las elecciones democráticas y que apoyan el proceso de libre determinación en las urnas.[56] En esta alocución, Pagán Lucca reafirma que la estadidad es una vía de justicia social con las siguientes palabras:

“O si reclaman, piden, con determinación, con razón y fe el Estado, vendrá el Estado, que es lo que queremos la mayoría de los puertorriqueños para que nuestro pueblo llegue a su mayoría de edad, en la verdadera libertad y en la democracia, y en sus oportunidades positivas de bienestar y de justicia social”.[57]

En conclusión, Bolívar Pagán Lucca fue un líder socialista que defendió la estadidad toda su vida. Un puertorriqueño que creía que Puerto Rico tenía que estar gobernado por los mismos puertorriqueños o al menos una persona que haya establecido su residencia en Puerto Rico en varios años. Fue un estadista que argumentaba que la estadidad era una fórmula que garantizaba la soberanía y libertad para Puerto Rico y garantizaba la justicia social a todos los obreros. Fue un hombre que consideraba a los Estados Unidos de América como su nación, dio énfasis, y no le temía a dicha palabra, que era una república. Pero añadía que era la mejor república del mundo y la única que anhelaban los puertorriqueños.

Bibliografía

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Pagán, Bolívar. Conmemoración del primero de mayo. San Juan: n.p., 1938.

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Pagán, Bolívar. El gobierno fascista que oprime a Puerto Rico. San Juan: n.p., 1943.

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Pagán, Bolívar. La personalidad de Barbosa. Puerto Rico: n.p., 1941.

Ramos Méndez, Mario. Posesión del ayer. La nacionalidad cultural en la estadidad. San Juan: Editorial Isla Negra, 2007.


[1] Ramón J. Amador Vélez reside en Quebradillas. Tiene un bachillerato en educación secundaria en Historia en la Universidad Interamericana de San Germán. Posee una maestría en historia de la Universidad Interamericana, recinto Metropolitano. Es maestro de historia de séptimo y octavo grado en Hatillo para el Departamento de Educación de Puerto Rico. Está afiliado al movimiento de los Socialistas democráticos de América de los Estados Unidos de América. Su correo electrónico es ramonamadorvelez@gmail.com.

[2] Partido político fundado en 1915 en Cayey y su líder máximo fue Santiago Iglesias Pantín (suegro de Bolívar Pagán Lucca). Se desintegró en 1954 y su última aportación fue su participación en la Convención Constituyente de 1951 al 1952.

[3] Wilfredo Figueroa Díaz, “El movimiento estadista en Puerto Rico: Pasado, presente y futuro” (Puerto Rico: Editorial Cultural Inc, 1979), 9-10.

[4] Líder estadista que no se ha estudiado sobre su vida. Sería interesante que alguien lo realice.

[5] Figueroa Díaz, “El movimiento”, 11.

[6] Ibid., 12.

[7] Ibid., 14.

[8] Ibid., 18-19.

[9] Dirigidos por Rafael Martínez Nadal fundaron el Partido Republicano Puro.

[10] Ibid., 20-21.

[11] Ibid., 29.

[12] Daniel E. Lungren y Robert A. Brady, Hispanic Americans in Congress 1822-2012 (Washington D.C., EE.UU., U.S Government Printing Office, 2013), 308.

[13] En 1899 se creó el Partido Obrero Socialista, pero su existencia fue de poca duración.

[14] Bolívar Pagán, Constitución de Puerto Rico (n.d.; n.p,; 1951), 16.

[15] Ibid., 21.

[16] Ibid., 22.

[17] Ibid.

[18] Ibid., 28.

[19] Ibid., 41.

[20] Ibid., 42.

[21] Ibid., 32.

[22] Ibid., 34.

[23] Ibid., 37-38.

[24] Bolívar Pagán, Ideales en marcha (San Juan, P.R.: Biblioteca de autores puertorriqueños, 1939), 126.

[25] Ibid., 137-138.

[26] Bolívar Pagán, Conmemoración del primero de mayo (San Juan, P.R.: n.p., 1938), 18.

[27] Bolívar Pagán, Ideales en…, 138-139.

[28] Ibid., 140.

[29] Ibid., 179.

[30] Bolívar Pagán, La personalidad de Barbosa, (San Juan, P.R.: n.p., 1941), 9.

[31] Bolívar Pagán, El gobierno fascista que oprime a Puerto Rico (San Juan, P.R.: n.d, 1943), 55.

[32] Bolívar Pagán, Discurso de Bolívar Pagán (San Juan, Puerto Rico: n.p., 1943), 8.

[33] Colectividades políticas que estaban unidas en la Coalición y que gobernaron entre 1933 al 1940. En 1940, la Coalición logró la elección de Bolívar Pagán como comisionado residente.

[34] Bolívar Pagán: Ideales en…, 251-252.

[35] Es importante señalar que Bolívar Pagán enfatiza que la relación de Puerto Rico con los Estados Unidos de América tenía que ser digna.

[36] Bolívar Pagán: Ideales en…, 259-265.

[37] Bolívar Pagán, Conmemoración del…, 22-23. [Énfasis añadido por el autor de este escrito].

[38] Aunque hubo sectores del Partido Socialista que defendían la independencia.

[39] Ibid., 24.

[40] Médico bayamonés que fundó el Partido Republicano Puertorriqueño y un arduo defensor de la estadidad para Puerto Rico.

[41] Bolívar Pagán, La personalidad de…, 4-5. [Énfasis añadido por el autor de este escrito].

[42] Ibid., 7.

[43] Ibid., 12-13.

[44] En las elecciones de 1940, Luis Muñoz Marín en su campaña con el recién creado Partido Popular Democrático, decía que el status no estaba en issue.

[45] Ibid., 15-16.

[46] Ibid., 17. [Énfasis añadido por el autor de este escrito].

[47] Ibid., 21.23 [Énfasis añadido por el autor de este escrito].

[48] Bolívar Pagán, El gobierno fascista…, 55.

[49] Bolívar Pagán, Discurso de Bolívar Pagán…, 6-7.

[50] Ibid., 7. [Énfasis añadido por el autor de este escrito].

[51] Ibid., 9-10.

[52] Para esta época, muchos de los funcionarios gubernamentales de Puerto Rico eran estadounidenses.

[53] Ibid., 10.

[54] Mario Ramos Méndez, Posesión de ayer: la nacionalidad cultural en la estadidad (Puerto Rico y Santo Domingo, Isla Negra, 2007), 61.

[55] Ibid., 36.

[56] Ibid., 36-37.

[57] Ibid., 46.