jueves, 30 de mayo de 2019

Historia de Lajas: La aportación historiográfica de Mario F. Pagán Irizarry a su pueblo

HISTORIA DE LAJASLA APORTACIÓN HISTORIOGRÁFICA
DE MARIO F. PAGÁN IRIZARRY A SU PUEBLO
Por Pablo L. Crespo Vargas

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Todo pueblo necesita conocer su historia, sus vivencias, las costumbres que lo caracterizan y las tradiciones que lo identifican como parte de una comunidad. En la antigüedad, cuando no existían medios escritos, todo el bagaje cultural era transmitido de manera oral, pero para ello se establecían unas formalidades y métodos que aseguraran que el conocimiento pasara de una generación a otra. Con el surgimiento de la escritura, toda expresión oral pudo plasmarse de manera tangible, de forma tal, que estuviera disponible no solamente para los que la necesitaran, sino para el conocimiento general y universal.

En el caso de Lajas, Mario F. Pagán Irizarry tuvo la encomienda de tomar una muestra del acervo histórico-cultural lajeño y convertirlo en una obra que inmortalizó las características más íntimas y llamativas de lo que es un lajeño.

Historia de Lajas, 1883-1983 es la obra cumbre del educador e historiador Mario F. Pagán Irizarry. Junto a él, su principal colaborador fue Ángel Vega Rivera. El escrito fue publicado en julio de 1983 por la imprenta Negrón Martín en Mayagüez. La obra contó con una tirada de 500 ejemplares; número que consideramos muy reducido para la importancia de tal escrito, aunque esto la convierte en un libro raro y de difícil obtención.

Las medidas del libro son 5.5 x 7.25 pulgadas y tiene unas 372 páginas. Distribuidos en todo el libro se encuentran 53 ilustraciones, que incluyen fotos, diagramas y mapas. También tiene 19 tablas con información estadística de distintos periodos históricos. El lenguaje utilizado es claro y sencillo, por lo cual lo puede disfrutar cualquier persona.

El autor exhibe una narrativa que no necesariamente sigue un patrón cronológico. Es en este aspecto que don Mario se presenta como pedagogo, ya que redacta el libro exhibiendo diversos procesos históricos, a la vez que utilizan los hechos para validarse. El autor no buscaba una obra que solo presentara efemérides, sino que establece que la historia es el análisis de una serie de procesos multidiciplinarios que van formando lo que es una sociedad en determinado momento.

La gestación de esta obra fue producto del interés del autor, el Municipio y el deseo de los lajeños que atesoraban poder disfrutar la lectura de su historia. En el trabajo investigativo participaron César A. Feliú, Ángel A. Sepúlveda y Gilberto Ramírez Ortiz, quienes se encargaron de recopilar datos que ayudaron a don Mario en el proceso de redacción del escrito. También el autor agradece a los que transcribieron su manuscrito: Graciela Ramírez Tori, Migdalia Zapata Ramírez y Mildred Irizarry Jusino y a la correctora, la señora Fernández de Naranjo. Como asesor editorial se tuvo a Jacobo Morales Ortiz.

La obra fue dedicada al pueblo de Lajas en su Centenario y a todas las generaciones de lajeños que son o serán parte de la historia de uno de los municipios con mayor tradición cultural en Puerto Rico. Don Mario con esta dedicatoria demuestra su sincero amor por sus raíces, de las cuales se siente sumamente orgulloso y que presenta indicando que: “la historia de Lajas que hemos escrito es para ti, amigo lector. Te llega del pueblo de los paisajes inmortales en su año del Centenario”.

La obra se divide en seis partes. La primera es dedicada a la historia de Lajas. La segunda presenta varias estampas del ayer. La tercera nos muestra las semblanzas de varios de los personajes lajeños más reconocidos. La cuarta es dedicada a la prosa y al verso lajeño. La quinta es una serie de documentos transcritos colocados en un apéndice. Por último, la sexta parte es la recopilación de data estadística que está presentada en tablas.

El autor nos lleva desde los tiempos indígenas, recorriendo todo el proceso de conquista y colonización hasta los primeros años de la década de 1980. Mario F. Pagán Irizarry no solo se presenta como un historiador e investigador sino como un estudioso de la historia que está adelantado a su tiempo, ya que no se circunscribe a los cánones de la historiografía de su época, sino que presenta aires innovadores relacionados a la historia cultural, la microhistoria, y a los estudios folclóricos que, precisamente, se están desarrollando en Europa para ese mismo periodo. Desconocemos si don Mario tuvo contacto con la historiografía europea para poder desarrollar esa visión tan particular, pero de lo que si estamos seguro es que su aportación lo lleva a que pueda ser catalogado también como un estudioso de la historia cultural, el imaginario y las costumbres tradicionales de su comunidad. Como si esto fuera poco, la inclusión de prosa y verso le dan un toque peculiar al escrito, a la vez que lo cimienta como una obra con características holísticas.

Historia de Lajas abrió el interés a que otros autores aportaran al desarrollo de la historiografía lajeña. En 1986, José Luis Vargas publicó Lajas: Notas para su historia, la misma fue parte de un proyecto de la Oficina Estatal de Preservación Histórica y el Comité Historia de los Pueblos encargado de trabajar la microhistoria en la cantidad mayor posible de municipios. En el 2006, Ángel “Gueo” Sepúlveda publica por su cuenta Breve Historia de Lajas, llenando lo que su autor veía como unos vacíos en las obras anteriores. En diciembre de 2013, los doctores Lydia Padovani de Ortiz y Pablo L. Crespo Vargas publican Lajas desde los amerindios hasta el siglo XIX: Historia, sociedad y cultura de un pueblo, un trabajo de mucho mayor rigor académico, pero con la peculiaridad de presentar un escrito que tuviera al alcance de los lectores lajeños. En este sentido, todos los que continuaron la gesta de don Mario, al estudiar y publicar sobre la historia de Lajas, siguieron la misma ecuación de presentar un trabajo de fácil lectura y de gran accesibilidad al pueblo.

Definitivamente, don Mario F. Pagán Irizarry es una de las figuras más importantes del pueblo de Lajas. Su trayectoria pública y privada, su amor por las letras, el conocimiento y la enseñanza y su afán de querer preservar la cultura, la historia y las tradiciones del pueblo lajeño lo hacen merecedor de nuestro respeto y admiración.

Nota editorial: Este artículo es el epílogo de la obra de Félix M. Cruz Jusino, Mario F. Pagán Irizarry: La lucha por lograr la modernización de la educación en Lajas, 1954-1966

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