Temporal, temporal, allá viene el temporal…
Pablo L. Crespo Vargas
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"Temporal, temporal, allá viene el temporal.
Temporal, temporal, allá viene el temporal.
Qué será de mi Borinquen, cuando llegue el temporal.
Qué será de mi Borinquen, cuando llegue el temporal".
----Voz tradicional
Uno de los factores que define el desarrollo histórico, social
y cultural de un pueblo es el relacionado a su ámbito geográfico. La influencia
que este puede tener motiva a los habitantes de determinado lugar a entrar en
un proceso evolutivo donde se busca establecer las condiciones idóneas para su
sobrevivencia. Recordemos que el ser humano es un ente en continua adaptación,
que es llevado a sobrepasar cualquier obstáculo que la propia naturaleza le
imponga. Dentro de ese proceso de adaptación se establecen las pautas para la
planificación de las peculiaridades de la vida diaria, lo que incluyen la
modificación de viviendas, consumo y uso del tiempo.
En nuestro caso, como habitantes del archipiélago antillano,
ubicado en la zona tropical, vivimos en un área donde estamos vulnerables a dos
eventos naturales de gran envergadura: los terremotos y los huracanes. Siendo
el segundo el más común de ellos y el que es presentado en la obra de Luis
Caldera, Historia de los ciclones y
huracanes tropicales en Puerto Rico, Lajas, Editorial Akelarre, 2014. (Tiene
una 2da edición ampliada en 2018 y que incluye a los huracanes de Irma y María).
El autor narra y analiza los huracanes que han pasado por
Puerto Rico y su efecto sobre sus habitantes. En la obra se puede ver un
esfuerzo investigativo de gran envergadura que nos presenta una visión
contemporánea y con sentido científico, que explica con detalles cada uno de
estos fenómenos y las consecuencias que hubo sobre la Isla. No solamente se
basa en descripciones de fuentes secundarias, sino que el investigador revisa
los archivos históricos: Archivo Histórico Nacional en Madrid, el Archivo de
Indias en Sevilla, el Archivo General de Puerto Rico en San Juan, el Archivo
Histórico de Ponce y las colecciones Francisco Lluch Mora y Monseñor Vicente
Murga, ambas en la Pontificia Universidad Católica de Ponce; en búsqueda de la
información plasmada en los informes oficiales y las crónicas individuales.
De manera historiográfica, el tema de los huracanes y su
relación con Puerto Rico fue presentado por primera vez por Benito Vinez, en
una obra titulada Apuntes Relativos a los Huracanes de las Antillas: en septiembre
y octubre de 1875, publicado en La Habana en 1877. Este primer intento
analítico fue seguido por el de Vicente Fontan y Mera, quien, un año después,
publicó La memorable noche de San Narciso y los temblores de tierra. Ambos escritos pueden ser
considerados fuentes primarias y tienen la particularidad de realizarse como
obras de imprenta independiente. Siguiendo este mismo patrón, en 1905 salió a
luz pública otro libro titulado Descripción del ciclón de San Ciriaco, escrito por Aruez y Fernando. No debemos
olvidar que dos de nuestros grandes historiadores, Cayetano Coll y Toste y José
Julián Acosta habían redactado listas de huracanes, que nos demuestran la
importancia de estos en la vida puertorriqueña.
En el 1932 se publicó lo que
podemos considerar como la primera obra dedicada exclusivamente al tema, Los
huracanes en Puerto Rico de Rafael Ramírez. En 1950, Luis Salivia presenta
una actualización muy pertinente, cuyo título es Historia de los temporales
en Puerto Rico. Cuarenta y cinco años más tarde, en 1995, Edwin Miner
presenta la obra Historia de los huracanes en Puerto Rico.
Por último, pero no menos
importante debemos mencionar dos artículos que abordan el tema de manera
investigativa y específica para algunos periodos: el primero, de Pío Medrano,
“Angustia, Destrucción, Pobreza y Muerte: Los Huracanes de 1615 y 1642 en
Puerto Rico”, de 2008 y que se puede encontrar en formato digital en internet;
y el de Stuart Schwarts, Los huracanes y la formación de las sociedades circumcaribenas, publicado en la revista Op. Cit, en
el número 19, de 2009-2010, páginas 13-46. Ambos artículos demuestran el
potencial de estudio que tienen los ciclones tropicales.
Para finalizar, la obra del Dr. Luis Caldera Ortiz es pertinente y necesaria en el sentido que este tema
requiere actualizaciones constantes y explicaciones que sean sustentadas con
elementos y bases científicas. Es una obra que recomiendo y que debe ser analizada por cada uno de ustedes.
Nota editorial: Artículo original fue publicado el 14 de octubre de 2014 en El Post Antillano.
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