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En el capítulo 2 trabajaremos con los procesos
de crisis. Repasaremos algunos eventos relacionados con cada uno de los
periodos que vivimos durante la crisis. Añadiremos algunas cosas que podemos
hacer para trabajar los factores de crisis futuras, considerando lo que resultó
efectivo en el pasado. Conoceremos algunas estrategias que podemos utilizar en
la sala de clases, así como las que pueden utilizar las familias para trabajar
en el hogar con los factores de crisis. Trabajar con los procesos de crisis ayuda
al individuo a desarrollar una mentalidad de superación ante la adversidad. Una
vez pasa el tiempo de la crisis, la persona está preparada para procesar el
dolor y el impacto recibido, como para trabajar con los factores que
contribuyen a la resiliencia.
En el capítulo 3 presentaremos diversos modelos
de resiliencia y de inteligencia emocional. En este capítulo, estaremos
presentando nuestro propio modelo basado en las experiencias vividas, a raíz de
las tres grandes crisis que nos afectaron en los pasados años en Puerto Rico,
principalmente el COVID-19. Para las personas de otros países que están leyendo
este libro, pueden considerar crisis que han vivido a nivel local y el
COVID-19. Además de presentar el modelo que diseñamos, estaremos repasando el modelo
de inteligencia emocional de Mayer y Salovey (1997), el modelo de inteligencia
emocional de Peterson y Seligman (2004), el modelo de Resiliencia de Richardson
(1990), el modelo de inteligencia emocional de Goleman (1995) y el modelo
cíclico de autorregulación del aprendizaje de Zimmerman y Moylan (2009).
En el capítulo 4, identificaremos los factores,
principios, fases y procesos que nos ayudarán a ser resilientes para ayudar a
los demás a levantarse y continuar adelante con más fuerza, caminando hacia la
meta, hasta lograr el éxito. Estos elementos son muy importantes porque la
resiliencia es personal y se trata de decisiones que cada individuo debe tomar
para levantarse después de periodos de crisis. Esto es así ya que la
resiliencia incluye conductas y acciones que pueden ser aprendidas y desarrolladas.
Incluye emociones que pueden ser autorreguladas y se relaciona con procesos
neurofisiológicos, conductuales y cognitivos.
Los capítulos 5, 6 y 7 nos ayudarán a entender
la relación entre los principales componentes que son la familia, la escuela y
la comunidad, y observaremos la función vital de cada uno de esos componentes
en el desarrollo de los procesos de resiliencia de sus miembros. Muchos
estudios sobre resiliencia apuntan a que las personas que han tenido ayuda de
otros han logrado desarrollar procesos resilientes después de una crisis o
adversidad más rápido que aquellos que se aíslan. Por ejemplo, los niños en comunidades
y barrios marginados que han logrado alcanzar grandes triunfos en la vida, han
tenido apoyo de su familia, de la escuela o de miembros de la comunidad.
Grandes atletas y deportistas que han alcanzado gran éxito tuvieron el apoyo de
personas que los pusieron en el camino y trabajaron con ellos para que lograran
llegar a la meta, cumplir sus sueños y a su vez ayudar a otros como ellos.
Siempre me ha impresionado la historia del tan
conocido equipo Hoyt, que está compuesto por un padre, Dick Hoyt y su hijo Rick
Hoyt. Rick nació con parálisis cerebral. Durante su vida, Rick logró adquirir
atracción por los deportes y su padre lo llevaba a competencias deportivas en
las que se integró como participante. Dick era su aliado para que Rick
compitiera: llevaba su silla de ruedas en una carrera y, si la competencia era
una carrera de bicicleta, ajustaba la misma para que pudiera ayudarlo. Así, con
la ayuda de su padre, lograba participar en todos los deportes que quería. ABC
Deportes (2021) indica que compartieron más de 1,000 eventos deportivos y
triatlones, lo que incluyó 32 participaciones en el maratón de Boston. ¡Cuán
importante fue para Rick la participación de su padre en su vida!
En los capítulos 8 al 11 estudiaremos la
inteligencia emocional y social para identificar las emociones, comprender las
emociones, y conocer las habilidades y competencias emocionales, así como su
relación con los procesos resilientes. Todos los modelos que hemos revisado
establecen la relación entre la resiliencia y el desarrollo de las habilidades
emocionales. La inteligencia emocional es una capacidad que nos ayuda a manejar
nuestras emociones y las de los demás. Hay muchos estudios que relacionan el
desarrollo de las emociones positivas con el desarrollo de procesos
resilientes. Tanto en el capítulo 8 como en el capítulo 9 trabajaremos el
concepto autorregulación y las mejores técnicas para aplicar el mismo.
En estos capítulos, de igual manera,
estudiaremos la inteligencia social que nos ayudará a identificar emociones
sociales, comprenderlas; y conocer las habilidades y competencias sociales, así
como la relación de estas emociones con los procesos de resiliencia. Cuando
hablamos de inteligencia social nos referimos a esas habilidades de la conducta
que nos permiten conocer las estrategias adecuadas y las capacidades para
aplicar en contextos sociales y así solucionar situaciones sociales de forma
efectiva; una habilidad para percibir nuestras propias emociones y las de los
demás, de ser empáticos y expresar de forma adecuada nuestras emociones.
En el capítulo 12 presentaremos algunas
estrategias de enseñanza, técnicas y actividades que podemos utilizar en la
sala de clases para desarrollar estudiantes resilientes. Cuando queremos
subir a la cima de una montaña por primera vez solo llevamos nuestro equipo y
nuestra experiencia en otras montañas. En el camino vamos a encontrar rocas
heladas, rocas secas, el sol, tempestades, fuertes temperaturas, malas
condiciones del tiempo, entre otras. Pero nuestra perseverancia, la confianza
en nuestra capacidad al escalar una montaña, nos ayuda a vencer los obstáculos
que encontramos. La segunda vez que intentemos subir la montaña, utilizaremos
la experiencia de la primera vez: desarrollaremos un plan y usaremos
estrategias y otras técnicas de manera que podamos subir con menor dificultad.
Eso es lo que sucederá cada vez que subamos a escalar la montaña: la dificultad
irá disminuyendo en la medida que la experiencia aumenta.
En la vida, como la ilustración pasada, vamos a
tener experiencias que nos afectan de formas diferentes, pero debemos
desarrollar procesos que nos ayuden a vencer los obstáculos y seguir adelante.
Conocer las estrategias y las técnicas nos ayudará a desarrollar actividades
que lleven al estudiante a fortalecer esos procesos de resiliencia. Podemos
utilizar esta ilustración para entender que las situaciones por las cuales
pasamos no son fáciles; requieren una preparación, requieren herramientas,
estrategias y acciones, pero, sobre todo, requieren que anhelemos levantarnos y
seguir adelante con más éxito.
En el capítulo 12, de igual forma, hablaremos
un poco de la atención plena y los beneficios que puede tener para la
autorregulación de las emociones. Desarrollar capacidades que nos ayuden a
sentirnos mejor, recuperarnos en momento en los cuales nos sentimos mal o
estamos teniendo conflictos y situaciones que nos mantienen estresados es
importante.
En la Cumbre para el Desarrollo Sostenible de
septiembre de 2015, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) indicó en el
Objetivo 3, de Salud y bienestar para crear un mundo más sostenible, que
“garantizar una vida sana y promover el bienestar en todas las edades es
esencial para el desarrollo sostenible”. Actualmente, la ONU reconoce que el
mundo se está enfrentando a una crisis sin precedentes que hace que las
personas sufran y las economías del mundo se desestabilicen, lo que cambia las
vidas de millones de personas en todo el mundo. La ONU indica que la
preparación y recuperación es vital para poder superar esta crisis. Asimismo,
la OMS recomienda que se trabaje con la salud mental de los niños, ancianos,
trabajadores —principalmente de la salud— cuidadores, maestros y de la sociedad
en general. Ambas organizaciones mundiales establecen que la única manera que
tenemos de poner fin a la pandemia es estar unidos.
Después de todos los sucesos adversos por los
cuales hemos pasado, la práctica de la atención plena nos ayuda a responder de
forma efectiva a emociones y sentimientos, mejorando la capacidad de
recuperación. Estudios como los de Monivas et al., Alonso, (2012),
Evans, et al., (2008) y Kabat’Zinn (1990) apuntan a que la atención
plena es efectiva para la ansiedad. En sus estudios, De la Fuente, Franco y
Salvador (2010) exponen la importancia de la atención plena para el desarrollo
de habilidades sociales. Por otra parte, Martín-Asuero et al. (2013)
hablan de la atención plena para mejorar el estado emocional, la empatía, la
atención, el estrés y el rendimiento físico.
Finalmente, en el capítulo 13 estaremos
hablando del impacto de la resiliencia en las generaciones nacidas a finales
del siglo XX y principios del siglo XXI: los millennials, los centennials
y la generación Alpha. Sabemos que estas nuevas generaciones han nacido y
vivido ante un mundo lleno de retos, grandes desafíos y cambios
trascendentales. Son las generaciones que hoy tienen un celular con las últimas
tendencias del mercado. También han sido marcados por cambios sociales,
económicos y políticos en todos los aspectos de su vida. Están más preparados
para el cambio, por lo que podemos decir que son personas resilientes.
Una de las características de estas
generaciones, principalmente los millennials, es que puede recibir los
cambios generados por las adversidades de forma positiva. Según la Encuesta de
Deloitte Global (2020) —realizada en dos fases a los millennials y a la
generación Z o centennials en más de 43 países entre noviembre de 2019 y
abril y mayo de 2020— revela que estas generaciones se mantienen resilientes
frente a la adversidad y buscan realizar cambios positivos en las comunidades.
Es por esta razón que hemos observado cómo estas generaciones aprovecharon las
oportunidades surgidas a raíz de la pandemia para desarrollar sus propias
empresas, aumentar sus ventas por medio del Internet y utilizar las redes
sociales para resurgir con sus ideas innovadoras y proyectos creativos que han
sido de gran impacto en nuestra sociedad. Reseñaremos en este libro a una joven
empresaria llamada Mia Isabella, quien a sus 11 años utilizó sus habilidades y
destrezas para desarrollar su propio negocio de diseño de tarjetas para
ocasiones especiales. También compartiremos la historia de un joven que
desarrolló una empresa de grooming; otro niño que desarrolló una pequeña
empresa agrícola de frutos menores; un niño artesano; y un joven llamado
Edgardo Santiago que desarrolló una empresa para cubrir las necesidades
existentes en los momentos de COVID-19. En el capítulo trece estaremos
compartiendo algunas vivencias de estos niños y jóvenes que han sido reseñadas
en periódicos y noticieros del país y otras, escritas por ellos mismos.
Esperamos que todos los temas que presentaremos
a continuación en este libro puedan tener mucho valor añadido para continuar
juntos nuestros procesos de Resiliencia: caminando hacia el éxito.
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