domingo, 29 de septiembre de 2024

Ana de Mena: mulata puertorriqueña procesada por la inquisición

Ana de Mena: mulata puertorriqueña procesada por la inquisición

Pablo L. Crespo Vargas

Cerca del año 1608, en la Isla de San Juan Bautista, hoy día Puerto Rico, nació una mulata, a la que conocimos con el nombre de Ana de Mena. Esta joven, por lo vaivenes de la vida colonial caribeña, termina en La Habana, Cuba, uno de los principales puertos antillanos bajo dominio español y codiciado por las potencias europeas. Ana de Mena desde muy joven se dedicó a la práctica de las artes mágicas. La Habana era uno de los centros urbano donde las artes mágicas representaban un oficio para muchas mujeres y algunos hombres. La ciudad estaba llena de adivinadores, hechiceras, lectores de mano, curanderas y parteras, entre otros practicantes asociados con los ritos mágicos, que aprovechaban a la población flotante que llegaba al puerto continuamente. Para muchos creyentes cristianos estas artes eran demoniacas, aunque esto no impedía que las consumieran, que pagaran por sus servicios y hasta que confiaran en el juicio de estos supuestos marginados.

Ana de Mena convocando a las lunas
Imagen creada utilizando Deepdreamgenerator

En el caso de Ana de Mena, testigos hablaban de su dominio y conocimiento en la elaboración de pócimas, cantos mágicos y oraciones divinas, entre otras reverencias. Para muchos, incluyendo a los inquisidores, Ana era considerada maestra de hechiceras. Según los inquisidores, y según redactado en las relaciones de fe (actas): “parecía saber cuántas supersticiones y sortilegios la malicia humana había inventado”.

El primer juicio de Ana de Mena culminó el 25 de junio de 1628, en Cartagena de Indias, sede de la Inquisición en el Caribe. En ese momento su edad era de 20 años. La joven fue procesada luego que dieciséis individuos testificaran en contra de ella. Los argumentos acusatorios se referían a que Ana realizaba ritos mágicos dirigidos al bienquerer, la búsqueda de secretos y del conocimiento futuro. Como parte de estos ritos, también realizó suertes y conjuros. A parte de que tenía un amplio conocimiento sobre las yerbas y su uso. Al final, Ana aceptó sus pecados y fue abjurada levemente, dado a que estaba, para efectos de la Inquisición, arrepentida.

Ana de Mena se queda en Cartagena de Indias, cumple sus penas y termina regresando a hacer lo que más le daba bienestar económico a ella: el uso de la magia, ya que los clientes nunca faltan. Nuevamente es acusada y llevada a la Inquisición. Por lo general, una reincidencia en el Tribunal del Santo Oficio era suficiente para enviar a la procesada a la hoguera. Ana tuvo mejor suerte que eso.  En todo caso, este segundo juicio terminó el 26 de marzo de 1633. Para esta ocasión bastaron tres testigos para iniciar el proceso. Nuevamente es acusada de practicar las artes mágicas, pero en esta ocasión se le agrava por una supuesta adoración demoníaca, lo cual lleva a que se le considere una bruja. Uno de los demonios invocados por ella fue el famosísimo Diablo Cojuelo. Ana, nuevamente, acepta sus culpas. Claro, al ser reincidente termina con una abjuración vehemente, lo cual era considerado de mayor gravedad que el anterior. Como ya mencioné, Ana no termina en la hoguera, pero es desterrada y recibe doscientos azotes. Luego de esto, desconocemos de su destino.

Para conocer con más detalles el caso de Ana de Mena los invitamos a leer el artículo: "Ana de Mena: una bruja caribeña en el siglo XVII", Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña, 3ª serie, núm. 14, diciembre 2020, pp. 8-17, el cual se encuentra de manera íntegra en la página / blog del autor, Akelarre: historia y ficción, publicado en el 14 de octubre de 2021, en este Enlace al blog para bajar pdf. También el libro La Inquisición española y las supersticiones en el Caribe hispano, disponible en pdf (gratuito) o en carpeta blanda como dura (para las tres opciones verifique el siguiente Enlace a la sección de acceso libre.

Nota: La versión original de este artículo fue publicado en El Post Antillano el 18 de mayo de 2024.

1 comentario:

  1. Uy interesante. Confirmado: en nombre de Dios, se han cometidos barbaridades.

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