viernes, 18 de febrero de 2022

Alonso Manso, ¿un obispo renacentista?

Alonso Manso, ¿un obispo renacentista?
Pablo L. Crespo Vargas

La visión historiográfica puertorriqueña sobre el primer obispo de la diócesis de Puerto Rico y primer inquisidor en América es una que se limita mayormente a estudiar los aspectos eclesiásticos y gubernamentales. Sus acciones, mayoritariamente, son analizadas bajo el crisol de los debates que se suscitan entre defensores de la leyenda negra y la rosa. Por un lado, los detractores y, por el otro, sus apologistas. No obstante, como todo personaje de la vida real, Alonso Manso fue amado por algunos y odiado por otros. Sus decisiones afectaron, tanto de manera positiva como adversa, a muchos. Su posición en el poder colonial no pudo haber sido de otra forma.

Ahora bien, la percepción que se tenía sobre las capacidades del poder imperial y colonial fue de vital importancia para cada estudioso a la hora de realizar el análisis histórico sobre el obispo Manso. Por ejemplo, el cronista del siglo XVII, Diego de Torres Vargas, se imaginaba que la ciudad de Puerto Rico fue un gran centro inquisitorial donde los acusados de herejía eran traídos para que el inquisidor pasara juicio y sentencia sobre ellos. De hecho, argumenta que durante su recorrido por la ciudad capital aún se mantenía la cárcel inquisitorial. Este autor vivía tiempos donde la monarquía española se enfrentaba constantemente a otras potencias europeas por el dominio, primeramente, de Europa, y, luego, por el resto del planeta. Curiosamente, mientras Torres Vargas escribía, lo que consideramos la primera historia de Puerto Rico, el imperio español comenzaba a decaer, dando paso a otras naciones a ocupar su espacio de poder: derrota de la flota española en Europa en Dunas por los holandeses (1639), derrota de los tercios en Rocroi por los franceses (1643), la firma de la Paz de Westfalia (1648), entre otros reveses.

La visión exagerada del poder, que supuestamente tuvo nuestro primer obispo católico, llevó a Salvador Brau (1904) a presentar a un Alonso Manso, como lo que podríamos considerar, un fiel seguidor de las teorías de poder de Maquiavelo. Para Brau, Manso utilizaba las influencias desarrolladas en el ruedo político y religioso para lograr sus propósitos y manejó con gran severidad y provecho para él sus puestos de poder.

Varias versiones de carácter revisionista a la leyenda negra fueron escritas por los hermanos Augusto y Salvador Perea en 1939 y por Antonio Cuesta Mendoza en 1948. Básicamente son obras apologistas dirigidas a presentar una visión más favorable de Alonso Manso. Años más adelante, Cristina Campo Lacasa (1977), Vicente Murga y Álvaro Huerga (1987) también presentaron estudios positivos sobre Alonso Manso. 

Otros estudiosos del obispo Manso que me gustaría mencionar son Luis N. Rivera Pagán (1995), Luis Burset (s.f.) y Carmen Alicia Morales (2016). Los tres enfatizan, desde una metodología mucho más crítica, diversas facetas de Alonso Manso.

En el caso de Rivera Pagán, este analiza el asunto económico colonial, las supuestas riquezas y la interacción entre estos aspectos y la fe en la colonización. Rivera Pagán es crítico también del estilo apologético con el cual algunos estudiosos tratan al obispo Manso.

Luis Burset utilizó a Alonso Manso para elaborar un estudio que pudiéramos llamar innovador (fuera de los espacios historiográficos de los genealogistas), ya que se analiza la familia del obispo y cómo estos se desarrollaron en la colonia. Burset nos presenta la historia familiar de los Manso, no solamente en el siglo XVI, sino que abarca hasta el siglo XVIII. Su artículo es uno que llama al interés y que invita a un mayor estudio sobre este personaje y su linaje.

Carmen Alicia Morales también rehúye las visiones tradicionales sobre Alonso Manso. En su caso, ella busca explicar, al igual que Juan Alberto Delgado Negrón, cómo las influencias renacentistas de Manso fueron fundamentales en los aspectos arquitectónicos de la ciudad de Puerto Rico. Recordemos que Manso, no solo se preocupó por construir su catedral, sino que tuvo parte activa en las decisiones que se tomaban respecto a la construcción de la ciudad, siendo el fortín, con su valor defensivo, uno de sus principales logros.

En mi caso (2011, 2013 y 2018), analicé la figura de Manso como inquisidor, acción que otros autores ya habían realizado. No obstante, presenté y analicé varios aspectos con los que tuvo que lidiar. Uno de ellos fue el que se tratara de establecer una institución como la inquisición en unos territorios que aun políticamente no habían madurado. La inquisición desde su fundación en Castilla en 1478 demostró ser un sistema dirigido y encaminado a los designios de la monarquía. Su implementación en Castilla fue necesaria en el sentido de mantener un país altamente heterogéneo unido. Su alcance era más urbano que rural. Las colonias estaban aun en un proceso de conquista y no se había dado la oportunidad de crear una base sólida desde la cual los inquisidores operaran.

En el caso de La visión y misión evangelizadora del obispo Alonso Manso en las Américas, su autor, Juan Alberto Delgado Negrón, busca presentar y explicar el desarrollo del pensamiento evangelizador de Manso dentro de las ideas renacentistas adquiridas por él en su evolución académica y eclesiástica en la Universidad de Salamanca. Además, se explica cómo estas ideas fueron plasmadas en los diversos proyectos que el obispo realizó en la Isla.

La obra está dividida en cinco apartados. El primero de ellos, y el más extenso, “Antecedentes de la Iglesia en España” nos describe los pormenores que precedieron los viajes colombinos y eventual colonización de las Indias. Dentro de este capítulo se enfatiza cómo se forjó la alianza, que al final fue una movida estratégica, entre el poder estatal y el eclesiástico en Castilla. Este proceso fue fundamental en las luchas de poder que se dieron y que culminaron en el reinado de Fernando e Isabel, los llamados Reyes Católicos.

El segundo capítulo, “La Iglesia Católica y el Nuevo Mundo” trabaja el proceso de evangelización y expansión de las creencias europeas en las Indias. En este apartado se destacan las controversias que surgen en el choque de ideas de cómo realizar el proceso de colonización entre los dominicos y las autoridades encargadas de la colonia.

El tercer apartado, “Alonso Manso: Primer obispo de las Américas” presenta un análisis de la vida de nuestro personaje anterior a su designación como obispo de Puerto Rico. Entre los aspectos resaltados está la labor de Manso en la Universidad de Salamanca y el conflicto que tuvo con Antonio de Nebrija.

El cuarto capítulo, “Confrontaciones políticas y socioeconómicas”, trabaja los conflictos coloniales que se dieron durante la incumbencia del obispo y que llevaron a que este viajara a Castilla regresando con los poderes de inquisidor de las Indias.

El quinto apartado, “La obra de Alonso Manso y su legado apostólico”, nos presenta los rasgos renacentistas del obispo y cómo estos se vieron reflejados en su obra.

Juan Alberto Delgado Negrón nos describe a un Alonso Manso renacentista, quién estuvo a la altura de los grandes pensadores de su época y que, si no hubiera sido por los contratiempos del periodo que vivió en las Indias, hubiera logrado establecer un episcopado a la altura del existente en Sevilla.

En fin, los invito a adquirir la obra de Juan Alberto Delgado Negrón, La visión y misión evangelizadora del obispo Alonso Manso en las Américas, Lajas, Centro de Estudios en Investigaciones del Sur Oeste de Puerto Rico, 2020 contactando al autor al siguiente correo electrónico: adelgado08@yahoo.com, o con el editor a pablo.crespovargas@gmail.com. También lo puede conseguir a través del siguiente enlace con Amazon: Comprar en amazon


Artículo publicado originalmente el 16 de enero de 2021 en El Post Antillano.

1 comentario:

  1. Motivadora publicación, me parece tener un objetivo claro en presentar la complejidad de un cargo en sí mismo complejo en manos de una persona sin dudas a su altura.

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