martes, 23 de diciembre de 2025

Notas sobre la Tierra-Verde o Groenlandia

Notas sobre la Tierra-Verde o Groenlandia

Pablo L. Crespo Vargas

Groenlandia y el Ártico
Imagen de dominio público
Fuente: CIA's World Factbook (2007)

Cerca del año 982 de la era cristiana, Erik, conocido como el Rojo, fue expulsado de Islandia tras varias disputas por territorios que culminaron en la muerte de algunas personas. Esto lo llevó, junto a sus allegados, a considerar la posibilidad de colonizar tierras hacia el oeste que otros exploradores ya habían visitado. Decidieron entonces trasladarse a esos señoríos aún inexplorados en busca de una nueva oportunidad.

Luego de una exploración inicial de las costas e islas menores, Erik escogió un área en el occidente de lo que él pudo haber pensado que era una gran península, donde estableció una granja para pasar el invierno. Durante los siguientes tres años continuó sus viajes de reconocimiento hasta completar su periodo de exilio. Al finalizarlo, decidió regresar a Islandia y, como estrategia para reclutar nuevos colonos, bautizó aquellas tierras con el nombre de Tierra Verde o Groenlandia.

Una parte de los habitantes de Islandia (la “Tierra de Hielo”) también vio en esta empresa la posibilidad de comenzar de nuevo, una oportunidad que no podían desaprovechar. Hoy, en 2025, a 1,043 años de aquel encuentro, vemos cómo el presidente de la nación más poderosa del planeta, los Estados Unidos de América, ha puesto sus ojos en esta isla y se empeña en adquirirla.

Groenlandia es la isla de mayor tamaño del planeta, con una superficie de 2,166,086 km², lo que la convierte en la decimotercera entidad territorial más extensa del mundo. Cabe destacar que el 80% de su territorio está cubierto por una gruesa capa de hielo.

Se estima que sus tierras albergan una gran variedad de recursos naturales, entre ellos rubíes, hierro, níquel, uranio, platino, titanio, oro y una serie de metales raros que representan un fuerte atractivo para países como China y los Estados Unidos. En este último aspecto, conviene señalar que China controla alrededor del 90% del mercado mundial de metales raros, situación que muchos en Estados Unidos consideran una amenaza para su seguridad nacional. A estos recursos se suma la alta probabilidad de encontrar depósitos de petróleo y gas natural.

Es importante subrayar que la explotación de cualquiera de estos recursos podría tener efectos negativos sobre el medioambiente de la región, razón por la cual el gobierno de Groenlandia ha limitado estrictamente cualquier actividad extractiva. Además, la posición geográfica de la isla, combinada con el acelerado deshielo de las últimas décadas, ha abierto la posibilidad de nuevas rutas marítimas en el Ártico.

Otro aspecto que a menudo se pasa por alto es que Groenlandia constituye una ubicación estratégica para el despliegue de sistemas de defensa antibalísticos de los Estados Unidos frente a sus potenciales adversarios: Rusia y China.

La posición geográfica es uno de los factores que han motivado que, en las pasadas semanas, la isla de Groenlandia haya estado en el ojo público internacional debido a las pretensiones del presidente Donald Trump, quien suele generar situaciones controversiales con el fin de mantener su supuesto control tanto en los ámbitos locales como internacionales. En el caso de Groenlandia, no es la primera vez que el mandatario estadounidense la menciona en sus discursos. Según algunos miembros de su equipo de trabajo, en ocasiones anteriores llegó incluso a preguntar si sería posible intercambiar a Puerto Rico por Groenlandia, además de ofrecer dinero para adquirirla. Una acción que, posiblemente, habría beneficiado a los puertorriqueños.

No obstante, antes de continuar con el debate político y estratégico-geográfico, entendemos que es necesario conocer un poco sobre los aspectos políticos, sociales e históricos de esta isla, a la cual bien puedo considerar un país. Sí, un país, porque, aunque nuestras mentes colonizadas nos lleven a verla como una mera isla de escasa población, dominada por una potencia europea, sus características son compatibles con las de otros lugares —como Puerto Rico— que también pueden ser considerados países.

Groenlandia es un país o nación constituyente del Reino de Dinamarca, al igual que las Islas Feroe. Desde 2009 cuenta con un gobierno autónomo dirigido por un primer ministro, seleccionado por los miembros de su Parlamento —un sistema unicameral compuesto por 31 escaños— cuyos integrantes son elegidos democráticamente. El primer ministro conforma su gabinete, responsable de la administración cotidiana del gobierno. Por su parte, el Reino de Dinamarca mantiene el control de la seguridad y de la política exterior. Groenlandia, además, tiene derecho a enviar dos representantes al Parlamento danés, con voz y voto.

En términos demográficos, la isla cuenta con aproximadamente 58,000 habitantes. Para 2020 se estimaba que cerca del 90% habían nacido en Groenlandia, mientras que el resto son inmigrantes provenientes de lugares tan diversos como Filipinas, Tailandia, Islandia, Suecia, China y Noruega, entre otros. Su capital es Nuuk, con una población que supera las 18,000 personas.

La población indígena local está compuesta por groenlandeses de origen inuit, quienes representan alrededor del 87% de los habitantes. Este grupo se divide en tres comunidades principales: los kalaallit (occidentales), los tunumiit (orientales) y los inughuit (norteños). El idioma dominante entre ellos es el kalaallisut —conocido en occidente como groenlandés—, hablado por más de 50,000 personas y reconocido como lengua oficial. Cabe señalar que, junto a la lengua nativa, el danés también se utiliza ampliamente en Groenlandia.

En el ámbito financiero, la isla recibe una gran cantidad de subsidios, muy acordes con las políticas de bienestar social del Reino de Dinamarca. En este sentido, es importante señalar que los partidos de derecha, tanto en Dinamarca como en la Unión Europea, se oponen a estas ayudas. No obstante, la principal industria de Groenlandia es la pesca. La explotación minera y energética, aunque representa una posible fuente de riqueza, ha sido pospuesta por el gobierno debido a las nefastas implicaciones ambientales que podría acarrear.

Los primeros pobladores de Groenlandia fueron grupos anteriores a los inuit, quienes siguieron la ruta costera septentrional de América del Norte. Estos movimientos migratorios se asentaron en lugares propicios para su supervivencia y desarrollaron diversos complejos culturales. El más antiguo, según la evidencia arqueológica, es la cultura Saqqaq (2500 a. C. – 800 a. C.), ubicada en el sur de la isla. Cien años después, en la misma región, surgió la cultura Dorset I, presente hasta el año 200 de nuestra era.

En el norte de Groenlandia, entre 2400 a. C. y 1300 a. C., se desarrolló la llamada cultura Independencia I, seguida por la cultura Independencia II, vigente entre 700 a. C. y el inicio de la era cristiana. El nombre de esta tradición cultural proviene del lugar donde se realizaron los primeros hallazgos arqueológicos: la isla Independencia, situada en la zona norte del país.

Las exploraciones escandinavas comenzaron a mediados del siglo X, pero no es hasta la llegada de Erik el Rojo cuando se inicia el proceso de colonización. La presencia nórdica en la isla se mantuvo hasta entrado el siglo XV. Para el siglo XIV, Groenlandia recibió grupos migratorios inuit (cultura Thule) que comenzaron a poblarla y que representaron una amenaza para la continuidad de los asentamientos escandinavos. De hecho, algunas de las hipótesis que se manejan para explicar el abandono de estos asentamientos señalan factores climáticos y la presión ejercida por nuevos migrantes en su búsqueda de tierras.

Años después, con el inicio de los procesos de colonización europea a gran escala tras la llegada de Colón a América, expediciones portuguesas alcanzaron Groenlandia. Sin embargo, al no encontrar un paso hacia la India, abandonaron sus pretensiones. A principios del siglo XVII, los daneses —que entonces compartían un reino con Noruega— reclamaron la zona e iniciaron un proceso de colonización que no prosperó. En el siglo XVIII se realizaron nuevos intentos, esta vez con resultados favorables para la Corona danesa.

Con la separación de los reinos de Noruega y Dinamarca en 1814, este último retuvo las posesiones coloniales, incluida Groenlandia. En 1931, Noruega intentó ocupar la zona oriental de la isla, pero los tribunales internacionales fallaron a favor de Dinamarca. Durante la Segunda Guerra Mundial, tras la invasión de Dinamarca por tropas alemanas, Estados Unidos intervino en Groenlandia; no obstante, al finalizar el conflicto, las autoridades danesas retomaron el control.

Con el avance de las políticas internacionales contra el colonialismo, Groenlandia experimentó varios cambios políticos orientados hacia la autonomía: en 1953 fue integrada formalmente a la monarquía danesa; en 1979 obtuvo un régimen de autonomía limitada; en 1985 salió de la Unión Europea; y en 2009 proclamó su autogobierno.

Las fuentes principales utilizadas para este ensayo fueron el Workbook de la CIA (versión en línea), las páginas web del gobierno de Groenlandia y del Reino de Dinamarca, el libro Groenlandia: La isla más grande del mundo de Joanne Mattern (2003) y diversos artículos de prensa actualizados sobre la política del presidente Trump respecto a la isla. Con la información recopilada hemos presentado, de manera muy resumida, unas notas sobre Groenlandia que servirán de base para discutir próximamente las pretensiones estadounidenses hacia este territorio y analizar las repercusiones que ello podría tener en la política internacional.

Nota: Artículo publicado en El Post Antillano, 1 de febrero de 2025.

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