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SOBRE LIBRO DEDICADO A MARIO F. PAGÁN IRIZARRY
Por
Félix Miguel Cruz Jusino
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Mario
Federico Pagán Irizarry es el más insigne de los lajeños en el siglo XX. Fue
educador, historiador, ensayista, poeta, gestor cultural, líder comunitario,
sociólogo, agricultor y político. Nació con el siglo pasado, en 1900, y fue
pieza clave en la modernización de su pueblo hasta su entrada a la eternidad en
1988. Consagró su vida a la enseñanza. Ocupó todos los puestos disponibles en
el escalafón magisterial para un distrito escolar.
Como
superintendente, cargo que ocupó entre 1953 y 1966, logró impulsar la
modernización del Distrito Escolar de Lajas implementando técnicas educativas
modernas. Estableció un horario flexible que incluyó una hora para capacitación
y preparación magisterial. Estableció el sistema de transportación escolar
entre los barrios y el casco urbano lajeño. Las iniciativas realizadas por Pagán
fueron decisivas para mejorar la escolaridad de los estudiantes. Los programas
para la alfabetización de adultos y el aprendizaje de inglés fueron de los más
exitosos en el país. Pagán hizo hincapié en el programa de comedores escolares
para mejorar la alimentación de los estudiantes. Instituyó clases de salud para
estudiantes y adultos optimizando la salubridad de los estudiantes y sus
padres.
Empero
el mayor logro de Pagán fue la integración del binomio escuela-comunidad. Por
primera vez en el país la opinión de los estudiantes, padres y maestros fueron
escuchados y tomados en consideración. La educación dejó de ser responsabilidad
del sistema educativo para convertirse en un proyecto de todos los ciudadanos.
Los padres se comprometieron con mejorar las facilidades escolares, equipar los
salones y mantener el ornato. Este compromiso condujo al desarrollo de
actividades locales para la recaudación de fondos. Los dineros recolectados se
emplearon en la construcción de nuevos espacios educativos, liberando al estado
del gasto público. Con el dinero recaudado, además de salones de clases, se
construyeron bibliotecas y se establecieron los programas de Arte, Música y
Teatro. También se compraron los instrumentos para una banda escolar.
El
compromiso del pedagogo trascendió las iniciativas educativas. Pagán impulsó
programas socioculturales para traer la cultura capitalina al Valle de Lajas.
Obras teatrales, conciertos de música clásica, lecturas de poemas, juegos
florales, desfiles de modas transformaron las noches lajeñas y cautivaron las
mentes de niños, jóvenes y adultos. La familia en su totalidad se integró a los
esfuerzos participando en las actividades nocturnas en el casco urbano.
Estas
modalidades modificaron el entorno tradicional de un pueblo agrícola e
impulsaron la proliferación de comercios para satisfacer las demandas de estos
nuevos estilos de vida. La educación sirvió de vector para integrar los
microcosmos agrícolas, industriales, empresariales, políticos y culturales para
modernizar a Lajas e integrarlo al XX.
El
éxito de los programas y proyectos implementados por el educador en el Distrito
Escolar de Lajas captaron la atención de sus superiores. El Dr. Ángel Quintero
Alfaro, entonces Subsecretario de Instrucción, organizó una reunión de
superintendentes, directores y personal administrativo en Lajas en 1964 para
que Pagán Irizarry informara sobre sus logros. Los esfuerzos del educador
fueron replicados en otros distritos escolares.
En
1966 el Departamento de Instrucción Pública lo promovió a la Región de Mayagüez
para que supervisara la implementación de sus iniciativas en el oeste de Puerto
Rico. No duró mucho en esa posición porque en ese mismo año el Dr. Quintero
Alfaro, lo reclutó como su asesor. Ostentó esa posición hasta 1969, año en que
se acogió a la jubilación.
Durante
su retiro, Pagán Irizarry se dedicó a su segunda pasión, la historia. Las
investigaciones históricas del benemérito educador constituyen el libro Historia de Lajas, 1993-1983. El
historiador escribió además la obra Historia
de la Educación en Lajas. Revisiones de ambos libros no se imprimieron
debido a su fallecimiento en 1988.
Los
hechos de Pagán Irizarry han sido postergados al olvido, solo una escuela en el
Barrio Santa Rosa de Lajas es reminiscencia de sus esfuerzos para modernizar la
educación del país. Este trabajo tiene como objetivo rescatar la memoria de
Pagán para Lajas y Puerto Rico.
En
momentos en que la educación atraviesa el periodo más borrascoso de su historia
son dómines como Pagán Irizarry quienes se constituyen en abanderados para
defender la excelencia educativa. Lajas abrió el surco donde se sembró la
semilla que germinó en el periodo más significativo de la educación
puertorriqueña en el siglo XX. Un educador visionario, orgulloso de su acervo
histórico, condujo a un grupo de maestros y padres comprometidos con la
educación para hacer del Valle de Lajas faro y luz de Puerto Rico.
Confío
en que este escrito anime a otros a investigar con mayor cabalidad la obra de
Mario Federico Pagán Irizarry y de otros educadores que junto a él
establecieron un legado que debe llenar de orgullo a todos los puertorriqueños.
Debemos rescatar para la memoria nacional la obra del magisterio porque ellos
son los forjadores de los ciudadanos que constituyen la sociedad
puertorriqueña.
Recordemos
que una nación que no honra a sus maestros está condenada a la ignorancia.
Puerto Rico ha tenido y tiene grandes maestros que son pilares inamovibles de
las comunidades. Resucitemos el binomio escuela-comunidad promulgado por Pagán
Irizarry para gestar una educación moderna sustentada por la experiencia de
miles de maestros que se entregaron en su totalidad para liberar a los
estudiantes de las cadenas de la ignominia del analfabetismo.
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