domingo, 19 de mayo de 2024

La República de Texas: 1836-1845

La República de Texas: 1836-1845

Pablo L. Crespo Vargas

Texas, uno de los estados de mayor importancia en la Unión estadounidense (segundo en población, en territorio y en poder económico), fue en un momento dado una república independiente. Este acontecimiento ocurrió entre el 2 de marzo de 1836 y el 29 de diciembre de 1845.

El territorio texano fue reclamado y colonizado por la Corona española desde que Álvar Núñez Cabeza de Vaca, uno de los conquistadores y aventureros castellanos, arribó a sus costas en 1528. En lo que restó del siglo XVI se realizaron otras expediciones, pero ninguna terminó estableciendo una colonia formal. Se debe indicar que hasta los franceses intentaron ocupar el territorio. Luego, bajo el gobierno del Virreinato de Nueva España (también perteneciente a la Corona española), comenzado el siglo XVIII se realizó el proceso de colonización de los territorios texanos. Con la independencia de México, Texas pasa a ser parte de esta nueva entidad soberana hispanoamericana.

Dado a que el territorio texano era uno amplio y de poca densidad poblacional, luego de establecido México como país independiente, se comienza un proceso migratorio que llevó a miles de colonos estadounidenses a comprar tierras y establecerse dentro del territorio mexicano al norte del Río Bravo. Los planes y coordinaciones de este movimiento poblacional ya se estaban gestando durante los últimos años del Virreinato. Se estima que de 3,200-3,800 habitantes en 1825 la población subió a casi 40,000 habitantes en 1835, siendo casi el 67% ciudadanos de origen estadounidense, quienes a su vez tenían una población esclava que representaba casi el 13% de la población total. Recordemos que las poblaciones indígenas no eran contadas en estos censos y hasta cierto punto, bajo la mirada de las élites mexicanas y de la población angloamericana ni siquiera eran considerados como seres humanos.

Las tensiones entre angloamericanos y las autoridades mexicanas fueron aumentando desde un principio dadas las condiciones que se les daba a los nuevos pobladores para establecerse en el Texas mexicano: convertirse al catolicismo, demostrar tener capacidad moral, castellanizar los nombres anglos y contar con recursos económicos. Los nuevos migrantes recibieron la ciudadanía mexicana.

Mapa de Texas de William H. Emory (1844)
The University of Texas at Arlington Libraries Special Collections, Gift of Virginia Garrett
Mapa en dominio público

Con el estallido de un conflicto entre liberales y conservadores en Zacatecas, los angloamericanos en Texas se alinearon con las posturas de los primeros; esto provocó que el gobierno mexicano, dirigido por el general Antonio de Santa Ana decidiera enviar tropas a la zona para detener la posibilidad de una secesión en el noreste del país (Coahuila y Texas eran una misma jurisdicción).

El conflicto comienza el 2 de octubre de 1835 (Batalla de González) y culminó el 21 de abril de 1836 (Batalla de San Jacinto). En total fueron 201 días de guerra. La independencia de Texas fue proclamada el 2 de marzo de 1836 en una convención de 59 delegados que representaban distintos lugares de Texas, aunque no todos habían vivido en el territorio. Dos de los delegados eran texanos, uno era mexicano y el resto angloamericanos o europeos. La idea de algunos delegados era que Texas fuera anexado rápidamente a los Estados Unidos, pero el gobierno federal en Washington no accedió para evitar un conflicto con México.

En los nueve años, nueve meses y 27 días que Texas fue república tuvo 5 presidentes, uno de ellos sirvió dos términos (Sam Houston: 1836-1838 y 1841-1844). Los principales problemas que tuvo la República de Texas fueron las continuas amenazas de guerra en contra de México (fueron varios los enfrentamientos durante el periodo de la República) y los diversos conflictos con las tribus indias. Económicamente hablando, la producción de algodón fue su principal producto de exportación. La República de Texas fue reconocida legalmente por los gobiernos de los Estados Unidos, la República de Yucatán (estado soberano que existió entre 1841 a 1848), El Reino Unido, Bélgica, Francia y Holanda. La idea de la mayoría angloamericana de unirse a los Estados Unidos siempre estuvo presente hasta que en el Congreso estadounidense se aprobó una resolución a favor de la anexión y otra otorgando la entrada a la Unión como un nuevo estado. En la actualidad, contrario a lo que algunos piensan, existen movimientos y organizaciones secesionistas texanas que tienden a hacer más militantes en tiempos donde el Partido Demócrata obtiene la presidencia y dentro de la opinión pública existe cierta empatía hacia estos movimientos, tomemos como ejemplo la encuesta de SurveyUSA, realizada entre el 6 al 26 de junio de 2022, donde un 60% de los entrevistaron simpatizaban con la idea de un Texas independiente.

La versión original de este artículo fue publicado por El Post Antillano el 30 de marzo de 2024. 

viernes, 10 de mayo de 2024

El asalto al Capitolio estadounidense: tercer aniversario

El asalto al Capitolio estadounidense: tercer aniversario
Pablo L. Crespo Vargas

Se cumplieron tres años desde que ocurrió el asalto al Capitolio estadounidense el 6 de enero de 2021. Ese día, un mitin convocado por el presidente Donald Trump motivó a miles de sus seguidores a presentarse en la Explanada Nacional (National Mall) para apoyar al mandatario, quien fue derrotado, el 4 de noviembre de 2020, en sus aspiraciones a la reelección y que consideró esta derrota como parte de un fraude electoral realizado por sus oponentes.

El presidente Trump desde el inicio de la campaña electoral estadounidense en 2016 había estado argumentando sobre la alta posibilidad de ser derrotado gracias a un fraude electoral. Con esto, alentaba a sus seguidores a no bajar la guardia, a la vez que creaba el camino para explicar un posible revés. Su derrota ante Ted Cruz, en el estado de Iowa, en las primarias del Partido Republicano, fue considerado por Trump como parte del esquema dirigido a que él no fuera el candidato presidencial de ese partido. Luego, al ganar las elecciones de 2016, mediante el voto del Colegio Electoral, ya que perdió el voto popular, Trump alegó que su adversaria, Hillary Clinton, había recibido más de 4 millones de votos ilegales, mayoritariamente inmigrantes sin derechos.

Imagen: Gases lacrimógenos a las afueras del Capitolio.
Foto de Tyler Merbler, tomada el 6 de enero de 2021, en Flickr con licencia CC2.0. 

Curiosamente, en las elecciones de 2012, Trump había indicado que el sistema del Colegio Electoral era un desastre para la democracia, aunque este le favoreció en el 2016. El sistema de Colegio Electoral es un sistema indirecto de seleccionar al presidente estadounidense que fue diseñado para dejar la elección del primer mandatario en manos de un reducido número de electores, quienes serían seleccionados por las personas que por ley estaban hábiles para votar en cada estado. Este sistema fue establecido en el segundo artículo de la Constitución de los Estados Unidos; y aunque se ha reglamentado en varias ocasiones para actualizarlo a las circunstancias específicas del tiempo, en esencia limita el voto a los estados y evita el que los ciudadanos tengan la potestad de elegir al principal funcionario del país de forma directa. De hecho, este sistema tiene cinco resultados adversos a lo que debería ser la democracia de la que tanto se aletea. En las elecciones de 1824, 1876, 1888, 2000 y 2016, la persona elegida por el Colegio Electoral no obtuvo el voto mayoritario de los ciudadanos. Situación que lleva a muchos a pensar que el sistema debe ser cambiado, si es que se quiere seguir una vía de mayor grado democrático. De este tema podríamos hablar en otro artículo.  

Regresando al 6 de enero de 2021, en el mitin, Trump y varios de sus acólitos se dirigieron a público, y aunque fue negado por ellos posteriormente, provocaron que esto se movilizaran hacia el Capitolio con la intención de detener el proceso donde se certificaba al candidato presidencial electo. Sobre dos mil individuos asaltaron el Capitolio desde aproximadamente la 1:00 p.m., y tuvieron que ser desalojados por las autoridades policiacas de la institución, el Distrito de Columbia y efectivos provenientes de otros estados. A eso de las 5:40 p.m. las facilidades fueron aseguradas. En un plazo de 36 horas, y como hechos directos al incidente, cinco personas murieron, 174 oficiales de seguridad fueron heridos, al igual que cientos de manifestantes. En los siguientes meses, al menos cuatro oficiales se suicidaron por supuestas situaciones relacionadas al 6 de enero. Las perdidas monetarias del asalto se estimaron en 2.7 millones de dólares. Desde el evento se han sometido cargos judiciales a más de 1,200 personas, incluyendo a Donald Trump, quien en la actualidad es uno de los candidatos presidenciales del Partido Republicano.

En un artículo anterior, “Los Estados Unidos y su conflicto interno”, publicado en El Post Antillano el 15 de enero de 2021, y en Akelarre: historia y ficción el 3 de enero de 2022, argumenté sobre cómo este país tiene las condiciones idóneas para una eventual segunda guerra civil. Los conflictos raciales y sociales, en ciertos momentos, se exasperan de tal modo que se dan manifestaciones violentas que hacen pensar que en cualquier momento el polvorín estalla. No obstante, se ha podido manejar una diversidad de situaciones cuyo desenlace hubiera sido un conflicto mayor. Actualmente, las discrepancias raciales y sociales continúan; las luchas entre conservadores y liberares se atenúan; el fundamentalismo cristiano y el racismo se niegan a ceder su espacio; y no hablar de los diversos conflictos globales que llevan al imperio a invertir grandes sumas de dinero en situaciones que no necesariamente les podrían favorecer.

Nota editorial: Artículo publicado en El Post Antillano el 6 de enero de 2024.