Comentarios
sobre La Inquisición y las supersticiones en el Caribe
Por Esteban
Mira Caballos
Nota editorial: El artículo original fue publicado en Libros de historia blog de reseñas de Esteban Mira Caballos, la versión aquí presentada fue editada por Paola Nicole Crespo Tomei.
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Tras una
amplia introducción sobre las inquisiciones europeas y sobre la inquisición
española el autor se adentra en el análisis de 45 procesos que se llevaron a
cabo en el Tribunal de Cartagena de Indias a lo largo del siglo XVII.
Dado que este Tribunal fue erigido por orden del 25 de febrero de 1610, el
libro abarca prácticamente gran parte de ese siglo. Su jurisdicción se
extendía por un espacio de casi un millón y medio de kilómetros cuadrados,
incluyendo la zona de Nueva Granada, las provincias de Venezuela, la
gobernación de Quito, las Antillas y una parte de Centroamérica hasta el
obispado de Nicaragua. De todos los tribunales creados en Hispanoamérica, fue
el tercero más activo, por detrás del novohispano y del peruano. Su
objetivo era el mismo que el de los otros Tribunales inquisitoriales, preservar
la pureza de la fe, persiguiendo desviaciones supersticiosas como la brujería o
la hechicería.
Vuelve a
ratificar el autor en este caso concreto una idea que se ha extendido en los
últimos años: el hecho de que no fue un tribunal tan sanguinario como lo ha
presentado la Leyenda Negra. En Cartagena no se produjeron grandes autos de fe,
ni se ejecutaron a centenares de personas. En general, las condenas fueron
suaves y solo en algunos casos muy concretos de herejes persistente se condenó
a los reos a pena de muerte. El objetivo de los inquisidores no era causar un
daño extremo sino convertir a los herejes y supersticiosos en buenos
cristianos, al tiempo que se enriquecían con las enjundiosas multas y
confiscaciones que les imponían a los condenados. No obstante, Crespo
Vargas reconoce que, pese a que en general la mayoría de los inquisidores actuó
con mesura, no faltaron algunos que abusaron de su poder, infringiendo
atropellos y malos tratos al tiempo que engordaban sus fortunas personales.
Y para
finalizar con estas breves líneas tan solo me queda decir que se trata del mejor
y más documentado libro que se haya escrito sobre el Tribunal de la Inquisición
de Cartagena de Indias. Un libro muy recomendable no solo para los estudiosos
de la Inquisición sino para todos los interesados en la historia de la América
Colonial.