Tapón generacional
y su impacto social
Por: Dr.
Dioris Contreras
Estoy seguro que la palabra tapón le es muy
familiar, ¿quién no ha estado en medio de un tapón? Aunque la palabra tapón se
puede usar de diferente manera, al final se llega a la misma conclusión, “tapar
o detener el paso de algo”.
Es posible que cuando escuches o veas la palabra tapón,
le puede traer algunos recuerdos. Comúnmente, se denomina tapón al poco flujo
de vehículos o la paralización del tránsito por causa de algún fenómeno
provocado o no, en la vía pública. El mismo puede ser causado por la avería de
un automóvil, reparación de un tramo de la carretera, alguna actividad
deportiva o política, entre otras razones. Además, la palabra tapón es
utilizada en varios conceptos adicionales como el exceso de cera en los oídos,
pieza para tapar una botella, objeto que obstaculiza el tránsito o simplemente
el impedimento de encestar un canasto en el juego de baloncesto.
En este contexto utilizaré el término de “Tapón
generacional” para desarrollar y argumentar el estancamiento generacional y su
impacto en la sociedad. Es posible que haya escuchado la palabra “padrino,
pala, contacto”, para hacer referencia de una influencia que permitiría
conseguir un empleo, asenso, regalo, becas y bonificaciones, sin tener las
cualificaciones necesarias o bien escalar posiciones por encima de otros que
están cualificados. En una nación donde se valida este tipo de práctica no hay
lugar a dudas que se forje un tapón generacional. También, una nación que practica
el inmovilismo social a través de una élite de poder o firma de familia, sigue
la línea del enajenamiento de un sector productivo, capaz y creativo que tienen
las características fundamentales para mover un país por la justicia social.
Utilizaré como modelo tres áreas de nuestras
estructuras sociales que pueden ser muy conocidas por nosotros. Primero, te
invito a hacer un sondeo de las organizaciones comunitarias, clubes sociales y
asociaciones de residentes en los diferentes condominios. En su gran mayoría,
son dirigidos por grupo de personas que durante décadas se mantienen como
miembros ejecutivos de esas organizaciones, por ello, el movimiento
generacional es muy lento.
En segundo lugar, haré referencia exclusivamente a
los movimientos deportivos como tapón generacional. Detente unos minutos y mira
la estructura organizativa de los movimientos deportivos asociados y federados.
Observarás que, en la mayoría de sus federaciones, han sido y son dirigidas por
el mismo grupo de poder que pasan años y años al frente de esas instituciones
teniendo o no los resultados esperados por la sociedad y seguidores de esas
disciplinas deportivas. En muchos de los casos los cambios que se dan, son
productos de un proceso empañado por los cuestionamientos, señalamientos y
amenazas. En muy pocos casos, pero muy pocos se ha visto un acto de
desprendimiento en apoyar y dar paso a nuevas generaciones, que se han
capacitado en áreas específicas en la gerencia deportiva. Estas organizaciones
tienen en común las siguientes características:
- Realizan asambleas.Hacen reuniones.
- Frecuentemente utilizan el vocablo de transparencia,
pero no tienen informes al día con las instituciones correspondientes.
- Gozan de una aparente democracia, pero tienen todo
“plancha ‘o”, dejan pasar al que ellos quieren o responden a sus intereses.
- Al final se aprueba lo que ellos deciden.
- Hay poca movilidad en las estructuras directivas.
- Crean organizaciones paralelas.
- Se intercambian los roles de poder, ejemplo de eso
es que el presidente pasa a ser vice, el tesorero pasa a ser secretario y el
secretario a tesorero, luego el ex presidente pasa a ser el tesorero y así
sucesivamente, manteniéndose el mismo grupo directivo.
Esto crea poca motivación para que otros formen
parte o se integren a las actividades, lleven nuevas ideas, tengan nuevas
aspiraciones y ejecuten acciones afirmativas.
Tercer lugar, en el ámbito político, te invito a
dar otra ojeada por las páginas de la historia de nuestra América Latina, con
especial atención a los países de las islas del Caribe: Cuba, Haití, Puerto
Rico y República Dominicana. En el caso de Cuba, justificado o no por un ideal
revolucionario, la familia Castro y sus allegados han mantenido el control
absoluto del gobierno cubano. Después de varias décadas gobernada por Fidel
Castro, en un aparente cambio de mando, se queda en el poder su hermano Raúl
Castro, y un gabinete con pocos cambios o espacio real para una nueva
generación, provocando con ello un tapón generacional de grandes hombres y
mujeres que solo dejarán sus nombres inscritos en sus expedientes personales
(actas de nacimiento, datos escolares, entre otros).
De Haití ni hablar, un país secuestrado por
familias que han cuasi gobernado este pedacito de tierra, que después de ser
ejemplo de un carácter forjador de independencia, lucha y sacrificio por su
soberanía, es un país hoy ingobernable. Un país donde impera el caos, la
inseguridad, junto a una gran pobreza, donde en pleno inicio del siglo XXI no
han podido lograr realizar unas elecciones ordenadas. Mientras, Puerto Rico,
colonizada por España, fracasa en su intento de independencia con el Grito de
Lares el 23 de septiembre de 1868. Este mismo grito de soberanía, sigue
latiendo en el corazón de quienes anhelan ver una patria libre de todo yugo
extranjero, que se ha perpetuado desde 1493 hasta el presente, encadenando ese récord
histórico de ser la única colonia del Caribe, sin un estatus político
verdaderamente definido. Este grito se extiende en toda la esfera de la
sociedad puertorriqueña, en busca de más que una definición territorial, un
rompimiento del bipartidismo que desde 1952, hasta la fecha han sido los causantes
de los aciertos y desaciertos de ambas administraciones políticas: el Partido
Popular Democrático (PPD) y el Partido Nuevo Progresista (PNP); ambos partidos,
han aportado significativamente al tapón generacional en la Isla del Encanto.
Usando el modelo bipartita, se puede apreciar que
su liderato se ha mantenido muy poco variable, alcaldes, representantes y
senadores que han permanecido durante décadas, y no necesariamente por una sana
administración, han hecho posible que el debate en la casa de las leyes junto a
los gobiernos locales, sean estériles para la sociedad, pero productivos para
la firma de familia de su colectividad, aunque se le llame partido político. Esta
estructura de gobierno contribuye al tapón generacional porque no se le da
valor al mérito, si no a los que comúnmente se les llama “batatas políticas”, (con
el permiso de la batata que es un producto muy nutritivo). Otro término
utilizado en esta esfera son los llamados “atornillados”; personas que no
cumplen con los requisitos mínimos, pero le diseñan un puesto a su medida. La
influencia, recomendaciones, favores, son la orden de cada cuatrienio logrando
crear un gigante gubernamental, que ha enfrascado a Puerto Rico en una profunda
crisis. La degradación profesional a la que son sometidos miles de trabajadores,
etiquetados por el color de su partido y no por sus capacidades. ¿Pero dónde
quedan los que no llegan al poder? El caso de los talentos nacionales que no se
les da participación genuina en sus respectivas áreas por su forma de pensar. Ese
es el caso de los Independentistas. El Partido Independentista Puertorriqueño,
que en su momento llegó a ser la segunda fuerza política del país, pero al
pasar del tiempo también quedó rezagado por dos factores fundamentales, según
mi apreciación. Una, la persecución política y la otra, el inmovilismo de sus líderes
en las estructuras de poder. Hombres y mujeres muy capacitados, pero poco
valorados, vistos con poca o ninguna posibilidad de llegar al poder. Un
liderato con buen discurso, pero consumido por el desgaste político.
Otro problema fundamental que impacta negativamente
y contribuye al tapón generacional, es el denominado premio de consuelo. La práctica
negativa de acomodar a los funcionarios salientes en puestos de confianza o
como asesores. Se puede presentar el caso de alcaldes que han perdido en sus
municipios y luego son contratados con jugosos salarios como asesores de dos y
tres gobiernos municipales. A esto se suma el tiempo sin definir que debe o
puede tener un alcalde, en algunos de los casos pasan del tercer término, como
son:
- Sol Luis
Fontanes Olivo del municipio de Barcelona – 27 años, arrestado por corrupción.
- Carlos Meléndez
Martínez, municipio de Aguadilla 16 años.
- Francisco López
municipio de Barranquitas 16 años.
- La familia
Rivera en Bayamón con más de 36 años en el poder. (Padre e hijo)
- La familia
Miranda en Caguas más de 16 años en el poder. (Padre e hijo)
- Familia Soto
en Canóvanas más de 20 años (Padre e hija, posible sustituto otro hijo).
- La familia
Aponte en Carolina gobiernan desde el 1984 al presente (Padre e hijo)
- Ángel Malavé
en Cidra más de 20 años.
- Carlito López
en Dorado más de 25 años.
- Aníbal
Meléndez en Fajardo más de 25 años en el poder.
- Héctor
O’Neill en Guaynabo con más de 25 años en el poder.
- Juan Aubín
Cruz Manzano con más 36 años en el poder (es el de mayor tiempo en la historia
de Puerto Rico, al finalizar este cuatrienio 2012-2016 cumpliría 40 años en el
poder).
- José
Guillermo Rodríguez en Mayagüez, con más de 20 años en el poder.
No obstante, lo peor del caso en la mayoría de
estos gobiernos locales, es la imposición por dedos de quien sustituirá a cada
alcalde dentro de las filas de sus partidos. Provocando en muchas ocasiones
enfrentamientos internos en las diferentes colectividades. Como agravante que
permite una desigualdad social y al tiempo un tapón generacional, es la colocación
de los hijos, familiares y allegados en puestos y lugares claves dentro del
gobierno. El reciclaje de puestos, creación de nuevas plazas junto a la
degradación de buenos profesionales, son la orden del día en esta maquinaria
partidista. Para salvarse, el ciudadano común debe aspirar a puestos donde sean
especializados, donde el proceso se hace un poco menos viciado, puesto que se
requiere de ciertas licencias o destrezas que van más allá del esfuerzo de la “ley
del atornillamiento”. Estas prácticas continuas llevan a la sociedad productiva
al inmovilismo social, por ende, obstaculizan el desarrollo de las nuevas descendencias,
provocando un tapón generacional.
Mientras tanto, en República Dominicana, cuna de la
civilización de América. La Española, como se denominaba la isla, tuvo como
baluarte la primera universidad del Nuevo Mundo, la Universidad Santo Tomás de
Aquino, hoy Universidad Autónoma de Santo Domingo. Un país marcado en la
historia por sus constantes golpes de estado, con sus grandes figuras
autoritarias como Rafael Leónidas Trujillo, que gobernó la sociedad dominicana
por más de 30 años. Luego, el Doctor Joaquín Balaguer, que gobernó por 24 años.
Su poder era tal, que su palabra fue de gran peso para establecer en el poder
al gobierno del Partido de Liberación Dominicana (PLD) en el período de 1996-2000,
llevando como presidente al doctor Leonel Fernández Reyna y al Partido
Revolucionario Dominicano (PRD) en el período de 2000 al 2004, con Hipólito Mejía
como primer ejecutivo de la nación dominicana. En ambos casos, el inmovilismo
social fue latente; llegaron al poder las viejas figuras que fueron
cuestionados en el pasado por haber formado parte del gobierno de Trujillo y
Balaguer, gobiernos que mancharon con sangre la historia dominicana, donde en
el más cruel de los asesinos está la corrupción junto a la muerte física de los
jóvenes intelectuales de la época.
Al presente, la República Dominicana tiene una deuda
histórica, moral y patriótica con los casos inconclusos de las muertes y desaparición
de Orlando Martínez y el profesor Narciso González. Estos son dos ejemplos de
cómo el estado silenció una voz generacional. En el tren gubernamental, se
puede apreciar en un análisis sencillo, que el tren administrativo parece ser
elaborado y diseñado para un sector de la sociedad dominicana. Este grupo
social o de familia, cada cuatro años, corren todos los puestos de la
administración del estado. Se colocan en puestos a personas que no tienen la
mínima preparación para ejercer esa función. Otros de los casos son los famosos
asesores, que algunos son hijos de funcionarios que están estudiando una
carrera y son designados como asesores, dejando fuera a aquellos que están
preparados. Otro problema que lleva consigo el tapón generacional, es la lista
de los asesores de asesores que terminan no asesorando a nadie, pero no dan
movilidad social. Justo en el ámbito político, la Constitución Dominicana se ha
modificado 39 veces, en su gran mayoría para tratar el caso de la reelección
dominicana.
Es en el 2015 con la última modificación, que se pone
de manifiesto el gran interés individual por encima del interés colectivo. Se
obligó a hacer un pacto para modificar la Constitución Dominicana, en términos
de reelección presidencial, que constituía en que, si se lograba aprobar esto,
los senadores y diputados vigentes continuarían siendo los candidatos a
reelegirse. Esto provocó que cientos de jóvenes no participaran libremente de
un proceso democrático y protegido por “la Constitución” el derecho de elegir y
ser elegido. Lo que trajo como resultado que se quedaran más del 90 por ciento
en el caso del senado y sobre el 60 por ciento en la cámara de diputados los
mismos funcionarios. Teniendo como consecuencia un tapón generacional en la
casa de las leyes dominicana.
En términos generales, se impone el clientelismo político,
abultando la nómina del estado de manera criminal, cuando se designan salarios
a los activistas políticos sin hacer ninguna labor productiva al país, estas
son las denominadas “botellas”. “Botella”, es un término utilizado para
diferenciar el empleado público que recibe un salario por su trabajo, del
empleado público que no trabaja, no tiene funciones asignadas y solo se reporta
a una oficina llamada banco para cobrar su salario. En ese orden, la República
Dominicana exhibe una aparente apertura de los partidos políticos que forman
una estructura de poder para negociar posiciones y beneficios particulares, en
perjuicio del pueblo. Cuando se analiza la composición organizativa y directiva
de los partidos, se puede observar que su liderato se mantiene intacto al pasar
los años. Un elemento adicional, es lo que ocurre en el congreso, las
principales medidas son discutidas en lo interno de los comités políticos y
luego le bajan la línea a seguir a los congresistas para legitimar o hacer una
aparente democracia representativa. En este caso, es imposible que surjan
nuevas iniciativas, todo llega impuesto, y el que se opone paga un alto precio
dentro de la colectividad, (en Puerto Rico el caso de los auténticos, cuando 5
senadores se opusieron a llevar a la presidencia del senado al ex gobernador Dr.
Pedro Rosselló, los cincos legisladores que se opusieron pagaron el precio
político de no ser favorecidos por su partido).
En estos momentos no estamos tan lejos de imitar a
nuestra madre patria en su tiempo de colonización, la realeza se mantenía
intacta, con una poca movilidad social, lo que ha desencadenando en el
presente, la llamada “generación perdida”; se estima que el 62% de los jóvenes
españoles hasta los 24 años, buscan su primer empleo. También en estos países
caribeños antes mencionados, tenemos una generación perdida y lo peor del caso,
es que ese legado lo seguimos extendiendo a las próximas generaciones. Claro
está, a diferencia de España que tiene más de un millón de jóvenes sin empleo,
en República Dominicana el desempleo en la juventud sobrepasa el 30%, según el
informe del 2013 de la organización Mundial del Trabajo, cuya cifra aumentó
considerablemente en el 2016. En caso de Cuba, solo esperan tener una ruta de
escape, como lo hacen los deportistas, mientras que los puertorriqueños emigran
a los Estados Unidos, provocando una fuga de profesionales e incrementando en
la Isla un tapón generacional.
Finalizo expresando el grito desesperado de una
joven que se encuentra atrapada en una sociedad que no le ha dado paso al
desarrollo personal y que justamente fue mi inspiración para escribir sobre el
tapón generacional. Esta joven publicó en su cuenta de Facebook, el siguiente
comentario:
“Hoy es un día de esos que me pregunto para que me sirvió graduarme con
dos bachilleratos, lo tengo de lujo. Sobre cualificada para algunos, sin
experiencia para otros, sin la pala adecuada para otros. Siii, sé que al menos
tengo trabajo (gracias a Dios), pero solo los que están en este turno me
entienden, soy humana y me angustio. Esta brutalll! Uno estudia para ejercer
una posición acorde, no para intentar sobrevivir a 2 horas de viaje a 7.25/h y
rompiendo noches que es sobre vivir triple. Rompí noche estudiando, fui atleta
para poder lograrlo, sufrí y sudé esos estudios y un día como hoy estoy
tratando de llegar despierta a las 6am” SIC. Nombre de autora protegido.
Es necesario y urgente que se rompa con este ciclo
destructor generacional, estableciendo nuevos parámetros para la generación de
empleos de calidad a una generación que solo espera el momento de ejercer su
profesión, una generación que ayer era el futuro. Debemos abrir el espacio a
una generación deseosa de aportar en su sociedad, creando empleos donde se evalué
las credenciales y no los amiguismos. Creando empresas que den paso al
desarrollo personal, evitando los males que llevan al tapón generacional, tales
como la poca movilidad social, fuga de talentos, servicios deficientes y
empleados altamente desmotivados, ansiosos, violentos y frustrados. En el ámbito
político e instituciones sociales de interés público, se deben limitar los términos
directivos, evitando de esa forma un vicio de continuismo, corrupción y
limitación de nuevas ideas. Es necesario la alternabilidad en todas las gestiones
que emprende el ser humano. Nos corresponde a todos romper con este ciclo de un
tapón generacional.