"La insurrección del whiskey en Pensylvania, imagen en el libro Our first century de R. M. Devens (Springfield, Mass, 1882)" |
El 27 de julio de 1791, a los dos años y cuatro meses de haber comenzado la presidencia de George Washington, un grupo de ciudadanos se reunió en las facilidades del antiguo fuerte Piedra Roja en el condado de Fayette en Pensilvania para organizar las acciones a tomar en cuanto a la ley federal que le impuso un impuesto a las bebidas alcohólicas. Los protestantes a esta política argumentaban que la guerra de independencia se había luchado, entre varias cosas, por las imposiciones financieras que el gobernante continuamente establecía.
A partir de ese momento se realizaron una serie de protestas pacíficas que no dieron el resultado esperado más allá de la reducción de un centavo en el impuesto. De manera inicial, el arbitrio según la categoría de producción era de 6 a 9 centavos por galón, favoreciendo a las grandes destilerías. Las autoridades federales fueron agresivas, especialmente con los pequeños productores quienes tenía que pagar las cuotas más altas, ya que su volumen tendía a dejar menos ganancia.
Dado a que la resistencia pacífica no dio frutos, los protestantes comenzaron a atacar a los encargados de la recolección de impuestos. El resultado fue que entre 1791 y 1793, en muchos de los condados de Pensilvania no se cobró el gravamen. Alexander Hamilton propuso una intervención militar para acabar con las protestas y restablecer el pago de impuestos, sin embargo, desde la procuraduría general federal se opusieron a esta medida.
En Pensilvania al conocerse las intenciones de Hamilton se comenzó a organizar una milicia que estuvo dispuesta a luchar en contra de la imposición federal. Los primeros ataques fueron dirigidos hacia los recolectores de impuestos, quienes eran golpeados y expulsados de distintos condados. Luego, los principales empresarios de la producción de alcohol, quienes apoyaban la medida del gobierno ya que al final acapararían con la competencia de los pequeños productores, también fueron atacados.
Las tensiones continuaron, el gobierno federal ya no tuvo dudas de intervenir militarmente. El 15 y 16 de julio de 1794 se dio un enfrentamiento que fue llamado la batalla de Bower Hill (Pensilvania) entre 600 protestantes que trataron de capturar a un alguacil federal que se refugió en la residencia del general John Neville, líder de los empresarios productores de alcohol, y quien respondió con la ayuda de fuerzas federales (alguaciles y tropas) y su personal de seguridad, incluyendo a sus esclavos. En la batalla murió uno de los líderes insurrectos, dos protestantes y un soldado federal.
Para agosto, a las filas de los protestantes se le habían unido unas 7,000 personas que se encontraban incómodos con la desigualdad social en que estaban viviendo. En su mayoría eran personas que no tenían hogares o tierras propias. El presidente Washington reacción enviando a un equipo de negociadores, a la vez que preparó una respuesta militar a la situación. Se convocaron a las milicias de varios estados. En total, se federalizaron 13,000 tropas. En Maryland hubo una protesta en contra de de movilizar soldados locales y el gobierno terminó arrestando a sobre 150 personas. En otros lugares de Pensilvania hubo enfrentamientos entre tropas y civiles, los cuales terminaron con la muerte de al menos 4 ciudadanos y el arresto de 2 militares que se excedieron en el uso de la fuerza.
El presidente Washington dirigió a las tropas convocadas en una muestra de poder militar dirigido a desalentar a los insurrectos. Esto tuvo su efecto, ya que según las fuerzas militares avanzaron los focos de protesta se fueron apagando. Muchos de los insurrectos fueron arrestados, aunque solo a diez de ellos se les enjuició en las cortes federales. Al menos dos fueron ahorcados por sedición.
Para más detalles, recomendamos las siguientes lecturas:
Carol Berkin, A Sovereign People: The Crises of the 1790s and the Birth of American Nationalism, New York, Basic Books, 2017.
Robert W. Coakley, The Role of Federal Military Forces in Domestic Disorders: 1789-1878, Washington, Centro de Estudios Militares, 1996.
Thomas P. Slaughter, The Whiskey Rebellion: Frontier Epilogue to the American Revolution, New York: Oxford University Press, 1986.