jueves, 22 de diciembre de 2022

Invitación a un Réquiem doloroso para una patria atolondrada

Invitación a un Réquiem doloroso para una patria atolondrada
Félix M. Cruz Jusino

Los puertorriqueños vivimos enamorados de nuestro país. Reconocemos los problemas que nos aquejan, concienciamos las limitaciones que nos imponen el coloniaje, aun así, defendemos nuestro derecho a existir como nación.

Réquiem doloroso para una patria atolondrada es un canto de libertad. Un llamado a valorar la Patria y a enfrentar valerosamente las problemáticas que nos aquejan.

Es mi percepción esperanzadora de que a pesar de aquellos que se avergüenzan de nuestro acervo y nuestra nacionalidad, se está gestando una nueva generación de guerreros dispuestos a irse de guasábara para defender el guanín que todo boricua lleva grabado en su alma.

Somos y seremos puertorriqueños. Ese es nuestro derecho y lo único que es verdaderamente nuestro. En el grado en que nos sintamos orgullosos de ser puertorriqueños, nos liberaremos de los males sociales que nos aquejan, que no son otra cosa que reflejo de la mediocridad hedonista y consumista en que nos han sumergido aquellos esbirros que manipulan el país para los amos del norte.

La igualdad libertaria es la única senda que nos queda por recorrer. La Patria se sacude del yugo de la mentira y se apresta a vestir su monoestrellada para gloria y honra de sus hijos. Estamos en la recta final. Ahora todo depende de lo que decidamos hacer los puertorriqueños para concluir el servilismo colonial.

Te convido a degustar de una poesía comprometida con la Patria, la libertad y el cambio social. ¡Te invito a ser libre! ¿Te atreves?

 

lunes, 12 de diciembre de 2022

La cultura y el ICP en sus 65º aniversario

La cultura y el ICP en sus 65º aniversario
Pablo L. Crespo Vargas

Nota editorial: Artículo publicado el 20 de junio de 2020 en El Post Antillano.

Interior del antiguo Asilo de Beneficencia, Sede del ICP en la actualidad. Foto del 12 de diciembre de 2022. 

El 20 de junio de 2020, el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) celebró su aniversario 65 en medio de una pandemia que nos ha trastocado a todos y que ha cambiado la manera en que esta institución promueve la cultura puertorriqueña.

El ICP fue establecido por la Asamblea Legislativa de Puerto Rico en verano de 1955. La iniciativa del proyecto, que facultaba la creación de una institución dedicada a la cultura, provino desde la oficina del entonces gobernador Luis Muñoz Marín. En la Legislatura fue radicado por el licenciado Ernesto Ramos Antonini y uno de sus mayores defensores fue el representante Jorge Font Saldaña.

Las razones que se presentaron a favor de esta medida argüían la necesidad de contrarrestar mediante un mecanismo institucionalizado las ideas propagandistas en contra de la cultura puertorriqueña y dedicadas a promulgar que los símbolos y las costumbres autóctonas eran de menor grado, de poca importancia o que no tenían valor alguno. Para los que apoyaban la imposición de una representación cultura norteamericana, ya que supuestamente figuraba progreso, la idiosincrasia puertorriqueña era vista como un asunto arcaico que debía ser erradicado. Este tipo de mentalidad, en algunos individuos, era producto de una sociedad invadida que menospreciaba sus valores y que exaltaba cualquier representación extranjera por encima de la suya. Hoy día, aún existen voces que desearían erradicar las expresiones que nos representan como pueblo; sin embargo, esto lo que demuestra es la falta de entendimiento de cómo se desarrolla la cultura.  

La cultura, como ente vivo, es uno cambiante, diverso e interactivo. Su manifestación es multifacética y se nutre de muchos elementos, tanto internos como externos. La cultura puede ser vista como la producción colectiva de una sociedad que crea símbolos con significados específicos que son transmitidos a través del tiempo. El apreciar una cultura superior a otra, al igual que creer que grupos étnicos o raciales pueden diferenciarse entre superiores e inferiores son indicativos de una mentalidad retrógrada y promovida por mentalidades prejuiciadas que no aportan positivamente y que aún descansan sus ideas de superioridad en pensamientos dirigidos, en su momento histórico, por grupos de poder que justificaba de ese modo sus procesos de conquista y colonización.

La cultura debe ser vista como un elemento unificador de un pueblo que se identifica así mismo ante las vicisitudes que enfrenta a diario para crear en un proceso evolutivo una manera de vida.

El Instituto de Cultura Puertorriqueña, como institución, también ha evolucionado, llevando la promoción cultural a facetas no imaginadas al momento de su fundación y promoviendo nuestro acervo cultural con una diversidad de programas de suma importancia como son Apoyo a las Artes, el Archivo General, Arqueología, Artes Escénicos y Musical, Artes Plásticas y Colecciones, Artes Populares, Biblioteca Nacional, Editorial, Museos y Parques, Patrimonio Edificado, Archivo Virtual, Campechada, entre otros. En la actualidad, el uso de la tecnología y las limitaciones dadas por el Covid-19 y las limitaciones presupuestarias llevan a esta institución a reinventarse y a desarrollar nuevas formas de realizar su misión.

La misión fundamental del Instituto de Cultura Puertorriqueña es investigar, conservar, promover y divulgar la cultura puertorriqueña; cultura, como ya mencioné, que es diversa y compleja. A esto se suma un enfoque dirigido a preservar y exponer, tanto a nivel local como internacional, los talentos culturales, exportando y presentando lo que ofrece Puerto Rico al mundo.

Por último, debemos tener presentes que la cultura es fundamental en el proceso del desarrollo social y económico tan necesario en estos momentos de crisis. Como muy bien se ha reconocido, nuestro patrimonio cultural es uno amplio, dinámico y esperanzador. Y el Instituto de Cultura Puertorriqueña tiene la encomienda de promoverlo como herramienta fundamental de nuestro desarrollo como pueblo.