lunes, 17 de abril de 2023

Archipiélago Histórico: La historia de todos

Archipiélago Histórico: La historia de todos
Ramón González-Arango López

La producción académica en el campo de la historia en Puerto Rico, contrario a lo que muchos puedan pensar, es significativa y cuantiosa. ¿Pero ésta llega al público general? 

El impacto de la producción académica en cualquier país es determinado por su consumo en la sociedad. Dicho de otra manera, la producción intelectual, particularmente en el campo de las ciencias sociales, es de gran impacto en la medida en que llegue a la población general. ¿Cuánto acceso tiene la sociedad a los descubrimientos y nuevos conocimientos que producen sus centros intelectuales? ¿Y cuánto se beneficia la gente de este conocimiento? He ahí la pregunta de los “mil chavitos”.

La historia nacional debe ser conocida, discutida, y compartida. Lamentablemente eso no sucede mucho. Vivimos en un país en donde la historia como disciplina o área del saber es estrictamente relacionada con la memorización de fechas y eventos carentes de contexto. ¿Quién no ha escuchado el comentario de que la historia es sólo memorizar fechas y nombres?

Pero esta simplificación de lo que la historia como disciplina hace es extremadamente peligrosa para un país; sobre todo cuando este país, que viene siendo Puerto Rico, continúa cometiendo los mismos errores con el paso de los siglos. Precisamente, quien no conoce su historia está condenado a repetirla. O, dicho de otra manera, un pueblo que no conoce su historia está condenado al estancamiento. ¿Y hay quien diga que Puerto Rico no está estancado? Ni los más optimista lo verían así. Es más, se podría decir que lleva estancado varios siglos.

Desde mis primeros años en la Universidad de Puerto Rico, Recinto Universitario de Mayagüez, me topé con un problema nefasto: el elitismo, la no-apertura, y la falta de iniciativa en lo que a difusión extraacadémica se refiere. La educación debe estar disponible para todos y todas independientemente de su nivel económico y social, por las razones expuestas anteriormente.

Cuando yo hablo de educación no hablo de los 12-13 años que se pasan en un plantel escolar. Tampoco hablo de bachilleratos, ni maestrías, ni doctorados. Cuando yo hablo de educación hablo de un proceso específico en donde el aprendizaje realmente ocurre. Porque ir a la escuela, incluso a una universidad, no garantiza una educación ni un aprendizaje. Sacar buenas notas no es sinónimo de aprendizaje. Usted se puede esmerar, leer, escribir, escuchar clases o conferencias, pero si no retiene ni le saca utilidad a lo “aprendido”, ¿realmente aprendió? No. Pero eso ya es otro cantar…

La historia como disciplina sí habla de tiempo, de fechas y de eventos, más ese no es el enfoque intrínseco. La utilidad del conocimiento histórico reside principalmente en cómo incide en una buena toma de decisiones colectivas. Si tomamos una decisión como país que hace 50 años tuvo efectos negativos, ¿por qué tomamos una decisión similar 50 años después? ¿Por qué nos encaminamos a algo que en el pasado no funcionó?

Es por estas razones que creé un podcast sobre historia y cultura del Caribe y Latinoamérica llamado Archipiélago Histórico. Traigo expertos y personas de interés a conversar de forma amena y natural, sin mucho tecnicismo. Me desligo de la prepotencia preponderante y el elitismo que plaga estos temas. Archipiélago Histórico es un proyecto de difusión pensado para democratizar la historia y hacerla accesible a todo el mundo, independientemente de niveles educativos.

A todo el mundo le interesa la historia, es cuestión de cómo se pinta, de cómo se perfila. Si bien hay mucha apatía al aprendizaje en general, en particular al aprendizaje de la historia, no es raro ver gente acalorarse por debates, por ejemplo, en torno al punto de desembarco de Cristóbal Colón. El tema indígena también provoca mucha discusión, debate y controversia. El tema racial, relacionado a su temporalidad, también ha dado mucho de qué hablar recientemente. ¿No son estos temas históricos? ¿No son éstos temas que al menos se pueden abordar desde una perspectiva histórica? La historia y su conocimiento son muy importantes para una sociedad. Pero no es sólo aprender las fechas y los eventos, es entender los contextos y la relevancia de éstos para nuestro progreso colectivo.

¡Acompáñame en conversación con expertos/as todos los jueves! ¡Aprende de una forma divertida y amena! Archipiélago Histórico está disponible en todas las plataformas de podcasts y en YouTube.

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jueves, 6 de abril de 2023

El Caño Martín Peña: al rescate de una historia

El Caño Martín Peña: al rescate de una historia
Pablo L. Crespo Vargas

El martes, 26 de enero de 2021, la Facultad de Estudios Humanísticos de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, Recinto Metro, realizó la presentación del libro Escuchen nuestras voces. Historia del Caño Martín Peña contada por sus pobladores. Tuve el privilegio de realizar unos comentarios sobre la obra que comparto de manera escrita. 

La obra es una edición del Dr. Pedro A. González Vélez y es parte de una alianza entre la Universidad Interamericana y el Proyecto Enlace del Caño Martín Peña dirigido por Mario Núñez Mercado. La iniciativa tuvo varias peculiaridades que son importante mencionar. Primero, esta narrativa histórica es el producto del trabajo investigativo de los estudiantes del Dr. González, específicamente los del curso de Historia Oral. Dentro de la metodología utilizada, los estudiantes desarrollaron una serie de preguntas que abarcaron cuatro áreas de estudio: población, economía, sociedad y salud. El proyecto se realizó a través de cuatro periodos académicos durante los años 2006-2008. Básicamente, cada área tuvo un curso específico. Esto le daba un mayor sentido de profundidad al análisis desarrollado por el grupo. Cada estudiante tuvo la tarea de entrevistar a una persona. En total, unos 55 individuos tuvieron la oportunidad de narrar sus experiencias y vivencias. 

Segundo, la investigación presenta la historia de una comunidad que para muchos estaba invisibilizada. Como pasa con frecuencia en este país, existen sectores poblacionales que por diversidad de razones son olvidados por la historia oficial y que, a su vez, son relegados a un segundo plano por la inmensa mayoría del público general. 

Tercero, se le está dando voz a una población que fue marginada y relegada al olvido. Una de las dificultades mencionadas en la obra fue, y cito: “Las fuentes documentales tradicionales contenían escasa información sobre el tema”. En otras palabras, si este proyecto no se realizaba la historia de esta comunidad quedaba en el olvido.

Cuarto, el proyecto fue un laboratorio para el desarrollo de un grupo de estudiantes de historia y ejemplo a seguir por otros profesores en el proceso formativo académico. El curso y la publicación de los resultados demuestran que el estudio de la historia es mucho más que una interacción pasiva entre el investigador y una fuente primaria. En este caso, las fuentes primarias fueron 55 ciudadanos que vivieron el día a día en la zona del Caño Martín Peña. El acervo, el conocimiento y la experiencia de estos individuos difícilmente se encuentran en un documento oficial. Las vivencias de estas personas representan en esencia el mayor acercamiento que un historiador puede tener de la historia de una comunidad. Claro, la historia oral conlleva una metodología y un proceso de revisión y confirmación, todo esto muy bien explicado en el libro.

La obra comienza con una síntesis donde se presenta el trasfondo histórico y ecológico de la zona. Es bien importante denotar cómo los factores ecológicos en combinación con las necesidades humanas influyeron en el desarrollo de la comunidad. El primer capítulo analiza el poblamiento del caño, cómo eran sus viviendas, cuál fue el proceso dirigido a dominar a la naturaleza. Se presentan los diversos problemas que los pobladores enfrentaron. No solamente era el aspecto geográfico, también vemos el humano, entre ellos la marginación, el discrimen. Ya desde este capítulo podemos ir apreciando una historia llena de contrastes y de prejuicios en contra de una comunidad, la historia que el oficialismo busca borrar.

El segundo capítulo presenta la infraestructura: agua potable, energía eléctrica, la alimentación y la vida en comunidad. Las vivencias eran diversas en tiempos de tormenta, en la crianza de animales, entre otros aspectos. Los contratiempos movieron a los pobladores a trabajar en cooperación, esto en parte garantizó la continuidad, la sobrevivencia.

El tercer capítulo toca el aspecto económico, el comercio y las fuentes de ingreso. Definitivamente, el puertorriqueño es ingenioso; como decían los abuelos: “donde come uno comen dos y si comen dos pueden comer tres”, y así, sucesivamente.

El cuarto capítulo es sobre las diversiones. Estas estaban atemperadas al espacio disponible, que no era mucho. Los niños disfrutaban de juegos como la peregrina, el jack, la cuica y la pelota. Construían carritos de lata y de desechos metálicos, así mismo, yolas u otras pequeñas embarcaciones, y les gustaba pescar. Según crecían se inclinaban por la música y el baile, al punto que se creaban conjuntos musicales. De hecho, sobre historia de la música hay tela para cortar. También visitaban el cine, para ello tenían que salir hacia Barrio Obrero y a la Ponce de León. En cuanto a los deportes, el boxeo y el beisbol fueron los principales.

El quinto capítulo trabaja la vida diaria: lo cotidiano. Aspectos como la educación, la salud, los medios de transportación y el trabajo son abordados. También se comenta sobre el origen del nombre de varias de las comunidades: Israel, San Ciprián, Parada 27, Las Monjas y La Marina.

El sexto capítulo presenta los problemas sociales de la comunidad. El alcoholismo, la adicción a los juegos de azar, las guerras entre pandillas son algunas de estas situaciones. Otras dos actividades que están incluidas en este apartado son los prestamistas y la prostitución. El séptimo capítulo nos habla sobre el problema del daño ambiental y su efecto en la comunidad.

La obra tiene una gran cantidad de imágenes que ayudan al lector a comprender el texto, una bibliografía que incluye referencias en internet y las fotos de 26 de los entrevistados.

En conclusión, parte de la historia de Puerto Rico está forjada por los hombres y mujeres que vivieron y viven en el Caño, pero no es una historia general, la que no tiene rostros, sino es la historia vivida, trabajada y sudada; con los protagonistas que la narraron y que gracias a ellos hoy la tenemos plasmada en esta obra. 

Referencia y créditos de la obra:

González Vélez, Pedro A. (ed.). Escuchen nuestras voces. Historia del Caño Martín Peña contada por sus pobladores. San Juan: Universidad Interamericana de Puerto Rico, Recinto Metropolitano, 2019.

Diseño de portada: Vanessa Méndez Gallardo
Gestión para diseño de arte y publicación: Zulma Ayes y Pedro Rabel Pérez
Editor e investigador histórico: Pedro A. González Vélez Ph.D.
Edición de estilo y corrección, Zulma Ayes Ph.D.
Compilación, anotaciones y correcciones (2016):
Javier Laureano Pérez, Ph.D. y Ruth Margarita García Pantaleón, Ph.D.
Diagramación: Biblio Services

Recurso fílmico: Coloqueo: Historia del Caño Martín Peña contada por sus pobladores (9 de febrero de 2021)

Escrito original publicado en El Post Antillano el 30 de enero de 2021. Enlace