Lajas, gestando cultura por senderos históricos
Autor: Pablo L. Crespo Vargas
Ponencia efectuada en la Plaza Artesanal del pueblo de Lajas para la
presentación del libro: Lajas, desde los
amerindios hasta el siglo XIX: Historia, sociedad y cultura de un pueblo, 12
de abril de 2014.
El territorio que hoy día conocemos como Lajas es uno lleno de
vivencias históricas, culturales y sociales que, aunque en un momento dejadas
al olvido, hoy son presentadas ante ustedes como muestra de la grandiosidad de
nuestra tierra y su gente. En ocasiones buscamos con desespero una narrativa
épica que nos describa, deseando una Iliada o una Odisea para mayor orgullo
propio. No obstante, esto nos lleva a obviar, que al igual que los antiguos
griegos, nosotros tuvimos que forjar nuestro destino en la interacción con
nuestro medio ambiente: uno lleno de costas, mangles, una laguna, que nombramos
Cartagena, una Sierra Bermeja, que es la región más antigua de Puerto Rico con
sobre 200 millones de años, nuestra colindancia con las Lomas de Santa Marta y
un valle inmenso, que es la esperanza alimenticia de nuestra sociedad para un
futuro cercano; no debemos olvidar que dentro de ese medio ambiente también
aplica la interacción entre los distintos grupos poblacionales que por sus
características se distinguen.
Nuestra historia no es solamente la de un pueblo en su macro, sino que
debemos observar como la aportación de todos esos individuos, una gran mayoría
de ellos de manera anónima, fueron creando las condiciones idóneas para la
formación del lajeño contemporáneo. Es por ello que promovemos el estudio de la
genealogía, la historia de nuestras familias y su desarrollo evolutivo a través
del tiempo.
Nos podemos preguntar: ¿Qué ventajas trae esto? El enorgullecernos de
nuestras raíces por medio del conocimiento que adquirimos al estudiar nuestra
historia, familiar o regional, nos ayudará a comprender quienes somos y hacia
dónde vamos. En otras palabras, estamos fortaleciendo nuestra autoestima como
individuos y como pueblo.
Nuestra obra, la que hoy presentamos, no es la primera que se escribe
sobre Lajas. Ese honor lo tiene Mario F. Pagán con Historia de Lajas: 1883-1983, obra escrita para el centenario del
establecimiento del Municipio. Desde su publicación tuve contacto con ella, y
hasta podría decir que fue uno de las motivaciones que me llevaron a ser
historiador. Años después, en 1986, el que hoy día es nuestro maestro de
ceremonia, el Dr. José Luis Vargas, escribió un libro que suplementaba la
información ya presentada por Mario F. Pagán, esta nueva publicación fue titulada,
Lajas: Notas para su historia. A
estas dos obras debo incluir el folleto de Ángel “Gueo” Sepúlveda, que fue
impreso en el 2006 y que fue titulado: Breve
historia de Lajas.
Ahora bien, como lajeño orgulloso de sus raíces y con la espina de ser
historiador deseaba aportar mi grano de arena. En el 1996 fui parte de un curso
de español de la Dra. Lidia Padovani de Ortiz, en ese momento no supe que
nuestro amor por Lajas nos unirían como colaboradores. Ella ya tenía un estudio
elaborado sobre la fundación del pueblo y las familias que contribuyeron a este
proceso, presentado como tesis en el Centro de Estudios Avanzados para 1981.
Debo indicar que este era un trabajo digno de ser publicado. Lamentablemente no
ocurrió. Sin embargo, todas estas aportaciones me sirvieron de base y de guía
para comenzar un proceso de investigación sobre los aspectos no cubiertos con
anterioridad.
Los lajeños tenemos uno de los acervos culturales e históricos de mayor
importancia en el área suroeste: por ejemplo, la entrada dentro del
conocimiento histórico de nuestra raíz indígena, Lajas como centro taíno, que
quedó en el olvido porque los estudios arqueológicos fueron engavetados pero
que hoy salen a luz pública y en un futuro serán base para otra publicación. La
importancia de las diversas migraciones, entre ellas, los corsos y los canarios
que tanto enriquecieron nuestra formación, es otro tema que ha quedado en el
olvido y que rescatamos para orgullo lajeño. La aportación de lajeños en las
luchas de sublevación de San Germán contra el régimen colonial que dirigía la
Isla desde la ciudad de Puerto Rico, hoy día San Juan, esto en el siglo XVIII,
es otro tema no mencionado en la historiografía oficial. En el siglo XIX, Lajas fue
refugio y lugar de escape para dos de los grandes pensadores, abolicionistas y
separatistas puertorriqueños, Ramón Emeterio Betances y Segundo Ruiz Belvis. A
su vez, Lajas vivió en sangre propia el tiempo que hoy día conocemos como los
compontes o año terrible, donde los contrarios al gobierno colonial eran
perseguidos y atropellados por las autoridades de la forma más vil posible.
Finalizamos la obra, con otra innovación, un estudio que presenta a Lajas al
momento de la entrada de las fuerzas estadounidenses y el efecto que este
acontecimiento provocó. Primeramente, con un choque cultural y segundo, con la
oportunidad de presentar los productos locales en la Exposición Agrícola e
Industrial de Filadelfia en 1899.
Lo interesante en todo esto es que este proyecto es el inicio de un
proceso donde los lajeños se podrán reencontrar con su historia, una historia
que no es olvidada pero si subestimada, pero desde hoy todos la llevaremos
presente, será orgullo de nuestra identidad y cuando alguien pregunte de dónde
somos contestaremos con beneplácito que somos lajeños y a su vez los
invitaremos a que pasen por Lajas, porque Lajas es la Capital Cultural del Sur
Oeste de Puerto Rico. Gracias.