Rectificaciones
Históricas:
Sobre LAS BANDERAS de Cuba
y Puerto Rico[1]
Dedicado con gran aprecio al Lic. Antonio J. Molina.
Por
Dr. Armando J. Martí Carvajal
Profesor Adjunto
Departamento de Historia
Universidad
Interamericana de Puerto Rico
© 2016
I
El
24 de julio de 1952 la Asamblea Legislativa de Puerto Rico decretó cual sería
la bandera oficial del país:
Sección
1. –La bandera del estado Libre Asociado de Puerto Rico será la que
tradicionalmente se ha conocido hasta ahora como la bandera puertorriqueña y
que es rectangular, de cinco franjas horizontales alternadas, tres rojas y dos
blancas y junto al asta un triángulo equilátero azul con una estrella blanca de
cinco puntas. Este triángulo, por el lado vertical, abarca toda la anchura de
la bandera.[2]
Aunque
en la proclama no se establecía la tonalidad del azul del triángulo de la
bandera, en la foto de la ceremonia en el Capitolio claramente se puede
apreciar que el triángulo era azul oscuro. Ahora, en los últimos años, desde
1995 según Wikipedia,[3]
muchas personas y organizaciones han usado banderas donde el triángulo es azul
celeste. En múltiples conversaciones y declaraciones informales, porque no
hemos encontrado ningún trabajo formal, se alega que la bandera azul celeste es
la verdadera y que la versión de tono oscuro, que se ha estado usando desde
1952, es una alteración hecha, por una razón u otra, para que la bandera se
pareciese más a la de los Estados Unidos. A pesar de la informalidad de esta
reclamación, esta “historia” se ha propagado. Es imprescindible buscar cual es
la realidad.
La
respuesta, naturalmente, está en la Historia.
II
El origen de la bandera de Puerto Rico se da en los
últimos años del siglo XIX, en el contexto de la lucha para obtener la
independencia de España.
La
Memoria de los trabajos realizados por la
Sección Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano señaló que cuando comenzó
la Guerra de Independencia de Cuba en febrero de 1895, “no existía en los
Estados Unidos, ni en otro país alguno asociación ni organización política que
tuviese por objeto preparar la Revolución de Puerto Rico por su independencia”.[4]
Por lo tanto, el 22 de diciembre de 1895 en el Chimney Corner Hall
de Nueva York, luego de “celebrar reuniones preparatorias” y de reunirse con
Tomás Estrada Palma, dirigente del Partido Revolucionario Cubano, se celebró
una asamblea en que “quedó solemnemente constituida la Sección de Puerto Rico
del Partido Revolucionario Cubano”.[5]
Entre los cincuenta y tantos puertorriqueños que asistieron a la asamblea
estaban, Manuel Besosa, José Julio Henna, Juan de M. Terreforte, Roberto H.
Todd, Arturo A. Schomburg y Sotero Figueroa.[6]
Estos eligieron como presidente al doctor Henna y a Terreforte como
vice-presidente. El resto de la directiva quedó compuesta por Manuel Besosa y
Sotero Figueroa, vocales, Gumersindo Rivas, secretario de actas, y Gerardo
Forest, secretario de correspondencia. La asamblea eligió, en ausencia, como
Delegado General al doctor Ramón Emeterio Betances.[7] En adición, en las actas de la reunión aparece
que,
Terreforte, uno de los supervivientes del grito de Lares, presentó la nueva bandera que es de la misma forma que la cubana, con la diferencia de haber sido invertidos los colores: franjas blancas y triángulo azul en vez de rojo, con la misma estrella blanca solitaria en el centro.[8]
Este
hecho aparece mencionado nuevamente en la memoria que redactó Roberto H. Todd y
refrendó José Julio Henna al finalizar las funciones de la organización en 1898:
Acordosé además por la Asamblea adoptar como bandera de Puerto Rico el mismo pabellón cubano con los colores invertidos, esto es: listas blancas y rojas y el triángulo azul con la estrella solitaria blanca…[9]
Esto,
evidentemente, lleva a la otra controversia sobre la bandera, quién fue el
creador de la bandera.
III
La
discusión sobre el diseñador la bandera ha perdurado por años, resurgiendo
periódicamente. A través del tiempo la paternidad de la misma se le ha
atribuido a don Juan Terreforte, a don Manuel Besosa o don Antonio Vélez
Alvarado,[10] entre
otros.
En
la prensa se encuentran algunos escritos sobre el tema. En diciembre de 1995 el
Nuevo Herald de Miami, Florida,
publicó un artículo del reconocido historiador cubano Joaquín Freire en el cual
señaló que “el pabellón boricua… no tiene paternidad, y si la maternidad de una
mujer que se llamó doña Lola Rodríguez de Tió”.[11] La
realidad es que Freire no presentó evidencia histórica real para corroborar su
aseveración y reclamo.
En
el 2004 Claridad publicó el ensayo
“11 de junio: la creación de la bandera puertorriqueña” firmado por la
“Asociación Manatieña de Amigos de la Bandera”. De acuerdo al ensayo, la
bandera fue creada por Antonio Vélez Alvarado el 11 de junio de 1892. El mismo
plantea que debido a la “activa participación” de Vélez Alvarado en la
fundación del Partido Nacionalista y “en la lucha militante de Don Pedro Albizu
Campos durante los años 1930 y 1940”, se creó “una feroz campaña represiva
consistente en sembrar dudas en torno a su paternidad de la Bandera
Puertorriqueña”.[12]
La base del planteamiento de la Asociación fue “las recientes investigaciones…
realizadas por el arqueólogo e historiador puertorriqueño, el doctor Ovidio
Dávila”, por las cuales la autoría de Vélez “ha quedado historiográficamente
documentada y confirmada”.[13]
Al
año siguiente, 2005, Claridad publicó
un artículo que presentó una breve versión de la historia que anunciaba la
invitación de la Asociación Manatieña para la celebración de ese año.[14]
En el mismo número, Perla Franco escribió un reportaje sobre los planes de la
Asociación, donde, al igual que esta, señaló que Dávila había confirmado la
autoría de Vélez en una conferencia sobre Ramón Emeterio Betances en Cuba.[15]
Sin embargo, en diciembre de ese mismo año Claridad
publicó el ensayo de Luz Nereida Pérez “Bandera”. En este, Pérez llamó a Francisco
“Pachín” Marín “nuestro hombre bandera” y dijo que creó la bandera en 1895.[16]
En febrero del 2006 Claridad publicó
el ensayo “En honor a nuestra bandera” de Henrietta Orlando Surges el cual
afirmó que la bandera se creó en diciembre de 1895, pero explicó que hay varias
versiones sobre quien fue su creador, enfatizando a Marín y a Vélez Alvarado.[17]
Es
notable ver que Claridad ha publicado
artículos y ensayos sobre el origen de la bandera, indistintamente de la fecha
o creador que propongan. Claramente, ante esto, este periódico no puede
considerarse una fuente fiable para la investigación histórica.
En
el 2008, Jesús Omar Rivera, en su columna sobre curiosidades de Puerto Rico,
“El Boricuazo”, escribió sobre “la chispa que creó nuestra bandera”. Rivera repitió
la versión de que el creador fue Vélez Alvarado,[18]
aunque no mencionó cual fue su fuente.
Para
los muchos que consultan Wikipedia,
que no es una fuente académica, el artículo dedicado a Vélez Alvarado dice que
“according
to some accounts”, el
12 de junio de 1892 él tuvo una especie de ilusión óptica en la cual percibió
la bandera de Cuba con los colores invertidos. De acuerdo a esta historia, él
hizo un prototipo que le presentó a José Martí, quien, impresionado, escribió
sobre esto el 2 de julio en el periódico Patria.[19]
Al igual que los escritos de la Asociación Manatieña, la fuente de donde se tomaron los
datos fue la ponencia que Ovidio Dávila presentó en La Habana en el 2002.
De acuerdo a la ponencia de Dávila, en junio de 1892
don Antonio Vélez Alvarado sufrió una momentánea “ilusión óptica… como por un
‘raro daltonismo’, en la cual percibió que el triángulo rojo de la bandera
[cubana] se había tornado azul y rojas las franjas azules”.[20] Inspirado
por esta experiencia, Vélez creó un modelo de bandera para Puerto Rico. Unos
días después, de acuerdo a Dávila, Vélez Alvarado ofreció una cena para José
Martí a la que asistieron un número de patriotas y amigos, en la cual presentó la
nueva bandera. Martí, dice Dávila, le impartió su aprobación, y “poco después”
publicó en su periódico, Patria, “una
crónica en la que describía emotivamente” la velada.[21]
La historia, como la presenta Dávila, tiene una
bella mística romántica, pero sufre de varios problemas. Primero, las fuentes
para la misma fueron unos artículos publicados, muchos años después de los
hechos, en La Correspondencia (1927)
y en El Imparcial (1936), y el
testimonio de Frank J. Veve Carreras y de su madre Micaela Dalmau, hija de doña
Reparada Carrera Dalmau, anfitriona de la velada de 1892.[22] O
sea, que ninguna de estas es una fuente primaria. Ahora, aún más significativo
es que la relación que José Martí hizo de la velada que, según Dávila, confirma
la historia, y él copia, en ningún momento menciona bandera nueva ni, mucho
menos, felicita a Vélez Alvarado por la creación de esta. Veamos lo que
escribió Martí:
Ayer, hace unos cuantos días, nos daba de comer, bajo los dos pabellones, Antonio Vélez Alvarado. Vivimos unas cuantas horas, que ya es mucho decir en estos destierros. ¡Que canciones sentidas, las de Francisco Marín! ¡Que pelea de versos la de Soler y Sanavia! … ¡que juntarse, en aquellos cariños, la décima de Cuba, el aguinaldo puertorriqueño, la perica venezolana! Y para decirnos adiós la anciana de los setenta años, vestida de blanco y blancos los cabellos, se sentó al piano á tocarnos el himno del país, la danza compuesta por un español, la danza con que acaba una feliz comedia política de Sotero Figueroa: la Borinqueña.[23]
El escrito, que aparece en “En Casa”, la sección
social de Patria, narra la feliz
velada que organizó Vélez Alvarado, y la única referencia a banderas es que la
cena se realizó “bajo los dos pabellones”. O sea, que el salón estaba decorado
con dos banderas, pero en ningún momento Martí escribió nada de lo que Dávila
le atribuye. Más allá, en Patria, ni
en Martí: obras completas, aparece en
esa fecha, ni en días anteriores ni posteriores, mención alguna de estos hechos
según los presenta Dávila. Ciertamente Martí escribió en muchas ocasiones sobre
la bandera de Puerto Rico, como hizo el 23 de abril de 1892 y el 4 de junio de
1892, pero en estos casos se refería a la bandera de Lares,[24]
no a una nueva bandera.
Como
ya se vio, don Juan Terreforte fue quien presentó la bandera en 1895 en la
asamblea de Chimney
Corner Hall. Es probablemente esta la razón por
la cual algunos le atribuyen su creación. Ciertamente, los documentos de la
Sección Puerto Rico indican que la nueva bandera fue presentada por Terreforte,
pero eso no significa que fue su creador. La realidad es que las actas de la
asamblea no identifican al creador de la bandera.
En
mayo de 1923 Domingo Collazo escribió a Terreforte inquiriendo sobre esto:
Mí querido amigo:
No una vez, sino varias veces, leí en los periódicos de Puerto Rico versiones, a mi entender, equivocadas, acerca de la procedencia de la actual bandera de nuestra isla –la de los colores de la cubana invertidos con las franjas rojas y blancas y la estrella solitaria en el triángulo azul. Como tales versiones han aparecido siempre suscritas por nombres respetables a quienes la posteridad podría aceptar como indiscutibles en la exactitud de la información y definición de los hechos, he considerado conveniente invitarle a usted –protagonista de la presentación de dicha bandera en el memorable mitin de “Chimney Hall”, acto al cual alude una de las actas recopiladas en el libro editado por los señores Henna y Todd- nos diga toda la verdad histórica sobre dicha procedencia, pues no pretendo que mi versión al tratar de rectificarlas, se acepte como final, y deseo oír la suya, inapelable, para dejar así esclarecido tan importante punto en su rigurosa realidad.
Si bien no concurrí al referido mitin, de “Chimney Hall”, …, sé, porque así me lo manifestó al día siguiente de efectuado el acto en una reunión “Club Borinquén” –del cual fue usted Presidente y yo Secretario- que la idea de adoptar para nuestra bandera los colores de la cubana invertidos se debió a Francisco Gonzalo Marín, …, y que se la había sugerido desde Jamaica, donde se encontraba entonces errante y a punto de salir hacia Nueva York, para embarcarse desde aquí en una de las expediciones filibusteras que, periódicamente, se dirigían a las costas de Cuba…
Creo que no debemos bajar a la tumba, aquellos puertorriqueños que asistimos a los acontecimientos desarrollados aquí antes de la guerra hispanoamericana del 1898, sin aclarar esos detalles aún oscuros en nuestra tradición regional; evitando así que tomen carta de naturaleza versiones acerca de ellos en pugna con la verdad histórica, y tal como usted y los pocos que aún quedamos de aquella época la conocemos en toda su absoluta autenticidad.
¿Qué hay, pues, de cierto en esto de la procedencia de nuestra bandera?[25]
Dos
días más tarde, el 18 de mayo, don Juan Terreforte respondió:
En contestación a su grata del 18 de este mes, le digo que usted tiene razón. La adopción de la bandera cubana con los colores invertidos me fue sugerida por el insigne patriota Francisco Gonzalo Marín en una carta que me escribió desde Jamaica. Yo hice la proposición a los patriotas puertorriqueños que asistieron al mitin de “Chimney Hall”, y fue aprobada unánimemente.[26]
O
sea, la idea para la bandera de Puerto Rico fue de Francisco Gonzalo “Pachín”
Marín, quien, al igual que su hermano Wenceslao, moriría luchando contra España
en la manigua de Cuba.
Ahora,
más allá de que se invertían los colores de la cubana, ninguna de estas cartas
ni documentos aclara cuales serían los colores de la bandera ideada por Marín.
Por lo tanto, es necesario estudiar la historia de la bandera de Cuba.
IV
A
pesar que la mayoría de los cubanos reconocen a Narciso López como el creador
de la bandera cubana,[27]
al igual que en Puerto Rico, han existido debates sobre el origen de esta. Don
Herminio Portell Vilá señaló que:
Mucho se ha fantaseado sobre el origen de la bandera que Narciso López trajo en sus expediciones a Cuba y la que, más tarde, adoptada en la Asamblea de Guáimaro, fué bandera de la patria en todas las guerras de independencia y quedó consagrada como pabellón nacional al inaugurarse la República. No pocos pseudo historiadores han atribuido la paternidad de la bandera de López a tal o cual otro patriota…[28]
Para
contrarrestar ese “fantaseado”, Portell Vilá citó un artículo del célebre escritor
Cirilo Villaverde,[29]
“secretario particular” del General López,[30]
publicado en la Revolución, el 15 de
febrero de 1873, en el cual el novelista “precisó” que la concepción de la
bandera fue de López, que Miguel Teurbe Tolón la dibujó siguiendo sus
instrucciones y luego, su esposa, Emilia Teurbe Tolón había cosido el primer
modelo.[31]
Francisco Ponte Domínguez, basándose en el escrito “Nuestra Bandera” de
Villaverde (1873), concluyó que “la concepción de esa insignia fue obra
exclusiva del general y masón Narciso López”.[32]
Esa primera bandera, que serviría de modelo para banderas posteriores, fue
conservada por Villaverde, que la pasó a su hijo Narciso, quien luego la donó
“a la nación y está en el Palacio Presidencial”.[33]
En abril de 1869, a pocos meses del Grito de Yara,
los líderes de la revolución cubana se reunieron en la villa de Guáimaro, Camagüey,
en asamblea constituyente. En ésta dominó “el radicalismo liberal” del grupo
camagüeyano, dirigido por Salvador Cisneros Betancourt e Ignacio Agramonte y
Loynaz, partidario “de la filosofía liberal del siglo XIX, herencia de las
Revoluciones americana y Francesa”.[34]
La Constitución de Guáimaro “estaba
basada en los principios y doctrinas de Montesquieu y de Rosseau”.[35] La
asamblea acordó que la bandera de la revolución sería la de Narciso López y que
la bandera de Carlos Manuel de Céspedes, la utilizada en La Demajagua, durante
el Grito de Yara, “igualmente gloriosa”, se fijaría en las sesiones de la
Cámara de representantes y se consideraría “parte de los tesoros de la
República”.[36]
Bajo la bandera de López también lucharon los mambises del 1895. Aunque la
Constitución de la República de Cuba de 1901 no contenía ningún artículo o
disposición sobre esta,[37]
al establecerse la república en mayo del año siguiente, esa fue la bandera que
se izó. El nuevo estado mantuvo la bandera de López como enseña nacional.
Años
después, la Constitución de la república de 1940, en el Título I, Artículo 5
estableció que:
La Bandera de la República es la de Narciso López, que se izó en la fortaleza del Morro de La Habana el día veinte de mayo de mil novecientos dos, al transmitirse los Poderes públicos al pueblo de Cuba. El escudo nacional es el que como tal está establecido por la Ley. La República no reconocerá ni consagrará con carácter nacional otra bandera, himno o escudo que aquellos a que este artículo se refiere.[38]
Andrés
M. Lazcano y Mazón en su estudio sobre las constituciones de Cuba, escribió que:
“La Bandera oficial de Cuba es idéntica a la que trajo el General Narciso López
y que fue enarbolada por primera vez en la Isla el 19 de mayo de 1850 al ser
tomada la ciudad de cárdenas por los expedicionarios del Creole”.[39]
Cuando
el gobierno de los Castro, finalmente proclamó una constitución el 24 de
febrero de 1976, el Artículo 4 estableció que:
Los símbolos nacionales son los que han presidido por más de cien años las luchas cubanas por la independencia, por los derechos del pueblo y por el progreso social:la bandera de la estrella solitaria;el himno de Bayamo;el escudo de la palma real.[40]
Claramente,
las referencias al símbolo centenario, no mencionan que la bandera haya sufrido
cambio o alteración alguna desde su creación.
V
En Cuba también hay quienes cuestionan la tonalidad
correcta del azul de la bandera. En mayo de 1950 el Dr. Ramón Infiesta publicó
en el Diario de la Marina un artículo
donde reclamaba que había diferencias en los colores de la bandera original de
Narciso López y la “actual bandera”, ya que el decreto del Presidente Tomás Estrada
Palma del 6 de enero de 1906, “estableció que el color azul, que en la de
Narciso López era celeste, sería en la nacional turquí”.[41] El
ensayo “Los Símbolos de Cuba”, publicado en el portal Infomed: Portal de la Red de Salud de Cuba, señala que la actual
bandera de Cuba “no es exactamente igual a la original, pues el color azul era,
inicialmente, celeste, no turquí, como es actualmente”.[42] Otro
artículo “La bandera nacional cubana” en el portal La Enciclopedia libre universal en español, muy similar a Wikipedia, también señala, usando las
mismas palabras que Infomed, que la
bandera originalmente era azul “Celeste”.[43] Al
igual que el anterior, señala que fue el decreto del 21 de abril de 1906 del
Presidente Tomás Estrada Palma estableció que las franjas de la bandera eran
azul turquí.[44]
En cambio, Vidal Morales y Morales, quien dijo que la bandera fue ideada por
“López, [Ambrosio José] González é [José María Sánchez] Iznaga”, escribió que
“los colores eran los franceses y americanos”.[45] Por
otra parte, el artículo “Símbolos nacionales de Cuba” en Wikipedia, señala que la bandera está compuesta de “cinco franjas
horizontales de un mismo ancho; tres de color azul turquí y dos blancas.[46]
VI
En el “libro de notas” de Cirilo Villaverde, citado
por Portell Vilá, aparece que la bandera:
La inventó el general Narciso López en 1849… La primera bandera la cosió Emilia Tolón, …, casada con su primo Miguel T. Tolón… López para construir la bandera cubana sin duda que tuvo muy presente la de los Estados Unidos pero su concepción es sin duda más bella y de más significancia. Porque sobre la pureza o la virtud republicana, que está indicada por el campo blanco, tendió tres zonas azules, las cuales al mismo tiempo que marcan los tres departamentos en que estaba entonces dividida la Isla, revelan las elevadas ó celestiales aspiraciones de los patriotas, sus hijos predilectos, y uno y otras apoyarse en el triángulo rojo, que á tiempo por su color representa la unión de los cubanos, por su forma indica la fuerza y solidez de sus principios. En el medio de este colocó la estrella de plata que ilumina con sus destellos el destino de la naciente nación bajo los colores republicanos.[47]
Ponte
Domínguez, usando como base la carta “Nuestra Bandera” (1873), también de
Villaverde, estableció como un elemento importante en la “concepción de esa
insignia” fue el hecho que Narciso López era masón.[48]
Esto lleva a otro asunto, “la raigambre masónica de
la enseña”.[49]
En “Nuestra Bandera”, al narrar el momento en que se diseñó, Villaverde escribió:
… sólo dos formas cabían para presentarle convenientemente, a saber: el cuadrado y el cuadrilongo, según se acostumbraba en los pabellones nacionales. López, que era francmasón, naturalmente optó por el triángulo equilátero, figura geométrica más fuerte y significativa.[50]
En la reunión se sugirió que en el centro del
triángulo se colocase “el ojo de la Providencia”, pero López rechazó la idea y
recordando “la estrella de la bandera primitiva de Texas”, decidió que lo que
correspondía era poner “la estrella de Cuba levantándose en un campo de sangre
para presidir la lucha y alumbrar el camino trabajoso y oscuro de la libertad e
independencia de la patria aherrojada”.[51]
De acuerdo a Anderson C. Quisenberry la bandera
ondeó por primera vez en la nave Susan
Loud en mayo de 1850, qué transportaba la expedición del General López a
Cuba, y añadió que esta “is now
the official flag of ‘Cuba Libre’ –the
same design having been used ever since by Cuban Patriots”.[52] De
otra parte, en la proclama que hizo a los hombres de la expedición que atacó
Cárdenas en 1850 López dijo:
La bandera en la que contempláis el tricolor de la libertad, el triángulo de la fuerza y del orden, la estrella del futuro estado y las franjas que representan los tres departamentos de Cuba…[53]
Esto lo confirman algunas de las cartas de los “filibusteros”
que estaban entre los documentos hallados en los barcos Georgiana y Susan Loud, apresados
por el vapor de guerra español Pizarro en 1850. Por ejemplo, la “Carta dirigida á W. N. Esq., de Charlotte, Dickson county, Tennessee, al cuidado del coronel M....”, firmada por F. C. M., dice que “Allí se enarbolará la bandera encarnada, blanca y
azul con la estrella solitaria en el centro, que espero tremolará en los aires
de aquella preciosa y querida isla mientras V. y yo vivamos.”.[54] Por
su parte, la “Constitución de Narciso López” de 1851 en su Artículo Tercero
establecía que:
La bandera cubana consistirá en el tricolor de la libertad arreglado del modo siguiente: tres franjas azules horizontales separadas por dos blancas, con un triángulo equilátero rojo cuya base descansa en el asta y una estrella blanca en el medio del triángulo.[55]
Por
último, el 11 de mayo de 1850, “cuando ya salía la expedición de López hacía
Cárdenas”, el periódico The Sun publicó un reportaje sobre las
metas de los revolucionarios, “ilustrada con un grabado que representaba la
bandera cubana, tal cual es hoy”. [56]
A partir de ese día flotó en el edificio del periódico “una gran bandera
cubana”, lo que provocó las protestas de los diplomáticos españoles en Estados
Unidos.[57]
De acuerdo a la descripción del periódico:
La estrella es color blanco puro; el triángulo, rojo profundo; las cinco franjas azul y blanco, las de los bordes y el centro, azules, las otras dos, blancas. Las franjas azules representan los tres departamentos de cuba, como está ahora dividido el país, o sea, Oriente, Centro y Occidente, que tienen a La Habana, Santiago y Puerto Príncipe por capitales. El rojo, el blanco y el azul forman el tricolor de la libertad.[58]
Es notable la continua identificación de los colores
de la bandera de López con “el tricolor de la libertad”.
Naturalmente
hubo varios ejemplares de la bandera. Una, “de gran tamaño”, fue desplegada en
el edificio del periódico The New Orleans Delta. Además, en la
expedición a Cárdenas había una del regimiento de Luisiana y otra del regimiento
de Kentucky. Otra fue la que preservó Juan Manuel Macías, que pasó a manos del
presidente Mario G. Menocal y luego a Manuel Sanguily.[59]
En diciembre de 1944 su hijo, Manuel Sanguily y Aristi, donó al Senado de Cuba,
representado por su presidente Eduardo Suárez Rivas, “una bandera de seda, de
dos metros de largo por uno de ancho, con tres franjas azules y dos blancas y
un triángulo equilátero rojo, bastante desvanecido, en cuyo centro figura una
estrella blanca de cinco puntas”.[60]
De acuerdo al documento de traspaso, notariado por el historiador, y entonces
senador, Emeterio S. Santovenia, esta había sido enarbolada el 19 de mayo de
1850 en la ciudad de Cárdenas por la expedición de Narciso López. Al retirarse
de la ciudad, la bandera “fue salvada por los libertadores”.[61]
La misma fue conservada por Juan Manuel Macías, ayudante del General López. Luego
Alicia Macías y Brown la donó a Mario G. Menocal y Deop, presidente de la
República de Cuba en 1918. Este a su vez la pasó al general Manuel Sanguily y
Garritte. Cuando el General Sanguily falleció, “por expreso consentimiento de
sus demás herederos”, la bandera pasó a ser propiedad de su hijo Sanguily
Aristi.[62]
El portal Cubadebate reportó el 5 de
enero del 2010 que en una ceremonia celebrada en la Sala de las Banderas del
Museo de la Cuidad, “Enrique Arturo Antonio Houston Touceda y su esposa
Patricia” entregaron al Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal
Spengler, “una de las banderas originales ondeadas en Cárdenas en 1850”.[63]
Luego de la expedición de 1850 el Coronel O’Hara entregó la bandera al Coronel
Macías, y luego, por el matrimonio de su hija Alicia con Antonio Touceda, quedo
bajo la custodia de los Touceda por 159 años.[64]
La tonalidad azul oscuro de la bandera de López es absolutamente evidente en la
foto de este ejemplar.
Como
confirmación podemos ver el artículo del “periódico español de Nueva York”, citado por Portell Vilá, en
el cual burlándose describieron la enseña de López como:
… cometa con listones y triángulo y todos pintados en él. Los inteligentes pensaban que el triángulo quería decir que las cosas no saldrían redondeadas; que la estrella era una cosa poco limpia como los accionistas, y que los listones eran el emblema de los cardenales recibidos en una buena zurra.[65]
Esa
burla es muy reveladora, los “cardenales” o moretones nunca son azul celeste. Ahora,
en la narración que Ponte Domínguez hizo –basada en Villaverde- de la reunión
en que se diseñó la bandera, López planteó que debía tener “el tricolor
republicano” y que “debía adoptarse por modelo, en lo más posible, el pabellón
de los Estados Unidos de América, que a su juicio era el más bello de las
naciones modernas”.[66]
Hecho confirmado por Eusebio Leal cuando aseveró que la bandera:
Necesariamente… hacía referencia a dos grandes acontecimientos políticos e históricos de su tiempo: la guerra de independencia de los Estados Unidos que hizo nacer su propia bandera y la de Francia; la Francia insurgente de 1789 y el sentido de aquellos tres colores: rojo, azul y blanco. [67]
En
todos estos documentos, como se vio, la única mención de cambio de color fue la referencia
que hizo Santovenia a “un triángulo equilátero
rojo, bastante desvanecido”.
VII
Por
último, para entender el uso de esos “colores republicanos”, debemos discutir
las intenciones e ideario político de Narciso López, y el debate y controversia
sobre estos.
Son
muchos los historiadores que creen que López era anexionista. O sea, que buscaba
la separación de España para unir a Cuba con los Estados Unidos. Un ejemplo de
esta interpretación es Hugh Thomas quien llamó a López “un agente sudista de la
anexión”.[68] Louis A. Pérez, Jr.
escribió que “…López had early fallen in
with the annexionist elements in Cuba…”.[69] Por su parte Manuel Moreno Fraginals advirtió que:
No hay que olvidar que la actual bandera cubana tuvo su origen en este anexionismo de los sectores blancos medios y pobres. Por eso la estrella solitaria de la que habla la literatura patriótica fue concebida como una más que iría a engrosar el conjunto (una por cada estado) de estrellas norteamericanas. Por eso también su gran parecido con la bandera de Texas diseñada con el mismo objetivo.[70]
Aún
entre sus contemporáneos, como el autor identificado sólo como “Flibustiero”,[71]
había muchos que lo consideraban anexionista. Ciertamente, en los círculos en
que se movía López había muchos, como Gaspar Betancourt Cisneros, conocido como
“El Lugareño, que favorecían la anexión.[72]
En
contraste Portell Vilá reafirma, en múltiples ocasiones, que “los verdaderos
propósitos de Narciso López, que eran republicanos y no anexionistas”.[73]
Ponte Domínguez parece compartir esta opinión, ya que para él López “estaba
resuelto a convertirse en el más firme paladín de la libertad y de la
independencia de Cuba”.[74]
Villaverde, que fue secretario de López, dijo que “podría jurar” que al igual
que él, López no fue otra cosa que “independiente”.[75]
Para
Morales y Morales, López “no era en realidad, ni anexionista ni independiente,
no tenía otro ideal que el separatismo, arrancar a la Isla del poder de su
opresora metrópoli”.[76]
Mientras que Basil Rauch, citado por Leví Marrero, entendía que:
Su programa para Cuba era una mezcla ambigua de anexión e independencia. Sostenía la primera a sus partidarios americanos; mientras en sus manifiestos a los cubanos hablaba solamente de una República cubana.[77]
Fuese
como fuese, López reclutó para su “ejercito” a muchos jóvenes norteamericanos. Tanto
así que la mayoría de los expedicionarios fueron jóvenes sureños, muchos
veteranos de la guerra con México, y sólo un puñado eran cubanos.[78]
Por
último, hay que ver, como escribió Portell Vilá –y reafirmó Leal- la influencia
e inspiración que fue para estos hombres “la Revolución de Febrero de 1848, en
Francia, que terminó con la monarquía de Luis Felipe” y dio pie al establecimiento
de la Segunda República.[79]
Escogió los tres colores — azul, blanco y rojo — de las enseñas tricolores de las revoluciones norteamericana y francesa, incorporando así a la lucha independentista cubana las ideas de libertad en que la primera se inspiró, completadas por las de igualdad y fraternidad que la segunda hizo tremolar, como divisa, a sangre y fuego, sobre las ruinas del viejo régimen absolutista.[80]
Esos tres colores — azul, blanco y rojo — de la enseña concebida por Narciso López proclamaban espléndidamente que la nación que se estaba forjando debía ser una verdadera sociedad nueva, fundada sobre los principios inmortales, basados en las máximas de los filósofos franceses, de la declaración de independencia de las trece colonias inglesas de América, de 4 de julio de 1776, y de la declaración de los derechos del hombre que la Asamblea Constituyente de la Francia revolucionaria publicó el 12 de agosto de 1789, con la soberanía popular, precisada en una Constitución escrita, como norma suprema nacional;
Esta,
claramente era la fuente de todas estas referencias a la Tricolor, la bandera de Francia (Le drapeau Tricolore). También se ve, en las palabras
de Villaverde –y, nuevamente, Leal- la mención de los “colores republicanos” y
de la inspiración que fue para López la bandera de los Estados Unidos. Es
notable que tanto la bandera de los Estados Unidos como la de Francia son azul
oscuro.
CONCLUSIÓN
Debe estar claro que la investigación histórica no
puede depender de interpretaciones contemporáneas, ni aun de libros de
historia, mucho menos de lo que se diga en la prensa popular ni la Internet, en
páginas escritas por Dios sabe quién, máxime cuando existen discrepancias entre
estas. Es imprescindible buscar a los testigos de los eventos, y consultar las
fuentes primarias.
Como hemos visto alrededor de las banderas de Cuba y
Puerto Rico, usando las palabras de Portell Vilá, “Mucho se ha fantaseado”. Al
examinar los testimonios de los hombres que vivieron y fueron testigos de los
hechos, o sea, las fuentes primarias, podemos crear una imagen clara de sus
historias.
Gracias a don Cirilo Villaverde sabemos que fue, sin
duda alguna, el Mariscal Narciso López quien ideó y diseño la bandera de Cuba. Su
testimonio, en ocasiones de forma dramática, ofrece la clave para entender las
influencias que lo guiaron al crear el símbolo, la masonería en el diseño y
Francia y, sobre todo, Estados Unidos en los colores. Ambas repúblicas fueron
el norte de los liberales y revolucionarios de la época.
Para
esta investigación es poco relevante la cuestión de si López era o no era
anexionista. Villaverde y Portell Vilá dicen que no, muchos dicen que lo era y
Basil Rauch, dijo que “era una mezcla ambigua de anexión e independencia”. Como
fuese, la influencia y participación de norteamericanos en las expediciones de
López son innegables.
Años
después, en la Asamblea de Guáimaro, la bandera de López se adoptó como la
enseña de la Revolución Cubana. En la Guerra de Independencia, bajo Martí, la
bandera se mantuvo como emblema de los mambises y el ejército Libertador. Bajo
este emblema lucharon y murieron los hermanos Marín, Wenceslao y Francisco.
De
otra parte, los testimonios y evidencia gráfica dejan poca duda de los colores
y tonalidades de la bandera cubana. El “azul turquí” –oscuro como en la
norteamericana- no fue una invención del presidente don Tomás Estrada Palma. Su
decreto no fue imposición, sino confirmación. Más allá, dada la relación que el
actual gobierno de Cuba ha tenido históricamente con los Estados Unidos, de
haber ocurrido algún cambio en la bandera por influencia de ese país, este
hubiese sido rechazado por los Castro. Pero, si aún existiese alguna duda, la
bandera que Houston Touceda y su esposa entregaron al Historiador de la Ciudad
de La Habana, Eusebio Leal, en el 2010 la elimina.
En
el caso de Puerto Rico, las actas de la Sección Puerto Rico del Partido
Revolucionario Cubano establecen sin lugar a dudas que fue en 1895 que don Juan
Terreforte presentó –y fue adoptada- la bandera con los colores de la cubana
invertidos. El testimonio del propio Terreforte, en 1928, confirman que la idea
de la nueva bandera fue de don Francisco Gonzalo “Pachín” Marín. Documentos que
en ningún momento mencionan cambio alguno en las tonalidades al invertirse los
colores. Más significativo es el hecho que en el grabado del “escudo de la
Sección Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano” que aparece en la Memoria preparada por Roberto H. Todd y
José Julio Henna, aunque en blanco y negro, el triángulo de la bandera es claramente
oscuro.
Hay
un último factor que siempre es ignorado en la historia de la bandera de Puerto
Rico. Francisco Gonzalo “Pachín” Marín Shaw, hijo de Santiago Marín Solá y
Celestina Shaw Figueroa, era “primo político de don Luis Muñoz Rivera y sobrino
del periodista don Ramón Marín Solá”.[81]
O sea, que, por ende, Pachín era primo de doña Amalia Marín y, por lo tanto, de
su hijo, Luis. Por lo cual, cuando don Luis Muñoz Marín izó la bandera ese 25
de julio 1952, estaba enarbolando la bandera de su familia.
IMÁGENES
Imagen 1: Don Luis Muñoz Marín
izando la bandera de Puerto Rico en Julio de 1952.
Foto tomada del portal
de la Fundación Luis Muñoz Marín.
|
Imagen 2: Foto de la bandera que
Manuel Sanguily y Aristi, donó al Senado de Cuba en 1944.
Tomada del portal Ecured.
|
Imagen 4: Escudo del Sección Puerto Rico del Partido
Revolucionario Cubano.
Tomada de Memoria de los trabajos realizados por la
Sección Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano 1895-1898. (New York
City: Imprenta de A. W. Howes, 1898), pág. 32.
|
BIBLIOGRAFÍA
ANÓNIMO. “La bandera de Puerto Rico” en Wikipedia: la enciclopedia libre. [https://es.wikipedia.org/wiki/Bandera_de_Puerto_Rico].
Consultada el 20 de septiembre del 2015.
ANÓNIMO. “Antonio Vélez Alvarado” en Wikipedia: The Free Encyclopedia [https://en.wikipedia.org/wiki/Antonio_V%C3%A9lez_Alvarado].
Consultado el 12 de agosto del 2016.
ASOCIACIÓN MANATIEÑA AMIGOS DE LA BANDERA. “11 de junio: la creación
de la bandera puertorriqueña” en Claridad,
año XLV, núm. 2676. 3 al 9 de junio de 2004, pág. 38.
“Bandera nacional cubana” en Enciclopedia libre universal en español
[http://enciclopedia.us.es/index.php/Bandera_nacional_cubana]. Consultada el 4
de junio del 2016.
CANINO RIVERA, Teresa. “¿Cuál es el azul correcto de la bandera
puertorriqueña?” en Primera Hora, [http://www.primerahora.com/noticias/puerto-rico/nota/cualeselazulcorrectodelabanderapuertorriquena-1055126/].
Publicado el 23 de diciembre del 2014. Consultado el 4 de agosto del 2016.
Constitución de la República de Cuba (1901), reproducida en el portal Biblioteca Jurídica Virtual
[http://bibliohistorico.juridicas.unam.mx/libros/5/2138/7.pdf]. Consultada el
15 de julio del 2016.
Constitución de
la República de Cuba, reproducida en Gaceta
Oficial de la República de Cuba, Ministerio de Justicia, La Habana, Viernes
31 de enero de 2003. Extraordinaria, Año CI.
“Documentos hallados abordo de los buques anglo-americanos, Georgian y
Susan Loud, apresados por el vapor de Guerra español Pizarro”, Apéndice en Apuntes históricos acerca la espedicion
pirática que invadió la isla de Cuba en mayo de 1850 y detalles de la causa
seguida contra el ex-general Narciso López y sus cómplices. Nueva Orleans:
1850.
FIGUEROA DE CIFREDO, Patria. Pachín
Marín: héroe y poeta. San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1967.
FLIBUSTIERO.
Life of General Lopez and History of the
Late Attempted Revolution in Cuba. New
York: Dewitt & Davenport, Publishers, 1851.
FRANCO, Perla. “A 113 años de la
creación de la bandera puertorriqueña” en Claridad,
año XLVI, núm. 2728. 2 al 8 de junio de 2005, pág. 9.
INFIESTA, Ramón. Diario de la
Marina, 21 de mayo de 1950. Reproducido, en una nota al calce, en LAZCANO Y
MAZÓN. Andrés M. Las Constituciones de
Cuba. Madrid: Ediciones de Cultura Hispánica, 1952, págs. 135-141.
LAZCANO Y MAZÓN, Andrés M. Las
Constituciones de Cuba. Madrid: Ediciones de Cultura Hispánica, 1952.
MÁRQUEZ STERLING, Carlos y Manuel MARQUÉZ STERLING. Historia de la Isla de Cuba. San Juan:
Cultural Puertorriqueña, Inc. y La Moderna Poesía, 1975.
MARRERO, Leví. Cuba economía y
sociedad, tomo XV, “azúcar, ilustración y conciencia (1763-1868)”. Madrid:
Editorial Playor, S. A., 1992.
MARTÍ, José. “La Confirmación”. Patria, 23 de abril de 1892, pág. 1. Tomado
de Patria. Edición digital del
periódico. La Habana: Centro de Estudios Martianos, 2007.
----- “Club ‘Borinquen’ y Betances”.
Patria, 4 de junio de 1892, pág. 3. Tomado
de Patria. Edición digital del
periódico. La Habana: Centro de Estudios Martianos, 2007.
----- “En Casa” en Patria, número 17, 2 de julio de 1892,
pág. 3. Tomado de Patria. Edición
digital del periódico. La Habana: Centro de Estudios Martianos, 2007.
----- José Martí: obras completes, tomo 1. La Habana: Editorial de
Ciencias Sociales, 1991.
Memoria de los trabajos realizados por la Sección Puerto Rico del
Partido Revolucionario Cubano 1895-1898.
New York City: Imprenta de A. W. Howes, 1898.
MORALES Y MORALES, Vidal. Iniciadores
y primeros mártires de la revolución cubana (Habana: Imprenta Avisador
comercial, 1901.
----- Resumen de la historia de
Cuba, adaptado a la enseñanza por Isidro P. Martínez, tercera edición. La
Habana: La Moderna Poesía, 1918.
MORENO FRAGINALS, Manuel. Cuba/España
España/Cuba: historia común. Barcelona: Crítica, 1995.
ORLANDO SENGES, Henrietta. “En Honor a nuestra bandera” en Claridad, año XLVI, núm. 2763. 2 al 8 de
febrero de 2006, págs. 22-23.
PÉREZ, Louis A., Jr. Cuba: Between Reform and Revolution. New
York: Oxford University Press, 1988.
PÉREZ, Luz Nereida. “Bandera” en Claridad,
año XLVI, núm. 2454. 1 al 7 de diciembre de 2005, pág. 19.
PORTELL VILÁ, Herminio. Narciso
López y su época (1848-1850), tres tomos. La Habana: Compañía Editora de
Libros y Folletos, 1952.
PONTE DOMINGUEZ, Francisco. La
Masonería en la historia de Cuba. La Habana: Editorial “Moda Magazine”,
1954.
QUISENBERRY, Anderson C. López’s Expeditions to Cuba 1850-1851. Louisville:
John P. Morton & Company, 1906.
“República de Cuba Constitución Política de 1940”, reproducida en el
portal Política Database of the Americas
[http://pdba.georgetown.edu/Constitutions/Cuba/cuba1940.html]. Consultado el 4
de junio del 2016.
RESIK AGUIRRE, Magda y Yoel LUGONES
VÁZQUEZ. “El Destino de esta
Bandera siempre fue Cuba” en el portal Cubadebate
[http://www.cubadebate.cu/noticias/2010/01/05/una-bandera-que-no-esta-a-la-venta-y-nunca-lo-estara/#.V8whD8v6vIU].
Consultado el 21 de agosto del 2016.
RIVERA, Jesús Omar, “El Boricuazo”. “La
Chispa que creó nuestra bandera” en Primera
Hora, año 11, núm. 3239. Miércoles 18 de junio de 2008, pág. 12.
ROIG DE LEUCHSENRING, Emilio.
“Conmemoración del centenario de la bandera cubana” en Veinte años de actividades del Historiador de la Ciudad de La Habana,
volumen 4. La Habana: Municipio de La Habana, Oficina del Historiador de la
Ciudad, 1955.
SANTOVENIA, Emeterio S. La
Bandera de Narciso López en el Senado de Cuba, palabras previas de Eduardo
Suarez Ribas, Presidente del Senado. La
Habana: Ediciones Oficiales del Senado, 1945.
SUSANA. Estudios históricos y simbólicos
sobre la franc-masonería dedicados á los franc-masones de la Isla de Cuba. México:
Imprenta Masónica, 1882.
“Los símbolos de Cuba” en Infomed, Portal de la Red de Salud de Cuba
[http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/histologia/simbolos_de_cuba.pdf].
Consultado el 13 de
julio del 2016.
“Símbolos nacionales de Cuba” en Wikipedia
[https://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADmbolos_nacionales_de_Cuba]. Consultada
el 14 de julio del 2016.
THOMAS, Hugh. Cuba: la lucha por la libertad 1762-1909, tomo 1. Barcelona:
Ediciones Grijalbo, S. A., 1973.
TODD, Roberto H. y HENNA, José Julio. “Memoria de la Sección Puerto
Rico del Partido Revolucionario Cubano” en Memoria
de los trabajos realizados por la Sección Puerto Rico del Partido
Revolucionario Cubano 1895-1898. New York City: Imprenta de A. W. Howes,
1898.
“Undécima jornada de la bandera” en Claridad, año XLVI, núm. 2728. 2 al 8 de
junio de 2005, pág. 16.
[1]
Quiero expresar mi agradecimiento por su apoyo y cooperación a los amigos y
colegas Pablo J. Hernández, Néstor Duprey y Silvia Alberti de la Universidad
Interamericana, Recinto Metropolitano, y a Annia González de la Florida International University de
Miami.
[2] Ley
Número 1 aprobada el 24 de julio de 1952: “Para disponer sobre la bandera del
Estado Libre Asociado de Puerto Rico; autorizar al Secretario de Estado para
reglamentar el uso de la misma; y para establecer delito por infracción a los
reglamentos pertinentes”.
[3] ANÓNIMO.
“La bandera de Puerto Rico” en Wikipedia:
la enciclopedia libre. [https://es.wikipedia.org/wiki/Bandera_de_Puerto_Rico].
Consultada el 20 de septiembre del 2015.
[4]
“Memoria de la Sección Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano” en Memoria de los trabajos realizados por la
Sección Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano 1895 á 1898 (New York
City: Imprenta de A. W. Howes, 1898), pág. 3.
[5] Ibídem,
pág. 4.
[6] Ibídem,
pág. 4.
[7] Ibídem,
pág. 4.
[8]
“Acta Tercera” del 22 de diciembre de 1895, en Memoria de los trabajos realizados por la Sección Puerto Rico del
Partido Revolucionario Cubano 1895-1898 (New York City: Imprenta de A. W.
Howes, 1898), pág. 157.
[9] TODD,
Roberto H. y HENNA, José Julio. “Memoria de la Sección Puerto Rico del Partido
Revolucionario Cubano”, septiembre de 1898, en Memoria de los trabajos realizados por la Sección Puerto Rico del
Partido Revolucionario Cubano 1895-1898 (New York City: Imprenta de A. W.
Howes, 1898), pág. 5.
[10]
CANINO RIVERA, Teresa. “¿Cuál es el azul correcto de la bandera
puertorriqueña?” en Primera Hora, [http://www.primerahora.com/noticias/puerto-rico/nota/cualeselazulcorrectodelabanderapuertorriquena-1055126/].
Publicado el 23 de diciembre del 2014. Consultado el 4 de agosto del 2016.
[11] FREIRE,
Joaquín. “La bandera de Puerto Rico, inspiración de Lola Rodríguez de Tió” en El Nuevo Herald, separata, diciembre de
1995.
[12] Asociación
Manatieña Amigos de la Bandera. “11 de junio: la Creación de la bandera
puertorriqueña” en Claridad, año 45,
número 2676, 3 al 9 de junio del 2004, pág. 38.
[13] Ibídem.
[14]
Anónimo. “Undécima jornada de la Bandera” en Claridad, año XLVI, número 2728, 2 al 8 de junio de 2005, pág. 9.
[15]
FRANCO, Perla. “A 113 años de la creación de la Bandera Puertorriqueña” en Claridad, año XLVI, núm. 2728, 2 al 8 de
junio del 2005, pág. 9.
[16]
PÉREZ, Luz Nereida. “Bandera” en Claridad,
año XLVI, número 2454, 1-7 de diciembre del 2005, pág. 19.
[17]
ORLANDO SURGES, Henrietta. “En honor a nuestra bandera” en Claridad, año XLVI, número 2763, 2 al 8 de febrero del 2006, págs.
22-23.
[18]
RIVERA, Jesús Omar. “La chispa que creó nuestra bandera” en Primera Hora, año 11, número 3229, 18 de
junio del 2008, pág. 12.
[19] ANÓNIMO. “Antonio Vélez Alvarado” en Wikipedia: The Free Encyclopedia
[https://en.wikipedia.org/wiki/Antonio_V%C3%A9lez_Alvarado]. Consultado el 12
de agosto del 2016.
[20] DÁVILA
DÁVILA, Ovidio. “Antonio Vélez Alvarado: amigo y colaborador consecuente de
Martí y Betances” ponencia presentada en la conferencia Betances/Martí: Tercera Conferencia Internacional en Homenaje al Padre
de la Patria Puertorriqueña, Dr. Ramón Emeterio Betances (La Habana: Centro
de Estudios Martianos, Universidad de París y Universidad de Puerto Rico,
2002), pág. 9.
[21] Ibídem,
pág. 10.
[22]
Ibídem, pág. 9.
[23]
MARTÍ, José. “En Casa” en Patria,
número 17, 2 de julio de 1892, pág. 3. Patria.
Edición digital del periódico publicada por el Centro de Estudios Martianos (La
Habana: 2007).
[24] MARTÍ,
José. “La Confirmación”. Patria, 23
de abril de 1892, pág. 1. También reproducido en José Martí: obras completes, tomo 1 (La Habana: Editorial de
Ciencias Sociales, 1991), pág. 411.
MARTÍ, José. “Club ‘Borinquen’ y Betances”. Patria, 4 de junio de 1892, pág. 3. También
reproducido en José Martí: obras
completes, tomo 5 (La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 1991), pág.
44.
[25]
Carta de Domingo Collazo a Juan de M. Terreforte del 18 de mayo de 1923,
reproducida en FIGUEROA DE CIFREDO, Patria. Pachín
Marín: héroe y poeta (San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1967),
págs. 71-73.
[26]
Carta de J. H. Terreforte a Domingo Collazo del 20 de mayo de 1923, reproducida
en FIGUEROA DE CIFREDO, Patria. Pachín
Marín: héroe y poeta (San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1967),
pág. 73.
[27]
Narciso López fue un venezolano que se unió al ejército español en la Guerra
civil contra Bolívar. Luego, en España, participó en el las Guerras Carlistas
apoyando el lado liberal y los derechos de Isabel II. En España alcanzó el
cargo de Gobernador Militar de Madrid y representó a Sevilla en las Cortes. En
Cuba fue Teniente de Gobernador de Trinidad y presidente del Comisión Militar
Ejecutiva y Permanente. Al tomar la gobernación Leopoldo O’Donell, fue relevado
de su cargo y se retira de la milicia. A partir de ese momento empieza a
moverse hacia los círculos de los criollos independentistas.
[28]
PORTELL VILÁ, Herminio. Narciso López y
su Época (1848-1850), tomo II (La Habana: Compañía Editora de Libros,
1952), pág. 135.
[29]
Cirilo Villaverde escribió la novela Cecilia Valdés, considerada por muchos como la primera novela de la
literatura cubana. Esta obra fue la inspiración para La Cuarterona de Alejandro Tapia y Rivera.
[30]
PORTELL VILÁ, Herminio. Narciso López y
su Época (1848-1850), tomo I (La Habana: Cultural, 1930), pág. 12.
[31]
PORTELL VILÁ, Narciso López y su Época
(1848-1850), tomo II, págs. 135-136.
[32]
PONTE DOMINGUEZ, Francisco. La Masonería
en la historia de Cuba (La Habana: Editorial “Moda Magazine”, 1954), pág.
44.
[33]
PORTELL VILÁ, Narciso López y su Época
(1848-1850), tomo II, pág. 136.
[34] MÁRQUEZ
STERLING, Carlos y Manuel MÁRQUEZ STERLING. Historia
de la Isla de Cuba (San Juan: Cultural Puertorriqueña, Inc. y La Moderna Poesía,
Inc., 1975), pág. 97.
[35] Ibídem,
pág. 97.
[36] Ibídem,
págs. 97 y 100.
[37]
Constitución de la República de Cuba (1901) reproducida en el portal Biblioteca Jurídica Virtual
[http://bibliohistorico.juridicas.unam.mx/libros/5/2138/7.pdf]. Consultada el
15 de julio del 2016.
[38] “República
de Cuba Constitución Política de 1940”, reproducida en el portal Política Database of the Americas
[http://pdba.georgetown.edu/Constitutions/Cuba/cuba1940.html]. Consultado el 4
de junio del 2016.
[39] LAZCANO
Y MAZÓN, Andrés M. Las Constituciones de
Cuba (Madrid: Ediciones de Cultura Hispánica, 1952), pág. 135.
[40] Constitución de la República de Cuba,
reproducida en Gaceta Oficial de la República
de Cuba, Ministerio de Justicia, La Habana, viernes 31 de enero de 2003. Extraordinaria,
Año CI.
[41] INFIESTA,
Ramón. Diario de la Marina, 21 de
mayo de 1950. Reproducido en LAZCANO Y MAZÓN, Andrés M. Las Constituciones de Cuba (Madrid: Ediciones de Cultura Hispánica,
1952), pág. 135.
[42] “Los símbolos de Cuba” en Infomed, Portal de la Red de Salud de Cuba
[http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/histologia/simbolos_de_cuba.pdf]. Consultado
el 13 de julio del 2016.
[43]
“Bandera nacional cubana” en Enciclopedia
libre universal en español [http://enciclopedia.us.es/index.php/Bandera_nacional_cubana].
Consultada el 4 de junio del 2016.
[44] Ibídem.
[45] MORALES
Y MORALES, Vidal. Iniciadores y primeros mártires
de la revolución cubana (Habana: Imprenta Avisador comercial, 1901), pág.
182.
[46] “Símbolos
nacionales de Cuba” en Wikipedia
[https://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADmbolos_nacionales_de_Cuba]. Consultada el
14 de julio del 2016.
[47]
VILLAVERDE, Cirilo. Citado por PORTELL VILÁ, Herminio. Narciso López y su Época (1848-1850), tomo II (La Habana: Compañía
Editora de Libros, 1952), pág. 136.
[48]
PONTE DOMINGUEZ, Francisco. La Masonería
en la historia de Cuba (La Habana: Editorial “Moda Magazine”, 1954), pág.
44.
[49] Ibídem,
pág. 44.
[50]
VILLAVERDE, CIRILO. “Nuestra bandera” Carta publicada en Le Revolución, Nueva York, 15 de febrero de1873. Fragmento reproducido
en PONTE DOMINGUEZ, Francisco. La
Masonería en la historia de Cuba (La Habana: Editorial “Moda Magazine”,
1954), pág. 44.
[51] Ibídem, pág. 44.
[52] QUISENBERRY, Anderson C. López’s Expeditions to Cuba 1850-1851
(Louisville: John P. Morton & Company, 1906), pág. 47.
[53]
PORTELL VILÁ, Herminio. Narciso López y
su Época (1848-1850), tomo II, pág. 235.
[54]
“Documentos hallados abordo de los buques anglo-americanos, Georgian y Susan
Loud, apresados por el vapor de Guerra español Pizarro”, Apéndice en Apuntes históricos acerca la espedicion
pirática que invadió la isla de Cuba en mayo de 1850 y detalles de la causa
seguida contra el ex-general Narciso López y sus cómplices (Nueva Orleans:
1850), pág. III.
[55]
Reproducida en LAZCANO y MAZóN, Andrés Ma. Las
Constituciones de Cuba (Madrid: Ediciones de Cultura Hispánica, 1952), pág.
1024.
[56]
PORTELL VILÁ, Narciso López y su Época
(1848-1850), tomo II, pág. 137.
[57] Ibídem,
pág. 137.
[58] The Sun, 11 de mayo de 1850, citado en
PORTELL VILÁ, Herminio. Narciso López y
su Época (1848-1850), tomo II (La Habana: Compañía Editora de Libros,
1952), pág. 137.
[59]
PORTELL VILÁ, Narciso López y su Época
(1848-1850), tomo II, págs. 137-138.
[60]
SANTOVENIA, Emeterio S. La bandera de
Narciso López en el Senado de Cuba (La Habana: Ediciones Oficiales del
Senado, 1945), págs. 40-41.
[61] Ibídem,
pág. 41.
[62] Ibídem,
págs. 42-43.
[63] RESIK
AGUIRRE, Magda y Yoel LUGONES VÁZQUEZ. “El
Destino de esta Bandera siempre fue Cuba” en el portal Cubadebate [http://www.cubadebate.cu/noticias/2010/01/05/una-bandera-que-no-esta-a-la-venta-y-nunca-lo-estara/#.V8whD8v6vIU].
Consultado el21 de Agosto de 2016.
[64] Ibídem.
[65] La Crónica, 15 de junio de 1850. Citado
en PORTELL VILÁ, Herminio. Narciso López
y su Época (1848-1850), tomo II (La Habana: Compañía Editora de Libros,
1952), pág. 137.
[66]
PONTE DOMINGUEZ, La Masonería en la historia
de Cuba, pág. 43.
[67] RESIK
AGUIRRE y LUGONES VÁZQUEZ, “El Destino de esta Bandera siempre fue Cuba”.
[68]
THOMAS, Hugh. Cuba: la lucha por la
libertad 1762-1909, tomo 1, (Barcelona: Ediciones Grijalbo, S. A., 1973),
pág. 57.
[69] PÉREZ, Louis A., Jr. Cuba: Between Reform and Revolution (New York: Oxford University
Press, 1988), pág. 110.
[70]
MORENO FRAGINALS, Manuel. Cuba/España
España/Cuba: historia común (Barcelona: Crítica, 1995), pág. 204.
[71] FLIBUSTIERO. Life of General Lopez and History of the Late Attempted Revolution in
Cuba (New York: Dewitt & Davenport, Publishers, 1851), pág. 12.
[72]
MORALES Y MORALES, Iniciadores y primeros
mártires de la revolución cubana, pág. 179.
[73]
PORTELL VILÁ, Narciso López y su Época
(1848-1850), tomo I, págs. 9-10.
[74] PONTE
DOMINGUEZ, pág. 42.
[75]
Carta de Cirilo Villaverde a Enrique Trujillo, publicada en El Porvenir, 29 de septiembre de 1892. Reproducida
por PORTELL VILÁ, Herminio. Narciso López
y su Época (1848-1850), tomo I. (La Habana: Cultural, S. A., 1930), pág.
193.
[76]
MORALES Y MORALES, Iniciadores y primeros
mártires de la revolución cubana, págs. 202-203.
[77]
RAUCH, Basil, citado por MARRERO, Leví. Cuba
economía y sociedad, tomo XV, “azúcar, ilustración y conciencia
(1763-1868), (Madrid: Editorial Playor, S. A., 1992), pág. 174.
[78]
MARRERO, Leví. Cuba economía y sociedad,
tomo XV, “azúcar, ilustración y conciencia (1763-1868)”. (Madrid: Editorial
Playor, S. A., 1992), pág. 174.
[79]
PORTELL VILÁ, Narciso López y su Época
(1848-1850), tomo I, pág. 208.
[80]
ROIG DE LEUCHSENRING, Emilio. “Conmemoración del centenario de la bandera
cubana” en Veinte años de actividades del
Historiador de la Ciudad de La Habana, volumen 4. (La Habana: Municipio de
La Habana, Oficina del Historiador de la Ciudad, 1955), pág. 260.
[81] FIGUEROA
DE CIFREDO, Patria. Pachín Marín: héroe y
poeta (San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1967), pág. 20.