miércoles, 30 de noviembre de 2016

Sobre las banderas de Cuba y Puerto Rico

Rectificaciones Históricas:
Sobre LAS BANDERAS de Cuba y Puerto Rico[1]
Dedicado con gran aprecio al Lic. Antonio J. Molina.
Por
Dr. Armando J. Martí Carvajal
Profesor Adjunto
Departamento de Historia
Universidad Interamericana de Puerto Rico
© 2016

I
El 24 de julio de 1952 la Asamblea Legislativa de Puerto Rico decretó cual sería la bandera oficial del país:

Sección 1. –La bandera del estado Libre Asociado de Puerto Rico será la que tradicionalmente se ha conocido hasta ahora como la bandera puertorriqueña y que es rectangular, de cinco franjas horizontales alternadas, tres rojas y dos blancas y junto al asta un triángulo equilátero azul con una estrella blanca de cinco puntas. Este triángulo, por el lado vertical, abarca toda la anchura de la bandera.[2]

Con esta ley Puerto Rico, por primera vez, tuvo, legal y formalmente, su propia bandera. Al día siguiente, el gobernador don Luis Muñoz Marín, al proclamar el establecimiento del Estado Libre Asociado, la izó en el capitolio de Puerto Rico.

Aunque en la proclama no se establecía la tonalidad del azul del triángulo de la bandera, en la foto de la ceremonia en el Capitolio claramente se puede apreciar que el triángulo era azul oscuro. Ahora, en los últimos años, desde 1995 según Wikipedia,[3] muchas personas y organizaciones han usado banderas donde el triángulo es azul celeste. En múltiples conversaciones y declaraciones informales, porque no hemos encontrado ningún trabajo formal, se alega que la bandera azul celeste es la verdadera y que la versión de tono oscuro, que se ha estado usando desde 1952, es una alteración hecha, por una razón u otra, para que la bandera se pareciese más a la de los Estados Unidos. A pesar de la informalidad de esta reclamación, esta “historia” se ha propagado. Es imprescindible buscar cual es la realidad.

La respuesta, naturalmente, está en la Historia.

II
El origen de la bandera de Puerto Rico se da en los últimos años del siglo XIX, en el contexto de la lucha para obtener la independencia de España.

La Memoria de los trabajos realizados por la Sección Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano señaló que cuando comenzó la Guerra de Independencia de Cuba en febrero de 1895, “no existía en los Estados Unidos, ni en otro país alguno asociación ni organización política que tuviese por objeto preparar la Revolución de Puerto Rico por su independencia”.[4] Por lo tanto, el 22 de diciembre de 1895 en el Chimney Corner Hall de Nueva York, luego de “celebrar reuniones preparatorias” y de reunirse con Tomás Estrada Palma, dirigente del Partido Revolucionario Cubano, se celebró una asamblea en que “quedó solemnemente constituida la Sección de Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano”.[5] Entre los cincuenta y tantos puertorriqueños que asistieron a la asamblea estaban, Manuel Besosa, José Julio Henna, Juan de M. Terreforte, Roberto H. Todd, Arturo A. Schomburg y Sotero Figueroa.[6] Estos eligieron como presidente al doctor Henna y a Terreforte como vice-presidente. El resto de la directiva quedó compuesta por Manuel Besosa y Sotero Figueroa, vocales, Gumersindo Rivas, secretario de actas, y Gerardo Forest, secretario de correspondencia. La asamblea eligió, en ausencia, como Delegado General al doctor Ramón Emeterio Betances.[7] En adición, en las actas de la reunión aparece que,
Terreforte, uno de los supervivientes del grito de Lares, presentó la nueva bandera que es de la misma forma que la cubana, con la diferencia de haber sido invertidos los colores: franjas blancas y triángulo azul en vez de rojo, con la misma estrella blanca solitaria en el centro.[8]
Este hecho aparece mencionado nuevamente en la memoria que redactó Roberto H. Todd y refrendó José Julio Henna al finalizar las funciones de la organización en 1898:
Acordosé además por la Asamblea adoptar como bandera de Puerto Rico el mismo pabellón cubano con los colores invertidos, esto es: listas blancas y rojas y el triángulo azul con la estrella solitaria blanca…[9]

Esto, evidentemente, lleva a la otra controversia sobre la bandera, quién fue el creador de la bandera.

III
La discusión sobre el diseñador la bandera ha perdurado por años, resurgiendo periódicamente. A través del tiempo la paternidad de la misma se le ha atribuido a don Juan Terreforte, a don Manuel Besosa o don Antonio Vélez Alvarado,[10] entre otros.

En la prensa se encuentran algunos escritos sobre el tema. En diciembre de 1995 el Nuevo Herald de Miami, Florida, publicó un artículo del reconocido historiador cubano Joaquín Freire en el cual señaló que “el pabellón boricua… no tiene paternidad, y si la maternidad de una mujer que se llamó doña Lola Rodríguez de Tió”.[11] La realidad es que Freire no presentó evidencia histórica real para corroborar su aseveración y reclamo.

En el 2004 Claridad publicó el ensayo “11 de junio: la creación de la bandera puertorriqueña” firmado por la “Asociación Manatieña de Amigos de la Bandera”. De acuerdo al ensayo, la bandera fue creada por Antonio Vélez Alvarado el 11 de junio de 1892. El mismo plantea que debido a la “activa participación” de Vélez Alvarado en la fundación del Partido Nacionalista y “en la lucha militante de Don Pedro Albizu Campos durante los años 1930 y 1940”, se creó “una feroz campaña represiva consistente en sembrar dudas en torno a su paternidad de la Bandera Puertorriqueña”.[12] La base del planteamiento de la Asociación fue “las recientes investigaciones… realizadas por el arqueólogo e historiador puertorriqueño, el doctor Ovidio Dávila”, por las cuales la autoría de Vélez “ha quedado historiográficamente documentada y confirmada”.[13]

Al año siguiente, 2005, Claridad publicó un artículo que presentó una breve versión de la historia que anunciaba la invitación de la Asociación Manatieña para la celebración de ese año.[14] En el mismo número, Perla Franco escribió un reportaje sobre los planes de la Asociación, donde, al igual que esta, señaló que Dávila había confirmado la autoría de Vélez en una conferencia sobre Ramón Emeterio Betances en Cuba.[15] Sin embargo, en diciembre de ese mismo año Claridad publicó el ensayo de Luz Nereida Pérez “Bandera”. En este, Pérez llamó a Francisco “Pachín” Marín “nuestro hombre bandera” y dijo que creó la bandera en 1895.[16] En febrero del 2006 Claridad publicó el ensayo “En honor a nuestra bandera” de Henrietta Orlando Surges el cual afirmó que la bandera se creó en diciembre de 1895, pero explicó que hay varias versiones sobre quien fue su creador, enfatizando a Marín y a Vélez Alvarado.[17]

Es notable ver que Claridad ha publicado artículos y ensayos sobre el origen de la bandera, indistintamente de la fecha o creador que propongan. Claramente, ante esto, este periódico no puede considerarse una fuente fiable para la investigación histórica.

En el 2008, Jesús Omar Rivera, en su columna sobre curiosidades de Puerto Rico, “El Boricuazo”, escribió sobre “la chispa que creó nuestra bandera”. Rivera repitió la versión de que el creador fue Vélez Alvarado,[18] aunque no mencionó cual fue su fuente.

Para los muchos que consultan Wikipedia, que no es una fuente académica, el artículo dedicado a Vélez Alvarado dice que “according to some accounts”, el 12 de junio de 1892 él tuvo una especie de ilusión óptica en la cual percibió la bandera de Cuba con los colores invertidos. De acuerdo a esta historia, él hizo un prototipo que le presentó a José Martí, quien, impresionado, escribió sobre esto el 2 de julio en el periódico Patria.[19] Al igual que los escritos de la Asociación Manatieña, la fuente de donde se tomaron los datos fue la ponencia que Ovidio Dávila presentó en La Habana en el 2002.

De acuerdo a la ponencia de Dávila, en junio de 1892 don Antonio Vélez Alvarado sufrió una momentánea “ilusión óptica… como por un ‘raro daltonismo’, en la cual percibió que el triángulo rojo de la bandera [cubana] se había tornado azul y rojas las franjas azules”.[20] Inspirado por esta experiencia, Vélez creó un modelo de bandera para Puerto Rico. Unos días después, de acuerdo a Dávila, Vélez Alvarado ofreció una cena para José Martí a la que asistieron un número de patriotas y amigos, en la cual presentó la nueva bandera. Martí, dice Dávila, le impartió su aprobación, y “poco después” publicó en su periódico, Patria, “una crónica en la que describía emotivamente” la velada.[21]

La historia, como la presenta Dávila, tiene una bella mística romántica, pero sufre de varios problemas. Primero, las fuentes para la misma fueron unos artículos publicados, muchos años después de los hechos, en La Correspondencia (1927) y en El Imparcial (1936), y el testimonio de Frank J. Veve Carreras y de su madre Micaela Dalmau, hija de doña Reparada Carrera Dalmau, anfitriona de la velada de 1892.[22] O sea, que ninguna de estas es una fuente primaria. Ahora, aún más significativo es que la relación que José Martí hizo de la velada que, según Dávila, confirma la historia, y él copia, en ningún momento menciona bandera nueva ni, mucho menos, felicita a Vélez Alvarado por la creación de esta. Veamos lo que escribió Martí:
Ayer, hace unos cuantos días, nos daba de comer, bajo los dos pabellones, Antonio Vélez Alvarado. Vivimos unas cuantas horas, que ya es mucho decir en estos destierros. ¡Que canciones sentidas, las de Francisco Marín! ¡Que pelea de versos la de Soler y Sanavia! … ¡que juntarse, en aquellos cariños, la décima de Cuba, el aguinaldo puertorriqueño, la perica venezolana! Y para decirnos adiós la anciana de los setenta años, vestida de blanco y blancos los cabellos, se sentó al piano á tocarnos el himno del país, la danza compuesta por un español, la danza con que acaba una feliz comedia política de Sotero Figueroa: la Borinqueña.[23]

El escrito, que aparece en “En Casa”, la sección social de Patria, narra la feliz velada que organizó Vélez Alvarado, y la única referencia a banderas es que la cena se realizó “bajo los dos pabellones”. O sea, que el salón estaba decorado con dos banderas, pero en ningún momento Martí escribió nada de lo que Dávila le atribuye. Más allá, en Patria, ni en Martí: obras completas, aparece en esa fecha, ni en días anteriores ni posteriores, mención alguna de estos hechos según los presenta Dávila. Ciertamente Martí escribió en muchas ocasiones sobre la bandera de Puerto Rico, como hizo el 23 de abril de 1892 y el 4 de junio de 1892, pero en estos casos se refería a la bandera de Lares,[24] no a una nueva bandera.

Como ya se vio, don Juan Terreforte fue quien presentó la bandera en 1895 en la asamblea de Chimney Corner Hall. Es probablemente esta la razón por la cual algunos le atribuyen su creación. Ciertamente, los documentos de la Sección Puerto Rico indican que la nueva bandera fue presentada por Terreforte, pero eso no significa que fue su creador. La realidad es que las actas de la asamblea no identifican al creador de la bandera.

En mayo de 1923 Domingo Collazo escribió a Terreforte inquiriendo sobre esto:
Mí querido amigo:
No una vez, sino varias veces, leí en los periódicos de Puerto Rico versiones, a mi entender, equivocadas, acerca de la procedencia de la actual bandera de nuestra isla –la de los colores de la cubana invertidos con las franjas rojas y blancas y la estrella solitaria en el triángulo azul. Como tales versiones han aparecido siempre suscritas por nombres respetables a quienes la posteridad podría aceptar como indiscutibles en la exactitud de la información y definición de los hechos, he considerado conveniente invitarle a usted –protagonista de la presentación de dicha bandera en el memorable mitin de “Chimney Hall”, acto al cual alude una de las actas recopiladas en el libro editado por los señores Henna y Todd- nos diga toda la verdad histórica sobre dicha procedencia, pues no pretendo que mi versión al tratar de rectificarlas, se acepte como final, y deseo oír la suya, inapelable, para dejar así esclarecido tan importante punto en su rigurosa realidad.
Si bien no concurrí al referido mitin, de “Chimney Hall”, …, sé, porque así me lo manifestó al día siguiente de efectuado el acto en una reunión “Club Borinquén” –del cual fue usted Presidente y yo Secretario- que la idea de adoptar para nuestra bandera los colores de la cubana invertidos se debió a Francisco Gonzalo Marín, …, y que se la había sugerido desde Jamaica, donde se encontraba entonces errante y a punto de salir hacia Nueva York, para embarcarse desde aquí en una de las expediciones filibusteras que, periódicamente, se dirigían a las costas de Cuba…
Creo que no debemos bajar a la tumba, aquellos puertorriqueños que asistimos a los acontecimientos desarrollados aquí antes de la guerra hispanoamericana del 1898, sin aclarar esos detalles aún oscuros en nuestra tradición regional; evitando así que tomen carta de naturaleza versiones acerca de ellos en pugna con la verdad histórica, y tal como usted y los pocos que aún quedamos de aquella época la conocemos en toda su absoluta autenticidad.
¿Qué hay, pues, de cierto en esto de la procedencia de nuestra bandera?[25]

Dos días más tarde, el 18 de mayo, don Juan Terreforte respondió:
En contestación a su grata del 18 de este mes, le digo que usted tiene razón. La adopción de la bandera cubana con los colores invertidos me fue sugerida por el insigne patriota Francisco Gonzalo Marín en una carta que me escribió desde Jamaica. Yo hice la proposición a los patriotas puertorriqueños que asistieron al mitin de “Chimney Hall”, y fue aprobada unánimemente.[26]
O sea, la idea para la bandera de Puerto Rico fue de Francisco Gonzalo “Pachín” Marín, quien, al igual que su hermano Wenceslao, moriría luchando contra España en la manigua de Cuba.

Ahora, más allá de que se invertían los colores de la cubana, ninguna de estas cartas ni documentos aclara cuales serían los colores de la bandera ideada por Marín. Por lo tanto, es necesario estudiar la historia de la bandera de Cuba.

IV
A pesar que la mayoría de los cubanos reconocen a Narciso López como el creador de la bandera cubana,[27] al igual que en Puerto Rico, han existido debates sobre el origen de esta. Don Herminio Portell Vilá señaló que:
Mucho se ha fantaseado sobre el origen de la bandera que Narciso López trajo en sus expediciones a Cuba y la que, más tarde, adoptada en la Asamblea de Guáimaro, fué bandera de la patria en todas las guerras de independencia y quedó consagrada como pabellón nacional al inaugurarse la República. No pocos pseudo historiadores han atribuido la paternidad de la bandera de López a tal o cual otro patriota…[28]
Para contrarrestar ese “fantaseado”, Portell Vilá citó un artículo del célebre escritor Cirilo Villaverde,[29] “secretario particular” del General López,[30] publicado en la Revolución, el 15 de febrero de 1873, en el cual el novelista “precisó” que la concepción de la bandera fue de López, que Miguel Teurbe Tolón la dibujó siguiendo sus instrucciones y luego, su esposa, Emilia Teurbe Tolón había cosido el primer modelo.[31] Francisco Ponte Domínguez, basándose en el escrito “Nuestra Bandera” de Villaverde (1873), concluyó que “la concepción de esa insignia fue obra exclusiva del general y masón Narciso López”.[32] Esa primera bandera, que serviría de modelo para banderas posteriores, fue conservada por Villaverde, que la pasó a su hijo Narciso, quien luego la donó “a la nación y está en el Palacio Presidencial”.[33]

En abril de 1869, a pocos meses del Grito de Yara, los líderes de la revolución cubana se reunieron en la villa de Guáimaro, Camagüey, en asamblea constituyente. En ésta dominó “el radicalismo liberal” del grupo camagüeyano, dirigido por Salvador Cisneros Betancourt e Ignacio Agramonte y Loynaz, partidario “de la filosofía liberal del siglo XIX, herencia de las Revoluciones americana y Francesa”.[34] La Constitución de Guáimaro “estaba basada en los principios y doctrinas de Montesquieu y de Rosseau”.[35] La asamblea acordó que la bandera de la revolución sería la de Narciso López y que la bandera de Carlos Manuel de Céspedes, la utilizada en La Demajagua, durante el Grito de Yara, “igualmente gloriosa”, se fijaría en las sesiones de la Cámara de representantes y se consideraría “parte de los tesoros de la República”.[36] Bajo la bandera de López también lucharon los mambises del 1895. Aunque la Constitución de la República de Cuba de 1901 no contenía ningún artículo o disposición sobre esta,[37] al establecerse la república en mayo del año siguiente, esa fue la bandera que se izó. El nuevo estado mantuvo la bandera de López como enseña nacional.

Años después, la Constitución de la república de 1940, en el Título I, Artículo 5 estableció que:
La Bandera de la República es la de Narciso López, que se izó en la fortaleza del Morro de La Habana el día veinte de mayo de mil novecientos dos, al transmitirse los Poderes públicos al pueblo de Cuba. El escudo nacional es el que como tal está establecido por la Ley. La República no reconocerá ni consagrará con carácter nacional otra bandera, himno o escudo que aquellos a que este artículo se refiere.[38]
Andrés M. Lazcano y Mazón en su estudio sobre las constituciones de Cuba, escribió que: “La Bandera oficial de Cuba es idéntica a la que trajo el General Narciso López y que fue enarbolada por primera vez en la Isla el 19 de mayo de 1850 al ser tomada la ciudad de cárdenas por los expedicionarios del Creole”.[39]

Cuando el gobierno de los Castro, finalmente proclamó una constitución el 24 de febrero de 1976, el Artículo 4 estableció que:
Los símbolos nacionales son los que han presidido por más de cien años las luchas cubanas por la independencia, por los derechos del pueblo y por el progreso social:la bandera de la estrella solitaria;el himno de Bayamo;el escudo de la palma real.[40]
Claramente, las referencias al símbolo centenario, no mencionan que la bandera haya sufrido cambio o alteración alguna desde su creación.

V
En Cuba también hay quienes cuestionan la tonalidad correcta del azul de la bandera. En mayo de 1950 el Dr. Ramón Infiesta publicó en el Diario de la Marina un artículo donde reclamaba que había diferencias en los colores de la bandera original de Narciso López y la “actual bandera”, ya que el decreto del Presidente Tomás Estrada Palma del 6 de enero de 1906, “estableció que el color azul, que en la de Narciso López era celeste, sería en la nacional turquí”.[41] El ensayo “Los Símbolos de Cuba”, publicado en el portal Infomed: Portal de la Red de Salud de Cuba, señala que la actual bandera de Cuba “no es exactamente igual a la original, pues el color azul era, inicialmente, celeste, no turquí, como es actualmente”.[42] Otro artículo “La bandera nacional cubana” en el portal La Enciclopedia libre universal en español, muy similar a Wikipedia, también señala, usando las mismas palabras que Infomed, que la bandera originalmente era azul “Celeste”.[43] Al igual que el anterior, señala que fue el decreto del 21 de abril de 1906 del Presidente Tomás Estrada Palma estableció que las franjas de la bandera eran azul turquí.[44] En cambio, Vidal Morales y Morales, quien dijo que la bandera fue ideada por “López, [Ambrosio José] González é [José María Sánchez] Iznaga”, escribió que “los colores eran los franceses y americanos”.[45] Por otra parte, el artículo “Símbolos nacionales de Cuba” en Wikipedia, señala que la bandera está compuesta de “cinco franjas horizontales de un mismo ancho; tres de color azul turquí y dos blancas.[46]

VI
En el “libro de notas” de Cirilo Villaverde, citado por Portell Vilá, aparece que la bandera:
La inventó el general Narciso López en 1849… La primera bandera la cosió Emilia Tolón, …, casada con su primo Miguel T. Tolón… López para construir la bandera cubana sin duda que tuvo muy presente la de los Estados Unidos pero su concepción es sin duda más bella y de más significancia. Porque sobre la pureza o la virtud republicana, que está indicada por el campo blanco, tendió tres zonas azules, las cuales al mismo tiempo que marcan los tres departamentos en que estaba entonces dividida la Isla, revelan las elevadas ó celestiales aspiraciones de los patriotas, sus hijos predilectos, y uno y otras apoyarse en el triángulo rojo, que á tiempo por su color representa la unión de los cubanos, por su forma indica la fuerza y solidez de sus principios. En el medio de este colocó la estrella de plata que ilumina con sus destellos el destino de la naciente nación bajo los colores republicanos.[47]
Ponte Domínguez, usando como base la carta “Nuestra Bandera” (1873), también de Villaverde, estableció como un elemento importante en la “concepción de esa insignia” fue el hecho que Narciso López era masón.[48]

Esto lleva a otro asunto, “la raigambre masónica de la enseña”.[49] En “Nuestra Bandera”, al narrar el momento en que se diseñó, Villaverde escribió:
… sólo dos formas cabían para presentarle convenientemente, a saber: el cuadrado y el cuadrilongo, según se acostumbraba en los pabellones nacionales. López, que era francmasón, naturalmente optó por el triángulo equilátero, figura geométrica más fuerte y significativa.[50]
En la reunión se sugirió que en el centro del triángulo se colocase “el ojo de la Providencia”, pero López rechazó la idea y recordando “la estrella de la bandera primitiva de Texas”, decidió que lo que correspondía era poner “la estrella de Cuba levantándose en un campo de sangre para presidir la lucha y alumbrar el camino trabajoso y oscuro de la libertad e independencia de la patria aherrojada”.[51]

De acuerdo a Anderson C. Quisenberry la bandera ondeó por primera vez en la nave Susan Loud en mayo de 1850, qué transportaba la expedición del General López a Cuba, y añadió que esta “is now the official flag of ‘Cuba Libre’ –the same design having been used ever since by Cuban Patriots”.[52] De otra parte, en la proclama que hizo a los hombres de la expedición que atacó Cárdenas en 1850 López dijo:
La bandera en la que contempláis el tricolor de la libertad, el triángulo de la fuerza y del orden, la estrella del futuro estado y las franjas que representan los tres departamentos de Cuba…[53]
Esto lo confirman algunas de las cartas de los “filibusteros” que estaban entre los documentos hallados en los barcos Georgiana y Susan Loud, apresados por el vapor de guerra español Pizarro en 1850. Por ejemplo, la “Carta dirigida á W. N. Esq., de Charlotte, Dickson county, Tennessee, al cuidado del coronel M....”, firmada por F. C. M., dice que “Allí se enarbolará la bandera encarnada, blanca y azul con la estrella solitaria en el centro, que espero tremolará en los aires de aquella preciosa y querida isla mientras V. y yo vivamos.”.[54] Por su parte, la “Constitución de Narciso López” de 1851 en su Artículo Tercero establecía que:
La bandera cubana consistirá en el tricolor de la libertad arreglado del modo siguiente: tres franjas azules horizontales separadas por dos blancas, con un triángulo equilátero rojo cuya base descansa en el asta y una estrella blanca en el medio del triángulo.[55]
Por último, el 11 de mayo de 1850, “cuando ya salía la expedición de López hacía Cárdenas”, el periódico The Sun publicó un reportaje sobre las metas de los revolucionarios, “ilustrada con un grabado que representaba la bandera cubana, tal cual es hoy”. [56] A partir de ese día flotó en el edificio del periódico “una gran bandera cubana”, lo que provocó las protestas de los diplomáticos españoles en Estados Unidos.[57] De acuerdo a la descripción del periódico:
La estrella es color blanco puro; el triángulo, rojo profundo; las cinco franjas azul y blanco, las de los bordes y el centro, azules, las otras dos, blancas. Las franjas azules representan los tres departamentos de cuba, como está ahora dividido el país, o sea, Oriente, Centro y Occidente, que tienen a La Habana, Santiago y Puerto Príncipe por capitales. El rojo, el blanco y el azul forman el tricolor de la libertad.[58]
Es notable la continua identificación de los colores de la bandera de López con “el tricolor de la libertad”.

Naturalmente hubo varios ejemplares de la bandera. Una, “de gran tamaño”, fue desplegada en el edificio del periódico The New Orleans Delta. Además, en la expedición a Cárdenas había una del regimiento de Luisiana y otra del regimiento de Kentucky. Otra fue la que preservó Juan Manuel Macías, que pasó a manos del presidente Mario G. Menocal y luego a Manuel Sanguily.[59] En diciembre de 1944 su hijo, Manuel Sanguily y Aristi, donó al Senado de Cuba, representado por su presidente Eduardo Suárez Rivas, “una bandera de seda, de dos metros de largo por uno de ancho, con tres franjas azules y dos blancas y un triángulo equilátero rojo, bastante desvanecido, en cuyo centro figura una estrella blanca de cinco puntas”.[60] De acuerdo al documento de traspaso, notariado por el historiador, y entonces senador, Emeterio S. Santovenia, esta había sido enarbolada el 19 de mayo de 1850 en la ciudad de Cárdenas por la expedición de Narciso López. Al retirarse de la ciudad, la bandera “fue salvada por los libertadores”.[61] La misma fue conservada por Juan Manuel Macías, ayudante del General López. Luego Alicia Macías y Brown la donó a Mario G. Menocal y Deop, presidente de la República de Cuba en 1918. Este a su vez la pasó al general Manuel Sanguily y Garritte. Cuando el General Sanguily falleció, “por expreso consentimiento de sus demás herederos”, la bandera pasó a ser propiedad de su hijo Sanguily Aristi.[62] El portal Cubadebate reportó el 5 de enero del 2010 que en una ceremonia celebrada en la Sala de las Banderas del Museo de la Cuidad, “Enrique Arturo Antonio Houston Touceda y su esposa Patricia” entregaron al Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal Spengler, “una de las banderas originales ondeadas en Cárdenas en 1850”.[63] Luego de la expedición de 1850 el Coronel O’Hara entregó la bandera al Coronel Macías, y luego, por el matrimonio de su hija Alicia con Antonio Touceda, quedo bajo la custodia de los Touceda por 159 años.[64] La tonalidad azul oscuro de la bandera de López es absolutamente evidente en la foto de este ejemplar.

Como confirmación podemos ver el artículo del “periódico español de Nueva York”, citado por Portell Vilá, en el cual burlándose describieron la enseña de López como:
… cometa con listones y triángulo y todos pintados en él. Los inteligentes pensaban que el triángulo quería decir que las cosas no saldrían redondeadas; que la estrella era una cosa poco limpia como los accionistas, y que los listones eran el emblema de los cardenales recibidos en una buena zurra.[65]
Esa burla es muy reveladora, los “cardenales” o moretones nunca son azul celeste. Ahora, en la narración que Ponte Domínguez hizo –basada en Villaverde- de la reunión en que se diseñó la bandera, López planteó que debía tener “el tricolor republicano” y que “debía adoptarse por modelo, en lo más posible, el pabellón de los Estados Unidos de América, que a su juicio era el más bello de las naciones modernas”.[66] Hecho confirmado por Eusebio Leal cuando aseveró que la bandera:
Necesariamente… hacía referencia a dos grandes acontecimientos políticos e históricos de su tiempo: la guerra de independencia de los Estados Unidos que hizo nacer su propia bandera y la de Francia; la Francia insurgente de 1789 y el sentido de aquellos tres colores: rojo, azul y blanco. [67]
En todos estos documentos, como se vio, la única mención de cambio de color fue la referencia que hizo Santovenia a “un triángulo equilátero rojo, bastante desvanecido”.

VII
Por último, para entender el uso de esos “colores republicanos”, debemos discutir las intenciones e ideario político de Narciso López, y el debate y controversia sobre estos.

Son muchos los historiadores que creen que López era anexionista. O sea, que buscaba la separación de España para unir a Cuba con los Estados Unidos. Un ejemplo de esta interpretación es Hugh Thomas quien llamó a López “un agente sudista de la anexión”.[68] Louis A. Pérez, Jr. escribió que “López had early fallen in with the annexionist elements in Cuba…”.[69] Por su parte Manuel Moreno Fraginals advirtió que:
No hay que olvidar que la actual bandera cubana tuvo su origen en este anexionismo de los sectores blancos medios y pobres. Por eso la estrella solitaria de la que habla la literatura patriótica fue concebida como una más que iría a engrosar el conjunto (una por cada estado) de estrellas norteamericanas. Por eso también su gran parecido con la bandera de Texas diseñada con el mismo objetivo.[70]
Aún entre sus contemporáneos, como el autor identificado sólo como “Flibustiero”,[71] había muchos que lo consideraban anexionista. Ciertamente, en los círculos en que se movía López había muchos, como Gaspar Betancourt Cisneros, conocido como “El Lugareño, que favorecían la anexión.[72]

En contraste Portell Vilá reafirma, en múltiples ocasiones, que “los verdaderos propósitos de Narciso López, que eran republicanos y no anexionistas”.[73] Ponte Domínguez parece compartir esta opinión, ya que para él López “estaba resuelto a convertirse en el más firme paladín de la libertad y de la independencia de Cuba”.[74] Villaverde, que fue secretario de López, dijo que “podría jurar” que al igual que él, López no fue otra cosa que “independiente”.[75]

Para Morales y Morales, López “no era en realidad, ni anexionista ni independiente, no tenía otro ideal que el separatismo, arrancar a la Isla del poder de su opresora metrópoli”.[76] Mientras que Basil Rauch, citado por Leví Marrero, entendía que:
Su programa para Cuba era una mezcla ambigua de anexión e independencia. Sostenía la primera a sus partidarios americanos; mientras en sus manifiestos a los cubanos hablaba solamente de una República cubana.[77]
Fuese como fuese, López reclutó para su “ejercito” a muchos jóvenes norteamericanos. Tanto así que la mayoría de los expedicionarios fueron jóvenes sureños, muchos veteranos de la guerra con México, y sólo un puñado eran cubanos.[78]

Por último, hay que ver, como escribió Portell Vilá –y reafirmó Leal- la influencia e inspiración que fue para estos hombres “la Revolución de Febrero de 1848, en Francia, que terminó con la monarquía de Luis Felipe” y dio pie al establecimiento de la Segunda República.[79]
Escogió los tres colores — azul, blanco y rojo — de las enseñas tricolores de las revoluciones norteamericana y francesa, incorporando así a la lucha independentista cubana las ideas de libertad en que la primera se inspiró, completadas por las de igualdad y fraternidad que la segunda hizo tremolar, como divisa, a sangre y fuego, sobre las ruinas del viejo régimen absolutista.[80]
Esos tres colores — azul, blanco y rojo — de la enseña concebida por Narciso López proclamaban espléndidamente que la nación que se estaba forjando debía ser una verdadera sociedad nueva, fundada sobre los principios inmortales, basados en las máximas de los filósofos franceses, de la declaración de independencia de las trece colonias inglesas de América, de 4 de julio de 1776, y de la declaración de los derechos del hombre que la Asamblea Constituyente de la Francia revolucionaria publicó el 12 de agosto de 1789, con la soberanía popular, precisada en una Constitución escrita, como norma suprema nacional;
Esta, claramente era la fuente de todas estas referencias a la Tricolor, la bandera de Francia (Le drapeau Tricolore). También se ve, en las palabras de Villaverde –y, nuevamente, Leal- la mención de los “colores republicanos” y de la inspiración que fue para López la bandera de los Estados Unidos. Es notable que tanto la bandera de los Estados Unidos como la de Francia son azul oscuro.

CONCLUSIÓN
Debe estar claro que la investigación histórica no puede depender de interpretaciones contemporáneas, ni aun de libros de historia, mucho menos de lo que se diga en la prensa popular ni la Internet, en páginas escritas por Dios sabe quién, máxime cuando existen discrepancias entre estas. Es imprescindible buscar a los testigos de los eventos, y consultar las fuentes primarias.

Como hemos visto alrededor de las banderas de Cuba y Puerto Rico, usando las palabras de Portell Vilá, “Mucho se ha fantaseado”. Al examinar los testimonios de los hombres que vivieron y fueron testigos de los hechos, o sea, las fuentes primarias, podemos crear una imagen clara de sus historias.

Gracias a don Cirilo Villaverde sabemos que fue, sin duda alguna, el Mariscal Narciso López quien ideó y diseño la bandera de Cuba. Su testimonio, en ocasiones de forma dramática, ofrece la clave para entender las influencias que lo guiaron al crear el símbolo, la masonería en el diseño y Francia y, sobre todo, Estados Unidos en los colores. Ambas repúblicas fueron el norte de los liberales y revolucionarios de la época.

Para esta investigación es poco relevante la cuestión de si López era o no era anexionista. Villaverde y Portell Vilá dicen que no, muchos dicen que lo era y Basil Rauch, dijo que “era una mezcla ambigua de anexión e independencia”. Como fuese, la influencia y participación de norteamericanos en las expediciones de López son innegables.

Años después, en la Asamblea de Guáimaro, la bandera de López se adoptó como la enseña de la Revolución Cubana. En la Guerra de Independencia, bajo Martí, la bandera se mantuvo como emblema de los mambises y el ejército Libertador. Bajo este emblema lucharon y murieron los hermanos Marín, Wenceslao y Francisco.

De otra parte, los testimonios y evidencia gráfica dejan poca duda de los colores y tonalidades de la bandera cubana. El “azul turquí” –oscuro como en la norteamericana- no fue una invención del presidente don Tomás Estrada Palma. Su decreto no fue imposición, sino confirmación. Más allá, dada la relación que el actual gobierno de Cuba ha tenido históricamente con los Estados Unidos, de haber ocurrido algún cambio en la bandera por influencia de ese país, este hubiese sido rechazado por los Castro. Pero, si aún existiese alguna duda, la bandera que Houston Touceda y su esposa entregaron al Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal, en el 2010 la elimina.

En el caso de Puerto Rico, las actas de la Sección Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano establecen sin lugar a dudas que fue en 1895 que don Juan Terreforte presentó –y fue adoptada- la bandera con los colores de la cubana invertidos. El testimonio del propio Terreforte, en 1928, confirman que la idea de la nueva bandera fue de don Francisco Gonzalo “Pachín” Marín. Documentos que en ningún momento mencionan cambio alguno en las tonalidades al invertirse los colores. Más significativo es el hecho que en el grabado del “escudo de la Sección Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano” que aparece en la Memoria preparada por Roberto H. Todd y José Julio Henna, aunque en blanco y negro, el triángulo de la bandera es claramente oscuro.

Hay un último factor que siempre es ignorado en la historia de la bandera de Puerto Rico. Francisco Gonzalo “Pachín” Marín Shaw, hijo de Santiago Marín Solá y Celestina Shaw Figueroa, era “primo político de don Luis Muñoz Rivera y sobrino del periodista don Ramón Marín Solá”.[81] O sea, que, por ende, Pachín era primo de doña Amalia Marín y, por lo tanto, de su hijo, Luis. Por lo cual, cuando don Luis Muñoz Marín izó la bandera ese 25 de julio 1952, estaba enarbolando la bandera de su familia.

IMÁGENES
Imagen 1: Don Luis Muñoz Marín izando la bandera de Puerto Rico en Julio de 1952.
Foto tomada del portal de la Fundación Luis Muñoz Marín. 

Imagen 2: Foto de la bandera que Manuel Sanguily y Aristi, donó al Senado de Cuba en 1944.
Tomada del portal Ecured.

Imagen 3: Bandera donada por la Familia Houston Touceda
al Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal, en el 2010.
Tomada del artículo de Resik Aguirre y Lugones Vázquez
“El Destino de esta Bandera siempre fue Cuba” en el portal Cubadebate.
Imagen 4: Escudo del Sección Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano.
Tomada de Memoria de los trabajos realizados por la Sección Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano 1895-1898. (New York City: Imprenta de A. W. Howes, 1898), pág. 32.

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“Undécima jornada de la bandera” en Claridad, año XLVI, núm. 2728. 2 al 8 de junio de 2005, pág. 16.



[1] Quiero expresar mi agradecimiento por su apoyo y cooperación a los amigos y colegas Pablo J. Hernández, Néstor Duprey y Silvia Alberti de la Universidad Interamericana, Recinto Metropolitano, y a Annia González de la Florida International University de Miami.
[2] Ley Número 1 aprobada el 24 de julio de 1952: “Para disponer sobre la bandera del Estado Libre Asociado de Puerto Rico; autorizar al Secretario de Estado para reglamentar el uso de la misma; y para establecer delito por infracción a los reglamentos pertinentes”.
[3] ANÓNIMO. “La bandera de Puerto Rico” en Wikipedia: la enciclopedia libre. [https://es.wikipedia.org/wiki/Bandera_de_Puerto_Rico]. Consultada el 20 de septiembre del 2015.
[4] “Memoria de la Sección Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano” en Memoria de los trabajos realizados por la Sección Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano 1895 á 1898 (New York City: Imprenta de A. W. Howes, 1898), pág. 3.
[5] Ibídem, pág. 4.
[6] Ibídem, pág. 4.
[7] Ibídem, pág. 4.
[8] “Acta Tercera” del 22 de diciembre de 1895, en Memoria de los trabajos realizados por la Sección Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano 1895-1898 (New York City: Imprenta de A. W. Howes, 1898), pág. 157.
[9] TODD, Roberto H. y HENNA, José Julio. “Memoria de la Sección Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano”, septiembre de 1898, en Memoria de los trabajos realizados por la Sección Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano 1895-1898 (New York City: Imprenta de A. W. Howes, 1898), pág. 5.
[10] CANINO RIVERA, Teresa. “¿Cuál es el azul correcto de la bandera puertorriqueña?” en Primera Hora, [http://www.primerahora.com/noticias/puerto-rico/nota/cualeselazulcorrectodelabanderapuertorriquena-1055126/]. Publicado el 23 de diciembre del 2014. Consultado el 4 de agosto del 2016.
[11] FREIRE, Joaquín. “La bandera de Puerto Rico, inspiración de Lola Rodríguez de Tió” en El Nuevo Herald, separata, diciembre de 1995.
[12] Asociación Manatieña Amigos de la Bandera. “11 de junio: la Creación de la bandera puertorriqueña” en Claridad, año 45, número 2676, 3 al 9 de junio del 2004, pág. 38.
[13] Ibídem.
[14] Anónimo. “Undécima jornada de la Bandera” en Claridad, año XLVI, número 2728, 2 al 8 de junio de 2005, pág. 9.
[15] FRANCO, Perla. “A 113 años de la creación de la Bandera Puertorriqueña” en Claridad, año XLVI, núm. 2728, 2 al 8 de junio del 2005, pág. 9.
[16] PÉREZ, Luz Nereida. “Bandera” en Claridad, año XLVI, número 2454, 1-7 de diciembre del 2005, pág. 19.
[17] ORLANDO SURGES, Henrietta. “En honor a nuestra bandera” en Claridad, año XLVI, número 2763, 2 al 8 de febrero del 2006, págs. 22-23.
[18] RIVERA, Jesús Omar. “La chispa que creó nuestra bandera” en Primera Hora, año 11, número 3229, 18 de junio del 2008, pág. 12.
[19] ANÓNIMO. “Antonio Vélez Alvarado” en Wikipedia: The Free Encyclopedia [https://en.wikipedia.org/wiki/Antonio_V%C3%A9lez_Alvarado]. Consultado el 12 de agosto del 2016.
[20] DÁVILA DÁVILA, Ovidio. “Antonio Vélez Alvarado: amigo y colaborador consecuente de Martí y Betances” ponencia presentada en la conferencia Betances/Martí: Tercera Conferencia Internacional en Homenaje al Padre de la Patria Puertorriqueña, Dr. Ramón Emeterio Betances (La Habana: Centro de Estudios Martianos, Universidad de París y Universidad de Puerto Rico, 2002), pág. 9.
[21] Ibídem, pág. 10.
[22] Ibídem, pág. 9.
[23] MARTÍ, José. “En Casa” en Patria, número 17, 2 de julio de 1892, pág. 3. Patria. Edición digital del periódico publicada por el Centro de Estudios Martianos (La Habana: 2007).
[24] MARTÍ, José. “La Confirmación”. Patria, 23 de abril de 1892, pág. 1. También reproducido en José Martí: obras completes, tomo 1 (La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 1991), pág. 411.
MARTÍ, José. “Club ‘Borinquen’ y Betances”. Patria, 4 de junio de 1892, pág. 3. También reproducido en José Martí: obras completes, tomo 5 (La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 1991), pág. 44.
[25] Carta de Domingo Collazo a Juan de M. Terreforte del 18 de mayo de 1923, reproducida en FIGUEROA DE CIFREDO, Patria. Pachín Marín: héroe y poeta (San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1967), págs. 71-73.
[26] Carta de J. H. Terreforte a Domingo Collazo del 20 de mayo de 1923, reproducida en FIGUEROA DE CIFREDO, Patria. Pachín Marín: héroe y poeta (San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1967), pág. 73.
[27] Narciso López fue un venezolano que se unió al ejército español en la Guerra civil contra Bolívar. Luego, en España, participó en el las Guerras Carlistas apoyando el lado liberal y los derechos de Isabel II. En España alcanzó el cargo de Gobernador Militar de Madrid y representó a Sevilla en las Cortes. En Cuba fue Teniente de Gobernador de Trinidad y presidente del Comisión Militar Ejecutiva y Permanente. Al tomar la gobernación Leopoldo O’Donell, fue relevado de su cargo y se retira de la milicia. A partir de ese momento empieza a moverse hacia los círculos de los criollos independentistas.
[28] PORTELL VILÁ, Herminio. Narciso López y su Época (1848-1850), tomo II (La Habana: Compañía Editora de Libros, 1952), pág. 135.
[29] Cirilo Villaverde escribió la novela Cecilia Valdés, considerada por muchos como la primera novela de la literatura cubana. Esta obra fue la inspiración para La Cuarterona de Alejandro Tapia y Rivera.
[30] PORTELL VILÁ, Herminio. Narciso López y su Época (1848-1850), tomo I (La Habana: Cultural, 1930), pág. 12.
[31] PORTELL VILÁ, Narciso López y su Época (1848-1850), tomo II, págs. 135-136.
[32] PONTE DOMINGUEZ, Francisco. La Masonería en la historia de Cuba (La Habana: Editorial “Moda Magazine”, 1954), pág. 44.
[33] PORTELL VILÁ, Narciso López y su Época (1848-1850), tomo II, pág. 136.
[34] MÁRQUEZ STERLING, Carlos y Manuel MÁRQUEZ STERLING. Historia de la Isla de Cuba (San Juan: Cultural Puertorriqueña, Inc. y La Moderna Poesía, Inc., 1975), pág. 97.
[35] Ibídem, pág. 97.
[36] Ibídem, págs. 97 y 100.
[37] Constitución de la República de Cuba (1901) reproducida en el portal Biblioteca Jurídica Virtual [http://bibliohistorico.juridicas.unam.mx/libros/5/2138/7.pdf]. Consultada el 15 de julio del 2016.
[38] “República de Cuba Constitución Política de 1940”, reproducida en el portal Política Database of the Americas [http://pdba.georgetown.edu/Constitutions/Cuba/cuba1940.html]. Consultado el 4 de junio del 2016.
[39] LAZCANO Y MAZÓN, Andrés M. Las Constituciones de Cuba (Madrid: Ediciones de Cultura Hispánica, 1952), pág. 135.
[40] Constitución de la República de Cuba, reproducida en Gaceta Oficial de la República de Cuba, Ministerio de Justicia, La Habana, viernes 31 de enero de 2003. Extraordinaria, Año CI.
[41] INFIESTA, Ramón. Diario de la Marina, 21 de mayo de 1950. Reproducido en LAZCANO Y MAZÓN, Andrés M. Las Constituciones de Cuba (Madrid: Ediciones de Cultura Hispánica, 1952), pág. 135.
[42] “Los símbolos de Cubaen Infomed, Portal de la Red de Salud de Cuba [http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/histologia/simbolos_de_cuba.pdf]. Consultado el 13 de julio del 2016.
[43] “Bandera nacional cubana” en Enciclopedia libre universal en español [http://enciclopedia.us.es/index.php/Bandera_nacional_cubana]. Consultada el 4 de junio del 2016.
[44] Ibídem.
[45] MORALES Y MORALES, Vidal. Iniciadores y primeros mártires de la revolución cubana (Habana: Imprenta Avisador comercial, 1901), pág. 182.
[46] “Símbolos nacionales de Cuba” en Wikipedia [https://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADmbolos_nacionales_de_Cuba]. Consultada el 14 de julio del 2016.
[47] VILLAVERDE, Cirilo. Citado por PORTELL VILÁ, Herminio. Narciso López y su Época (1848-1850), tomo II (La Habana: Compañía Editora de Libros, 1952), pág. 136.
[48] PONTE DOMINGUEZ, Francisco. La Masonería en la historia de Cuba (La Habana: Editorial “Moda Magazine”, 1954), pág. 44.
[49] Ibídem, pág. 44.
[50] VILLAVERDE, CIRILO. “Nuestra bandera” Carta publicada en Le Revolución, Nueva York, 15 de febrero de1873. Fragmento reproducido en PONTE DOMINGUEZ, Francisco. La Masonería en la historia de Cuba (La Habana: Editorial “Moda Magazine”, 1954), pág. 44.
[51] Ibídem, pág. 44.
[52] QUISENBERRY, Anderson C. López’s Expeditions to Cuba 1850-1851 (Louisville: John P. Morton & Company, 1906), pág. 47.
[53] PORTELL VILÁ, Herminio. Narciso López y su Época (1848-1850), tomo II, pág. 235.
[54] “Documentos hallados abordo de los buques anglo-americanos, Georgian y Susan Loud, apresados por el vapor de Guerra español Pizarro”, Apéndice en Apuntes históricos acerca la espedicion pirática que invadió la isla de Cuba en mayo de 1850 y detalles de la causa seguida contra el ex-general Narciso López y sus cómplices (Nueva Orleans: 1850), pág. III.
[55] Reproducida en LAZCANO y MAZóN, Andrés Ma. Las Constituciones de Cuba (Madrid: Ediciones de Cultura Hispánica, 1952), pág. 1024.
[56] PORTELL VILÁ, Narciso López y su Época (1848-1850), tomo II, pág. 137.
[57] Ibídem, pág. 137.
[58] The Sun, 11 de mayo de 1850, citado en PORTELL VILÁ, Herminio. Narciso López y su Época (1848-1850), tomo II (La Habana: Compañía Editora de Libros, 1952), pág. 137.
[59] PORTELL VILÁ, Narciso López y su Época (1848-1850), tomo II, págs. 137-138.
[60] SANTOVENIA, Emeterio S. La bandera de Narciso López en el Senado de Cuba (La Habana: Ediciones Oficiales del Senado, 1945), págs. 40-41.
[61] Ibídem, pág. 41.
[62] Ibídem, págs. 42-43.
[63] RESIK AGUIRRE, Magda y Yoel LUGONES VÁZQUEZ. “El Destino de esta Bandera siempre fue Cuba” en el portal Cubadebate [http://www.cubadebate.cu/noticias/2010/01/05/una-bandera-que-no-esta-a-la-venta-y-nunca-lo-estara/#.V8whD8v6vIU]. Consultado el21 de Agosto de 2016.
[64] Ibídem.
[65] La Crónica, 15 de junio de 1850. Citado en PORTELL VILÁ, Herminio. Narciso López y su Época (1848-1850), tomo II (La Habana: Compañía Editora de Libros, 1952), pág. 137.
[66] PONTE DOMINGUEZ, La Masonería en la historia de Cuba, pág. 43.
[67] RESIK AGUIRRE y LUGONES VÁZQUEZ, “El Destino de esta Bandera siempre fue Cuba”.
[68] THOMAS, Hugh. Cuba: la lucha por la libertad 1762-1909, tomo 1, (Barcelona: Ediciones Grijalbo, S. A., 1973), pág. 57.
[69] PÉREZ, Louis A., Jr. Cuba: Between Reform and Revolution (New York: Oxford University Press, 1988), pág. 110.
[70] MORENO FRAGINALS, Manuel. Cuba/España España/Cuba: historia común (Barcelona: Crítica, 1995), pág. 204.
[71] FLIBUSTIERO. Life of General Lopez and History of the Late Attempted Revolution in Cuba (New York: Dewitt & Davenport, Publishers, 1851), pág. 12.
[72] MORALES Y MORALES, Iniciadores y primeros mártires de la revolución cubana, pág. 179.
[73] PORTELL VILÁ, Narciso López y su Época (1848-1850), tomo I, págs. 9-10.
[74] PONTE DOMINGUEZ, pág. 42.
[75] Carta de Cirilo Villaverde a Enrique Trujillo, publicada en El Porvenir, 29 de septiembre de 1892. Reproducida por PORTELL VILÁ, Herminio. Narciso López y su Época (1848-1850), tomo I. (La Habana: Cultural, S. A., 1930), pág. 193.
[76] MORALES Y MORALES, Iniciadores y primeros mártires de la revolución cubana, págs. 202-203.
[77] RAUCH, Basil, citado por MARRERO, Leví. Cuba economía y sociedad, tomo XV, “azúcar, ilustración y conciencia (1763-1868), (Madrid: Editorial Playor, S. A., 1992), pág. 174.
[78] MARRERO, Leví. Cuba economía y sociedad, tomo XV, “azúcar, ilustración y conciencia (1763-1868)”. (Madrid: Editorial Playor, S. A., 1992), pág. 174.
[79] PORTELL VILÁ, Narciso López y su Época (1848-1850), tomo I, pág. 208.
[80] ROIG DE LEUCHSENRING, Emilio. “Conmemoración del centenario de la bandera cubana” en Veinte años de actividades del Historiador de la Ciudad de La Habana, volumen 4. (La Habana: Municipio de La Habana, Oficina del Historiador de la Ciudad, 1955), pág. 260.
[81] FIGUEROA DE CIFREDO, Patria. Pachín Marín: héroe y poeta (San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1967), pág. 20.