En la historiografía puertorriqueña hay un vacío sobre la historia del movimiento estadista de Puerto Rico. Hay escasos libros o estudios sobre esta corriente política y de sus líderes. Las pocas biografías realizadas presentan a un grupo pequeño de líderes (José C. Barbosa, Federico Degetau, Manuel Rossy; Rafael Martínez Nadal, Miguel A. García Méndez, Luis A. Ferré y Leopoldo Figueroa). No obstante, uno de los líderes que no ha tenido un estudio profundo es Celestino Iriarte Miró.
Según
la página cibernética del Senado de Puerto Rico, Celestino Iriarte nació en San
Juan para el 1887. Entre los años 1905 al 1910 trabajó como telégrafo en
Aguadilla y San Juan. Se graduó de Derecho en 1910 y ejerció su profesión a
niveles estatales y federales. Fue delegado de la Junta Central del Partido
Unión y candidato a la Cámara de Delegados por dicha colectividad para 1916. En
1920 fue elegido senador por el Partido Unión[1]
y reelegido en 1924 y 1928 por la Alianza.[2]
Fue vicepresidente del Senado entre 1930 al 1933. Desde 1932 fue miembro del
Comité Territorial del Partido Unión Republicana.[3]
Celestino Iriarte fue miembro de la Alianza y llegó a ocupar la vicepresidencia
del Senado el 20 de febrero de 1930 (hasta 1933) como parte del Grupo del
Buen Gobierno, el grupo que asumió el liderato senatorial luego que la
sección unionista de la Alianza se desligara de dicha agrupación.[4]
Siguió siendo senador hasta 1944 cuando decidió postularse a representante por
acumulación. Fue miembro de la Convención Constituyente que redactó la
Constitución estatal de Puerto Rico. Fue miembro de la Comisión de Estatus
entre 1945 al 1946 y volvió al Senado en 1948.[5]
El movimiento estadista, tras sufrir una derrota en las elecciones de 1940,[6] sufre el fallecimiento de su líder máximo, don Rafael Martínez Nadal, en 1941. En una contienda entre Celestino Iriarte y José Balseiro para presidir el Partido Unión Republicana, Iriarte logra ocupar la presidencia luego que lo eligieran en una asamblea. No obstante, el grupo de Balseiro se reúne en Aguadilla para aprobar unas resoluciones en repudio a la asamblea anterior.[7] Fernando Bayron Toro establece que Balseiro se reconcilia al asignarle el cargo de gobernador y miembro de la dirección del Partido y de la Coalición.[8] Bayron Toro establece que el 4 de julio de 1948, bajo la presidencia de Celestino Iriarte, el Partido Unión Republicana Progresista cambia su nombre a Partido Estadista.[9]
Antes
de continuar es menester describir cómo estaba el movimiento estadista en las
décadas de 1930 y 1940 para poder entender el contexto de dicho movimiento bajo
la presidencia de Celestino Iriarte en el Partido Unión Republicana
Progresista. Según Wilfredo Figueroa, entre 1930 al 1952:
"El
movimiento estadista sufrió sus más escabrosos momentos. Los electores
perdieron fe en los líderes y los partidos Republicano y Socialista se
desintegraban en sus luchas intestinas de sus maquinarias políticas. Paulatinamente,
perdían el poder adquirido en 1932-1936, producto de la unión de ambos
partidos. Abatidos por la falta de acción social y política de sus líderes, los
puertorriqueños le dieron la espalda a los líderes estadistas de 1940 en
adelante".[10]
El líder máximo del movimiento estadista en la década de 1930 fue Rafael Martínez Nadal. Figueroa, citando a Bolívar Pagán menciona que la gran cantidad de votos obtenido por el Partido Popular Democrático[11] fue debido a las rivalidades y dilemas entre los demás partidos políticos. En las elecciones de 1944, 1948 y 1952, el Partido Republicano y el Partido Socialista fueron perdiendo el apoyo de los electores. En 1941, ante la muerte de Martínez Nadal, José Balseiro funda el Partido Puertorriqueño Pro-Estadidad, pero fue de poca duración, ya que luego las masas estadistas se unieron nuevamente. Según Figueroa, este último suceso provocó que más estadistas se disgustaran con sus líderes y se unieran al Partido Popular Democrático. Por otra parte, el Partido Socialista reactivó la estadidad para el año 1943.[12]
En
la década de 1940, el movimiento estadista experimentó una de las peores crisis
en su partido por la victoria del Partido Popular Democrático, sobre todo en
las elecciones de 1944. Los estadistas estaban sintiendo la necesidad de
organizar su partido. En el congreso de comités municipales del Partido Unión
Republicana Progresista en Aguadilla para enero de 1947 se llegó a considerar
crear un nuevo partido político. Sin embargo, concibieron la necesidad de
realizar una coalición, ya que Celestino Iriarte “entendía que no podían
configurar solos en la papeleta electoral. En las elecciones de 1948 se aclamó
a Martín Travieso, miembro del Partido Reformista Puertorriqueño, como
candidato de los estadistas así concretándose el pacto electoral propuesto por
Iriarte”.[13]
Bajo
el gobierno de la Coalición, Celestino Iriarte, en calidad de senador, presentó
una moción para que se creara un Comité Especial para estudiar la Ley Jones y
de esta manera se consideró el asunto del estatus de la Isla.[14]
En la asamblea a celebrada el 19 de agosto de 1944 por el Partido Unión
Republicana en el Teatro Tapia en San Juan, José Balseiro trajo la moción de
que Celestino Iriarte fuera proclamado presidente nuevamente del Partido. En
dicha reunión se solicitó la destitución del gobernador Tugwell.[15]
El Partido Unión Republicana, junto con el Liberal y el Socialista, concertaron
comités de conferencia para hacer un frente común al Partido Popular para las
elecciones de 1944. El pacto se dio, cada partido tendría su propia identidad
en su institución política, pero el cargo de comisionado residente sería para
el Partido Liberal, el presidente senatorial sería un socialista y el
presidente cameral sería del Partido Unión Republicana. De esta manera la Unión
Republicana nominó a Iriarte como candidato a representante por acumulación
para dichas elecciones.[16]
En estas elecciones, el Partido Popular ganó abrumadoramente, Celestino
Iriarte, junto con Leopoldo Figueroa, logró el escaño a representante por
acumulación.[17]
Para
1943, los presidentes de los partidos políticos puertorriqueños, entre ellos
Celestino Iriarte como presidente del Partido Unión Republicana, apoyaron La
Declaración de Derechos y Petición de Justicia en el cual denunciaban el
colonialismo en Puerto Rico, finalizar el problema del estatus de la Isla y
permitirles a los puertorriqueños elegir a sus gobernadores. Esto dio pie a que
la legislatura estatal aprobara una resolución concurrente en la cual condenaba
la situación colonial de Puerto Rico. Como consecuencia de esto, el presidente
estadounidense Franklin D. Roosevelt recomendó al Congreso enmendar la Ley
Jones y crear una comisión para discutir el problema del estatus. La comisión estaba
compuesta por puertorriqueños y estadounidenses, pero no obtuvo ningún
resultado. Entre sus miembros estaba Celestino Iriarte. En 1945 se reactiva la
Comisión e Iriarte vuelve a formar parte de dicho organismo. Sus miembros van a
Washington D.C.[18]
En
el 1946, el senador federal High Butler supuestamente predijo que Puerto Rico,
junto a Hawái[19]
jamás serían estados. Lo más que podría llegar a ser Puerto Rico sería un
condado del estado de La Florida. Celestino Iriarte se sorprendió por dichas
declaraciones en el periódico El Imparcial porque su impresión del
senador federal eran contrarias a esas declaraciones. Luego se tranquilizó
cuando el senador federal desmintió estas alegadas expresiones. Iriarte se
había reunido con el senador en la capital federal. Por otra parte, Iriarte
manifestó que el senador tuvo una mala imagen de Puerto Rico cuando hizo su
visita a la Isla en 1943 porque, según Iriarte, el gobernador Tugwell hizo que
viera lo que la administración deseaba que él observara. De esta manera, el
senador no vio la realidad de la pobreza que existía en Puerto Rico. Por otra
parte, Celestino Iriarte recomienda al gobierno un buen uso del dinero
destinado para brindar información de Puerto Rico a los Estados Unidos de
América. Iriarte alegaba que debían presentar la situación real de Puerto Rico
ante el gobierno federal y no una propaganda de las políticas del Partido
Popular Democrático. Para el líder estadista era bien importante educar a los
miembros del Congreso, que muchos eran nuevos, ya que hubo congresistas
federales que preguntaron quién había sido electo presidente de Puerto rico en
las elecciones de 1944 o quién era el embajador de la Isla ante el gobierno de
los Estados Unidos de América. Por tal motivo, el Partido Unión Republicana
Progresista tomó la decisión en Aguas Buenas de crear una oficina en Washington
D.C. para así mantener informado al gobierno federal sobre los asuntos de
Puerto Rico.[20]
Por
otra parte, Celestino Iriarte manifestó sus dudas para que Mariano Villaronga
fuese nombrado comisionado[21]
del Departamento de Instrucción Pública.[22]
Iriarte expresó que:
"No
comprendemos cómo el señor Villaronga podría intensificar la enseñanza del
inglés en las escuelas públicas, cuando tal cosa estaría reñida con sus
principios, sus convicciones y su ideología en cuanto a la política que debía
seguirse en la enseñanza del inglés en Puerto Rico… la política sobre la
enseñanza en Puerto Rico, en cuanto al idioma del inglés se refiere, puesta en
práctica por el doctor José Padín desde 1934, ha resultado un fracaso, tanto
[Luis] Muñoz Marín y [Antonio] Fernós ocultaron al Subcomité de Asuntos
Insulares del Senado de la realidad de la situación en Puerto Rico".[23]
Celestino Iriarte argumentó los beneficios a los puertorriqueños, para efectos del inglés, de los métodos para la enseñanza de dicho idioma en las escuelas públicas desde 1902 al 1934, cuando Padín cambió dichas estrategias. Resalta que antes de 1934, muchos puertorriqueños dominaban el idioma de la metrópolis incluyendo a Antonio Fernós. De esta manera, Iriarte manifiesta que “nuestro pueblo tiene derecho a aprender el inglés, porque el conocimiento de este idioma es mucho más fundamental para la vida de los puertorriqueños, que el de todas las asignaturas que se les enseña actualmente en la escuela elemental”. La razón de este apoyo era que los que dominan el inglés tienen mayores oportunidades tanto en Puerto Rico como fuera de la Isla. Iriarte exigía que los puertorriqueños tenían el derecho de aprender el idioma estadounidense. Por otra parte, plantea que muchos niños abandonaban la escuela en cuarto grado sin saber algo del inglés. Iriarte negaba que había “una tortura mental” a los niños cuando se les enseñaba. La enseñanza en español, según Celestino Iriarte, tenía un sentido político.[24]
En
otros temas, Celestino Iriarte hace unas críticas a unas expresiones del
entonces comisionado residente Fernós sobre la estadidad. El líder estadista
estableció:
"Las
declaraciones del comisionado residente Fernós contra la estadidad, demuestra
claramente que no tiene arraigo en su conciencia y en su corazón ese
sentimiento que dice ahora profesar a la unión permanente con Estados Unidos…
Al leer los comentarios de Fernós de que no hay que pensar en el estado clásico
-continuó diciendo Iriarte- dudamos cómo pueden conciliarse esas declaraciones
con las hechas recientemente por Luis Muñoz Marín y secundadas por el propio
Fernós abogando por la unión permanente de Puerto Rico con el pueblo de Estados
Unidos. Parece que esos sentimientos de que ahora hacen tanto alarde y que
constituyen una absoluta y total renegación de la independencia no responden a
una sincera convicción. Porque no es posible comprender cómo líderes que se
manifiestas a favor de la unión permanente con Estados Unidos descarten la
máxima expresión y la culminación del pleno disfrute de la ciudadanía americana
que sólo se alcanza y se logra con la estadidad".[25]
El 3 de julio de 1950 se estableció la Ley 600 que permitía la redacción de la Constitución interna de Puerto Rico por los puertorriqueños. Celestino Iriarte, junto con Leopoldo Figueroa, le pidieron explicaciones al gobernador Luis Muñoz Marín por unas expresiones de él al establecer que la estadidad era “el tigre de la miseria”. Con estas manifestaciones, el liderato estadista no podía apoyar la Constitución, pero el informe legislativo de la Ley 600 no prejuzgaba ni la estadidad ni la independencia, y de esta manera Iriarte dio su apoyo a dicho evento como un paso de avance a la soberanía interna de Puerto Rico. El Partido Estadista Puertorriqueño no tuvo una postura fuerte ante el proyecto por la división que existía en el liderato en el Partido. Un bando, liderado por Leopoldo Figueroa y Celestino Iriarte, apoyaban la redacción de la Constitución. En cambio, el bando contrario liderado por Miguel A. García Méndez y Luis A. Ferré Aguayo, no apoyaban esa Constitución porque era endosar al programa del Partido Popular en lo relacionado al estatus.
Por
otra parte, José Luis Colón establece que Iriarte no tuvo el apoyo del
electorado ni siquiera de los estadistas. Celestino Iriarte argumentaba que la
redacción de la Constitución era un paso hacia la estadidad como ocurrió en los
otros territorios cuando se hicieron estados: que se le requería la redacción
de una Constitución interna. Al final, el Partido Estadista permitió a cada
miembro de la colectividad tomar su propia decisión en el plebiscito para
aprobar dicha Constitución para así evitar cualquier ruptura en el Partido. El
Partido designó a Celestino Iriarte como candidato a delegado por acumulación.
Una vez electos los delgados estadistas a la Convención Constituyente, entre
ellos García Méndez y Ferré, Iriarte los instruyó para que defendieran que la
Constitución iba a dirigir a la Isla a la estadidad.[26]
¿Cuál
era la visión de Celestino Iriarte sobre la Ley 600? Él expresa lo siguiente:
"Mucho
se ha hablado de cómo es, lo que es y lo que significa la Ley 600,
recientemente aprobada por el Congreso de los Estados Unidos y a la cual se le
da el nombre de Ley de Constitución de Puerto Rico. La idea no es nueva, ni es
idea de ningún hombre del momento actual sino que es idea del cerebro
privilegiado que, aun cuando han desaparecido físicamente del panorama de
nuestra política sin embargo viven a través de sus ideas, que se plasman y se
hacen realidad en estos momentos Allá para el 24 de junio de 1916 apareció en
el periódico El Tiempo un artículo del cual citamos: “Algún día, día no
lejano, unionistas y republicanos
buscando el bien del país habrán de aplaudir la sanción legislativa de una
Constitución territorial de Puerto Rico que entregue la suerte del país
enteramente a la responsabilidad y voluntad de sus hijos…” El día que aquellos
hombres visionarios ha llegado…"[27]
En el mismo artículo, Iriarte cita que el Partido Republicano, en asamblea en Arecibo para 1916, se designó por el Comité Territorial una comisión de cinco personas para redactar una constitución territorial para Puerto Rico. Esto era debido a que el Partido Republicano creía en un gobierno republicano y democrático en el cual se reconocía el derecho del pueblo puertorriqueño de establecer su propio gobierno. En dicho artículo, Iriarte establece que los republicanos ayudarían y apoyarían al comisionado residente Luis Muñoz Rivera para la aprobación del Acta Jones siempre y cuando Muñoz Rivera siguiera defendiendo esa carta orgánica que tuviera la ciudadanía estadounidense para los puertorriqueños.[28] De esta forma, en 1916, republicanos y unionistas (un sector) se unieron para lograr la Ley Jones con ciudadanía. Para Iriarte, la Constitución era un paso de avance de la unión de los puertorriqueños al gobierno estadounidense.
De
esta manera, para Celestino Iriarte la Constitución no entorpecía la estadidad.
Con él estaban de acuerdo miembros del Partido Republicano Nacional.[29]
En el año de 1950, el Departamento de Comercio de los Estados Unidos de América
anunció la compra de toda la zafra azucarera de Cuba para el año de 1950.
Celestino Iriarte expresó que había que estar alertas sobre las actuaciones del
Departamento de Estado, de Comercio y de Agricultura.[30]
Por otra parte, Celestino Iriarte se unió al delegado estadista Héctor González
Blanes en la enmienda presentada por este último que permitiría al gobierno
destinar fondos a instituciones sectarias (o religiosas) que ayudaran a
resolver problemas sociales. Ellos aclararon que no estaban a favor de ayudar
económicamente a una religión en particular, porque violaría el principio de
separación de Iglesia y Estado, sino ayudar a cualquier institución de ayuda
social, no importando quién lo estuviera administrando (que incluía a
organizaciones ateas o espiritistas).[31]
En otro momento, Celestino Iriarte manifestó que la Ley 600 cerraba las puertas
a la independencia porque alegaba que la Ley 600 unía a Puerto Rico a los
Estados Unidos de América de forma permanente. Estas expresiones fueron una
contestación a una alocución del gobernador Luis Muñoz Marín que esta ley o la
Constitución no impedía que el pueblo puertorriqueño pudiera escoger por la
estadidad, la independencia o cualquier fórmula de estatus político.[32]
Por tanto, Iriarte establecía que la Ley 600 colocaba a los puertorriqueños en
una posición para seguir reclamando sus derechos. Estos derechos fueron ganados
por los puertorriqueños, según la opinión de Celestino Iriarte, por la lealtad
de estos desde la llegada de los estadounidenses en 1898 y por la participación
de los soldados borincanos en las dos guerras mundiales. Iriarte argumentó que
“ahora mismo la obra es para enseñar al pueblo lo que vale ser un estado de la
Unión” y que “nuestra ciudadanía es igual a la de los demás ciudadanos de
Estados Unidos. Sólo hay una clase de ciudadanos americanos, y sus obligaciones
son iguales y los derechos tienen que ser también iguales”.[33]
En
la Convención Constituyente, Iriarte hizo varias gestiones como delegado
estadista. El 27 de diciembre de 1951, Iriarte criticó a Luis Muñoz Marín y a
la Convención ya que esta aprobó el preámbulo de la Constitución a las 5:30
a.m. y que lo hiciera todo en la noche. Celestino Iriarte no estaba presente,
ya que a las 10:30 p.m. se fue a descansar porque llevaba trabajando desde las
8:00 a.m. y estaba cansado. De esta manera expresó que cuando enviaran el preámbulo
a la segunda lectura, el Partido Estadista sometería todas las enmiendas
necesarias. Por otra parte, Iriarte criticó al gobernador porque este quiso trabajar
en la noche cuando él estuvo sólo en dos sesiones.[34]
En el proceso de la aprobación del preámbulo, la inmensa mayoría de los
delegados votaron a favor a excepción del delegado estadista Héctor González
Blanes que le votó en contra. En el turno de Luis Muñoz Marín, este dio un
discurso de una hora dando argumentos en contra de las posturas de la
delegación estadista que exigían que en el preámbulo apareciera la aspiración
de que Puerto Rico se convirtiera en un estado de los Estados Unidos de
América. La argumentación de Muñoz era que no quería cerrarle la puerta ni a la
estadidad ni a la independencia. La sesión duró más de once horas y empezó a
realmente a las 3:00 p.m.[35]
La delegación estadista, cuando se discutió una enmienda Francisco Paz Granela
de que se añadiera la palabra “permanente” a la unión con los Estados Unidos de
América, acusó a Muñoz Marín para que se consignara en la Constitución el deseo
de Puerto Rico de estar permanentemente unidos con los Estados Unidos de
América. Los socialistas, a pesar de que muchos de ellos eran estadistas, se
opusieron a la enmienda para no cerrarle las puertas a los independentistas y
propusieron la celebración de un plebiscito para que el pueblo decidiera.[36]
Por
otra parte, Celestino Iriarte leyó ante la Convención Constituyente la opinión
legal del fiscal federal interino en Puerto Rico respecto a la Ley 600. Según
el periódico El Mundo el funcionario federal estableció que:
"El
Congreso de los Estados Unidos no ha reconocido soberanía al pueblo de Puerto
Rico en virtud de la Ley 600 y esta ley tampoco constituye un pacto o convenio
entre el pueblo puertorriqueño y el Congreso… La Ley 600 no afecta ni altera en
forma alguna las actuales relaciones jurídico-constitucionales entre el
Congreso de los Estados Unidos y la Isla de Puerto Rico, por lo que las
facultades y poderes congresionales [sic] con relación al territorio de
Puerto Rico continuarán intactos según existen en la actualidad de acuerdo con
la Constitución de los Estados Unidos".[37]
Por otra parte, el Partido Estadista, bajo la presidencia de Celestino Iriarte, decidió que la delegación estadista en la Convención Constituyente defendiera que en el preámbulo de la Constitución apareciera la estadidad como solución final para Puerto Rico.[38] De esta manera, el viernes, 30 de noviembre de 1951, la dirección del Partido Estadista Puertorriqueño se reunió por cinco horas en un hotel en San Juan. En dicha reunión se discutió crear una comisión para que fuera a Washington DC porque al caucus del Partido Popular Democrático no daba cabida a las enmiendas de las minorías. Dicha comisión estaría presidida por Iriarte.[39] Por otra parte, el 31 de octubre de 1951, un grupo de delgados estadistas solicitaron a la Convención Constituyente que le pidieran al gobernador un perdón a todos aquellos que participaron en la insurrección nacionalista ocurrida el 30 de octubre de 1950. Pero Celestino Iriarte, junto a Leopoldo Figueroa, no firmaron dicho documento.[40]
Además, Celestino Iriarte expresó que el proyecto de la Constitución según redactado “eran los últimos vestigios de la colonia” y estableció que dicha Constitución “coloca al pueblo puertorriqueño en la posición de que en cualquier momento que así lo desee, solicitar su admisión como estado en la Unión norteamericana”. Igualmente, Iriarte tuvo la impresión de que los estadistas aceptarían la Constitución porque en el preámbulo de esta “salva el principio de su aspiración hacia la estadidad”. Así pues, elogia la garantía de representación de los partidos políticos minoritarios. Pero era el Partido Estadista Puertorriqueño que iba a tomar la postura oficial respecto a la Constitución de Puerto Rico. [41]
[1] Partido fundado en 1904 que
pretendía unir a todos los puertorriqueños. Por un tiempo aceptó la estadidad,
autonomía y la independencia en su programa.
[2] Unión entre un sector del Partido
Republicano Puertorriqueño (fundado por Barbosa en 1899 que defendía la
estadidad) y el Partido Unión (liderado por Antonio Barceló).
[3] Este Partido fue fundado en la
década de 1920 por Rafael Martínez Nadal por el grupo de republicanos que no
quisieron unirse con los unionistas en la Alianza.
[4] Néstor Duprey Salgado, “De
‘Ligao’ a la ‘Coalición’: Rafael Martínez Nadal y las alianzas políticas” in Rafael
Martínez Nadal: Una vida, un ideal, ed. José Luis Colón González (San Juan,
P.R., Universidad Interamericana de Puerto Rico y Museo Prócer Rafael Martínez
Nadal, 2015), 316.
[5] “Celestino Iriarte Miró”, accesado
el 14 de junio de 2020, https://www.senado.pr.gov/Pages/
Past%20VicePresidents/ciriarte.aspx.
[6] Y de esta manera perder el control
absoluto legislativo bajo la Coalición (unión entre el Partido Unión
Republicana y el Partido Socialista).
[7] Mario Ramos, Posesión del ayer.
La nacionalidad cultural en la estadidad (San Juan, P.R: Isla Negra
Editores, 2007), 81.
[8] Fernando Bayron Toro, Elecciones
y partidos políticos de Puerto Rico (Mayagüez, P.R.: Editorial Isla, 1989),
201.
[9] Ibid., 209.
[10] Wilfredo Figueroa Díaz, El
movimiento estadista en Puerto Rico. Pasado, presente y futuro (Puerto
Rico: Editorial Cultural Inc, 1979), 29.
[11] Fundado en 1938 por Luis Muñoz
Marín producto de una controversia con el líder máximo del Partido Liberal,
Antonio Barceló.
[12] Ibid., 30-37.
[13] Guillermo A. Baralt, Desde
el mirador de próspero. La vida de Luis A. Ferré Tomo 1 (Puerto Rico:
Fundación El Nuevo Día, 1996), 146-147.
[14] José Luis Colón González, Dr.
Leopoldo Figueroa. El ideario de un decano 1886-1969 (Puerto Rico: Oficina
del Historiador Oficial de Puerto Rico, 2012), 40.
[15] Ibid., 44.
[16] Ibid., 45-46.
[17] Ibid., 47.
[18] Ibid., 98-100.
[19] Hawái se convirtió en estado
en el año de 1959.
[20] “Iriarte contra publicidad que hace
el Gobierno”, El Mundo, 12 de diciembre de 1946.
[21] Luego de la creación de la
Constitución de Puerto Rico, los jefes de las agencias de la rama ejecutiva son
llamados “secretarios”, pero antes se le daba el nombre de “comisionados”.
[22] Hoy Departamento de Educación.
[23] “Iriarte acusa a Muñoz de no hablar
claro”, El Mundo, 6 de febrero de 1947.
[24] Ibid.
[25] “Iriarte duda que Fernós sean
sincero en política”, El Imparcial, 14 de diciembre de 1950.
[26] Ibid., 106-108.
[27] Celestino Iriarte. “En torno a la
Fortaleza”, El Mundo, 19 de agosto de 1950.
[28] Ibid.
[29] Cayetano Coll y Cuchí. “Actitud
negativa”, Diario de Puerto Rico, 24 de agosto de 1951.
[30] “Con ojos abiertos”, El
Imparcial, 10 de agosto de 1950.
[31] “Constituyente discute el lunes
proposición de Carta de Derechos”, El Mundo, 15 de diciembre de 1951.
[32] “Iriarte dice aprobación de Ley 600
cierra puerta a la independencia”, El Mundo, 29 de diciembre de 1951.
[33] “Iriarte dice que la Constitución
obliga a continuar demandas”, El Mundo, 4 de julio de 1950.
[34] “El preámbulo es un abuso de Muñoz:
Iriarte”, El Imparcial, 28 de diciembre de 1951.
[35] En esas once horas no se incluye
los recesos.
[36] “Aprueban preámbulo de la
Constitución. Solo un delegado votó en contra”, El Imparcial, 28 de
diciembre de 1951.
[37] “Ponsa Feliú niega que la Ley 600
sea a manera de Convenio”, El Mundo, 14 de diciembre de 1951.
[38] “Demandarán estadidad se incluya en
preámbulo de la Constitución”, Diario de Puerto Rico, 4 de octubre de
1951.
[39] “Estadistas combatirán Constitución
en E.U.”, El Imparcial, 3 de diciembre de 1951.
[40] “Estadistas piden Constituyente
recabe del gobernador Muñoz el perdón de los presos políticos”, El Imparcial,
1 de noviembre de 1951.
[41] “Iriarte dice que la Constitución
abre el camino a la estadidad”, El Mundo, 9 de febrero de 1952.