Los puertorriqueños vivimos enamorados de
nuestro país. Reconocemos los problemas que nos aquejan, concienciamos las
limitaciones que nos imponen el coloniaje, aun así, defendemos nuestro derecho
a existir como nación.
Réquiem doloroso para una patria atolondrada
es un canto de
libertad. Un llamado a valorar la Patria y a enfrentar valerosamente las
problemáticas que nos aquejan.
Es mi percepción esperanzadora de que a pesar
de aquellos que se avergüenzan de nuestro acervo y nuestra nacionalidad, se
está gestando una nueva generación de guerreros dispuestos a irse de guasábara
para defender el guanín que todo boricua lleva grabado en su alma.
Somos y seremos puertorriqueños. Ese es
nuestro derecho y lo único que es verdaderamente nuestro. En el grado en que
nos sintamos orgullosos de ser puertorriqueños, nos liberaremos de los males
sociales que nos aquejan, que no son otra cosa que reflejo de la mediocridad
hedonista y consumista en que nos han sumergido aquellos esbirros que manipulan
el país para los amos del norte.
La igualdad libertaria es la única senda que
nos queda por recorrer. La Patria se sacude del yugo de la mentira y se apresta
a vestir su monoestrellada para gloria y honra de sus hijos. Estamos en la
recta final. Ahora todo depende de lo que decidamos hacer los puertorriqueños
para concluir el servilismo colonial.
Te convido a degustar de una poesía
comprometida con la Patria, la libertad y el cambio social. ¡Te invito a ser
libre! ¿Te atreves?
Saludos y felicitaciones!
ResponderBorrarMuchas felicidades a mi querido primo Felix M. Cruz Jusino. Un abrazo desde tu adorado pueblo de Lajas.
ResponderBorrarCon cariño;
CMRC